viernes, 22 de octubre de 2010

(123) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: EL ORO DEL RIN (1). Una guía para la audición.

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Es bien sabido que cuando Wagner finalizó la redacción del texto que, en un principio, daría lugar al libreto de su ópera La muerte de Sigfrido el compositor observó con disgusto como gran parte de los acontecimientos narrados -el origen de la relación de Siegfried con Brunilda o la traición de Hagen, entre otros- se veían, con una frecuencia mayor de la aconsejable, necesitados de constantes explicaciones que ayudaran al espectador a comprender mejor el desarrollo de la acción. De esta forma, lo que en un principio iba a ser tan solo una obra individual daría paso, retrocediendo poco a poco en el tiempo, a tres diferentes dramas, o jornadas, donde se podrían narrar, con todo lujo de detalles, no solo el momento en el que Siegfried despierta a Brunilda de su sueño eterno sino, además, el motivo por el que la Walkiria es condenada a este sueño, por citar algunos. Sin embargo, el afán explicativo de Wagner aún no se daría por satisfecho: todavía sería necesaria la creación de una cuarta obra donde quedara bien claro los orígenes de aquella maldición que, de alguna u otra manera, perseguía a todos los personajes del Anillo. Nacía de esta forma lo que, en su versión definitiva, sería conocido como el preludio de toda la tetralogía: el Oro del Rin (Das Rheingold).
Sin embargo, la importancia del Oro del Rin va mucho más allá de la simple narración, o explicación, de unos sucesos. A lo largo de este prólogo, y de sus cuatro escenas, se van a ir generando algunos de los leitmotivs más importantes y que más repercusión van a alcanzar a lo largo de las tres jornadas restantes: la Walkyria, Siegfried y el ocaso de los dioses. Motivos como los de la naturaleza, la espada, el fuego o la maldición, por señalar sólo alguno de ellos, se podrán escuchar en infinidad de variaciones junto a otros motivos derivados directamente de ellos y que tan sólo podrán cobrar todo su sentido si los comparamos con el motivo correspondiente en su estado original. Sólo si tenemos en cuenta la trascendencia que este complejo entramado de motivos conductores representa para el desarrollo de toda la Tetralogía podremos comprender el sentido exacto de este prólogo.

DAS RHEINGOLD

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ESCENA PRIMERA

El preludio de la Tetralogía se inicia a su vez con un preludio digno de la monumental obra a la que sirve de pórtico. Como naciendo de la nada y sobre el pedal de los contrabajos y los fagotes las ocho trompas inician una tras otra, en majestuosa y solemne procesión, el motivo de la naturaleza en un luminoso y constante crescendo en Mib durante más de 130 compases. La naturaleza como principio de todo y como símbolo de la estabilidad y del equilibrio del mundo se nos muestra aquí también como símbolo de la justicia y de la pureza: un simple acorde mayor como germen de todo y del que toda la música procede.

1-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (a):

Sobre esta clara armonía la cuerda inicia el motivo acortando progresivamente sus valores, primero en corcheas (b) y, más tarde, en semicorcheas (c), hasta dar la impresión de hallarnos inmersos en una poderosa corriente fluvial.

2-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (b):
3-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (c):


El portentoso crescendo nos conduce a las profundidades del Rin donde las hijas del río, las ninfas responsables de custodiar el oro, cantan y juegan a su alrededor. La aparición del siniestro nibelungo Alberich intentando obtener los favores de las náyades parece amenazar la paz y la seguridad del lugar. Atraído por la belleza de las ondinas comienza una alocada persecución mientras la luz de la mañana hace resplandecer el tesoro celosamente guardado por las hijas del Rin.
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Tras el motivo de la naturaleza los motivos del oro y el de la adoración del oro se encuentran entre los más destacados. Aquí podemos escuchar en primer lugar, y de forma más bien tímida, el motivo del oro repetido varias veces por las trompas para ser escuchado a continuación, y de manera mucho más rutilante, por la primera trompeta. Las exultantes voces de las ondinas responden con su canto peculiar y saludan al oro con el ya mencionado motivo de la adoración.

