tag:blogger.com,1999:blog-5802321209173729752024-03-13T18:15:40.823+01:00BoccanegraXShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.comBlogger136125tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-62680769292470117042013-10-10T00:30:00.000+02:002013-10-10T00:35:40.054+02:00(137) TANTI AUGURI, MAESTRO!<div style="text-align: justify;">
Puede que de no haber nacido la evolución de la historia de la música no hubiera sido muy diferente a como con posterioridad se desarrolló a lo largo de todo el siglo XX. Puede que, comparado con su coetáneo teutón, este aspecto de su arte no alcance nunca tal relevancia revolucionaria. </div>
<div style="text-align: justify;">
Pero de lo que sí podemos estar seguros es de que las temporadas de ópera en todos los teatros del mundo serían difícilmente imaginables si hace doscientos años no hubiera venido al mundo, en una pequeña aldea del norte de Italia, un niño al que pusieron por nombre Giuseppe Fortunino Francesco.</div>
<div style="text-align: justify;">
La aldea que entonces era conocida como Le Roncole hoy lleva unido como sentido homenaje su nombre, de forma inseparable, al de su ilustre paisano.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy se cumplen exactamente doscientos años del nacimiento de ese niño. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy hace dos siglos que <a href="http://xavisuescun.blogspot.com.es/2010/06/114-la-traviata-teatro-maestranza.html" target="_blank">Giuseppe Verdi</a> vino a este mundo y Boccanegra, rindiendo honor a su inspirador, no puede dejar pasar tan gloriosa fecha sin mostrar, una vez más, su eterno agradecimiento y admiración.</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><span class="Apple-style-span" style="color: orange; font-size: x-large;">¡FELICIDADES, MAESTRO!</span></b></div>
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<b><span class="Apple-style-span" style="color: orange; font-size: x-large;"><br /></span></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD4sbQ3iX4ahou3vCG90W4nS7nhPbsQfs7-tzLhrxQzIUWT638Fv0jC9b2NnAGA5chc4O5OZ4JwPktHNcO2Ha0fH-8ARa2Xw9fHA3t020RNXZWVZMBpd6uyO-OGtz1HuNS20kspDLXnuIY/s1600/d76c35e7-b2e0-4105-b823-6d81ee9eeec7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD4sbQ3iX4ahou3vCG90W4nS7nhPbsQfs7-tzLhrxQzIUWT638Fv0jC9b2NnAGA5chc4O5OZ4JwPktHNcO2Ha0fH-8ARa2Xw9fHA3t020RNXZWVZMBpd6uyO-OGtz1HuNS20kspDLXnuIY/s640/d76c35e7-b2e0-4105-b823-6d81ee9eeec7.jpg" width="450" /></a></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: orange;">Verdi visto por <a href="http://it.wikipedia.org/wiki/Francesco_Paolo_Michetti" target="_blank">Francesco Paolo Michetti</a> (1887). </span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: orange;">Museo Barezzi, Busseto.</span></div>
XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-87329870082798127142013-08-10T14:25:00.000+02:002013-08-11T10:21:02.909+02:00(136) BARENBOIM EN SEVILLA. TEATRO MAESTRANZA. 9 de AGOSTO 2013<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL0GLXSIQwDKaNDPl5j26gZFVd0nhwLQQCz_Ukr2sMu6inep341TC3d-bmTX7qrytg6wvmLzDXgR09-_sl9NioroN6g50TLHmB1wXMuU8kEd608hThttDGM-PhbsI7zh6GPc3I9FzpwBDA/s1600/BuenosAires2010_494.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL0GLXSIQwDKaNDPl5j26gZFVd0nhwLQQCz_Ukr2sMu6inep341TC3d-bmTX7qrytg6wvmLzDXgR09-_sl9NioroN6g50TLHmB1wXMuU8kEd608hThttDGM-PhbsI7zh6GPc3I9FzpwBDA/s400/BuenosAires2010_494.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: orange;"><b>*</b></span></div>
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Tengo que reconocer que ante el "asunto Barenboim" no tengo una posición demasiado clara. Aunque por mi trabajo, directamente relacionado con la enseñanza musical, y por mis vínculos con la ROSS pudiera parecer que, en un principio, debiera estar más próximo a las posturas que desaprueban el gasto que supone esta aventura de la WEDO y que, al parecer, tanto interfieren en nuestras orquestas y conservatorios, sin embargo, no creo que la renuncia a don Daniel y a sus músicos nos vaya a devolver a los profesores, ya sean estos de aula o de atril, ni un solo euro de los muchos de los que ya hemos sido privados.</div>
<div style="text-align: justify;">
Algunos de estos pensamientos rondaban por mi cabeza ayer al inicio del concierto cuando nada más comenzar a sonar los primeros compases de la obertura de las Vísperas Sicilianas de Verdi todos ellos fueron sustituidos por la grata sorpresa de comprobar que me encontraba ante una fabulosa agrupación y, sobre todo, por la certeza de que me hallaba, una vez más, ante una de las más grandes batutas de nuestro tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Desde el ensoñador lirismo de los preludios de La Traviata hasta el vibrante dramatismo de la obertura de La Forza del Destino todo fue explicado de forma magnífica con un perfecto equilibrio entre el gran virtuosismo y la más exquisita musicalidad que los pentagramas escritos por Verdi requieren. Para el recuerdo quedan las líricas frases de los violoncellos y el electrizante, y rossiniano, crescendo en la obertura de las Vísperas o el emocionante pero contenido coral entonado por todos los metales en la obertura de la Forza. ¡Qué breve y a qué poco me supo todo, la verdad!</div>
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La endiablada obra, en todos los sentidos, escrita por Héctor Berlioz en 1830(!) sin ser obra santo de mi devoción permitió al director argentino-israelí-etc, etc, tal despliegue de recursos, de detalles y de matices dichos con tanta maestría y tan asombrosos todos ellos que no tuve más remedio que claudicar ante el enorme espectáculo sonoro al que estaba asistiendo (¡Qué maravilla de vals!). Una vez más el virtuosismo y la música se daban la mano a un altísimo nivel permitiendo el lucimiento de todas y cada una de las secciones de la orquesta.</div>
<div style="text-align: justify;">
Como propina músicos y director nos fueron regalando, una a una, y ante un público entregado la casi totalidad de los números que integran la primera suite de Carmen de Bizet donde la belleza del maravilloso intermedio nos dejó a más de uno con el corazón encogido.</div>
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En resumen, un brillante broche para una gran noche de música a lo grande.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
</div>
XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-12668416351502181592012-06-15T21:26:00.000+02:002012-07-08T01:41:56.951+02:00(135) SEVILLA, LA UNESCO Y LA TORRE PELLI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy5-dRFwNLqzI_mRz69dldEje6Qok0Q5wEzYVza2-SvE_WKqiqUBIPI1NIX5ciBK6DOzbrZmXKPhY4wGqWiAL6C7ub5e3V8n759bFlklCfwlGKiN9LLzGgule_QVNBvCVmSEPx3iBjO0y7/s1600/torre-pelli-giralda-unesco--644x362.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy5-dRFwNLqzI_mRz69dldEje6Qok0Q5wEzYVza2-SvE_WKqiqUBIPI1NIX5ciBK6DOzbrZmXKPhY4wGqWiAL6C7ub5e3V8n759bFlklCfwlGKiN9LLzGgule_QVNBvCVmSEPx3iBjO0y7/s640/torre-pelli-giralda-unesco--644x362.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
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¿Dónde estaba la UNESCO cuando en la década de los sesenta Sevilla veía impotente como gran parte de su patrimonio urbano era destrozado bajo la piqueta de la más salvaje especulación?</div>
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¿De qué nos ha servido que varias décadas después declarara a los monumentos más emblemáticos de nuestra ciudad "patrimonio de la humanidad"?</div>
<div style="text-align: justify;">
¿De verdad necesitaban edificios como el Alcazar o el Archivo de Indias, que fueron capaces ellos solitos de sobrevivir a esta destrucción, que décadas después viniera la Superprotectora Organización a reconocer su valía?</div>
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOk6CXRY9B9TPHec4XSemj6RkeArDQW135bvVZ_MDbBL0ze6i8QSig1Loni0VlhaIZ7n9TlABf0oPuo3L8uD9iIiI44TwFpDcXyn4P75kic8Idg0KCnD9wD8GbTGVsLMhHbuSH1TZQeWdX/s1600/P1040838.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOk6CXRY9B9TPHec4XSemj6RkeArDQW135bvVZ_MDbBL0ze6i8QSig1Loni0VlhaIZ7n9TlABf0oPuo3L8uD9iIiI44TwFpDcXyn4P75kic8Idg0KCnD9wD8GbTGVsLMhHbuSH1TZQeWdX/s640/P1040838.JPG" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
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Con el escándalo aún reciente tras la finalización de las obras en una de las zonas más devastadas durante aquellos "felices sesenta", la plaza de la Encarnación y sus famosas setas, la construcción de una nueva obra "moderna" vuelve a hacer tambalear los tradicionales cimientos de nuestra querida "Ollita Pía".</div>
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Y todo por culpa de una torre de cuarenta plantas.</div>
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Confieso que la idea de un rascacielos en nuestra ciudad nunca llamó en exceso mi atención pero cuando en estas últimas semanas, mientras la torre sigue creciendo con lento pero seguro ritmo, observo el revuelo tan tendencioso y rancio que está generando no puedo evitar el desear que La Pelli llegue a su planta 40 lo antes posible y con todo éxito.</div>
<div style="text-align: justify;">
Como muestra de todo esto os traigo la imagen publicada en uno de los diarios más importantes de nuestra ciudad que bajo el apocalíptico titular <a href="http://www.abcdesevilla.es/20120615/sevilla/sevi-sevilla-juega-imagen-petersburgo-201206150009.html">"Sevilla se juega su imagen en San Petersburgo por la Torre Pelli"</a> nos muestra la polémica torre prácticamente plantada en todo el cogollo del centro "histérico" de la ciudad y, en una más que falsa perspectiva, a escasos metros de la Giralda.</div>
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Por cierto, y ya que hablamos de la Giralda ¿qué hubiera dicho la UNESCO del siglo XVI ante la extravagante idea de rematar un alminar almohade con un campanario renacentista? ¿Y con la más radical solución de destruir toda una mezquita para edificar la protegida catedral de hoy en día?</div>
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Yo les aconsejaría a los señores de la UNESCO que dejaran que la Sevilla del siglo XXI siguiera su camino y que, si no les supone mucho esfuerzo, se dieran una vuelta por la calle Sierpes y entraran en lo que un día fue el cine Llorens, ahora convertido en siniestra sala de juegos; o en el antiguo Palacio Central ahora sede de una famosa tienda de ropa; o por el antiguo teatro Imperial que, al menos, ahora de cobijo a una librería; o por...</div>
<div style="text-align: justify;">
En fin, que eso sí es para llorar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-66166955945981008692012-06-06T04:14:00.001+02:002012-06-06T21:29:10.602+02:00(134) Teatro Maestranza, Sevilla: MADAMA BUTTERFLY<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFk7LU5s__y92AaU0RdAKB-Xvu4NhtHzJrw7snbZQBGsLHNc7sORjlSFDsGofrgC9p_ebMNiQwyiDWzx37GiQcYla2iVe8a7pMuDKfj8zejm7Fa96q3gR6rFK6PdFx-4xysgUxIRof_yIh/s1600/Foto+06-06-12+01+12+46.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFk7LU5s__y92AaU0RdAKB-Xvu4NhtHzJrw7snbZQBGsLHNc7sORjlSFDsGofrgC9p_ebMNiQwyiDWzx37GiQcYla2iVe8a7pMuDKfj8zejm7Fa96q3gR6rFK6PdFx-4xysgUxIRof_yIh/s400/Foto+06-06-12+01+12+46.jpg" width="297" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: orange;"><b>*</b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: orange;"><b><br /></b></span></div>
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La verdad es que la noche no podía finalizar de otra forma. No habían transcurrido ni veinte minutos desde que la pobre Cio-Cio San había dejado de padecer y ya estábamos todos entre cervezas y tapas comentando atropelladamente las diferentes incidencias vividas en la representación recién estrenada. El entusiasmo se transmitía de unos a otros entre apretones de manos, besos y abrazos. Ya fueran músicos de la orquesta, miembros del coro o, como un servidor, simples espectadores todos parecíamos estar poseídos aún por el hechizo de la magistral partitura pucciniana. Y es que hacía tiempo que Boccanegra no asistía a una representación tan rebosante de magia, calidad y emoción como la que hemos vivido hace apenas una pocas horas en el coliseo sevillano. Ya iba siendo hora, ¿no? </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Aunque para ser sinceros los primeros momentos del espectáculo nada bueno hacían presagiar. Así que durante el primer acto por mi propio bien, y principalmente para poder escapar del "metalenguaje" con el que el señor Mario Gas pretendía torturarme, decidí zabullirme en el foso y dejarme arrastrar por todas las maravillas que desde él brotaban (el foso, sí, ese averno escondido en el subsuelo y que, por ahora, permanece inaccesible a las garras de los directores de escena). </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Puede que Butterfly no sea la mejor ópera de Puccini pero con su música aún latente en mis oídos bien podría asegurar que nos encontramos ante su mejor partitura. La orquesta sinfónica de Sevilla dio buena cuenta de ello y llevada por la batuta de un exultante Pedro Halffter exprimió hasta la última gota de todo ese inmenso caudal de colores y sensualidad que rezuma la obra de Puccini. Como ejemplo no puedo evitar el citar todo el inicio del inmenso dúo del primer acto, quizá el dúo de amor más sublime de toda la ópera italiana, y en el que las maderas protagonizaron uno de los momentos más hermosos de la noche.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Llegados a este punto hay que agradecerle a Pedro la valentía, ante aquellos que critican un peso excesivo de la orquesta en un sobredimensionado foso, de ofrecernos una orquesta sinfónica con la plantilla que la música de Puccini exige y no con la que puede resultar más o menos conveniente al pobre volumen sonoro de algunos cantantes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl1YQ3uFEV7ZJ5XC0zGXB5Ps_2TBXGmffjvmw7W-3KcZbQMJwx1_eiUQIoJxNt1nTOilJIYOP_obgi3vd-Z_5515M_AgLvX4mSgo18cDRM8KW1A5SRMZDyhAsRdMUT0vMoekCcZLN6-PgZ/s1600/7339251564_8cfccfd2aa_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl1YQ3uFEV7ZJ5XC0zGXB5Ps_2TBXGmffjvmw7W-3KcZbQMJwx1_eiUQIoJxNt1nTOilJIYOP_obgi3vd-Z_5515M_AgLvX4mSgo18cDRM8KW1A5SRMZDyhAsRdMUT0vMoekCcZLN6-PgZ/s640/7339251564_8cfccfd2aa_o.jpg" width="481" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: orange;">Foto: Julio Rodríguez</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: orange;"><br /></span></div>
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Sin embargo, y aunque Boccanegra pueda dar la sensación de que se deja seducir más por el lado "germano" o sinfónico de Puccini que por el italiano, hay que reconocer que la gran triunfadora de la noche fue, sin lugar a dudas, la soprano Svetla Vassileva. Dotada de gran musicalidad, aunque no de un instrumento especialmente privilegiado, la soprano búlgara no solo es capaz de superar estas limitaciones sino que, gracias a sus más que sobresalientes dotes como actriz, consigue hacer de Butterfly una de las recreaciones más impactantes y sobrecogedoras que hayamos podido presenciar en este teatro. Lástima que Héctor sandoval, aunque muy voluntarioso y a su vez convincente en lo teatral, no estuviese al mismo nivel en su faceta vocal dejándonos una imagen de Pinkerton, papel ingrato donde los haya, un tanto impersonal.</div>
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Mucho más éxito, no sin motivo, cosechó un estupendo Ángel Ódena como el sensato Sharpless que nos ofreció junto a la protagonista, en la conmovedora escena de la carta, otro de los grandes momentos de la velada.</div>
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¿Qué se podía esperar de la actuación del coro tras su magnífica participación en el Requiem alemán de Brahms? Pues ya se lo pueden imaginar, sencillamente todo un lujo en sus dos breves pero bellísimas intervenciones.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Del señor Gas y de sus <a href="http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/05/31/andalucia/1338488225_887301.html">metalenguajes</a> nada voy a añadir, por una vez, que bastante cansado me tienen ya. Además, ¿para qué? Si ya el solito se cuestiona, se justifica y se define:</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
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"Todos los géneros tienen un código y si los traspasas la historia se desvanece. Hay que tener en cuenta cuáles son sus elementos fundamentales para no caer en la patochada"</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Ah, y que conste que lo de "patochada" lo dice él. Yo nunca utilizaría ese término para, por ejemplo, calificar el zafio, gratuito y trasnochado ataque antiamericano con el que "ingeniosamente" finaliza la obra.</div>
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<br /></div>
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<span class="Apple-style-span" style="color: orange;"><b>*</b></span></div>
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<br /></div>
