Visto el flamante aspecto que el joven talento del piano, el francés David Fray, luce en la portada de su nuevo registro discográfico de inmediato nos surge la duda de si su interior, el del disco me refiero, claro está, pueda llegar a alcanzar un resultado tan atractivo. Y es que vista la trayectoria de las casas discográficas en estos últimos años (ver entrada (57) ¿CANTAN?...NO SÉ ¡PERO, SON TAN MONOS!) no sería de extrañar que, una vez más, nos intentaran colar, con el señuelo de una cara bonita, el peñazo de turno.
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Lo cierto es que, a pesar de sus veintiocho años, David Fray ha dado ya sobradas muestras de su gran talento, como demostró el pasado mes de diciembre en el recital ofrecido en el teatro de la Zarzuela en Madrid, y en las grabaciones ya realizadas hasta el momento.
En el registro que nos ocupa David Fray nos ofrece tres de los conciertos más famosos de J.S. Bach, los catalogados como BWV: 1052, 1055 y 1056. La transcripción del famoso concierto en la menor para violín, BWV 1041, cierra la colección.
Lejos de una lectura basada en los más ortodoxos criterios historicistas el pianista francés se enfrenta a estas páginas, en la doble tarea de solista y director, al frente de una orquesta con instrumentos modernos, la "Deutsche Kammerphilharmonie" de Bremen, y tocando un Steinway de "gran cola". La eterna controversia entre interpretaciones con instrumentos de la época o con instrumentos modernos encuentra en estas obras de Bach aspectos muy particulares y que no hallamos en el resto de la música del periodo barroco.
Lejos de una lectura basada en los más ortodoxos criterios historicistas el pianista francés se enfrenta a estas páginas, en la doble tarea de solista y director, al frente de una orquesta con instrumentos modernos, la "Deutsche Kammerphilharmonie" de Bremen, y tocando un Steinway de "gran cola". La eterna controversia entre interpretaciones con instrumentos de la época o con instrumentos modernos encuentra en estas obras de Bach aspectos muy particulares y que no hallamos en el resto de la música del periodo barroco.
En primer lugar, la propia música de Bach que, por las características tan especiales que reune, permite ser interpretada con una libertad que en otros compositores sería impensable. En segundo lugar, la elección del piano, en lugar del clave, como instrumento solista y, por consiguiente, de una orquesta de cuerda moderna como "ripieno" que permite destacar cada una de las voces y los diferentes diseños contrapuntísticos con una claridad muy superior, a mi modesto entender. No menos importante es la variedad dinámica que tan sólo el piano, y esto es obligado reconocerlo, puede conseguir y que David Fray, de una manera bastante sabia y siempre con fines muy musicales, sabe dosificar en cada movimiento.
Fundamental es, por otra parte, la correcta articulación que en todo momento el solista, gracias, entre otras cosas, al sobrio empleo del pedal, y de toda la cuerda en general, obsérvese el controlado uso del vibrato, que demuestra a la perfección la teoría según la cual más decisivos son los criterios en la articulación a la hora de interpretar cualquier pieza musical que el tipo de instrumento que se elija (y que me perdonen mis amigos barroqueros).
A continuación os dejo el segundo movimiento del concierto en fa menor, BWV 1056, para que lo comparéis con la versión para clave de la Academy of Ancient Music dirigida por Andrew Manze y con Richard Egarr al teclado ¿Qué os parecen?
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Ahora, otro fragmento, en esta ocasión en vídeo, del tercer tiempo del concierto en la menor, BWV 1055. Nuestro amigo David, que no podemos negar que disfruta de lo lindo, parece abducido por el espíritu de Glenn Gould (lo cierto es que las semejanzas, casuales o intencionadas, son más que evidentes). La escena pertenece al documental rodado durante la grabación del CD y que podéis completar con el resto de las partes existentes en YouTube.
Maravillosa música que emociona por sí misma y por lo cercana que parece estar de los conciertos mozartianos:
---------------Maravillosa música que emociona por sí misma y por lo cercana que parece estar de los conciertos mozartianos:
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Resumiendo, quizá no una grabación de referencia pero sí una interesante muestra del talento del joven pianista francés del que será interesante seguir su carrera y futuros éxitos. Para ello bien le vendrá la ayuda de su nuevo y flamante suegro, el director milanés Riccardo Muti, con cuya hija contrajo matrimonio el pasado verano (si no lo cuento, reviento)
David con Chiara Muti a la salida de la iglesia de Sant'Agata en Ravenna
Chiara con papá Riccardo
El novio con su madre, Marina
Y ya que no pudisteis asistir al evento, como compensación os dejo el primero de los conciertos para bajar de RAPIDSHARE. Si queréis el disco entero os lo compráis, sólo cuesta 15€, que el pobre David ahora tiene muchos gastos...
4 comentarios:
¡¡Horror!! Al Sr. Muti le están empezando a salir las primeras canas y aparecen incipientes arrugas bajo sus ojos.Tendrá que hablar con Pearce Brosnan.
Por cierto, he oido el CD y me parece precioso.
David Fray.... te transporta.Lo he conocido hace poco,pero gracias a el, mi alma flota al escuchar a Bach.Cuando era pequeña y tocaba a Bach en el piano,me ocurria lo mismo. Ahora, al escuchar a este chico,me siento igual que antaño.Este blog está requetebien.
Me parece un pianista más, simplemente. Hay muchos músicos de verdad escondidos que no son conocidos. Este hombre no es ningún genio y se le está tratando como tal. Sólo hay que abrir los oidos.
Totalmente de acuerdo con el comentario anterior. Este hombre toca de manera agradable, es mono. Vende su look. Es algo histérico y funciona. No tiene nada de genio, ni siquiera su sonido representa algo nuevo, es mas bien banal.
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