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*
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
Joseph Karl Stieler (1828)
Kennst du das Land, wo die Zitronen blühn,
Im dunklen Laub die Gold-Orangen glühn,
Ein sanfter Wind vom blauen Himmel weht,
Die Myrte still und hoch der Lorbeer steht?
Kennst du es wohl?
Dahin! dahin
Möcht ich mit dir, o mein Geliebter, ziehn.
Kennst du das Haus? Auf Säulen ruht sein Dach.
Es glänzt der Saal, es schimmert das Gemach,
Und Marmorbilder stehn und sehn mich an:
Was hat man dir, du armes Kind, getan?
Kennst du es wohl?
Dahin! dahin
Möcht ich mit dir, o mein Beschützer, ziehn.
Kennst du den Berg und seinen Wolkensteg?
Das Maultier sucht im Nebel seinen Weg;
In Höhlen wohnt der Drachen alte Brut;
Es stürzt der Fels und über ihn die Flut!
Kennst du ihn wohl?
Dahin! dahin
Geht unser Weg! O Vater, laß uns ziehn!
¿CONOCES LA TIERRA...?
¿Conoces la tierra donde florecen los limoneros,
las doradas naranjas relucen entre sombrías hojas,
donde una suave brisa sopla bajo el cielo azul,
y se encuentra el silencioso mirto y el frondoso laurel?
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacia allí
quisiera andar junto a ti, amado mío!
¿Conoces la casa? Sobre columnas descansa su techo,
la sala resplandece, el aposento brilla
y los bustos de mármol me miran y preguntan:
¿Qué te han hecho, pobre criatura?
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacía allí
quisiera andar junto a ti, mi protector!
¿Conoces la montaña y su sendero entre las nubes?
La mula busca el camino a través de la niebla;
en cavernas habita la antigua raza de los dragones;
¡al abismo se arroja la roca y sobre ella el torrente!
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacia allí
se dirige nuestra senda! ¡Oh, padre, vayamos!
DESCARGA: "Kennst du das Land?"
Christine Schaefer/Graham Johnson
DESCARGA PARTITURA (SCHUBERT)
DESCARGA PARTITURA (SCHUMANN)
"Goethe en la campiña romana". Cuadro de Johann Wilhelm
Tischbein pintado en 1787 durante el trascendental viaje a
italia en el que podemos observar al poeta alemán emulando
a los senadores de la antigua Roma. Al fondo se intuyen la torre
de la tumba de Cecilia Metella y las ruinas de la via Apia antica.
Serigrafía de Andy Warhol inspirada en el famoso retrato (1982).
El siglo XX recreando la recreación de Tischbein.
La tumba de Cecilia Metella por Piranesi (1762)
La plaza del Panteón por W. L. Leitch. (1835)
Un grabado del palacio Madama en Roma por Giuseppe Vasi.
Finales del siglo XVIII. Obras que hicieron furor en Europa
durante todo el siglo y que animaron a un sinfín de artistas
a iniciar su peregrinación.
Ya vimos en entradas anteriores como la obra de Schakespeare
quedó como referente para toda la cultura del siglo XIX.
Pocas figuras podrán con posterioridad equipararse a la suya
y de entre todas es sin duda la de Johann Wolfgan von Goethe la que,
principalmente en el ámbito de la cultura alemana, ha dejado una
imborrable huella. También en Goethe encontramos personajes que
al igual que Hamlet u Otello representan arquetipos a los que el
resto de artistas recurrirán una y otra vez en busca de inspiración.
Máscara mortuoria de Goethe
Y de entre todos ellos es, sin duda, Mignon, la desventurada
muchacha raptada por los gitanos en Italia y llevada hasta
Alemania, la que mejor representa todos los tópicos que un
artista romántico pueda desear: juventud, belleza, nostalgia
por el paraíso perdido y un amor no correspondido. Mignon
es para los artistas alemanes Italia. Y ya sabemos lo que Italia
supone a finales del XVIII para todos los artistas del norte de
Europa. Escritores como los ingleses Percy Shelley, John
Keats, Lord Byron o el francés Stendahl hicieron de sus viajes
por el país transalpino un particular doctorado de obligado
cumplimiento.
Habitaciones ocupadas por el poeta John Keats, en el nº 26 de la
Piazza de Spagna, durante su estancia en Roma, hoy convertida en
casa-museo
Mignon acompañada de Wilhelm y el arpista
Goethe publicó el texto de “los años de aprendizaje de Wilhelm
Meister” en 1796 y desde entonces no ha habido compositor que
no se haya dejado seducir por las tonadas que la protagonista canta
a lo largo de la obra. Ya en 1809 Beethoven pondrá música, una de
las primeras versiones que se conocen, al poema que nos ocupa:
“kennst du das Land?”. Más tarde vendrán Schubert, Liszt, Wagner,
Mendelsohnn, Hugo Wolf y un largo etcétera que, incluyendo las
traducidas a otras lenguas como la compuesta por Tchaikovsky,
llegará hasta principios del siglo XX con la versión que de ella
hiciera un joven Alban Berg.
