(100) VAN DER WEYDEN: DESCENDIMIENTO

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Si alguna vez, visitando el museo del Prado, os acercáis a las salas de la planta baja donde se muestra la colección de pintura flamenca, entrad poco a poco en la sala LVIII y, en silencio, volved la vista hacia su lado izquierdo. De inmediato un escalofrío recorrerá todo vuestro cuerpo junto a una extraña mezcla de emociones, de compasión pero, también, de enorme gozo.
Es el descendimiento de Cristo de Roger van der Weyden.

Y es que no es de extrañar que Felipe II insistiera tanto en conseguir esta tabla para su colección de El Escorial mostrando siempre una admiración especial por ella (¡qué lástima que la injusta leyenda negra que el monarca español arrastra hasta nuestros días haya eclipsado su fascinante labor como mecenas y amante del arte!).

Por tanto, tampoco nos debe extrañar que la impresionante composición del pintor flamenco haya sido seleccionada, junto con otras trece obras maestras del museo, por los responsables de Google Earth para su novedoso proyecto en colaboración con la pinacoteca madrileña.
Este interesante proyecto, pionero en el mundo, nos permite contemplar por primera vez estas pinturas (en alguna ocasión teníamos que ser los primeros en algo) con una precisión y un detalle verdaderamente prodigiosos.

A continuación os dejo algunas de las instantáneas tomadas directamente desde G.E. donde se puede apreciar la altísima calidad y el grado de detalle al que pueden llegar las imágenes.

La novedosa técnica de la pintura al óleo, a diferencia de otras técnicas más tradicionales empleadas a mediados del siglo XV como, por ejemplo, el temple al huevo, permite a Van der Weyden una variedad de calidades, colores y texturas realmentemente maravillosas.

Es evidente que el artista intenta reflejar la escena de la pasión como si de un grupo escultórico en madera polícroma se tratara: el fondo plano, el modelado de las imágenes y lo elaborado de las vestimentas tratan de evocar, eso sí, de una manera mucho más económica, un auténtico retablo flamenco.
De esta forma el sustancial ahorro que la técnica pictórica representa frente a la obra escultórica permite a nuestro artista emplear materiales tan suntuosos como el oro o el lapislázuli, también conocido como "oro azul".
Existe otra versión, defendida por algunos especialistas y perfectamente compatible con la anterior, según la cual el descendimiento representaría una autentica profesión de fe, similar a la que dos siglos más tarde proclamaría Velázquez en sus "Meninas", y en donde se nos trataría de convencer de la superioridad de la pintura sobre la escultura.

Si a este prodigio de composición y colorido unimos el dramatismo y patetismo que desprenden algunos de los rostros protagonistas de la escena comprenderemos porqué esta pintura se erige, por derecho propio, en una de las creaciones más impresionantes de todo el arte occidental.

A continuación algunos extras:

ARTÍCULO DE EL PAÍS SOBRE ESTE PROYECTO

EL PRADO EN GOOGLE EARTH:
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Y como el otoño se presenta creativo aquí va un video sobre el descendimiento acompañado por otra obra no menos sobrecogedora: el "Agnus Dei" perteneciente a la misa "Ave maris stella" de Tomás Luis de Victoria.
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