Guido Reni (1575-1642): "Charitas" (1630)
A veces, paseando por la red en busca de alguna que otra ilustración, y de un modo semejante a cómo uno descubre ciertas obras paseando por las salas de los museos, la búsqueda nos depara sorpresas tan maravillosas como la que hoy os traigo al blog.
Y es que nada mejor que esta joya del pintor italiano para refrescar los sentidos en estas, que ya comienzan a ser abrasadoras, tardes de junio.
Y es que nada mejor que esta joya del pintor italiano para refrescar los sentidos en estas, que ya comienzan a ser abrasadoras, tardes de junio.
Considerado durante demasiado tiempo un pintor anclado en la tradición más clasicista heredada de Rafael no fue hasta el siglo XX en el que la obra de Reni comenzó a ser valorada en su justa medida.
En este cuadro, fechado hacia el final del último periodo creativo del artista, se resumen a la perfección las principales características del pintor boloñés: un exquisito sentido de la sensualidad unido a un original e irresistible encanto.
Y es que todo, desde la delicada linea del dibujo hasta la no menos deliciosa gama cromática empleada, se combina en este cuadro para seducir al espectador desde el primer momento.
En este cuadro, fechado hacia el final del último periodo creativo del artista, se resumen a la perfección las principales características del pintor boloñés: un exquisito sentido de la sensualidad unido a un original e irresistible encanto.
Y es que todo, desde la delicada linea del dibujo hasta la no menos deliciosa gama cromática empleada, se combina en este cuadro para seducir al espectador desde el primer momento.
Especialmente llamativo resulta el empleo de la materia pictórica a la hora de tratar las diferentes zonas donde la piel aparece desnuda en todo su esplendor.
Un fragmento del vestido de la figura principal del que, al igual que en otras obras de Reni, se dice que casi es posible percibir el crujir de la tela.
"Muerte de Cleopatra" (1630).
Por los mismos años pinta Reni esta obra, una de las muchas que llevara al lienzo sobre el mismo asunto, y que, al igual que la que nos ocupa, nos muestra una gama cromática similar de un resultado no menos sensual.
Esquema compositivo de la obra
Para algunos estudiosos de la obra de Reni el ritmo y el movimiento que podemos encontrar en la mayoría de sus obras poseen una cualidad casi musical. Aunque tal observación pueda parecernos un tanto subjetiva, lo cierto es que Guido Reni nació dentro de un entorno muy musical, siendo su padre, Daniele, maestro de capilla en San Petronio, el encargado de instruir al pequeño Guido en el arte de la música.
Y es que, al igual que ocurre con el compás de cualquier composición musical, en la pintura de Reni toda la obra se compone a lo largo de las dos principales diagonales del cuadro creando una sensación de movimiento realmente espectacular. De la asociación entre unidad cromática del cuadro y la unidad tonal de, pongamos por caso, un madrigal no es necesario decir nada más. Si acaso, algo de música de ese otro gran genio (Mio Dio, Italia, come sei caduta in basso...!) al que es posible que Guido llegara a conocer. Para ello nada mejor que un poco de los "Madrigali Guerrieri et Amorosi" publicados por Monteverdi hacia 1638 dentro de su octavo libro de madrigales.
Y es que, al igual que ocurre con el compás de cualquier composición musical, en la pintura de Reni toda la obra se compone a lo largo de las dos principales diagonales del cuadro creando una sensación de movimiento realmente espectacular. De la asociación entre unidad cromática del cuadro y la unidad tonal de, pongamos por caso, un madrigal no es necesario decir nada más. Si acaso, algo de música de ese otro gran genio (Mio Dio, Italia, come sei caduta in basso...!) al que es posible que Guido llegara a conocer. Para ello nada mejor que un poco de los "Madrigali Guerrieri et Amorosi" publicados por Monteverdi hacia 1638 dentro de su octavo libro de madrigales.
Una vista del cuadro en su emplazamiento en el Metropolitan de Nueva York
LA CARIDAD VISTA POR OTROS ARTISTAS
La representación de la Caridad encarnada por una mujer que cuida de tres niños ha sido una constante en la iconografía de la pintura occidental desde el renacimiento hasta nuestros días, siendo uno de los asuntos preferidos por la la Iglesia contrarreformista del siglo XVI. En las figuras de los tres niños no sólo podemos ver la representación de las tres Virtudes Teologales de la Iglesia, Fe, Esperanza y Caridad, sino que también sirven al artista, y especialmente en el caso de Reni, para hacer una tierna alegoría de las principales virtudes maternales: la protección, el alimento y la educación.
A continuación, el mismo tema pero visto por los ojos de otros pintores:
A continuación, el mismo tema pero visto por los ojos de otros pintores:
Lucas Granach (1510)
Andrea del Sarto (1518)
Jean Cousin (1530)
Cecchino de Salviati (1548)
Escuela de Fontainebleau (1560)
Anthony van Dyck (1628)
Jacques Blanchard (1636)
W.A. Bouguereau (1878)
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