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De regreso a casa y para bajar el telón definitivamente de una noche tan mágica solo una aparición era posible y así, en la calidez ya plenamente veraniega de la madrugada, se nos apareció con el rostro aún iluminado por el triunfo la diva.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Acompañada por su hija, la de verdad, y por su fiel cónsul, el de mentira.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Broche perfecto para una gran noche de ópera.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<br />XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-26694783425227092742012-05-19T15:00:00.000+02:002012-05-19T15:04:05.238+02:00(133) ¡DIETRICH, LLÉVAME CONTIGO!<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZqT6Hx07nm-aA9pE1wEYaGH02HW9VBaD97VeWbxwparUkyCkfr4AnMasX8n2Kf_Oeuk0Q4q-PwsjFg2hQbToIuAKXw1fSwu3vDfzpJ4DAVp5LWAIKKrkI8LLZZ7O_GU2Cld22g7xnNcga/s1600/dietrich+fischer-dieskau03.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZqT6Hx07nm-aA9pE1wEYaGH02HW9VBaD97VeWbxwparUkyCkfr4AnMasX8n2Kf_Oeuk0Q4q-PwsjFg2hQbToIuAKXw1fSwu3vDfzpJ4DAVp5LWAIKKrkI8LLZZ7O_GU2Cld22g7xnNcga/s320/dietrich+fischer-dieskau03.jpg" style="cursor: move;" width="244" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="color: #f6b26b;">Dietrich Fischer-Dieskau (1925-2012)</span></div>
<div style="text-align: center;">
*</div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy me ha llamado mi madre para darme la noticia: </div>
<div style="text-align: justify;">
- que ha muerto un cantante muy famoso, un tal Fischer noséqué... Por cierto, qué bien cantaba. Lo han dicho en Radio Clásica y han puesto el final de Rigoletto, qué maravilla...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Busco alguna reseña de tan triste acontecimiento en la prensa y... nada de nada. Nada por aquí, nada por allá...</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Bueno, al final, escarbando bastante, encuentro un artículo en El País. Algunos comentarios al pié. Comienzo a leerlos, no son muchos, unos veinte en total. La mayoría de ellos llenos de reconocimiento hacia la figura del barítono alemán. Bueno, menos el de una tal María:</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
*</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXhs8ve3M1Pz8bPY7owgNVI5z0tVKrDQe0kDhP2mounzyHOgIMxnqS0ffqosnwU5RcYkTlw4ufsp5Fewe6-DVndlUSNvzAXrCK0uFY_AWEy7FsV9NPFC-4KWjBEKxqzuIPYaLbpsGWWoKU/s1600/Captura+de+pantalla+2012-05-19+a+las+14.04.51.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXhs8ve3M1Pz8bPY7owgNVI5z0tVKrDQe0kDhP2mounzyHOgIMxnqS0ffqosnwU5RcYkTlw4ufsp5Fewe6-DVndlUSNvzAXrCK0uFY_AWEy7FsV9NPFC-4KWjBEKxqzuIPYaLbpsGWWoKU/s640/Captura+de+pantalla+2012-05-19+a+las+14.04.51.png" width="640" /></a><br />
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No pido tres días de luto ni, por supuesto, un ciclo monográfico en la TV. Ya sé que la música, la de verdad, interesa poco, muy poco, que en los concursos de la tele cuando hacen una pregunta sobre música hay que echarse a temblar, que todo es ruido y basura musical a nuestro alrededor. Pero ante situaciones como ésta no puedo evitar que la tristeza más absoluta se vuelva a apoderar de mí. </div>
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¡Perro mundo!</div>
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<br /></div>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="http://www.youtube.com/embed/587P3LMhkJg" width="480"></iframe></div>
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<br />XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-5104892075268477492012-04-16T11:59:00.005+02:002012-04-16T13:01:11.948+02:00(132) Puccini: TOSCA. Covent Garden, 2011<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLBxNlwXmkw7LeIj8lsCuXu0vBH98KaOJq_oE7eExwHybh2YvZnEAPc-v0N7Ye3yGh04z66HQBlr-3t1I3MpMeWzxARXywyVyByLs6VOxAa0NuliHZgMwTcRa0XBTN9SLXKrrl6TjhUw6r/s1600/partir-hoy-cines-tosca-roh-covent-garden-L-VBduxk.jpeg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 280px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLBxNlwXmkw7LeIj8lsCuXu0vBH98KaOJq_oE7eExwHybh2YvZnEAPc-v0N7Ye3yGh04z66HQBlr-3t1I3MpMeWzxARXywyVyByLs6VOxAa0NuliHZgMwTcRa0XBTN9SLXKrrl6TjhUw6r/s400/partir-hoy-cines-tosca-roh-covent-garden-L-VBduxk.jpeg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5731937157346126706" /></a><div style="text-align: center;">*</div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;color:#ff9900;"><b>ÓPERA EN ESTADO PURO</b></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;color:#ff9900;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Siempre que alguien deseoso de adentrarse en el mundo de la lírica me pide consejo sobre qué título es el más adecuado para iniciarse en el género mi respuesta es la misma: la Tosca de Giacomo Puccini. Y es que si a la descarnada violencia del drama de Sardou unimos la arrebatada y carnal música de Puccini el resultado difícilmente puede dejar indiferente al neófito que por primera vez se adentra en un teatro de ópera.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Tanto Jonathan Kent como Antonio Pappano parecen estar totalmente de acuerdo en plasmar en la escena, hasta sus últimas consecuencias, las premisas marcadas por dramaturgo y compositor y haciéndonos olvidar, por una vez, las cansinas e inútiles disputas entre los partidarios de propuestas escénicas innovadoras y los partidarios de montajes más convencionales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Sencillamente ópera en estado puro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Un Antonio Pappano que nos vuelve a sorprender con su maravilloso sentido del fraseo (atención a los tempi, a la articulación y a la exquisita y cuidada forma en la que cierra cada frase) y unos cantantes que, si bien es cierto, bordan su interpretación (Kaufmann y Gheorghiu no pueden estar más apasionados en su dúo del acto primero) quedan un tanto eclipsados por la salvaje y brutal recreación que del barón Scarpia realiza un portentoso Bryan Terfel.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">En resumen, una representación de un altísimo nivel y que os dejo a continuación para que la podáis disfrutar en toda su intensidad.</span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;color:#ff9966;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><ul style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; list-style-type: none; list-style-position: initial; list-style-image: initial; margin-top: 0px !important; margin-right: 0px !important; margin-bottom: 15px !important; margin-left: 15px !important; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; "><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Floria Tosca,</span> Angela Gheorghiu</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Mario Cavaradossi,</span> Jonas Kaufmann</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Baron Scarpia,</span> Bryn Terfel</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Cesare Angelotti,</span> Lukas Jakobski</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Spoletta,</span> Hubert Francis</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Sciarrone,</span> ZhengZhong Zhou</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Sacristan,</span> Jeremy White</span></span></li></ul><ul style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; list-style-type: none; list-style-position: initial; list-style-image: initial; margin-top: 0px !important; margin-right: 0px !important; margin-bottom: 15px !important; margin-left: 15px !important; padding-top: 0px; padding-right: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; "><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;">Royal Opera Chorus</span></span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;">Orchestra of the Royal Opera House</span></span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Conductor,</span> Antonio Pappano</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Stage Director,</span> Jonathan Kent</span></span></li><li style="text-align: left;list-style-type: square !important; "><span><span class="Apple-style-span" style="color:#ff9966;"><span>Revival Director, </span>Duncan Macfarland</span></span></li><li></li></ul></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></div><div style="text-align: center;">*</div><div style="text-align: center;"><iframe width="640" height="360" src="http://www.youtube.com/embed/9xXJyfe2qxo" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe></div><div style="text-align: center;">* </div><div style="text-align: center;"><br /></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-14016226122703893112012-01-26T21:29:00.002+01:002012-01-26T21:36:57.712+01:00(131) LADIES: un paseo por la historia del retrato femenino<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkjLSPV32EPvo_EvRi7Mh-etkuKEdvCzPIlygTImD2E9CtslyRQMfQtiLn4qh9wrgTsEWpeGu3MYEYARfho3dg3Sq4cMOIXY8baFGN1i6WjF4Hm3XLcBkozEELERHNni1rnQ8zLZ5_eJxM/s1600/%25281520%2529+Palma_Vecchio_-_A_Blonde_Woman_-_Google_Art_Project.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 348px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkjLSPV32EPvo_EvRi7Mh-etkuKEdvCzPIlygTImD2E9CtslyRQMfQtiLn4qh9wrgTsEWpeGu3MYEYARfho3dg3Sq4cMOIXY8baFGN1i6WjF4Hm3XLcBkozEELERHNni1rnQ8zLZ5_eJxM/s400/%25281520%2529+Palma_Vecchio_-_A_Blonde_Woman_-_Google_Art_Project.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5702041188248874818" /></a><div style="text-align: center;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#ff6600;">*</span></b></div><div style="text-align: center;"><b><span class="Apple-style-span" style="color:#ff6600;"><br /></span></b></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y como no es bueno que el hombre esté solo aquí llega la versión femenina de la historia del retrato:</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;color:#ff6600;">*</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><iframe width="640" height="480" src="http://www.youtube.com/embed/PX7Q8OeQwPA?rel=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;color:#ff6600;"><b>*</b></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><div style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0); text-align: center; ">Músicas:</div><div style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0); text-align: center; "><br /></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Dufay: "Je me complains piteusement" (Cantica Symphonia & Giuseppe Maletto)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Philippe Verdelot: "Con l'angelico riso" (The Hilliard Ensemble)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Monteverdi: "Altri canti d'amor", Libro VIII de madrigales (La Venexiana)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Vivaldi: "Juditha Triumphans: veni, me sequere fida" (Alessandro De Marchi; Academia Montis Regalis)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Mozart: "Adagio, quinteto KV 516" (Cuarteto Melos)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Schumann: "Cuarteto con piano Op. 47, andante cantabile" (Beaux Arts Trio / Rhodes / Bettelheim)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Rimski-Korsakov:"Ne veter, veya s visoti, Op.43/2" (Anna Netrebko & Daniel Barenboim)</span></div><div style="text-align: center; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;color:#cccccc;">Britten: "Les illuminations, op.18 - IIIb. Antique" (Silvia Mcnair & Seiji Ozawa)</span></div></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;color:#ff6600;"><b><br /></b></span></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-73581271558624724862012-01-20T18:27:00.005+01:002012-01-27T12:41:25.952+01:00(130) GENTLEMEN: un paseo por la historia del retrato masculino<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAjBYVYmDfgh6gMemhBZysZcFVAMw6FG1sEsHB_KG3b5HpvixrbIi1cCwwy3XQJKlC6q68RnqDFJf917k-3dG4II-I6-N1YhSSX45ZaRVO0xF0lwGcJ3XQMbKPr0Fvfa1oNKejejwsT_yz/s1600/%25281433%2529+Captura+de+pantalla+2012-01-14+a+las+11.41.38.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 226px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAjBYVYmDfgh6gMemhBZysZcFVAMw6FG1sEsHB_KG3b5HpvixrbIi1cCwwy3XQJKlC6q68RnqDFJf917k-3dG4II-I6-N1YhSSX45ZaRVO0xF0lwGcJ3XQMbKPr0Fvfa1oNKejejwsT_yz/s400/%25281433%2529+Captura+de+pantalla+2012-01-14+a+las+11.41.38.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5699767630925635634" /></a><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#ff6600;"><b>*</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Todo un largo fin de semana postrado en la cama víctima de un trancazo más que considerable me han permitido recuperar una de mis aficiones más queridas y que hacía tiempo que ya creía olvidada; vamos, un olvido similar al que padece mi querido Boccanegra.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y es que el rebuscar por la red reproducciones de las grandes obras de la historia de la pintura -del retrato, en este caso, para ser más exactos- puede llegar a convertirse en toda una adicción; más aún si tenemos en cuenta el gran esfuerzo que han acometido muchos de los más famosos museos del mundo por poner todos sus fondos a nuestra disposición mediante reproducciones de gran calidad y definición. Merece la pena comprobarlo entrando en la magníficas páginas del Prado madrileño o del Metropolitan de Nueva York, por poner un ejemplo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Hace unos años ya realicé un vídeo de similares características pero en esta ocasión creo que, con la incorporación de algunos nuevos retratos y con la sustitución de algunas reproducciones por otras de mejor calidad, el resultado final resulta bastante más atractivo. Además la inclusión de un último tramo con diversas creaciones pertenecientes al siglo XX y a las más rompedoras vanguardias con las que dicho siglo dio comienzo cubre el injusto olvido en el que el primer vídeo incurría.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y, como no podía ser de otra forma, para ilustrar cada uno de los diferentes periodos he escogido algunos fragmentos de mis músicas preferidas y que, a mi modesto entender, potencian la belleza de muchas de estas obras maestras.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Espero que os guste y que lo disfrutéis tanto como Boccanegra ha disfrutado realizándolo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Ah, y en breve -eso espero- la nueva versión femenina.</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">*</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><iframe width="640" height="480" src="http://www.youtube.com/embed/HVG7fD2Xtf4?rel=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe></span></div><div style="text-align: center;">*</div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style=" line-height: 18px; font-family:arial, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;color:#ff6600;"><b>Músicas:</b></span></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px; font-family:arial, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><b style="color: rgb(51, 51, 51); "><br /></b><span class="Apple-style-span" style="color:#cccccc;">Dufay, "Mon chier amy, qu'avés vous empensé", (Giuseppe Maletto & Cantica Symphonia)<br />Desprez, "Milles regretz" (Hilliard Ensemble)<br />Marenzio, "Solo e pensoso" (Claudio Cavina & La Venexiana)<br />Vivaldi, "Orlando furioso, Aria (Ruggiero) "Sol da te, mio dolce amore"<br />Mozart, "Cuarteto Kv. 465" (Quatuor Mosaïques)<br />Schubert, "Abendstern D806" (Anthony Rolfe-Johnson)<br />Schumann, "Herzeleid. op 107. nº 1" (Christine Schäfer)<br />Hahn, "L'heure exquise" (Susan Graham)<br />Webern, "Movement for String Trio, Op. post." (Emerson string quartet)</span></span></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="color:#cccccc;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-43367885450278414122011-06-26T20:02:00.010+02:002012-01-20T19:19:02.599+01:00(129) TEATRO MAESTRANZA, SEVILLA: VERDI - DON CARLO. La crítica<div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGopHulwGHYufaZyajBMktOKNwNvoCaNxEuFGNNiplNq4XgUt13BJvCQ4zBfhax-4P6579QpOXzD9y78CFQZdUKTU1BxPc538zUTpFlLQMRNi7f6zH2VpVb-yOUUJcOUsAyXdZP5snGOs/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-26+a+las+20.00.03.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGopHulwGHYufaZyajBMktOKNwNvoCaNxEuFGNNiplNq4XgUt13BJvCQ4zBfhax-4P6579QpOXzD9y78CFQZdUKTU1BxPc538zUTpFlLQMRNi7f6zH2VpVb-yOUUJcOUsAyXdZP5snGOs/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-26+a+las+20.00.03.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5622591176563404338" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"><br /><br />UN DON CARLO SIN DON CARLO</span><br /><br /></div><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">LA ESCENA</span><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Pocos monarcas en la historia de Europa pueden competir en mecenazgo con la ingente labor llevada a cabo por Felipe II. Para comprobarlo bastaría, tan solo, con echar un vistazo a algunos de los fondos más significativos del museo del Prado o darse una vuelta por el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Buena nota de ello toma Carlos Centolavigna para la recreación de este Don Carlo que ayer vimos en el Maestranza. Desde el imponente telón donde se puede ver un fragmento de la sala de batallas hasta la no menos imponente réplica del Cristo de Cellini o al famoso cenotafio creado por los Leoni -obras, todas ellas, que podemos encontrar entre los muros del monasterio- todo la escenografía va encaminada, apoyada en algunos de los iconos más representativos del reinado del monarca español, a resaltar los aspectos más simbólicos de la obra de Verdi. No sé si lo consigue del todo pero como amante de este periodo de la historia y del arte de España se agradecen estos detalles escenográficos.