Cartel de la ópera "Mignon", ópera estrenada en 1866, del compositor
francés Ambroise Thomas
TRES MÚSICAS PARA UN MISMO TEXTO
De todas las versiones conocidas, más de cincuenta, he escogido
la de tres de músicos pertenecientes a tres generaciones diversas.
Resulta muy interesante comparar la forma en la que estos
compositores tan diferentes en estilos y tan lejanos en el tiempo
se han acercado al poema de Goethe.
Schumann escribe su versión en 1849 dentro del ciclo “Lieder,
Gesänge und Requiem für Mignon, op. 98”. Escrita en la tonalidad
de sol menor un par de compases nos bastan para comprender toda
la añoranza de Mignon por su Italia perdida. Su lamento es dirigido
a su adorado Wilhelm y en él vemos la determinación por volver a
casa, sin embargo, al final la resignación parece envolver a nuestra
joven en una breve coda en la que el piano deja entrever en un
nostálgico eco la melodía inicial.
Como de puntillas aparece por fin el rey del Lied (Ya tendrá tiempo
de hacer una entrada más triunfal). Por ahora nos conformamos con
la versión que Franz Schubert escribiera en 1819 sobre el mismo
texto. Podemos comprobar como la visión que Schubert tiene de
Mignon es mucho más juvenil e ingenua, no olvidemos que en la
novela la protagonista tiene tan sólo doce años, mostrando cierta
intensidad en un breve fragmento en la tercera estrofa que aparece
en modo menor.
Por último tenemos la maravillosa versión que en el año 1888
escribiera Hugo Wolf mucho más densa y atormentada que las
anteriores con continuas modulaciones y cambios en el tempo
y la dinámica propios del postromanticismo donde se enmarca
la obra de su autor.
Dos ejemplos de postales sobre Mignon, en actitud un poco "Lolita",
muy de moda a lo largo de todo el siglo XIX
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
Joseph Karl Stieler (1828)
Kennst du das Land, wo die Zitronen blühn,
Im dunklen Laub die Gold-Orangen glühn,
Ein sanfter Wind vom blauen Himmel weht,
Die Myrte still und hoch der Lorbeer steht?
Kennst du es wohl?
Dahin! dahin
Möcht ich mit dir, o mein Geliebter, ziehn.
Kennst du das Haus? Auf Säulen ruht sein Dach.
Es glänzt der Saal, es schimmert das Gemach,
Und Marmorbilder stehn und sehn mich an:
Was hat man dir, du armes Kind, getan?
Kennst du es wohl?
Dahin! dahin
Möcht ich mit dir, o mein Beschützer, ziehn.
Kennst du den Berg und seinen Wolkensteg?
Das Maultier sucht im Nebel seinen Weg;
In Höhlen wohnt der Drachen alte Brut;
Es stürzt der Fels und über ihn die Flut!
Kennst du ihn wohl?
Dahin! dahin
Geht unser Weg! O Vater, laß uns ziehn!
¿CONOCES LA TIERRA...?
¿Conoces la tierra donde florecen los limoneros,
las doradas naranjas relucen entre sombrías hojas,
donde una suave brisa sopla bajo el cielo azul,
y se encuentra el silencioso mirto y el frondoso laurel?
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacia allí
quisiera andar junto a ti, amado mío!
¿Conoces la casa? Sobre columnas descansa su techo,
la sala resplandece, el aposento brilla
y los bustos de mármol me miran y preguntan:
¿Qué te han hecho, pobre criatura?
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacía allí
quisiera andar junto a ti, mi protector!
¿Conoces la montaña y su sendero entre las nubes?
La mula busca el camino a través de la niebla;
en cavernas habita la antigua raza de los dragones;
¡al abismo se arroja la roca y sobre ella el torrente!
¿La conoces acaso?
¡Hacia allí, hacia allí
se dirige nuestra senda! ¡Oh, padre, vayamos!
DESCARGA: "Kennst du das Land?"
Christine Schaefer/Graham Johnson
DESCARGA PARTITURA (SCHUBERT)
DESCARGA PARTITURA (SCHUMANN)
"Goethe en la campiña romana". Cuadro de Johann Wilhelm
Tischbein pintado en 1787 durante el trascendental viaje a
italia en el que podemos observar al poeta alemán emulando
a los senadores de la antigua Roma. Al fondo se intuyen la torre
de la tumba de Cecilia Metella y las ruinas de la via Apia antica.