4-MOTIVO DEL ORO:
5a-ADORACIÓN DEL ORO:
5b-ADORACIÓN DEL ORO:
El lascivo enano no sólo parece divertir a las ninfas sino que, en una de las más inexplicables muestras de imprudencia de toda la historia de la ópera, obtiene de boca de una de las hijas una información tan valiosa como fatal: solo aquel que esté dispuesto a renunciar al amor podrá hacerse con el oro sagrado y, gracias al anillo forjado con el precioso metal, apoderarse de la herencia del mundo. El horrible enano, consciente de lo poco agraciado de su persona, considera al instante, con toda lógica, que con el oro podrá conseguir al menos, si no el amor, sí todos los placeres que la naturaleza le negó y, sin pensárselo un segundo más, se apodera del oro entre los gritos desesperados de las ninfas.

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Sobre los ecos de las infortunadas ninfas un dramático intermedio, donde se pueden escuchar los motivos del oro y de la renuncia al amor (corno inglés y trompas), nos traslada de las profundidades del Rin hasta una hermosa pradera desde la que se divisa el Walhalla, la nueva morada de los dioses.

6-MOTIVO DE LA RENUNCIA AL AMOR:

ESCENA SEGUNDA

Ante las puertas del imponente castillo el dios Wotan se somete a los reproches de Fricka, su esposa, por haber ofrecido a su hermana Freia -diosa encargada de mantener, gracias a sus manzanas, etérnamente jóvenes a los dioses- como pago por la construcción del palacio a los dos gigantes: Fasolt y Fafner. Y es que, como se verá a lo largo de toda la tetralogía, el poder de los dioses es bastante relativo. Entra en escena Freia perseguida por los gigantes deseosos de cobrar su recompensa cuando, en el momento más oportuno, aparece Loge, dios del fuego, que con la astucia que le caracteriza desvía la atención de los gigantes hacia el poderoso oro recién robado relatando los hechos a todos los presentes. Resulta especialmente interesante detenerse un instante en este relato para comprobar lo injusto de las acusaciones tan a menudo vertidas contra Wagner criticando su empeño por contarnos cosas que ya hemos escuchado previamente. El relato de Loge, bien es cierto, puede parecernos, a simple vista, un tanto reiterativo pero la inventiva y riqueza con la que Wagner maneja la orquesta y los temas que ya han aparecido en la escena anterior resultan realmente espléndidos.
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Loge narra a los presentes las delicias que sólo gracias a las mujeres son posibles de obtener y de cómo, aunque pueda parecer increíble, existe un nibelungo que ha sido capaz de renunciar al amor para lograr hacerse con el oro del Rin. Escuchemos como el tema de la renuncia (6) da paso al de Freia, magníficamente variado por Wagner y donde los violines dibujan la frase elevándose con maravillosa luminosidad, para pasar más tarde al tema del oro (5b), armonizado ahora de manera mucho más oscura, al tema del anillo y, por último, al tema de la adoración del oro (6) que en esta variación, y al pasar al modo menor, será conocido como el motivo del lamento de las hijas del Rin (25) y que encontrará mayor protagonismo en la escena final de la obra.

7-MOTIVO DE FREIA:
8-MOTIVO DEL ANILLO:


Los gigantes, cegados por el poder que promete la posesión del oro y prefiriéndolo por pago en lugar de la diosa, exigen a Wotan que les consiga el tesoro antes del anochecer; mientras tanto, Freia permanecerá en su poder como rehén. Apenas comienza a alejarse la hermosa figura de Freia por el horizonte cuando los dioses comienzan a sentir los efectos de su ausencia.
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El bellísimo pasaje nos muestra la desazón y el abatimiento en el que quedan los dioses. Las maderas van entonando de forma melancólica el tema de Freia (7) mientras las trompas hacen lo propio con el motivo de la Juventud divina. Resulta curioso observar, al final del fragmento, un cierto sabor beethoveniano en la orquestación de este motivo.

9-MOTIVO DE LA JUVENTUD DIVINA:
Decidido a arrebatarle el oro a Alberich Wotan parte, acompañado de Loge, hacia las entrañas de la tierra en busca del Nibelheim donde los nibelungos, esclavizados por el enano, trabajan sin descanso.
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El descenso al Nibelheim constituye uno de los momentos más impactantes de toda la obra; un pequeño poema sinfónico en el que el espíritu de Alberich sobrevuela amenazante. Sobre el agitado motivo de Loge/Fuego destaca el tema de la renuncia en su 2ª versión (1:00) y el motivo de la esclavitud (1:28). Es entonces cuando da comienzo un trepidante pasaje que refleja la frustación del nibelungo, su incapacidad para el amor y sus ansias de poder (1:34). La tensión va en aumento hasta que el tema del oro (4), interpretado por la trompeta baja, suena de forma siniestra y en modo menor (1:53) mientras el motivo del anillo (1:56) se deja oir con su peculiar ritmo sincopado aumentando, más si cabe, la general sensación de ansiedad. Por segunda vez se deja sentir el motivo del oro, ahora de forma más amenazante en la primera trompeta, hasta que ésta, en el climax de la frase, resuelve con el final del motivo de Freia (7), ahora en el modo menor, que nos recuerda el resentimiento de Alberich hacia todo lo relacionado con el amor (2:04). El rencor del gnomo parece hundirse en las entrañas de la tierra mientras de ésta comienza a brotar el obstinado y diabólico ritmo de los nibelungos, primero en la orquesta y, posteriormente, como surgiendo de las profundidades del infierno, en los yunques de los esclavos (18 indica la partitura) dando lugar a uno de los efectos más sobrecogedores de toda la historia de la ópera.