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Pero si en la escena decorados e iluminación actúan de forma coherente en bastante buena sintonía con lo que la obra de Verdi requiere en la dirección de actores la cosa pintó de manera bastante menos satisfactoria. Y es que no hay peor dirección de escena que aquella que evidencia hasta qué punto un cantante puede llegar a ser un pésimo actor.</span><br /><span style="font-family:verdana;">El señor Del Monaco debería saber, a estas alturas, que las carreras, las gesticulaciones, los tambaleos no implican necesariamente otorgar más carácter a los personajes o una mayor tensión dramática a la escena. También debería saber que el situar a los cantantes en extremos opuestos del escenario, hacerlos cantar acostados en una cama o, durante toda un aria, tras una mesa no aportan mucho a la hora de conseguir la adecuada tensión necesaria en cada momento. Y, lo que es peor aún, el delito que supone dejar escapar los momentos de auténtica violencia que Verdi pide -duo de Isabel y Carlos, escena de celos entre Felipe e Isabel- sin que los cantantes-actores lleguen, ni siquiera, a rozarse.</span><br /><span style="font-family:verdana;">De entre todas las contradictorias intervenciones, totalmente fuera de lugar, del director italiano me quedo con la absurda aparición de la Éboli al inicio del tercer acto. ¿Qué aporta esta pantomima? Pues nada, secillamente sirve para sabotear uno de los momentos más conmovedores salidos de la mano de Verdi y para indicarnos que la terrible soledad y opresión en la que se encuentra el monarca le traen bastante sin cuidado.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Otra de las grandes contradicciones la encontramos en la caracterización del Gran Inquisidor como penitente. ¿Qué hubiera pensado Verdi de esta tergiversación? Sabida es la opinión del músico de Busetto para con la Iglesia y disfrazar a uno de los más fieros representantes del lado más oscuro de la jerarquía de tal guisa solo consigue que el terror que inspira el personaje y lo que éste representa pierdan toda su fuerza.</span><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAJ9qUzAMeqODTWTqch4d6LrFyyr3Lcy4PEq9v-rgFloZ359_94rjXT7QthnjOuwjDsTZMzW51A8AyiYxE420K9pZqRrcooyJjiRkfJAvZqtSilB2xE4JxPtQunc2xAxYDs_4SLViRAUZV/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-26+a+las+20.00.31.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 279px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAJ9qUzAMeqODTWTqch4d6LrFyyr3Lcy4PEq9v-rgFloZ359_94rjXT7QthnjOuwjDsTZMzW51A8AyiYxE420K9pZqRrcooyJjiRkfJAvZqtSilB2xE4JxPtQunc2xAxYDs_4SLViRAUZV/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-26+a+las+20.00.31.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5622591173208962578" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style=" font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:arial;">LAS VOCES</span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Si exceptuamos algunas grabaciones discográficas lo cierto es que encontrar un reparto que esté al nivel que esta obra maestra requiere se nos presenta como una tarea prácticamente imposible. En la representación escuchada ayer quedó bien claro, una vez más, que el estar en posesión de una gran voz no implica necesariamente ser un gran cantante así como lo frustrante que resulta el poseer un gran talento musical y que tu instrumento no esté a la altura del mismo.</span><br /><span style="font-family:verdana;">En el primer grupo podríamos incluir dos de las mejores voces escuchadas ayer: la del bajo ruso Ievgen Orlov, en el papel de Felipe II, y la del barítono Ángel Ódena, como el marqués de Posa. Estupendas voces que, aunque supieron defender con convicción los momentos más dramáticos de la ópera -por ejemplo, en la escena entre Felipe y Rodrigo al final del primer acto-, no fueron capaces de estar a la misma altura en sus respectivos fragmentos de lucimiento lírico llegando a resultar éstos en más de una ocasión realmente aburridos. Especialmente decepcionante me pareció el momento más esperado de la velada, el famoso “ella giammai m’amò”, que el cantante ruso dejó escapar sin pena ni gloria. Y ya que hablamos de esta escena: si llego a pillar al pedante cretino que grito “bravo” antes de que el cello finalizara el aria lo corro a gorrazos de aquí a El Escorial, palabra de Boccanegra.</span><br /><span style="font-family:verdana;">En el segundo grupo encontramos a Fiorenza Cedolins. La soprano italiana dio sobradas muestras de musicalidad a lo largo de toda la representación defendiendo su gran escena, “tu che le vanitá”, con gran dignidad. Lástima que tan hermoso fraseo no fuera acompañado de una voz con algo más de cuerpo y volumen.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Y para terminar, tanto en un grupo como en el otro, las dos grandes excepciones de la noche: el tenor Kamen Chanev y la mezzo Dolora Zajick. De la última simplemente podríamos resumir diciendo que es todo un monstruo escénico con una presencia que, por fortuna, hace olvidar las simplezas ideadas por Del Monaco y con una voz realmente prodigiosa tanto en intensidad como en lirismo como quedó bien patente en su estupendo “o don fatale”.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Según Del Monaco el gran protagonista de la ópera de Verdi es Felipe II. Nada más lejos de la realidad. Que Felipe II sea el personaje más rico, más contradictorio y mejor dibujado por los libretistas no implica necesariamente que musicalmente sea el más importante. A mi entender creo que Verdi, a pesar de no escribir para su lucimiento más que una pequeña aria, depositó en el papel del infante Don Carlos todo el peso musical de la obra. Y es aquí donde hace su aparición o, mejor dicho, donde no acaba de aparecer el Don Carlo del tenor Kamen Chanev; un cantante que, entre la falta de fuerza y de personalidad de su canto y la esperpéntica y sobreactuada interpretación a la que Del Monaco le somete durante las tres horas de representación, demuestra a la perfección lo tocado que puede llegar a quedar un Don Carlo sin un protagonista que esté a su altura.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Puede que fuera ésta la causa del terrible olvido que tuvo Dolora Zajick cuando en el momento de los saludos finales la Éboli, pérfida hasta el final, invitó a sus compañeros, uniendo sus manos, a acercarse a la boca del escenario sin esperar a que Kamen Chanev, que aún no había hecho acto de presencia, recibiera sus correspondientes aplausos. Realmente humillante.</span><br /><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWj4jpaw060ABp3yrwTcjNkhgp9QL4D6hj9IkW74vhCzRhVQ-_wyuv_YNH86NFBHRsPZxSFiesHiApmu8NqfE-Hlk__aXWlOiBUCGlqqXdFuYYQ_F4Ykb435k8TfZZL1qWn_bXEiOHXn3v/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-23+a+las+12.05.53.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWj4jpaw060ABp3yrwTcjNkhgp9QL4D6hj9IkW74vhCzRhVQ-_wyuv_YNH86NFBHRsPZxSFiesHiApmu8NqfE-Hlk__aXWlOiBUCGlqqXdFuYYQ_F4Ykb435k8TfZZL1qWn_bXEiOHXn3v/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-23+a+las+12.05.53.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5622591181523417122" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify; font-family:arial;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">LA ORQUESTA Y EL CORO </span><br /><br /><span style="font-family:verdana;">Sin duda alguna lo mejor de toda la noche. Algunos podrán objetar que en algunos momentos la orquesta pudiera sonar con demasiada potencia impidiendo que algunas voces llegaran con claridad. En un asunto tan importante como el de las dinámicas sería importante echar un vistazo a la partitura y observar las indicaciones que a tal respecto pide Verdi. También habría que recordar el importante paso que en esta obra da Verdi con respecto al dispositivo orquestal y al volumen sonoro que con éste pretende lograr y al papel que la orquesta, sin llegar al extremo wagneriano, representa en el drama.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Creo que todo esto lo tiene bien presente Pedro Halffter en su visión que de la ópera de Verdi tiene al frente de una magnífica sinfónica sevillana. No sé si la orquesta sonó verdiana o si Halffter está más o menos familiarizado con el lenguaje verdiano pero lo que sí es seguro es que la mayor parte de los grandes momentos de la noche tuvieron a la formación sevillana como protagonista. Como ejemplo solo citaré el inicio del cuarto acto donde tanto los metales como la cuerda -¡magníficos violines!- consiguieron recrear de forma insuperable la sobrecogedora atmósfera ideada por Verdi.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Y no me gustaría finalizar esta crónica sin felicitar al coro y, especialmente, a la estupenda labor que Iñigo Sampil está llevando a cabo desde que tomó las riendas de la dirección. Aunque el interno de la sección masculina me dejó un tanto preocupado al inicio de la representación, creo que un cambio en la ubicación mejoraría el resultado, la posterior actuación de la sección femenina en la escena del jardín con Éboli y de todo el conjunto al completo en la destacable escena del Auto de fe me confirmaron el gran momento que está atravesando la agrupación. Y es que pocas veces se ha podido escuchar al coro tan afinado y empastado como en esta complicada escena de la que destacaría el emocionante “schiusa or sia la porta del tempio”. </span><br /><span style="font-family:verdana;">Bravi, ragazzi!</span><br /><br /><div style="text-align: center; color: rgb(255, 153, 102); font-weight: bold;">*</div><div style="text-align: justify; color: rgb(255, 153, 102); ">Las fotos, una vez más, me las "presta" Julio Rodríguez de su blog <a href="http://julio-rodriguez.blogspot.com/">A través del cristal.</a></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-78413065735176311612011-06-04T23:59:00.054+02:002011-06-09T20:53:39.690+02:00(128) TEATRO MAESTRANZA, SEVILLA: VERDI - DON CARLO. Una guía para la audición<div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><span style="COLOR: rgb(0,0,0); FONT-WEIGHT: bold">*<br /></span></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRZWc6SQu_5UlXfDqS9960HqrPZGc17q4ud8u_oFMLY9ufnvyRY9EsSurRJj2FwQsrIubOf6JCsk2z8wu0GSMqCv05tsd_UFVT7A1b6fnrMrxYfRHy5e4dbEAuHu9N37Gfo5cfP0UAteem/s1600/2211364399_0eaab529a5_o.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 392px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615593787221840226" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRZWc6SQu_5UlXfDqS9960HqrPZGc17q4ud8u_oFMLY9ufnvyRY9EsSurRJj2FwQsrIubOf6JCsk2z8wu0GSMqCv05tsd_UFVT7A1b6fnrMrxYfRHy5e4dbEAuHu9N37Gfo5cfP0UAteem/s400/2211364399_0eaab529a5_o.jpg" border="0" /></a><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Pompeo Leoni (1587): mausoleo de Felipe II. Monasterio de El Escorial</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; COLOR: rgb(255,102,0); FONT-WEIGHT: bold"><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;">*</span></div><span class="Apple-style-span" style=";font-family:arial;" ><div><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" ><br /></span></div></span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >Hace unos pocos días discutía con algunos amigos sobre mi incondicional predilección por este título verdiano que el teatro Maestranza estrena el próximo día 24 de junio. Y es que resulta curioso como esta gran obra maestra de Verdi, con la que da comienzo la magistral recta final que forman las cuatro últimas óperas de su producción, sigue siendo la menos popular (a diferencia de Aida, por ejemplo), la menos valorada (nada que ver con el prestigio indiscutido otorgado a Otello y a Falstaff) y, sin duda alguna, la más difícil de representar de todas.</span><br /></div><div align="justify"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnLoCCOVfk5WNe8UgubTcgCw7hHkl8zxmICoioQXAmZUSU9gEvCu1PIGTQe23lofq2L-AifhDCO-n_NkQiYm_Ut6sURNcEIfmfD6rPjxGwzl1hh6lOq6SiLY-GMjRLGeJHqqIXON9H_c08/s1600/DON+CARLO-2337+712-KEENLYSIDE+AS+POSA%2526KAUFMANN+AS+CARLOS-%2528C%2529ASHMORE.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 264px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614505328514922610" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnLoCCOVfk5WNe8UgubTcgCw7hHkl8zxmICoioQXAmZUSU9gEvCu1PIGTQe23lofq2L-AifhDCO-n_NkQiYm_Ut6sURNcEIfmfD6rPjxGwzl1hh6lOq6SiLY-GMjRLGeJHqqIXON9H_c08/s400/DON+CARLO-2337+712-KEENLYSIDE+AS+POSA%2526KAUFMANN+AS+CARLOS-%2528C%2529ASHMORE.jpg" border="0" /></a><span style="font-family:arial;"><br />Como Boccanegra no puede permanecer impasible ante tamaña injusticia perpretada contra su hermana mayor aquí os dejo una selección con los diez momentos que, a mi entender, mejor explican el por qué Don Carlo bien podría ser considerada la mejor ópera de Verdi. </span><span style="font-family:arial;">Escoger diez fragmentos de una obra tan descomunal, y eso teniendo en cuenta que la versión que veremos -en cuatro actos- excluye el que se desarrolla en Fontainebleau, no parece tarea fácil. Y es que resulta de lo más significativo que, entre los "restos" no escogidos, figuren números tan pintoresco como la <span style="FONT-STYLE: italic">"canción del velo"</span> del primer acto, tan hermosos como la escena de Rodrigo con Éboli, tan emocionantes como la despedida de Isabel a su dama de compañía, ambos en el mismo acto, o tan impresionantes como toda la escena del <span style="FONT-STYLE: italic">auto de fe</span> del acto segundo.</span><br /></div><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /></span><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; COLOR: rgb(255,102,0)"><span style="FONT-WEIGHT: bold;font-size:180%;" >ACTO I</span><br /></div><br /><span style="font-family:arial;"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><span style="color: rgb(255, 153, 102);" class="Apple-style-span">1-DÚO CARLO/RODRIGO: "Dio che nell'alma infondere".</span><br /></span></span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >En realidad este dúo da comienzo mucho antes con la aparición de Rodrigo, marqués de Posa, donde se nos muestra los caracteres de ambos personajes, idealista uno y fatalista el otro, siendo este momento el más famoso de toda la escena. </span><br /><br /></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDjhjF0jHMjVdBsLMUCPxrNV7RBlWeuvfTXUqUjrPgftJXLzcb0Ozro0mH1A3fmrlV_xBtpw9EcV8CRYnyxAssdD855Mo7JlXZT0Xj6esvHi92s-3gCNEHvDOmMIvZmjuE1NOb2REBXpNN/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+01.27.49.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 212px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614694523478635330" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDjhjF0jHMjVdBsLMUCPxrNV7RBlWeuvfTXUqUjrPgftJXLzcb0Ozro0mH1A3fmrlV_xBtpw9EcV8CRYnyxAssdD855Mo7JlXZT0Xj6esvHi92s-3gCNEHvDOmMIvZmjuE1NOb2REBXpNN/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+01.27.49.png" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">La música desprende un inequivoco sabor italiano y nos muestra al Verdi más popular y, por qué no decirlo, al Verdi que más parece incomodar a algunos. Sin embargo la aparente simplicidad de la música desempeña un papel dramático fundamental en el contexto de la escena a la que asistimos y, al mismo tiempo, ilustra a la perfección la naturaleza, llena de sincero idealismo, de la amistad entre los dos jóvenes</span>.<br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;">*</span><br /><span style="font-family:arial;"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/LN4UKs_EH38" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="560"></iframe></span><br /><span style="font-family:arial;">*</span><br /></div><br /><br /><span style="font-family:arial;"><span style="font-weight: bold;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);" class="Apple-style-span">2-DÚO CARLO/ELISABETTA: “Io vengo a domandar”.</span><br /></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; ">La verdad es que este sensacional dúo pierde gran parte de su sentido si la versión que escuchamos es la que prescinde del acto de Fontainebleu. Si en aquel acto podíamos asistir al nacimiento del amor puro entre dos seres que creían que el destino les iba a unir para siempre, en esta escena, llena de pasión , nos muestra a los mismos protagonistas ante la terrible certeza de que la misma Razón de Estado que, en un principio, les prometía una vida en común, ahora, les condena a vivir etérnemente separados.</span></span></span></div><div><span><span style="FONT-WEIGHT: bold"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; "></span></span></span><span class="Apple-style-span"><br /></span><div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >Hay que reconocer que cuando Verdi se pone lírico es maravilloso pero que, cuando se pone dramático, resulta realmente insuperable. Y es que este dúo bien puede considerarse como uno de los más intensos creados por el compositor quizá tan sólo comparable en vehemencia a otros dúos como el protagonizado por Aida y su padre, o aquel, más violento aún, que Desdémona y Otello cantan, ambos situados en el acto III de sus respectivas óperas.