Serigrafía de Andy Warhol inspirada en el famoso retrato (1982).
El siglo XX recreando la recreación de Tischbein.
La tumba de Cecilia Metella por Piranesi (1762)
La plaza del Panteón por W. L. Leitch. (1835)
Un grabado del palacio Madama en Roma por Giuseppe Vasi.
Finales del siglo XVIII. Obras que hicieron furor en Europa
durante todo el siglo y que animaron a un sinfín de artistas
a iniciar su peregrinación.
Ya vimos en entradas anteriores como la obra de Schakespeare
quedó como referente para toda la cultura del siglo XIX.
Pocas figuras podrán con posterioridad equipararse a la suya
y de entre todas es sin duda la de Johann Wolfgan von Goethe la que,
principalmente en el ámbito de la cultura alemana, ha dejado una
imborrable huella. También en Goethe encontramos personajes que
al igual que Hamlet u Otello representan arquetipos a los que el
resto de artistas recurrirán una y otra vez en busca de inspiración.
Máscara mortuoria de Goethe
Y de entre todos ellos es, sin duda, Mignon, la desventurada
muchacha raptada por los gitanos en Italia y llevada hasta
Alemania, la que mejor representa todos los tópicos que un
artista romántico pueda desear: juventud, belleza, nostalgia
por el paraíso perdido y un amor no correspondido. Mignon
es para los artistas alemanes Italia. Y ya sabemos lo que Italia
supone a finales del XVIII para todos los artistas del norte de
Europa. Escritores como los ingleses Percy Shelley, John
Keats, Lord Byron o el francés Stendahl hicieron de sus viajes
por el país transalpino un particular doctorado de obligado
cumplimiento.
Habitaciones ocupadas por el poeta John Keats, en el nº 26 de la
Piazza de Spagna, durante su estancia en Roma, hoy convertida en
casa-museo
Mignon acompañada de Wilhelm y el arpista
Goethe publicó el texto de “los años de aprendizaje de Wilhelm
Meister” en 1796 y desde entonces no ha habido compositor que
no se haya dejado seducir por las tonadas que la protagonista canta
a lo largo de la obra. Ya en 1809 Beethoven pondrá música, una de
las primeras versiones que se conocen, al poema que nos ocupa:
“kennst du das Land?”. Más tarde vendrán Schubert, Liszt, Wagner,
Mendelsohnn, Hugo Wolf y un largo etcétera que, incluyendo las
traducidas a otras lenguas como la compuesta por Tchaikovsky,
llegará hasta principios del siglo XX con la versión que de ella
hiciera un joven Alban Berg.
Cartel de la ópera "Mignon", ópera estrenada en 1866, del compositor
francés Ambroise Thomas
TRES MÚSICAS PARA UN MISMO TEXTO
De todas las versiones conocidas, más de cincuenta, he escogido
la de tres de músicos pertenecientes a tres generaciones diversas.
Resulta muy interesante comparar la forma en la que estos
compositores tan diferentes en estilos y tan lejanos en el tiempo
se han acercado al poema de Goethe.
Schumann escribe su versión en 1849 dentro del ciclo “Lieder,
Gesänge und Requiem für Mignon, op. 98”. Escrita en la tonalidad
de sol menor un par de compases nos bastan para comprender toda
la añoranza de Mignon por su Italia perdida. Su lamento es dirigido
a su adorado Wilhelm y en él vemos la determinación por volver a
casa, sin embargo, al final la resignación parece envolver a nuestra
joven en una breve coda en la que el piano deja entrever en un
nostálgico eco la melodía inicial.
Como de puntillas aparece por fin el rey del Lied (Ya tendrá tiempo
de hacer una entrada más triunfal). Por ahora nos conformamos con
la versión que Franz Schubert escribiera en 1819 sobre el mismo
texto. Podemos comprobar como la visión que Schubert tiene de
Mignon es mucho más juvenil e ingenua, no olvidemos que en la
novela la protagonista tiene tan sólo doce años, mostrando cierta
intensidad en un breve fragmento en la tercera estrofa que aparece
en modo menor.
Por último tenemos la maravillosa versión que en el año 1888
escribiera Hugo Wolf mucho más densa y atormentada que las
anteriores con continuas modulaciones y cambios en el tempo
y la dinámica propios del postromanticismo donde se enmarca
la obra de su autor.
Dos ejemplos de postales sobre Mignon, en actitud un poco "Lolita",
muy de moda a lo largo de todo el siglo XIX