10-MOTIVO DE LOGE (a):
11-MOTIVO DE LOGE (b):
12-MOTIVO DE LOGE (c):
13-MOTIVO DE LA RENUNCIA AL AMOR (2ª versión):

14-MOTIVO DE LA ESCLAVITUD (a):



15-MOTIVO DE LOS NIBELUNGOS:


ESCENA TERCERA

La escena tercera se situa en el centro del Oro del Rin como un diavólico scherzo donde se van a ir dando cita los temas más negros y oscuros de todo el prólogo. Los acontecimientos narrados, sin embargo, aunque siempre siniestros y llenos de misterio, presentan un carácter ciertamente ingenuo y muy próximo a los cuentos infantiles de los hermanos Grimm o de Perrault.
Al llegar al Nibeheim Wotan y Loge encuentran a Alberich completamente poseído por la ambición y dando muestras de una descarada fanfarronería. Ante los dioses se muestra desafiante y, como ejemplo de su desmedido poder, no duda en impresionar a sus ilustres visitantes transformándose en una gigantesca serpiente. El astuto Loge, intuyendo que el nibelungo anda sobrado de poder pero más bien escaso de ingenio, logra convencer al enano para que realice un último prodigio: convertirse en algo tan diminuto como un sapo. El vanidoso gnomo no tarda en sucumbir al engaño y, nada más tomar la inofensiva apariencia del anfibio, es capturado por ambos dioses.




ESCENA CUARTA

De regreso a la superficie Wotan obliga a Alberich a entregar las riquezas obtenidas desde que robó el oro. Desesperado y humillado, pero con la esperanza de que los dioses no reparen en el anillo que aún conserva, el nibelungo invoca a todos sus esclavos para que transporten el tesoro desde las profundidades del Nibelheim. El momento es realmente estremecedor; ejemplo de la sabia escritura wagneriana en la que la superposición de diferentes motivos crea un efecto lleno de fuerza y tensión.
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Sobre la base obsesiva del tema de los nibelungos va creciendo el motivo de la acumulación del tesoro, en siniestra progresión, mientras se deja sentir el doliente tema de la esclavitud, como un débil gemido, en la voz del corno inglés. En el momento de máxima tensión el motivo de la dominación de Alberich estalla en forma de desesperado grito. Obsérvese como este motivo procede directamente del motivo de la adoración del oro (5b), aunque ahora se nos muestra bajo una nueva armonización mucho más oscura: el oro puro en manos de las ondinas frente al oro corrompido por la mano del nibelungo. Otro ejemplo de cómo Wagner utiliza sus leitmotives en busca del efecto poético, y no únicamente dramático, y que tantas veces pasa desapercibido en sus óperas.

16-MOTIVO DE LA ACUMULACIÓN DEL TESORO
17-MOTIVO DE LA ESCLAVITUD (b)

18-MOTIVO DE LA DOMINACIÓN DE ALBERICH:



Una vez entregado el tesoro Alberich se dispone a reclamar su libertad. Cuando todo parece indicar que la pesadilla ha concluído para el nibelungo Wotan descubre el anillo que aún permanece en la mano del gnomo. A pesar de su resistencia el dios consigue arrebatarle la sortija que al instante se coloca lleno de satisfacción es su mano. Abatido y presa de la más profunda angustia al desgraciado Alberich tan sólo le queda el consuelo del anatema:

"¡Así como mediante la maldición conquisté el anillo,
maldito éste sea!
¡Su oro me dio poder ilimitado;
que su magia engendre ahora la muerte a quien lo posea!