</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >En esta magnífica escena, sin duda uno de los mejores momentos de la partitura, descubrimos el carácter un tanto enfermizo del amor que el infante siente por Isabel. Para ello Verdi regala una serie de frases al tenor de tanta intensidad y fuerza como pueden ser la que escuchamos al principio de la escena, <em>"il cielo avaro un giorno sol mi die",</em> o la cantada unos compases más tarde, <em>"insan, piansi e pregai nel mio delirio".</em></span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:Arial;">La reina, mientras tanto, se deja querer intentando aportar algo de sensatez ante tanta pasión desmedida limitándose a repetir algunas de las líricas melodías que le canta su hijastro. De entre todas éstas podemos destacar</span><span style="font-family:arial;"> la maravillosa melodía (6:33) cantada por el tenor; melodía de una ensoñadora belleza, ejemplo del nuevo estilo creador de Verdi, y que más tarde será recordada por Isabel en su gran escena del acto IV:</span><br /></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><br /></div><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmkLb8h2NsVoh3dq2JpqmlofdYmzCeGCtqnG5Crw39rgADWoEbxoF4SL7g7W-No_H4vr1hMDlKtpgwif_hmFQv7lkKkDoRVnvBzUh0wXzT91UnjpWs7lt_kCs95OPwZAX_7avitco0iXuQ/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+01.47.12.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 238px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614694529316974258" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmkLb8h2NsVoh3dq2JpqmlofdYmzCeGCtqnG5Crw39rgADWoEbxoF4SL7g7W-No_H4vr1hMDlKtpgwif_hmFQv7lkKkDoRVnvBzUh0wXzT91UnjpWs7lt_kCs95OPwZAX_7avitco0iXuQ/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+01.47.12.png" border="0" /></a><span style="font-family:arial;"><br /></span><br /><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >Tras este remanso de paz, y una vez que Carlos comprende que aunque la reina le ame ésta nunca aceptaría convertirse en su amante, el infante estalla dando lugar a uno de los momentos más arrebatadores y apasionados salidos de la pluma de Verdi (8:00), <em>"que la tierra se abra bajo mis pies",</em> para proseguir, en el colmo de la exaltación, con tres <em>"io t' amo"</em> de los que cortan la respiración.</span><br /><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" >Harta de tanta escenita Isabel se mete de lleno en su papel de madrastra y, por una vez, se pone flamenca soltando una de esas frases realmente insuperables:</span><br /><br /><div style="text-align: center;" align="center"><span><span style="color: rgb(255, 153, 102); "><em>completa la obra:</em></span></span></div><div style="text-align: center;" align="center"><span style="color: rgb(255, 153, 102); "><em>corre a matar a tu padre,</em></span></div><div style="text-align: center;" align="center"><span style="color: rgb(255, 153, 102); "><em>y, entonces, manchado con su sangre,</em></span></div><div style="text-align: center;" align="center"><span style="color: rgb(255, 153, 102); "><em>podrás llevar a tu madre ante el altar. </em></span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="center"><span style="color:#ff9966;"></span></div><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" >Ante tal respuesta al tenor solo le queda abandonar la escena no si antes maldecir su suerte en el colmo del paroxismo.</span><br /><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" >Y para ilustrar lo anteriormente dicho nadie mejor que Plácido Domingo y Mirella Freni:</span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify" align="center"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" ><br /></span></div><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;">*</span><br /><span style="font-family:arial;"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/mOP-B5bhRkI" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe></span><br /><span style="font-family:arial;">*</span><br /></div><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="COLOR: rgb(255,102,0);font-family:arial;font-size:180%;" ><span style="FONT-WEIGHT: bold">ACTO II</span></span><br /></div><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold;font-family:arial;" ><span style="color: rgb(255, 153, 102);" class="Apple-style-span">3-TERZETTO: “al mio furor/trema per te”</span><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">Un</span><span style="font-family:arial;"> </span><span style="font-family:arial;">convencional malentendido entre damas enveladas y algunas imprudentes confesiones dichas a la persona equivocada </span><span style="font-family:arial;">en la confusión de la noche son los elementos que integran el inicio de este segundo acto. En realidad todo no es más que una excusa para que la princesa de Éboli descubra los amores entre Carlos e Isabel, para que Rodrigo demuestre, una vez más, su entrega incondicional al infante, para que éste pueda lamentarse, con toda razón, de lo mal que todo le sale y para que Verdi nos demuestre, por enésima vez, cómo con semejantes mimbres se puede escribir una música tan maravillosa que dé algo de sentido a todo este enredo.</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >El terzetto propiamente dicho comienza (5:20) con las amenazadoras palabras que Éboli le dedica al marqués, pero no es hasta la entrada del infante (5:51) con las palabras <span style="FONT-STYLE: italic">"Stolto fui! O destino spietato!"</span> que la música cobra toda su fuerza expresiva de la magistral manera en la que solo un genio como el de Verdi puede hacerlo:</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center">*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/ATK_PXQwtjI" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="560"></iframe><br />*<br /><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >Tras este conmovedor pasaje interviene la Éboli con una de esas frases rotundas de Verdi, a medio camino entre el recitativo y el arioso, tan características del estilo del último periodo verdiano y que tantas veces encontramos a lo largo del Don Carlo. En esta ocasión es la áspera voz de la mezzo Agnes Baltsa la que presta toda su irónica intención a tan magnífica frase:</span></div><div style="TEXT-ALIGN: left"><div style="text-align: justify;"><br /></div><span class="Apple-style-span" style=" ;font-size:14px;" ><div style="text-align: center;"><span style="font-size:85%;">(con amarga ironía)</span> </div></span><div style="TEXT-ALIGN: center"><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¡Y yo, que temblaba al verlo!</span><span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />Ella deseaba - esa nueva santa -</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)">de celeste virtud,<br />enmascarando su corazón,<br /></span><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">el placer libar y completa la copa </span><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">vaciar del amor.<br /></span><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¡Ah! Por fe mía...<br />¡ha sido bien atrevida!</span> </div><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify;font-family:arial;"><span style="font-family:arial;">El famoso <i>"trema per te"</i> cierra el terzetto de forma inconfundiblemente verdiana y recordándonos que para la composición de Aida apenas faltan unos pocos años.</span><br /><br /></div></div>*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/1F_N1gp6QgA" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /></div><br /><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="COLOR: rgb(255,102,0); FONT-WEIGHT: boldfont-size:180%;" >ACTO III</span><br /><br /></div><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:arial;" >4-ARIA FILIPPO II: “Ella giammai m’amò”</span><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >El tercer acto se inicia con una de las arias escritas para la voz de bajo más impresionantes de todo el repertorio y quizá la más hermosa salida de la mano de Verdi. En ella el personaje del despótico rey nos muestra toda la soledad y el dolor que se esconden tras esa imagen de poder y autoridad. Totalmente abatido, en la soledad de su dormitorio y mientras las primeras luces del alba comienzan a despuntar Felipe reflexiona:</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center">(Como entre sueños)<br /><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¡Ella nunca me amó...!<br /></span><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">No; ese corazón está cerrado,</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">no tiene amor para mí. </span><br /><br />(Volviendo en sí)<br /><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¿Dónde estoy...?</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Esos candelabros a punto de terminarse...</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">La aurora clarea en mi balcón...;</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">ya despunta el día.</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />Veo pasar mis días, lentamente...</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">El sueño, Dios mío,<br />desapareció de mis ojos languidecientes.</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />Dormiré solo en mi real mortaja<br />cuando mis días se acaben.</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Dormiré solo, bajo la bóveda negra</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¡allí, en el sepulcro de El Escorial!</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Si el cetro real me diese el poder de leer en el corazón,</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />que sólo Dios tiene...</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Si duerme el príncipe, vela el traidor;</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />el cetro pierde el rey;</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)">el consorte, el honor.</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />Dormiré solo en mi real mortaja<br />cuando mis días se acaben.</span> <span style="COLOR: rgb(255,153,102)"><br />Dormiré solo, bajo la bóveda negra</span><br /><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">¡allí, en el sepulcro de El Escorial!</span> </div><br /><strong></strong><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >La escena, que no aria, como Verdi bien indica en la partitura, es de amplias proporciones y aunque queda muy lejos del formato habitual del aria da capo tradicional presenta una clara estructura ABA. Para la composición de la primera sección (A) Verdi se sirve, básicamente, de tres temas que se van presentando sucesivamente uno detrás de otro.</span></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:arial;">El primero de todos, un breve motivo de cierto carácter wagneriano, es interpretado por toda la cuerda en su registro más grave y por las trompas a modo de llamada de atención y en el que no es difícil percibir el estado de profunda soledad en el que se encuentra el rey. Este motivo volverá a hacer aparición también en algunos momentos de la sección B del aria:<br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizYnfPCCbuzJW3o09t9-BRalMxAPNBbZ9FGOewpI6KW92_LPQdirKj8md2Zcl-BqxGFyrQezNqovu-svNaiuu0h5s8vhQdl6-TM6thXK8DdIkl8YCugucEweZ5MhFYzLM3fl5XRpq2zzY3/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-07+a+las+20.53.18.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 91px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615553443927041986" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizYnfPCCbuzJW3o09t9-BRalMxAPNBbZ9FGOewpI6KW92_LPQdirKj8md2Zcl-BqxGFyrQezNqovu-svNaiuu0h5s8vhQdl6-TM6thXK8DdIkl8YCugucEweZ5MhFYzLM3fl5XRpq2zzY3/s320/Captura+de+pantalla+2011-06-07+a+las+20.53.18.png" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">El segundo de ellos, de caráter más lírico y expuesto por el violoncello solista, nos abre el corazón de Felipe y nos muestra todos los secretos que se guardan en el interior del monarca, sus angustias, sus preocupaciones y sus anhelos más ocultos:</span><br /></div><span style="font-family:arial;"><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgik6JE0COhKHy2P856TfOx93kFjqWlT69dBgPx8wkjllVI2kDcZMH3_sL8uMnu3Xk1CjUh9CejEaZK4Uw-inHvyNQrbQcnu2PFzDPJzHl65FJPRGLxtpYo2ECn-WwUE-K-TVQSECedx_kB/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-07+a+las+21.23.52.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 88px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615560968320326338" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgik6JE0COhKHy2P856TfOx93kFjqWlT69dBgPx8wkjllVI2kDcZMH3_sL8uMnu3Xk1CjUh9CejEaZK4Uw-inHvyNQrbQcnu2PFzDPJzHl65FJPRGLxtpYo2ECn-WwUE-K-TVQSECedx_kB/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-07+a+las+21.23.52.png" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >El tercero, de carácter mucho más melancólico y basado en un incisivo y casi doloroso intérvalo de segunda menor (fa-mi), se nos muestra bajo la forma de un insistente ostinato interpretado por los violines con sordina a modo de inexorable y amenazante rueda de la fortuna dispuesta a decidir sobre el destino del desdichado monarca en cualquier momento:</span></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihesC8mu6fzltOGZ5g4Uszm0wYklVqff4Gk936fXBtetwbBo23mVvipoL6Hvd176JWpnDwr8vvBZJOmrnvhGX0_kgWJi5ypgIVsgSy3hKd_uq9H1VCO_D4LHvC7C7Zlra_thWubFRdl2hE/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+13.40.23.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 97px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614699396147691538" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihesC8mu6fzltOGZ5g4Uszm0wYklVqff4Gk936fXBtetwbBo23mVvipoL6Hvd176JWpnDwr8vvBZJOmrnvhGX0_kgWJi5ypgIVsgSy3hKd_uq9H1VCO_D4LHvC7C7Zlra_thWubFRdl2hE/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+13.40.23.png" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">Si la belleza y la fuerza expresiva de estos temas es innegable podemos comprender fácilmente la arrebatadora emoción que esta música nos produce cuando los escuchamos todos a un mismo tiempo:<br /></span></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjptHmtJHi8r7MCkgQIumTzUngaaDxehSJIzpmBrNn3ol7DChMY2rn4LhKBmMrXb781ofMhly3QGFuFgyNUr9xG1GOW3fcwVXrrHX93xxjSpkSLrX6pcd0scFcHi_715cHVxUKBAd8qQWWl/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+00.22.51.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 207px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614694317253712962" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjptHmtJHi8r7MCkgQIumTzUngaaDxehSJIzpmBrNn3ol7DChMY2rn4LhKBmMrXb781ofMhly3QGFuFgyNUr9xG1GOW3fcwVXrrHX93xxjSpkSLrX6pcd0scFcHi_715cHVxUKBAd8qQWWl/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+00.22.51.png" border="0" /></a><br /><span style="font-family:arial;">Como no podía ser de otra forma muchas, y muy buenas, son las versiones existentes de tan famoso fragmento. Ante la duda elijo una de las más recientes interpretada por un magnífico René Pape en el pasado homenaje ofrecido a Plácido Domingo en el Teatro Real:</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;">*</span></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/yY0UTrs5gG0" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe></span><br /></div><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;">*</span><br /></div><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:arial;" ><span class="Apple-style-span">5-DÚO FILIPPO/GRAN INQUISITORE</span>.</span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">E</span><span style="font-family:arial;">l omnipotente monarca -ante quien, como bien dirá Rodrigo más tarde, </span><span style="font-family:arial;">está sometida la mitad de la tierra- nada puede ante ese otro poder que, nada más y nada menos, obra en nombre de Dios. Esta monumental escena, que bien podría aparecer en series tan actuales como <span style="FONT-STYLE: italic">los Tudor</span> o <span style="FONT-STYLE: italic">los Borgia, </span>representa otro momento culminante dentro de la ópera y de toda la producción verdiana y actúa como réplica del anterior dúo entre el rey Felipe y el marqués de Posa y con el que se cerró el primer acto.</span></div><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" ><div style="text-align: justify;">La aparición del Gran Inquisidor es ilustrada por la orquesta con un estremecedor motivo interpretado por los bajos y los metales en el que, a un mismo tiempo, podemos sentir tanto el torpe caminar del viejo clérigo como la siniestra visión que de la Iglesia nos ofrece Verdi:</div></span><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="TEXT-ALIGN: center"><div style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8d5JaKQR_zl_A6Xx92nd-ywPTr6ODi5Sipm__zTj3Y0GeO4bfilbev4dqyYcwrE1SbeEZsCbsLmAmFBSfvhzbajqFEt2TuQ6eFFqUx3B-OcJ3jjI_bDGkiRIEASNxJjefolUMZ7NgaOF6/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.39.12.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 144px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614745389570343170" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8d5JaKQR_zl_A6Xx92nd-ywPTr6ODi5Sipm__zTj3Y0GeO4bfilbev4dqyYcwrE1SbeEZsCbsLmAmFBSfvhzbajqFEt2TuQ6eFFqUx3B-OcJ3jjI_bDGkiRIEASNxJjefolUMZ7NgaOF6/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.39.12.png" border="0" /></a><span style="font-family:arial;"><br />La últimas palabras que Felipe pronuncia al final de esta escena resumen a la perfección su contenido:</span><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; COLOR: rgb(255,153,102)">"¡Entonces siempre el trono deberá doblegarse ante el altar!"<br /><br /></div></div><span style="font-family:arial;"><br />*</span><br /><span style="font-family:arial;"><iframe src="http://www.youtube.com/embed/EH_WHDd5C9I" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe></span><br /><span style="font-family:arial;">*</span><br /></div><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);"><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span">6-CUARTETO: “Ah, sii maledetto”.</span></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">El tercer acto prosigue, una vez más, con otro magnífico ejemplo del nuevo arte compositivo verdiano aunque la versión que conozcamos hoy en día sea fruto de la revisión que de la obra hizo Verdi en 1883. Y es que, indistintamente de la versión que escojamos, podríamos asegurar que este acto, junto con el tercero de Aida y el segundo de Otello, </span><span style="font-family:arial;">bien podría formar parte de una hipotética trilogía de oro con los tres mejores actos escritos por el maestro italiano.</span><br /></div><div style="TEXT-ALIGN: justify"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" >El atormentado rey no duda un instante en humillar y maltratar a su inocente esposa dando rienda suelta a su ira, llevado por los celos y por la impotencia, en una escena que parece presagiar el Otello que en el plazo de un año comenzaría a componer . Al grito de<span style="FONT-STYLE: italic"> "soccorso a la regina!"</span> acuden Éboli y Rodrigo dando inicio a uno de los concertantes más inspirados escritos por Verdi (5:10) y que tiene como tema principal esta amplia y hermosa melodía:</span></div></div><div><span class="Apple-style-span"><br /></span><div style="TEXT-ALIGN: center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiswQZwMFDA4Bq4SgA1QZayB3b4fF6oCcj2cbhZMZmlRycd7x_7YjXQw3dyQuHWVVR1ONwKzV0AnQTU43LdNlSFeA3XSC7gfyAu5pYgRvBeO-5KJbm6TkHFrv_wVeQIelQ9Y02fbFDjW8dM/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+23.01.38.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 76px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614843953680623282" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiswQZwMFDA4Bq4SgA1QZayB3b4fF6oCcj2cbhZMZmlRycd7x_7YjXQw3dyQuHWVVR1ONwKzV0AnQTU43LdNlSFeA3XSC7gfyAu5pYgRvBeO-5KJbm6TkHFrv_wVeQIelQ9Y02fbFDjW8dM/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+23.01.38.png" border="0" /></a>*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/l4s1SWE80jM" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:arial;">Resulta curioso comparar este mismo cuarteto, versión de 1883, con la versión original en francés de 1867, quizá el número más transformado por el compositor. La verdad es que resulta un tanto difícil pronunciarse sobre cuál de las dos versiones es preferible; y es que la magnífica dirección tanto de Muti como la de Pappano, así como la estupenda actuación de los diversos interpretes, no resulta de gran ayuda a la hora de decidirse por una de las dos:</span><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center">*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/5cBtYd7N_2M" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /></div></div></div><span style="font-family:arial;"><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold"><span style="color: rgb(255, 153, 102);" class="Apple-style-span">7-ARIA DE ÉBOLI: “O don fatale”</span><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; ">Siempre me ha llamado la atención la falta de modestia y, por qué no decirlo, tambien el cinismo de doña Ana de Mendoza acusando y maldiciendo a su propia belleza como culpable de todas sus malas acciones. Aunque para ser sinceros y si nos atenemos a las crónicas y a los retratos que de ella nos han llegado, a pesar del famoso parche y del posible estrabismo que éste trataba de disimular, tanto su belleza física como su distinción y su fuerte personalidad no debían dejar indiferentes a ninguno de sus contemporáneos. Y, por cierto: ¿alguien sabría decirme por qué motivo la princesa de Éboli nunca es caracterizada en los montajes operísticos con el famoso parche?</span></div></span><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOoMLIOKuSS87sKUek6Dh91VUoXvTXsMbX9ljiMlZZrgMfRykDbDZ41z8dDCCERGXRwkmS552TttRV-Ko9W_u6pJrwh9cCgNcyxYAxdsT7IbMj5fAzIHwoRKBHABm9o5uZ7aA-l3ZJvhFW/s1600/princesa-eboli1.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 314px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615022440615299746" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOoMLIOKuSS87sKUek6Dh91VUoXvTXsMbX9ljiMlZZrgMfRykDbDZ41z8dDCCERGXRwkmS552TttRV-Ko9W_u6pJrwh9cCgNcyxYAxdsT7IbMj5fAzIHwoRKBHABm9o5uZ7aA-l3ZJvhFW/s400/princesa-eboli1.jpg" border="0" /></a><br /><br /></span><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify;font-family:arial;"><span style="font-family:arial;">Toda esta sensacional primera escena del acto tercero se cierra con uno de los momentos más brillantes, más verdianos y, con toda justicia, más famosos de toda la ópera. Una de esas arias que en manos de una gran mezzo pueden hacer que, en tan solo cinco minutos, todo el teatro se venga abajo. Y es que en el archiconocido “O don fatale” se dan cita las principales virtudes del arte del último Verdi. Así, junto al poderoso canto di bravura, podemos encontrar en la orquesta una riqueza que dista mucho del simple soporte acompañante. También en lo formal este aria se aleja bastante de la tradición belcantista ya que si bien aún podemos distinguir con cierta claridad la tradicional estructura de recitativo-aria-cabaletta todas las partes discurren de una forma mucho más fluída y concisa que, no solo, dota a toda la pieza de una fuerza irresistible sino que, al mismo tiempo, permite que la acción transcurra sin perder un ápice de ritmo.</span><br /><br /><span style="font-family:arial;">Para ilustrar el aria casi me vuelvo loco intentando escoger una sola de entre las decenas de versiones que aparecen en YouTube. Pero al final, y para darle algo de originalidad al asunto, me he decantado por la magnífica versión que de este aria hace la mezzo Brigitte Fassbaender en la versión cantada en alemán que dirige Giuseppe Patané. Sí, y si no me creen, escuchen:</span><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify"><div style="TEXT-ALIGN: center">*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/KCw_CnLIzIg" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /></div><span style="font-family:arial;"><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);">8-ESCENA DE RODRIGO: "Per me è giunto il di supremo / io morrò, ma lieto in core"</span></span><br /><span style="font-family:arial;">La segunda parte del tercer acto está encomendada en casi su totalidad al marqués de Posa. Es el momento en el que el barítono, tras permanecer casi toda la obra dando la réplica a todos sus compañeros de reparto, puede demostrar lo mejor de su canto.</span><br /><span style="font-family:arial;">Dividida en dos partes la primera, </span><span style="FONT-STYLE: italic;font-family:arial;" >"Per me è giunto il di supremo"</span><span style="font-family:arial;">, mira un tanto hacia el pasado devolviéndonos por unos minutos al Verdi de las grandes romanzas para barítono de una década atrás. Sin embargo esta sensación de vuelta al pasado es tan solo aparente pues todas las secciones, ya de por sí no demasiado extensas, se ensamblan perfectamente con el desarrollo de la acción creando un justo equilibrio entre la expresividad del canto y la fuerza del drama.</span><br /><span style="font-family:arial;">Para ilustrar la muerte de Rodrigo y su posterior despedida de Carlos he escogido la maravillosa versión que Antonio Pappano dirigiera de la versión original en francés. Verdi debió quedar bastante satisfecho con el resultado de esta primera versión pues en la revisión de 1883 la única novedad que encontramos es la que hace referencia al idioma en el que se canta. Y de lo que también podemos estar seguros es de que la interpretación de Thomas Hampson tampoco le hubiera parecido nada mal:</span><br /><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center">*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/6pWvgG73P-M" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="560"></iframe><br />*<br /><br /></div></div></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL-viWkdNaL2GUphEmEqsWogW6hy93KnMrWdWv9QhpBRqUcDoHOiO5D-w0aiLIdxgTmb3nBj3zHB22wK1BGYVEnZqPdyFCYzaQNLIIfV6S6Yfe_houCjYgYa9ss6A8gGKkenIRZcsbMUOQ/s1600/2211364897_bc16c4baa3_o.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 370px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615593790050573634" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL-viWkdNaL2GUphEmEqsWogW6hy93KnMrWdWv9QhpBRqUcDoHOiO5D-w0aiLIdxgTmb3nBj3zHB22wK1BGYVEnZqPdyFCYzaQNLIIfV6S6Yfe_houCjYgYa9ss6A8gGKkenIRZcsbMUOQ/s400/2211364897_bc16c4baa3_o.jpg" border="0" /></a><span style="COLOR: rgb(255,153,102)">Pompeo Leoni (1587): mausoleo de Carlos V. Monasterio de El Escorial</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="COLOR: rgb(255,102,0); FONT-WEIGHT: bold"><br /><span class="Apple-style-span" style="font-size:180%;">ACTO IV</span></span><br /><br /></div><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 153, 102);font-family:arial;" >9-ARIA DE ELISABETTA: “Tu che le vanità”</span><br /><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" >El último acto del Don Carlo se inicia con una de las escenas más imponentes escritas por Verdi. Si bien es cierto que la majestuosidad de la música carece de la frescura de otras páginas verdianas, recordemos algunas de las óperas de la llamada "trilogía popular", no es menos cierto que la calidad de la música es de tal nivel que, a duras penas, podemos permanecer indiferentes al escucharla.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Arial;" >Ya desde el inicio el solemne clamor de los metales repitiendo el canto que de los monjes escuchábamos al iniciarse ópera, <span style="FONT-STYLE: italic">"Carlo il sommo imperatore"</span>, nos hace sentir sobrecogidos todo el frío y el silencio que rodean la tumba del emperador Carlos V:</span></div><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /></span><br /><br /><p style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8wILLOjXe5EW-QGwpIP2-EdJqDtsvYmlSOQNNGmxDvPvDkKCv4s-4FTlTtAHvO-TU5l9PCAkzjD2_va7NkLTK5ghYK6m7aU0mMGpzgYXD2FBncJXwZQmXxSSHtNRmzxl3WVwySGlqdpPr/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.12.59.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 119px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614741494743238290" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8wILLOjXe5EW-QGwpIP2-EdJqDtsvYmlSOQNNGmxDvPvDkKCv4s-4FTlTtAHvO-TU5l9PCAkzjD2_va7NkLTK5ghYK6m7aU0mMGpzgYXD2FBncJXwZQmXxSSHtNRmzxl3WVwySGlqdpPr/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.12.59.png" border="0" /></a> <span style="font-family:arial;"><br /></span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify"><span style="font-family:arial;">Sobre el lúgubre lamento de los metales se eleva el canto más lírico de los violines en el que es fácil reconocer, gracias al expresivo efecto cromático que crean las corcheas, el tremendo estado de ansiedad en el que se encuentra Isabel:</span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifrTyi5cDKGLkLIXhiJYnCdcxFOz7aJ-eJPgwWSYDUP-lqQ-UMF24ii6YalMWyTLGge8vBU8FM8J8UiwcVQdbn2nABdyO9aKWEkSjJTx9fiakvL93XAKLuc3N26QgpVU7PgnQ1Ma-RN88F/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-06+a+las+20.33.38.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; DISPLAY: block; HEIGHT: 135px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5615178517851459778" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifrTyi5cDKGLkLIXhiJYnCdcxFOz7aJ-eJPgwWSYDUP-lqQ-UMF24ii6YalMWyTLGge8vBU8FM8J8UiwcVQdbn2nABdyO9aKWEkSjJTx9fiakvL93XAKLuc3N26QgpVU7PgnQ1Ma-RN88F/s320/Captura+de+pantalla+2011-06-06+a+las+20.33.38.png" border="0" /></a></p><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial;" ><div style="text-align: justify;">Ambos temas se van sucediendo hasta unirse en un poderoso y arrebatado pasaje de inspiración casi wagneriana que poco a poco va consumiéndose hasta finalizar en este bellísimo vuelo de los violines que, desde la tesitura más aguda, desciende hasta las profundidades de la cuarta cuerda para finalizar en un lúgubre grupeto:</div></span><p style="TEXT-ALIGN: justify; FONT-FAMILY: arial"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTio23_DMw2clklHeOXnIGoI7W5muVSE4ZGpQdHsY_ClAq2xdCm_8CCo68GDSUev7onwwYYyNE1ksfwDg916EwMYQVoP61lh36fSqWplo0FacOGIFDDSsUOHSVJr32Z67n4VJGtNY8gWOV/s1600/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.21.42.png"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 80px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5614740991672467602" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTio23_DMw2clklHeOXnIGoI7W5muVSE4ZGpQdHsY_ClAq2xdCm_8CCo68GDSUev7onwwYYyNE1ksfwDg916EwMYQVoP61lh36fSqWplo0FacOGIFDDSsUOHSVJr32Z67n4VJGtNY8gWOV/s400/Captura+de+pantalla+2011-06-05+a+las+16.21.42.png" border="0" /></a> De la gran cantidad de versiones encontradas en la red de este aria incomprensiblemente casi ninguna incluye el preludio con el que ésta da comienzo. Tan solo en la versión que Karajan dirigió para Salzburgo se puede escuchar tal fragmento completo. Y lo cierto es que, aunque la versión sea un desastre en lo que a dirección de actores se refiere -dirección del propio Karajan, dicho sea de paso- y algo menos discutible en lo musical solo por escuchar la recreación que hacen Karajan y la Filarmónica de Berlín de este preludio merece la pena:</p><div style="TEXT-ALIGN: center">*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/3p2sV9RMQQk" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:arial;">El aria en sí resulta una auténtica prueba de fuego para cualquier soprano. Aria de enormes proporciones ofrece innumerables dificultades para la cantante que a estas alturas de la representación aún debe dar lo mejor de sí misma. Desde el imponente inicio, declamado practicamente a capella, hasta el delicado <span style="FONT-STYLE: italic">"s'ancor si piange in cielo"</span> la partitura ofrece numerosas ocasiones para el lucimiento de la voz.</span> <span style="font-family:arial;">Musicalmente la partitura está llena de citas de motivos ya escuchados con anterioridad -tema de Fontainebleau, el tema cantado por Don Carlo en el dúo del primer acto- que enriquecen la pieza obligando a la cantante a aportar el matiz adecuado y el dramatismo que en cada momento cada uno de ellos requiere.</span> <span style="font-family:arial;">De nuevo multitud de versiones pugnan por aparecer en este lugar, pero ya que será Fiorenza Cedolins la que interprete el rol de Elisabetta en nuestro coliseo, aquí os la dejo ante la tumba del emperador:</span></div>*<br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/Rf8Xvaoxj2g" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="425"></iframe><br />*<br /></div><span style="font-family:arial;"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><div><span style="font-family:arial;"><span style="FONT-WEIGHT: bold"><br /></span></span></div><span style="color: rgb(255, 153, 102);">10-DÚO CARLO/ELISABETTA: “Ma lassù ci vedremo”</span></span><br /><div style="text-align: justify;">Quizá sea toda esta recta final de la obra la parte más veces versionada por Verdi y de la que el compositor nunca pareció llegar a estar satisfecho del todo. La heróica decisión de los dos amantes de renunciar a su amor sacrificándolo en pro de la libertad del pueblo flamenco mientras la orquesta aplaude la decisión al ritmo de una brillante marcha en do mayor desmerece bastante de lo escuchado hasta el momento. Afortunadamente a Verdi aún le queda talento suficiente para ofrecernos un último ejemplo de su inspiración melódica en este hermosísimo tramo final del dúo en el que ambos amantes se dicen adiós para siempre:</div></span><br /><div style="TEXT-ALIGN: center"><span style="font-family:arial;">*</span><br /><iframe src="http://www.youtube.com/embed/8Yc2YZ-kL08" allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" width="560"></iframe><br /><span style="font-family:arial;">*</span><br /></div><br /><div style="TEXT-ALIGN: justify;font-family:arial;"><span style="font-family:arial;">Alguno podrá objetar que la aparición del emperador arrastrando consigo hasta el interior de la tumba al desdichado infante, detalle del todo inexistente en el original de Schiller, pueda parecer un tanto fuera de lugar y demasiado fantástico como para finalizar un drama histórico.</span><br /><span style="font-family:arial;">En primer lugar podríamos indicar que, a diferencia de los finales wagnerianos, para Verdi el final de una ópera supone tan solo eso, el final. Mientras que en las óperas del compositor alemán toda la acción va encaminada a esa especie de catarsis que se genera en cada conclusión de sus dramas -recordemos, por citar unos cuantos, el final de Parsifal, el del Ocaso de los dioses o, por supuesto, el final de Tristán- para el maestro italiano el alcanzar ese determinado climax al final de la ópera, o de cada acto, no resulta tan importante como el crear el mayor número posible de situaciones ricas en dramatismo y sacarles el máximo partido a cada una de ellas.