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El momento, uno de los más siniestros de toda la tetralogía, comienza con el misterioso motivo sincopado de la venganza de Alberich, entonado por las maderas y con el característico color, tan wagneriano, de las trompas con sordina. Es entonces cuando, en la voz del despechado y ultrajado gnomo, se escucha por primera vez el momento más transcendental de toda la obra: el demoníaco motivo de la maldición. Finalmente el motivo de la dominación (18) se transforma, otro claro ejemplo de la habilidad y de la fuerza expresiva con las que Wagner sabe manejar sus leitmotiv, desde su forma original hasta convertirse en el de la adoración del oro (6) como símbolo del triunfo de Wotan sobre el nibelungo.

19-MOTIVO DE LA VENGANZA DE ALBERICH:

20-MOTIVO DE LA MALDICIÓN:

Desaparecido el nibelungo son ahora los gigantes los que regresan a la planicie para canjear a su cautiva por el prometido tesoro. Se inicia el cobro del rescate pero con la condición de que las riquezas que alcancen a cubrir a la diosa Freia por completo sean las que los dos gigantes obtengan por recompensa. Los dioses, entre la indignación y la impaciencia, aceptan el trato mientras la diosa comienza lentamente a desaparecer tras el tesoro. Una vez oculta tras la montaña de oro y sin nada más por entregar, Fasolt observa cómo aún es posible contemplar por una rendija el brillo de la mirada de Freia.


Es entonces cuando, descubriendo el anillo que reluce en la mano de Wotan, el gigante exige al dios que tape el hueco con la preciada sortija. El encolerizado dios, que ya había comenzado a soñar con el fabuloso futuro que le prometía la joya, se niega rotundamente a separarse del anillo. Al momento un gran tumulto estalla entre los presentes: los gigantes pretenden volver a llevarse a Freia y los dioses insisten a Wotan para que entregue el anillo. Repentinamente el clamor cesa; de lo más profundo de la tierra surge la imponente figura de Erda, la diosa madre de la Tierra. Su voz suena poderosa y solemne, pero sombría y misteriosa al mismo tiempo. Tras advertir al dios del peligro que encierra la posesión del anillo, y después de aconsejarle que se deshaga de él entregándoselo a los gigantes, vuelve a adentrarse en las profundidades.
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Si en los pasajes anteriores pudimos comprobar la capacidad conceptual de Wagner para dotar a un fragmento musical de distintos contenidos de forma simultánea, con la aparición de Erda descubrimos al músico Wagner más poeta. La diosa madre, encarnación de toda la naturaleza y representante de todo lo puro que reina en ella, se nos aparece con el mismo motivo, en valores mucho más amplios, que ya escucharamos al inicio del relato como tema de la naturaleza aunque, como consecuencia del carácter admonitorio del personaje, en esta ocasión se siente en modo menor y de forma más misteriosa y oscura. La inversión de este motivo, así como la de los valores morales que representa, nos dará un nuevo motivo: el de la decadencia de los dioses.

21-MOTIVO DE ERDA:
22-MOTIVO DEL OCASO DE LOS DIOSES:

Entregado el anillo se pone en marcha su implacable máquina destructora sembrando la discordia, de inmediato, entre los dos gigantes; tanto uno como el otro reclaman el anillo para sí. Cansado de discutir Fafner acaba con la vida de Fasolt de un mazazo para, tras apoderarse de todo el tesoro, desaparecer con él.
Aunque, por un momento, los dioses quedan impactados por lo acontecido, al instante la imponente presencia de la nueva fortaleza, ya libre de toda hipoteca, vuelve a acaparar toda su atención. Por fin todos podrán disfrutar de su fabuloso castillo sin más contratiempos.

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23-MOTIVO DE DONNER:
A un golpe de su martillo, Donner, el dios del trueno, convoca a las nubes estallando la tormenta a continuación. De inmediato, un fabuloso arco iris comienza a elevarse desde la planicie, donde se hayan los dioses, hasta las mismas puertas del Walhalla.
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24-MOTIVO DEL ARCO IRIS:
En solemne procesión los dioses comienzan a ascender por él llenos de satisfacción mientras, desde lo más profundo del valle, llega el eco del melancólico lamento de las hijas del Rin:

¡Oro del Rin!¡Oro puro!
Lo fiel y verdadero sólo se haya en el abismo.
Falso y ruin es lo que triunfa en la cumbre.


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Aunque parece claro que en todo este impresionante final Wagner ironiza un tanto con la grandeza de unos dioses que tienen sus días contados, tres para ser exactos, el conjunto resulta de una majestuosidad impresionante. Sobre el fondo del arpa , desde el interno, se eleva el lastimoso lamento de las ondinas. El motivo deriva de forma sencilla, como tantos otros en la tetralogía, del motivo de la adoración del oro aunque, al sonar ahora en el modo menor, su efecto sea más melancólico que triunfal.