</span><br /><span style="font-family:arial;">Y, en segundo lugar, si el final carece de rigor histórico tampoco debe importarnos demasiado. Ya hemos hecho el ridículo demasiadas veces en este país queriendo culpar a Verdi por las inexactitudes que los acontecimientos narrados en su ópera presentan y por el tan cansino fomento de la leyenda negra española que algunos se empeñan en ver reflejado una y otra vez en Don Carlo.</span><br /><span style="font-family:arial;">A Verdi lo que es de Verdi y a la Historia lo que es de la Historia.</span><br /><br /><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; COLOR: rgb(255,102,0)"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;">*</span><br /></span></div></div></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-17405359215798137002011-01-16T19:36:00.018+01:002011-02-05T11:21:42.744+01:00(127) HAENDEL: L'ALLEGRO, IL PENSEROSO E IL MODERATO<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCw5kNXsacHOPO_5bLvB5aH458u9MK1g-MTKW1tiMO_lktkEVlRl5cJmz5GiJ9m-zZNVpejMstcWSCMOWwVPJaSlFxrijjWDfFCQsDUoo_dGdBrwdcWTNLJiHaX2vo3mLDR0r4iBeF8YJa/s1600/william+1794+blake4.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 281px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCw5kNXsacHOPO_5bLvB5aH458u9MK1g-MTKW1tiMO_lktkEVlRl5cJmz5GiJ9m-zZNVpejMstcWSCMOWwVPJaSlFxrijjWDfFCQsDUoo_dGdBrwdcWTNLJiHaX2vo3mLDR0r4iBeF8YJa/s400/william+1794+blake4.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5562856405883483618" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);">William Blake: el Anciano de Días (1794)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9966;"><b>*</b></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9966;"><iframe title="YouTube video player" width="425" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/a8KNs0xN8O4" frameborder="0"></iframe></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9966;">*<br /></span><br /><style>@font-face { font-family: "Times New Roman"; }@font-face { font-family: "Verdana"; }p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal { margin: 0cm 0cm 0.0001pt; font-size: 12pt; font-family: "Times New Roman"; }table.MsoNormalTable { font-size: 10pt; font-family: "Times New Roman"; }div.Section1 { page: Section1; }</style> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><b><br /></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><b><br /></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><span style="font-family:Verdana;"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">As steals the morn upon the night,</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Como la mañana desvanece la noche,</b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">And melts the shades away:</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Arrebatándole todas sus sombras:</b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">So truth does fancy's charm dissolve,</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Así la verdad deshace el hechizo de lo frívolo,</b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b><br /></b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">And rising Reason puts to flight</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Mientras la pujante Razón disipa en el viento</b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">The fumes that did the mind involve,</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Los vapores que confundían la mente,</b></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 255, 255);" align="center"><span style="font-family:Verdana;">Restoring intellectual day.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" align="center"><span style="font-family:Verdana;"><b>Reinstaurando la edad de la inteligencia.</b></span></p><br /><span style="font-weight: bold;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIv27EpRvHXw2OBKHDdQwl_BIA3lfU9Vz0EIxvmTuWm2_jBK5QnttIfH-2daNbNfgsFz59uELL5qGPt2oMg1tjpLBQB8XH9L76bXWVZUegr6Us9OSSf3aF8WfyAwDf0mYIeklZoJ9FFGpf/s1600/-1795-blakenewton1.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 308px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIv27EpRvHXw2OBKHDdQwl_BIA3lfU9Vz0EIxvmTuWm2_jBK5QnttIfH-2daNbNfgsFz59uELL5qGPt2oMg1tjpLBQB8XH9L76bXWVZUegr6Us9OSSf3aF8WfyAwDf0mYIeklZoJ9FFGpf/s400/-1795-blakenewton1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5562856400627135410" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);">William Blake: Newton (1795)</span><br /><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3J-8RyXavO8ipRet-U3W40a82g8ZtzZXyslKx3LVyT2K5LKyn811dGv4biTisIBHwlBNG_9slDR3mfLCvvPbLPmlNrPnimTG4PrMHZFr9NiaoIP2_aZQDMUzjNRKhC4CZOzzXTdAmbB7/s1600/772px-William_Blake_Newton_drawing.jpg"></a><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">*</span></div><div style="text-align: center;"><span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FF6600;"><b><br /></b></span><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;">IL MODERATO</span></span></b></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><span class="Apple-style-span" style=";font-family:arial;font-size:small;"><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;"><b>E</b></span></span>L invierno de 1740 sería recordado por los habitantes de Londres, durante muchas décadas, como uno de los más crudos vividos por la ciudad del Támesis: el intenso frío, las continuas nevadas, así como las fuertes ventiscas que se venían repitiendo desde el mes de octubre parecían no dar tregua a los londinenses. Los más miserables permanecían en sus casas sin nada que llevarse a la boca y ateridos por las heladas. Los más poderosos también quedaban encerrados en sus casas, confortados por sus estufas, pero sin tener a dónde ir. Tan duras se habían vuelto las condiciones de vida en la ciudad que la mayor parte de los teatros habían tomado la drástica decisión de cerrar sus puertas mientras las condiciones meteorológicas no invitaran a que los posibles espectadores abandonaran sus casas. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Nada parecía haber cambiado este 27 de febrero cuando la ciudad volvió a amanecer, una vez más, cubierta bajo un denso manto de nieve y cuando, aunque la inminente llegada del mes de marzo prometía el final de la pesadilla, los históricos -24º padecidos tan sólo unos días atrás habían llevado a la dirección del Royal Theatre, situado en Lincoln's Inn Fields, a incluir esta nota al pie de todos los carteles donde se anunciaba el estreno de la nueva composición del afamado compositor George Haendel, la oda-pastoral L'Allegro, il Penseroso e il Moderato:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><br /><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center;" align="center"><i><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">"La dirección del teatro garantiza una temperatura confortable en el interior de la sala durante todo el tiempo que dure la representación."</span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center;" align="center"><br /><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center;" align="center"><i><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span></i><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Ya fuera debido a esta advertencia o, quizá, a la escasez de espectáculos a los que los londinenses se habían enfrentado en estos últimos meses lo cierto es que el público respondió esa noche abarrotando por completo el aforo del Royal Theatre.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-No me negaréis que, después de todo, la representación ha sido un éxito. No solo se ha agotado todo para hoy sino que, además, se han reservado billetes para, al menos, dos días más.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Quién de esta forma tan entusiasta hablaba no era otro que Charles Jennens, responsable de la adaptación de algunos de los textos de la pastoral de John Milton L'Allegro e il Penseroso y que, junto a otros poemas salidos de su propia pluma, il Moderato, completaban la obra que acababa de sonar esa noche por primera vez. Intentaba, de esta forma, animar al maestro, a la vez que con cierta dificultad sujetaba su brazo derecho, mientras descendían por el pequeño, aunque bastante empinado, tramo de escalones que comunicaba el escenario con la platea. Sin embargo, el voluminoso sajón, no parecía participar del mismo entusiasmo del que su colega hacía gala.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Amigo mío, no cantéis victoria antes de tiempo -repuso Haendel liberándose con cierta brusquedad del brazo de su acompañante una vez sorteada con éxito la peligrosa escalinata- mucho me temo que en cuanto se casen las cuentas los responsables del teatro no se muestren tan optimistas como lo hacéis vos. Pero, ¿de verdad era necesario poner la calefacción tan alta? Luego me vendrán con el cuento de que si ha habido que comprar una partida extra de carbón, con que si he contratado más músicos de los previstos. Y no será por los cantantes… Se han gastado casi las mismas guineas en pagar al personal para que retirara la nieve de los accesos al teatro que en los honorarios de mis cantantes.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Bueno, eso será sin contar lo que cobrará madama Duparc, que cuando se sepa lo que le habéis prometido a La Francesina...</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Bobadas! -interrumpió secamente el sajón- era necesario que la señora Duparc interpretara mi obra; nadie como ella podría cantar "sweet bird" de la forma tan sublime como lo ha hecho esta noche. ¡Era necesario, sí señor! Y si no hubiera dinero bastante yo mismo pagaría la diferencia de mi propio bolsillo. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y, parándose en medio de la platea al tiempo que descargaba un contundente bastonazo en el suelo, añadió en un tono más elevado:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡O acaso pensáis que a estos zafios londinenses se les podría haber sacado de sus confortables mansiones con tan solo el reclamo de mi música!</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La voz del alterado compositor resonó por entre los palcos tan solo interrumpida por el agudo chirriar de las poleas encargadas de hacer descender las grandes arañas que tan solo unos minutos antes iluminaban esplendorosamente todos los rincones del teatro y que ahora, tras ver extinguido el fuego de sus numerosas velas, iban dejando la sala, poco a poco, en la más completa oscuridad.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Vamos, querido George, sosegáos un poco y salgamos de aquí antes de que suframos un percance.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Nada más traspasar la puerta que comunicaba la platea con el exterior ambos artistas se vieron golpeados por el estruendo y el bullicio que reinaba por todo el hall del edificio. Como era de esperar el mal tiempo había cubierto de nuevo las calles de nieve, y los coches y las sillas de mano a duras penas podían acercarse a las proximidades de Lincoln's Inn Fields sin formar uno de aquellos atascos tan frecuentes y que habían hecho de Londres, en los últimos cuatro meses, una ciudad prácticamente intransitable. Sin embargo, la mayor parte de los ilustres asistentes al evento, ajenos a las penalidades que sus cocheros padecían en el exterior, parecían no preocuparse por la demora y esperaban pacientemente la llegada de sus criados enfrascados en las más diversas conversaciones.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La sorpresa y, por qué no decirlo, la contrariedad que Haendel mostró nada más acceder al interior del hall ante semejante tumulto no pasó desapercibida para su acompañante. Ambos permanecieron inmóviles, como petrificados, durante unos instantes sin saber si abrirse camino entre la multitud o, por el contrario, desandar el camino andado y desaparecer, de nuevo, entre las tinieblas que ya se habían apoderado de la platea.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Ya os dije yo que debíamos haber abandonado el teatro por la puerta trasera -susurró el sajón.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Y ahora soy yo el que os recuerda que fuisteis vos quien me alertó de la gran imprudencia que supondría salir por la misma puerta por la que lo hacen habitualmente los músicos -respondió sin ánimo de reproche el escritor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Pero ya era tarde para retroceder. Reconocidos de inmediato por todo el gentío que aún se congregaba en el hall los dos artistas fueron recibidos entre clamorosos aplausos y vítores mientras, a su alrededor, todos se agolpaban queriendo felicitar personalmente al eminente músico al que ya muchos consideraban como toda una gloria nacional.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Magnífico, exquisito!- exclamaba eufórico un noble anciano mientras sacudía enérgicamente con sus dos manos la diestra del compositor- qué maravilloso es poder escuchar cantada la poesía de Milton.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y, un poco más allá, se oía decir a una hermosa dama, no menos noble, y ataviada con un elegante vestido de seda rosa:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Esto sí es música inglesa.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Ya está bien de italianos! –se oyó decir a otra dama de voz chillona y aspecto no tan agraciado.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Eso, eso es verdad! -clamaban algunos de los presentes: -¡Abajo la ópera italiana!</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">A un lado y otro se multiplicaban las muestras de admiración, los elogios y las felicitaciones. Todos querían saludar al maestro que, a duras penas, entre reverencias y besamanos, avanzaba lentamente hacia la salida del teatro escoltado en todo momento por su fiel libretista.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Haendel asistía a toda esta ceremonia ciertamente abrumado pero, al mismo tiempo, invadido por una inevitable sensación de amargura y de desprecio. Amargura por los fracasos financieros y por las deudas; por las consecuentes enfermedades que estas trajeron; por tantas disputas y tantos desengaños, de la más diversa índole, habidos con empresarios y cantantes. Y desprecio por todos aquellos que ahora le aclamaban y que, tan solo unos años antes, le habían dado la espalda abandonándolo a su suerte a él y a la ópera italiana a la que tanto esfuerzo y tanto talento había dedicado; ese mismo espectáculo al que ellos, en un principio, también amaron pero que, con el paso del tiempo, dejaron corromper en las caprichosas manos de divas y castratti, convirtiendo la ópera en el espectáculo circense del que ahora todos renegaban.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Todos estos recuerdos que, de forma atropellada, se agolpaban en la cabeza del sajón confundían de tal manera su ser que, por un momento, sintió perder toda noción de realidad. Las voces del gentío, que tan solo unos instantes atrás aturdían sus sentidos, apenas eran ahora nada más que la sombra de un murmullo lejano. Sintió cómo todo su cuerpo desfallecía, cómo sus brazos languidecían y cómo su bastón caía bruscamente al suelo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Alertado por el ruido mister Jennens, que en ese momento se encontraba conversando con otros dos caballeros, fue capaz de llegar a tiempo para sujetar al corpulento compositor evitando que corriera la misma suerte que su bastón.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Maestro Haendel ¡George! ¿Os encontráis bien? -Preguntó preocupado el escritor mientras intentaba colocar el báculo en la mano del músico.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-No ha sido nada, tan solo un ligero mareo. Salgamos a la calle, necesito algo de aire fresco.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Al recordar que la noche no estaba precisamente para tomar el aire, Jennens y los dos caballeros lograron persuadir al músico para que accediera a pasar a uno de los salones del teatro donde algunos de los criados habían comenzado a servir té y chocolate caliente. Mientras acomodaban al maestro en uno de los amplios sillones, y una vez comprobado que el estado del músico no revestía gravedad alguna, el libretista pidió permiso para presentar a los dos hombres que tan amablemente habían socorrido al compositor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Señor Haendel, ¿recordáis a Lord Brydges?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Cómo iba a olvidarme de vos? Sir Henry ¿Cómo estáis? Lamento que nuestro reencuentro haya tenido lugar de esta manera.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-No os levantéis, os lo suplico -interrumpió el duque mientras posaba su mano sobre el hombro del músico que, con penosa dificultad, intentaba incorporarse sobre su asiento.- Yo también lo siento aunque, en cierto modo, y os pido disculpas con antelación por si mis palabras pudieran sonar demasiado francas, tengo que reconocer que si no hubiese sido por este incidente quién sabe cuándo se habría presentado otra oportunidad de hablar con vos a solas.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Querido Henry no creo que ambos necesitemos de estos encuentros fortuitos para poder charlar amigablemente -respondió Haendel con una amplia y sincera sonrisa mientras, de forma disimulada, procuraba situar en su correcto lugar la peluca que, tras el incidente, había quedado un tanto descolocada. Hacía tiempo que su aprecio por el duque iba más allá del simple respeto pues nunca tuvo la menor duda sobre la sincera admiración que Sir Henry Brydges, segundo duque de Chandos, profesaba por toda su obra.- No tendríais más que habérmelo hecho saber y con gusto os habría ido a visitar, sin tardanza, en vuestra propia casa, mañana mismo, o en una semana, a más tardar. Pero, si el lugar no os incomoda, para mí será un honor escuchar aquí y ahora todo aquello que deseéis contarme. Soy todo oídos.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Antes de continuar el duque miró a su alrededor y, cayendo en la cuenta de que aún no había presentado a su acompañante, añadió:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Antes que nada permitidme que os presente a mi buen amigo el caballero Étienne Morin. Acaba de regresar de un largo y fatigoso viaje por las Antillas y permanecerá con nosotros un par de semanas antes de regresar a París. Y, por cierto, no os podéis hacer una idea del entusiasmo que le invadió al enterarse del concierto que hoy ofrecíais en Londres.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Es para mí un honor el poder estrechar la mano del autor de una música tan hermosa -respondió el joven francés en un perfecto inglés pero con la voz entrecortada por la emoción.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sois muy amable joven y espero que la expectación no se haya visto, después de todo, defraudada. Pero, decidme Sir Henry, ¿cuál es ese asunto tan urgente que teníais que tratar conmigo?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues bien, estimado amigo... </span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La llegada de uno de los sirvientes ofreciendo la reconfortante bebida prometida interrumpió el apenas iniciado parlamento del duque que, sin duda, deseaba ser escuchado en la mayor intimidad. Una vez servido el té y libres de la presencia del inoportuno criado el discreto Lord prosiguió:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Como sabéis, pues no dudo de que os mantenéis bien informado, recientemente ha visto la luz la nueva constitución reformada que regulará, de ahora en adelante, todos los aspectos de la que, a partir de este momento, será conocida como Gran...- el duque hizo una pequeña pausa para proseguir en voz más baja -... como Gran Fraternidad de Inglaterra.- Y, volviendo a detenerse, comenzó a preparase una taza de té.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Las palabras de Lord Brydges así como el hilo de voz con el que terminó la frase dejó a todos los presentes un tanto intrigados. Poco a poco los ecos del tumulto que revoloteaba por el hall del teatro comenzaban a disiparse y, en su lugar, el silencio empezaba a apoderarse de cada rincón del salón donde se hallaban.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Una vez reconfortado y con la agradable sensación de la taza aún caliente entre sus manos prosiguió:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Deduzco por vuestra forma de observarme que os estaréis preguntando qué relación puede tener este asunto con vos.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Lord Brydges no se equivocaba. Aunque, como él bien había observado, el sajón estaba muy al corriente de todo lo que sucedía en torno a la Gran Logia de Londres y mantenía una buena relación con muchos de sus miembros, en especial con todos aquellos pertenecientes a la nobleza, siempre había sabido mantenerse a una distancia prudencial de todo lo que le pudiera relacionar directamente con cualquier tipo de fraternidad.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Veo que interpretáis mi mirada a la perfección, excelencia -respondió divertido el compositor- no negaré que estáis en lo cierto: ¿qué puede tener que ver un humilde músico como yo con vuestras sociedades; con vuestras ceremonias y rituales?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues precisamente eso que mencionáis -respondió el duque inclinando todo su cuerpo hacia delante y arrojando descuidadamente la taza sobre la mesa- vuestra música es lo que vengo a pediros. Vos sois el más grande compositor que vive sobre el suelo de nuestra amada Inglaterra y nadie mejor que vos para honrarnos a todos los hermanos con la creación de una magnífica cantata o, quién sabe, un himno quizá que conmemore el nacimiento de la nueva constitución.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Haendel, un tanto confundido, permaneció en silencio por un tiempo al cabo del cual y con el ceño algo fruncido preguntó:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Y qué os hace pensar que accedería a embarcarme en semejante empresa?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Cómo? ¿Habláis en serio? -preguntó incrédulo Sir Henry- ¿no sois, acaso, vos el autor del prodigio al que esta noche hemos asistido? ¿No sois vos, quizá, el creador de la gloriosa música que ha acompañado a los inspirados poemas del señor Jennens?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sin olvidar los versos del maestro Milton, si me permite su excelencia- interrumpió con modestia el escritor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sí, por supuesto -continuó el duque dirigiéndose ahora a mister Jennens, no sin cierta vehemencia y sin percatarse de que su voz retumbaba ahora por toda la sala- aunque estaréis de acuerdo conmigo, y espero que nadie piense que no valoro como se merecen los versos del inmortal poeta, en que sólo en vuestra poesía puede uno sentir todo el espíritu de nuestro tiempo; vuestros versos son como el alimento del que se nutre el glorioso siglo que nos ha tocado vivir -y alzándose súbitamente del asiento comenzó a cantar levantando el brazo derecho y agitando la mano con gran ímpetu: "mientras la pujante Razón disipa en el viento los vapores que confundían la mente..."</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues ya lo creo que confunden la mente, ¡y tanto que la confunden! Maestro Haendel, no me esperaba algo así esta noche... y menos de vos.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Lady Catherine Cavendish llevaba un buen rato merodeando la mesa donde el maestro sajón hacía tiempo que departía amigablemente con sus tres acompañantes. Aunque casi todos los asistentes a la representación ya habían abandonado el edificio la duquesa de Devonshire, que así tenía a bien titularse nuestra dama desde su matrimonio con Sir William Cavendish, tercer duque de Devonshire, llevaba un cuarto de hora deambulando por toda la habitación no se sabe muy bien si por su deseo de mostrar sus respetos al compositor o por las sospechas que albergaba, no bien descubrió al selecto grupo, de que algo misterioso se tramaba en aquella reunión. Lady Catherine hacía muchos años que conocía al compositor; fiel seguidora, y sincera admiradora de sus óperas, sin embargo la duquesa poseía también un temperamento fuerte y orgulloso que le hacía sentir cierto rencor por el músico desde que éste tuvo la fatal ocurrencia de rechazar la generosa oferta que le hubiera convertido en el profesor de música de sus hijos.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La mayor de todos ellos, Lady Caroline, acompañaba a su madre esta noche en ese incesante ir y venir por todo el salón; en ese incesante movimiento en círculos, cada vez trazados con menor radio, y que acabaron situando a madre e hija justo a espaldas de Sir Henry cuanto éste daba inicio a su acalorado discurso.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Lady Catherine, ¡qué agradable sorpresa! –respondió Haendel en el más amable tono de voz que pudo encontrar dando a entender que no se sentía aludido por los reproches que le dispensaba la noble dama- veo que seguís fiel a mi obra, pero ¡qué es lo que ven mis ojos! ¿no es acaso esta adorable jovencita la pequeña Lady Caroline? ¡Cómo habéis crecido! </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La joven muchacha, bastante incómoda por la escena que su madre le estaba obligando a presenciar y, en menor medida, por las palabras que ahora le dirigía el músico acabó por ruborizarse del todo mientras con una pequeña reverencia saludaba a todos los presentes a la vez que intentaba ocultar el rubor de su rostro hundiendo su delicada barbilla en el pecho.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Señor Haendel, hacedme el favor de no cambiar de tema. ¿Cómo habéis podido participar en este bochornoso espectáculo? Y vos, señor mío –añadió, en un tono de voz aún más agrio, dirigiéndose, en esta ocasión, al señor Jennens- ¿cómo habéis sido capaz de traicionar la obra y el genio de Milton? No os bastaba con escribir ese panfleto libertario que, además, habéis tenido que profanar sus versos uniéndolos a los vuestros. ¿Es que ya no se respeta nada en nuestra pobre Inglaterra? ¡Vergüenza debería daros! Y vos, maestro Haendel, nunca pensé que pudierais defraudarme una segunda vez.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Cuánto lo siento, mi querida señora -contestó el sajón sin alterarse lo más mínimo pues hacía tiempo que conocía el talante radical y puritano de Lady Catherine-. Lamento de corazón si mi nueva obra no ha sido de vuestro agrado pero siento que estáis siendo demasiado injusta, especialmente con el trabajo de mi estimado colaborador, el señor Jennens.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Bueno, la verdad es que yo… -el pobre libretista a duras penas encontraba qué responder ante la vehemencia verbal esgrimida por la duquesa, aunque poco a poco las palabras comenzaron a brotar de su boca con la acostumbrada fluidez-. Lo que intento deciros, y espero que en esto estaréis de acuerdo conmigo, noble señora, es que el reinado de la ópera italiana hace tiempo que terminó y que nuevas formas de expresión, más acordes con nuestro siglo y con el temperamento del pueblo inglés, comienzan a llamar a la puerta. La gente ya no se conforma con las acrobacias de los cantantes, el público está cansado de las mismas convenciones y de una lengua que no entienden. Hoy el pueblo exige que se cante en su mismo idioma. Que se cante con las palabras con las que todos nos comunicamos a diario, las mismas que usamos cuando amamos y cuando rezamos, esas palabras con las que nombramos las grandes cosas y, también, las más pequeñas; palabras que hasta los niños puedan entender… </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Bobadas! -atajó con sequedad Lady Catherine- ¿qué necesidad hay de entender ningún texto?. Hemos asistido durante décadas al teatro sin entender una sola palabra y nadie parecía inquietarse lo más mínimo por ello. Ni los versos de Milton necesitan de música alguna ni la música necesita de ningún texto para poder existir. Además, ¿a quién puede interesarle que nuestros jóvenes entiendan lo que se ha podido escuchar esta noche sino a gente como vos? -y diciendo estas últimas palabras dirigió una fulminante mirada a Sir Henry y a su acompañante-. “Vapores que confunden la mente”; “Razón e inteligencia”... textos libertarios y ajenos a los mandamientos de nuestro Señor y a los libros sagrados, eso es toda esta palabrería…</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">En ese preciso instante, la sombra de un menudo hombre de iglesia que, a toda velocidad, atravesaba el salón camino del hall del teatro hizo que el acalorado discurso de Lady Catherine cesara bruscamente.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Ah, Reverendo Anderson, reverendo, esperad un minuto!- gritó la duquesa ante la perplejidad de todos los presentes para, acto seguido, presa de un irrefrenable impulso salir a toda velocidad en pos del citado clérigo del que ya apenas quedaba rastro.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Todos los presentes permanecieron por unos instantes en el más absoluto silencio confundidos hasta el extremo por lo acontecido pero sin atreverse a realizar el más mínimo comentario sobre el extravagante comportamiento de Lady Catherine. Y es que la presencia de la pequeña hija de la duquesa de Devonshire, que presa de una profunda turbación permanecía aún con la mirada fija en el suelo, mantenía a todo el grupo en un respetuoso silencio. Por fin, aunque sin apenas alzar el rostro, la pequeña Cavendish dejó escapar un pequeño hilo de voz:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Señor Jennens… -comenzó tímidamente la hermosa muchacha al tiempo que hacía una pequeña pausa para tomar aire- espero que no toméis a mal las palabras de mi madre. Creo que su desmedida pasión por las Escrituras le impide valorar en su justa medida todo aquello que pueda entrar en conflicto con su fe. Sin embargo, yo… -y aquí la joven volvió a detenerse- … yo creo, de todo corazón, que vuestras palabras son realmente maravillosas… -prosiguió mientras elevaba sus enormes ojos grises, ligeramente humedecidos por las lágrimas, buscando ahora la mirada del compositor- y vuestra música, maestro Haendel… ¡Qué hermoso sería todo si el mundo entero se gobernara según lo habéis descrito esta noche!.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Mi querida muchacha –continuó el maestro mientras estrechaba las menudas manos de la joven entre las suyas- en verdad que el mundo sería un lugar mucho más hermoso si todos sus habitantes lo observaran con la misma pureza con que vos lo hacéis.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Una vez más el rubor iba camino de apoderarse del rostro de la muchacha de no haber sido por la repentina aparición de Lady Catherine que, entre voces y risas, irrumpía de nuevo en la sala acompañada, en esta ocasión, del rescatado reverendo James Anderson.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Perdón, caballeros, por haberles abandonado con tal brusquedad, pero no podía dejar escapar a nuestro querido reverendo sin hablar unas palabritas con él. Y, por cierto, que no ha dudado en acompañarme de vuelta cuando ha sabido que me encontraba en tan ilustre compañía.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Señor Haendel –comenzó a decir el reverendo- antes que nada me gustaría darle la enhorabuena por toda la belleza con la que nos ha obsequiado esta noche…</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sí, sí, eso está muy bien –interrumpió secamente la duquesa- pero, antes me gustaría saber cómo se ha comportado mi pequeña. Espero querida –prosiguió Lady Catherine dirigiéndose ahora a su hija- que no habrás dicho nada inconveniente durante mi ausencia.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Non, maman. Tan solo hablaba con el señor Jennens de lo hermoso que sería si en toda nuestra amada Inglaterra existiera la misma armonía que reina en la música del maestro Haendel.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Ay, cariño, cúanto me recuerdas a tu padre ¡Siempre tan ingenua! Está visto que no puedo dejarte sola ni un solo instante, y menos en semejante compañía.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pero, madre, el señor Jennens piensa…</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Tonterias! –zanjó con brusquedad Lady Catherine-. Nuestra amada Inglaterra solamente podrá encontrar la armonía el día en que todos logremos vivir según los principios sagrados del Evangelio. Tan solo en la palabra de nuestro Señor reside la verdadera armonía. ¿No es así como tiene que ser, reverendo Anderson?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">–Pues, con licencia de vuestra excelencia -observó con cierta cautela el recién llegado-, creo que la opinión de vuestra hermosa hija no va del todo desencaminada. La música, como todas las otras artes, ha sido dada al hombre para que éste, a imagen de las otras maravillas que pueblan el universo, la ofrezca como preciosa ofrenda a Dios, Supremo Hacedor, para mayor gloria suya y de su amado Hijo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Como Lady Catherine daba por sentado que la respuesta del clérigo no podría ser otra que la de una rotunda confirmación de su teoría, hábito que ya se había convertido en toda una tradición entre ellos dos, el hecho de que el reverendo, en esta ocasión, expresara una opinión diferente a la suya resultó toda una inesperada afrenta para el amor propio de la ilustre dama. Ya se disponía a contraatacar con toda su artillería cuando mister Jennens, demostrando una gran agilidad e intuyendo el mal fin en que toda esta disputa, más tarde o más temprano, acabaría, decidió dar un nuevo giro a la conversación con un oportuno golpe de efecto.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Perdonadme que os interrumpa, Lady Catherine, pero creo que toda esta cuestión quedaría zanjada si conocierais el nuevo proyecto en el que nos encontramos actualmente trabajando y que, con toda seguridad, satisfará plenamente todas vuestras exigencias, si el maestro, claro está, no muestra ninguna objeción.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Por supuesto que no, amigo mío, continuad, os lo ruego.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Y bien, ¿qué proyecto es ese, que, al parecer, resulta tan importante? –preguntó la duquesa en un tono que evidenciaba la enorme satisfacción que experimentaba al sentirse centro de toda la reunión así como el haber sido la causante de tan singular revelación.