25-MOTIVO DEL LAMENTO DE LAS HIJAS DEL RIN:

El lamento es bruscamente interrumpido por un tema citado poco antes por Wotan, aunque ahora es cuando las trompetas y los trombones nos lo muestran en todo su esplendor (2:20), y que podemos considerar uno de los más importantes de todo el Anillo: el motivo de la espada. La espada, motivo muy similar al ya escuchado del oro, simboliza los planes para el futuro de Wotan y que sustituyen al frustrado plan original de dominio a través del anillo. Entre estos planes figura la creación de todo un ejército de walkyrias y de héroes, de entre los que destacarán Brunilda y Sigmund como principales representantes, y que serán los encargados de neutralizar las amenazas que se ciernen sobre los dioses.

27-MOTIVO DEL WALHALLA:


26-MOTIVO DE LA ESPADA:


(el tema de la espada sobre el obstinato del motivo del Walhalla)

La heróica melodía desemboca en un fortísimo donde, sobre el continuado y majestuoso ritmo (segundo compás del tema del Walhalla), las trompas comienzan a dibujar el ondeante motivo del arco iris (24) mientras el trémolo de la cuerda y los arpegios de las seis arpas (recordemos que Wagner escribe una parte diferente para cada una de ellas) nos describen con toda solemnidad el ascenso de los dioses y el fulgurante esplendor del Walhalla mientras cae el telón.

FIN






(122) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: JONAS KAUFMANN. SCHUBERT: La bella molinera


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Der Jüngling an der Quelle D.300

Leise rieselnder Quell!
¡Fuente de suave murmullo!
Ihr wallenden flispernden Pappeln!
¡Álamos que entre susurros ondeáis!
Euer Schlummergeräusch
Vuestro adormecido rumor
Wecket die Liebe nur auf.
En mí el amor despierta.

Linderung sucht' ich bei euch
Entre vosotros alivio buscaba
Und sie zu vergessen, die Spröde.
Para a la esquiva poder olvidar
Ach, und Blätter und Bach
¡Ay! ¡Pero hasta las hojas y el arroyo
Seufzen, Luise, Dir nach!
Suspiran, Luise, por ti!



Confieso que compré las entradas para el recital de Kaufmann sin saber cuál sería el contenido del programa. Cuando me enteré que cantaría el ciclo de la bella molinera lo primero que me vino a la memoria fueron algunos de los recitales de lied padecidos anteriormente. Y es que , cuando uno piensa en el lugar ideal para la interpretación de este tipo de canciones, el Maestranza no creo que figure entre uno de ellos, la verdad. Por otra parte, las contadas ocasiones en las que he podido escuchar al tenor alemán, las características de su voz, habiéndolo visto en papeles como Don José o Lohengrin, tampoco me hacían presagiar nada bueno en un campo tan delicado como el del lied. Pero, qué le vamos a hacer, una vez más se ha vuelto a demostrar que la ignorancia es la peor consejera que pueda existir.
Que Kaufmann posee una voz privilegiada ya lo sabía, pero que era capaz de desplegar tal variedad de colores y de matices, como los que ayer fue desgranando a lo largo de las veinte canciones del ciclo schubertiano, tengo que reconocer que no me lo esperaba. A pesar de algún problemilla en la emisión, principalmente en el registro agudo al cantar a media voz, la versión escuchada ayer sólo puede calificarse de magnífica con algunos momentos antológicos de esos que cortan la respiración. Puede que a algunos la versión les pueda parecer en exceso romántica, extremada en los contrastes y con un cierto abuso del falsete en los pianos. Personalmente creo que el mundo del lied permite muchas lecturas, casi todas válidas, pero que lo único inaceptable debe ser el aburrimiento.
Y Jonas Kaufmann ayer no sólo no aburrió sino que, a mi modesto entender, dio toda una lección magistral de expresividad y, lo que es más importante, de musicalidad: acariciando con la voz, a veces casi de un cálido color baritonal, en los momentos de mayor intimidad o rasgando el aire del Maestranza con el portentoso metal de su voz, no olvidemos que Kaufmann es el prototipo de heldentenor alemán, en algunos de los momentos más brillantes, por ejemplo el "dein ist mein Hertz" de "Ungeduld" (nº 7).



Y al piano, Helmut Deutsch. Maestro de Kaufmann, su interpretación de la bella molinera es sencillamente magistral. Atento a cada matiz, a cada detalle, realizó un acompañamiento simplemente perfecto. En definitiva, una estupenda velada que me hizo reconciliarme con el teatro, con su público (nivel de toses medio, tirando a bajo) y en el que el silencio, tan difícil de encontrar en esta "otra" Maestranza, reinó de una forma especial en la última propina, como por encanto, en uno de los momentos más mágicos de la noche: el muchacho en la fuente.

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Postdata: que todo el público, reconozco que yo también piqué, rompiera a aplaudir cuando apareció en la pantalla de los subtítulos la palabra Pause, en referencia a la canción del mismo nombre (número 12 del ciclo), creo que merece la pena comentarse. Y no sólo por lo ridículo de la situación sino, más bien, por imaginar qué le rondará por la cabeza al bueno de Jonas cada vez que vea acercarse la dichosa canción y comprobar la reacción del respetable. ¿O esas cosas sólo pasan aquí?



viernes, 15 de octubre de 2010

(121) POLÍGONO DE SAN PABLO (SEVILLA): ARTE PARA TODOS


Si algo de bueno tuvo la fiebre constructora vivida en Sevilla en los años sesenta y setenta fue el fuerte sentimiento democrático que la inspiraba. De esta forma, cuando la democracia parecía aún algo a penas intuido en el horizonte, barrios tan alejados en el espacio y en lo social, como son el Polígono de San Pablo y el barrio de Los Remedios, lograban verse singularmente hermanados gracias al furor especulativo que los vio nacer. Una hermandad que, si bien no pudo superar las diferencias sociales que los separaba, los unió para siempre como ejemplo del peor urbanismo imaginable y como muestra de la peor arquitectura que uno pueda concebir.
Pasados los años las cosas parecen haber cambiado bastante. Por un lado, los Remedios ha visto la llegada del metro, la construcción de aparcamientos subterráneos, la peatonalización (por cierto, ¡qué trabajito les ha costado!) de alguna de sus principales calles. Y por el otro, el Polígono de San Pablo...


Desde hace unos pocos días, el Polígono de San Pablo ha sido protagonista de una de las intervenciones más originales vividas en nuestra ciudad en los últimos años. Si ya saludamos desde este blog la propuesta por parte del ayuntamiento de contar con algunos de los grafiteros más famosos del país para plasmar sus diseños sobre algunos de los contenedores de vidrio repartidos por toda la ciudad (RECICLAR CON ARTE), la idea de reunir en San Pablo a más de veinte de los mejores muralistas del mundo para iluminar algunas de las blancas fachadas de sus bloques de viviendas solo puede ser calificado como de rotundo éxito. Ideado por Peter Claeson y auspiciado por la ONU, el proyecto "Arte para todos" ha conseguido algo que parecía casi impensable hace unos meses: hacer del barrio obrero un museo al aire libre logrando sumarse, de esta forma, al total de la numerosa oferta cultural y turística con la que ya contaba la ciudad.

A continuación os dejo con algunas fotos sacadas de la red y otras realizadas por mí durante la visita al barrio durante el pasado puente. Creo que, para todos los que vivimos en Sevilla y pocas veces (o ninguna, como en mi caso) hemos tenido la oportunidad de visitar este barrio, el proyecto representa una magnífica excusa para conocerlo y pasearlo descubriendo, una a una, sus calles junto a todas estas interesantes creaciones. Hacedme caso. Merece la pena.



Tres muestras del grupo 310,
integrado por Stephan Krasnov y Tseluyko Andrey

Cacique banana, mural de Nelson Roman.




Fragmentos del mural pintado porChristina Salas, Jaime y Javier Suárez.

Eric Okdeh (EEUU)

Mural del grupo FINOK (Brasil)

Un mercadillo en la avenida de La soleá con el mural de Veronica Werckmeister al fondo

Dos fragmentos del mural creado por el alemán Christian Wahle

Federico Bacher (Argentina)

Para el final os dejo la obra de dos de los muralistas más prestigiosos:


El primero es el granadino El niño, o el niño de las pinturas como es también conocido, y del que podéis apreciar la calidad de algunos de sus trabajos si pincháis AQUÍ

El siguiente grupo está integrado por los muralistas ucranianos AEC (Aleksei Bordusov) & Waone (Wladimir Manzhos). En su blog INTERISNI KAZKI podéis contemplar algo más de su interesante trabajo.


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