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Ah, qué magnífica noticia! Sí, por favor, continuad que no todos los días se encuentra uno con una primicia semejante –intervino exultante Lord Bridges mientras ya todos, en el más absoluto silencio, atendían a las palabras del poeta.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues, como bien se ha expresado aquí esta noche, si la música es el don más preciado que Dios ha concedido a los hombres y si, mediante la música, podemos alabar el nombre del Creador mejor que con ninguna otra de las artes conocidas, qué mejor que hacerlo poniendo en música las sagradas palabras de aquellas escrituras donde se nos anuncia la llegada del Salvador, su pasión y su glorificación.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Magnífica ocurrencia! Ni yo mismo hubiera pensado en un asunto más apropiado –exclamó el reverendo Anderson mostrando su aprobación-. Pero, mi estimado Charles, si los textos proceden de las Sagradas Escrituras, ¿cuál será, entonces, vuestro papel en toda esta empresa? Supongo que algún que otro verso vuestro figurará en ella.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Dadlo por hecho! –volvió a la carga Lady Catherine- si no dudó en colocar sus versos al lado de los de Milton, ¿por qué no habría de hacer algo similar en esta ocasión?. La verdad es que sois un un hombre osado, mister Jennens.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Creo que, una vez más, volvéis a juzgar a nuestro escritor con excesiva dureza, Milady –intervino, por fin, el compositor- ya que el verdadero desafío de mi nueva obra consiste en que toda ella se nutrirá de textos procedentes, única y exclusivamente, de la Santa Biblia. Pero, claro está, nada de esto puede tener sentido si todos estos fragmentos no son seleccionados con buen criterio y si la obra, finalmente, no goza de cierta unidad. Y, como ya habréis adivinado, es aquí donde la labor de mister Jennens resulta completamente decisiva.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Y cómo habéis pensado titular semejante composición? –preguntó con curiosidad el joven francés que, aunque en silencio, había seguido toda la conversación con gran interés.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-<i>“Mesías”</i> –respondió Haendel con sencillez y cierta rotundidad a un mismo tiempo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Bueno, bueno -sentenció con desdén la duquesa-. Esperemos el resultado y ya os comunicaré mi opinión al respecto. Y ya que, como parece, andáis más que interesado por los Libros Sagrados os participo que el próximo sábado, a la hora del té, he organizado en mi residencia una pequeña velada donde, además de discutir sobre algunos asuntos caritativos, se leerán y comentarán algunos pasajes de la Gran Biblia. Grandes damas de lo más selecto de Londres acudirán a la cita así que espero vuestra asistencia sin falta. Ocasión tendremos entonces de discutir largo y tendido sobre ese nuevo <i>Mesías</i> vuestro. ¡Reverendo Anderson! Sabéis que cuento con vos.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La invitación de Lady Catherine, inapelable condena para todo aquel a quien fuera dirigida, no dejaba más opción que aquella que su voluntad dictaba. Así que nuestro resignado reverendo optó por agachar humildemente la cabeza mientras murmuraba:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Allí estaré sin falta, Milady.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues bien, caballeros. Nada más hay que hablar. Vamos, querida, no creo que el coche tarde mucho más en llegar. Señores, queden con Dios.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Seguida por su obediente hija la voluminosa figura de la duquesa comenzó a alejarse camino del hall cuando, a mitad de camino, se detuvo y volviéndose, de nuevo, hacia el grupo exclamó:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Reverendo Anderson, ¿no queréis acompañarme hasta la puerta?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sí, cómo no, enseguida estoy con vos, Milady –y aproximándose a Lord Bridges, en voz casi inaudible, susurró cerca de su oído:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Os aseguro que este sábado, en cuanto pueda librarme de ella, acudiré a vuestra reunión. Lo prometo. -Y sin esperar un instante más voló en pos de Lady Catherine con la agilidad de un cervatillo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">La oscuridad ya era casi total en el teatro. Tan solo una pocas velas que se habían dejado encendidas por los empleados, en consideración a los cuatro caballeros que aún permanecían en su interior, ardían cerca de donde se encontraban. Un denso silencio todo lo invadía envolviendo la estancia en un ambiente de cierto misterio. Entonces se dejó sentir la voz del sajón: </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Bueno, señores, creo que también nosotros deberíamos regresar a nuestras casas. Ya hemos tenido demasiadas emociones por hoy.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pero, maestro –interrumpió Lord Bridges- aún no os habéis pronunciado sobre mi oferta. ¿Aceptaréis trabajar para nosotros?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Haendel permaneció un instante pensativo pasado el cual se incorporó de su butaca, no sin dificultad, y tras colocarse el gabán contestó:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Mi buen Lord, las cosas no siempre son tan sencillas para un hombre como yo como lo son para vos. Apenas conocéis algo de mi situación actual y, menos aún, de lo que será de mi persona en un próximo futuro. Pero, ¡qué estoy diciendo! si ni tan siquiera yo lo alcanzo a saber –la voz del compositor sonaba con una profunda tristeza pero, al mismo tiempo, con la serenidad propia de la resignación-. Mi estado actual es desesperado: la ruina en la que me encuentro es casi total y dudo mucho que el éxito de mi obra se mantenga por mucho tiempo. Algo me dice que mis días en Inglaterra han llegado a su fin y que debo prepararme para iniciar una nueva etapa lejos de aquí. Y, aunque aún no tengo decidido cuál será mi próximo destino, es muy probable que pruebe </span></span><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:verdana;">fortuna </span><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:verdana;">de nuevo en Italia y, más concretamente, en Roma.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Pero, qué estáis diciendo! -exclamó Lord Bridges intentando atemperar su indignación- ¿El gran maestro Haendel lejos de Londres? ¡Qué despropósito es éste!</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Escuchadme atentamente, Milord, y entenderéis los motivos por los que debo extremar mi prudencia a la hora de establecer contacto personal con vos y con los miembros de la Logia a la que representáis.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Fatigado por la dura jornada, y comprendiendo que Lord Henry merecía conocer los detalles del porqué de esta drástica decisión, Haendel volvió a acomodarse en su asiento mientras dejaba escapar un profundo suspiro.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Como bien sabéis la encíclica publicada recientemente por el Papa de Roma ha puesto bajo sospecha en toda Europa cualquier tipo de asociación secreta -dijo el sajón mirando fijamente a los ojos de su interlocutor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Vos sabéis tan bien como yo que todo ataque procedente de Roma nunca será admitido por el monarca, es más, os puedo asegurar que el anatema papal más que perjudicarnos nos engrandecerá antes los ojos de toda la nación y, aun me atrevería a decir, de medio mundo –objetó Lord Bridges con total aplomo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Aunque... lo cierto es –intervino mister Jennens mientras rebuscaba entre un amasijo de periódicos atrasados que yacían descuidadamente apilados sobre un aparador- que si hubiérais tenido tiempo de leer la gaceta de la pasada semana os habríais enterado de la noticia.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Y qué noticia es esa? –interrumpió el joven francés.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Aquí lo tengo: tomad y leed, os lo ruego –y acto seguido arrojó sobre la mesa un número de la London Gazette donde se podía leer la reseña sobre la reciente muerte del Papa Clemente XII.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Así que el viejo Corsini primero nos maldice y al poco la diña –comentó socarronamente el duque.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues ya sabéis aquello que dicen de que después de muerto el perro… -apostilló el francés en el mismo tono burlón que su amigo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Por favor, os ruego un poco de seriedad, caballeros! –protestó enérgicamente el sajón- ya veo que no habéis entendido nada. Que el papa viva o muera carece de importancia. La Iglesia de Roma es mucho más que ese títere que se esconde bajo el rimbombante calificativo de Sumo Pontífice y que, cada cierto tiempo, es elegido por los cardenales. Ellos, y sólo ellos, son los que detentan el poder en la Iglesia y en Roma; ellos son los que odian todo aquello que guarde alguna relación con la masonería; ellos os odian a vos, mi muy querido Lord, pero a mí, sin embargo, pueden devolverme la vida.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Pero qué ocurrencias tenéis! –volvió a reprochar el duque- ya veo que el frío os ha afectado las entendederas. Si estáis empeñado en poneros al servicio de alguno de esos cardenales, a los que tanto parecéis admirar, es algo a lo que no puedo oponerme. Sin embargo, y mientras reflexionáis sobre las consecuencias de semejante error, bien haríais en acudir a la cena que este próximo sábado ofreceré en mi casa. Quizá la presencia de alguien con más poder de convicción que yo os haga cambiar de opinión.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pero, me parece que habéis olvidado mi cita con Lady Catherine –observo Haendel. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Al diablo con Lady Catherine! –imprecó Lord Henry- aunque, no sé por qué, pero algo me dice que no pensáis asistir a esa reunión.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¡Ánimo! Señor Haendel –se atrevió a decir monsieur Morin- asistirán grandes personalidades como el señor Anthony Sayer, Desaguliers …</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-… y vuestro colega, il maestro Geminiani -añadió el duque- y algunos de los más reputados miembros de la Royal Society… Maestro, ¿no tenéis nada que decir? ¿por qué calláis?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Al pronunciar estas últimas palabras Lord Bridges tomó conciencia de que estaba tensando demasiado la cuerda de la paciencia del compositor y prefirió optar por una prudente retirada.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-No tenéis por qué darme una respuesta inmediata si no os place. Sabré esperar. Tengo la impresión, mon cher Étienne –dijo dirigiéndose al joven francés-, que ha llegado la hora en que debemos dejar descansar al maestro. ¿Os apetecería una cerveza? Conozco una taberna, muy cerca de aquí, donde la sirven excelente. Señores, ha sido un placer volver a verles. Buenas noches.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Apenas los dos caballeros hubieron desaparecido por el umbral de la puerta el escritor colocó una silla lo más cerca que pudo del lugar donde reposaba el compositor y, mientras tomaba asiento, comentó:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues parece ser que ya solamente quedamos nosotros. ¿Habéis pensado ya lo que váis a hacer?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Os habéis dado cuenta, querido Charles, de lo hermosa que es la pequeña hija de los Cavendish? La última vez que la vi apenas levantaba un palmo del suelo; y ahora… ¡Cuánta juventud y cuánta inocente pasión desprenden sus ojos! –decía sin prestar la menor atención a lo que se le preguntaba- Y ese francés… No ha dejado de observarla en toda la noche. Aunque, para ser sinceros, la muchacha tampoco parecía querer ocultar su curiosidad por el joven. Y qué extraño que su madre no se percatara de nada…</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Haendel hablaba sin atender a las preguntas de su interlocutor mientras su mirada vagaba perdida por entre la oscuridad del salón.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Maestro –exclamó Jennens-, no me estáis escuchando.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Nos hacemos viejos, querido Charles. ¿Cuándo fue la última vez que una mujer me miró de esa forma?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">¡George! –protestó enérgicamente el escritor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Ah, perdonad. ¿Decíais algo?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Os preguntaba si ya habéis tomado una decisión.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-No sé a qué os estáis refiriendo –contestó un tanto confundido el compositor.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Dos citas en el mismo día… tendréis que decidiros por una, mi querido amigo.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Parecéis estar muy seguro de ello, Charles. Por cierto, ¿cómo va nuestro <i>Mesías</i>? –inquirió el sajón intentando evadirse del tema- siento que necesito empezar a trabajar cuanto antes en él.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Pues, prácticamente ya tengo lista toda la primera parte. Dudo entre dos fragmentos para el coro final pero, por lo demás, os la puedo enviar cuando gustéis.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Qué tal el sábado, a la hora del té? –preguntó el maestro esbozando una ligera sonrisa.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿El próximo sábado? –sonrió a su vez el libretista-. Allí estaré sin falta, querido George.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><br /><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center; color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;" align="center"><span style=";font-family:verdana,sans-serif;font-size:130%;"><span style=";font-family:";">*</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center;" align="center"><span style="font-family:verdana,sans-serif;"><b><span style=";font-family:";font-size:16pt;"><b><br /></b></span></b></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: center;" align="center"><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> <o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:x-large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:georgia;"><b>L</b></span></span>ord Bridges y su amigo francés, nada más traspasar las puertas del teatro, sintieron el intenso frío de la noche sobre sus rostros no sin cierto placer. El cielo aparecía libre de nube alguna y sobre un poblado enjambre de diamantes estrellados la luna relucía en todo su esplendor iluminando hasta el rincón más recóndito de la calle. Del enorme gentío que tan sólo unos instantes atrás todo lo invadía ya no quedaba más que el rastro de cientos de pequeñas huellas, unas en desorden, otras, por el contrario, formando pequeños senderos, que al igual que un tropel de minúsculas hormigas aparecían dispersas sobre la virginal blancura de la nieve.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Con los sombreros bien calados hasta los ojos que ya quedaban casi ocultos tras los voluminosos cuellos de sus gabanes ambos caballeros reanudaron la conversación mientras atravesaban Lincoln's Inn Fields camino de la taberna de la Oca y la Parrilla:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-¿Creéis que vendrá?- preguntó con voz entrecortada el joven francés mientras una densa nube de vaho se desprendía de su boca.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Francamente, no lo sé -respondió Lord Bridges- pero lo que está claro es que, aunque venga, no creo que acceda a componer la cantata. Su decisión está tomada. Por mucho que los tiempos cambien él seguirá empeñado en componer la misma música. Consciente como es de que sus óperas ya no tiene el favor del público, volverá a apostar y a arruinarse una y otra vez. Y ahora, cuando apenas nos ha mostrado el camino de la nueva era ¿qué es lo que se propone? Pues una vuelta a lo de siempre: letanías y salmos; profetas y santos; ¡música para reverendos y beatas! Eso, o la no menos descabellada idea de viajar a Roma.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sin embargo, estaréis de acuerdo conmigo en que de la colaboración entre dos talentos como los del maestro Haendel y mister Jennnens no puede salir nada mediocre. O, si me apuráis, en el peor de los casos el resultado debería ser una obra tan grandiosa como la que hemos presenciado hoy, llámese ésta <i>Mesías</i>, <i>el Anticristo</i> o como diablos quiera llamarse.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">-Sí, por supuesto, tan magnífica como toda la que ya compuso para aquellas óperas que en su día fueron el gran acontecimiento de la temporada y de las que hoy ya nadie se acuerda, ¿o es que, por un casual, seríais capaz de nombrarme tan solo uno de aquellos títulos? ¿Verdad que no? Pues entonces, escuchadme con atención, mon cher ami: dentro de unos meses tampoco nadie se acordará de este Mesías. Un mesías que, a la postre, resultará tan falso como el más falso de los profetas. Y si no me creéis esperad un poco y veréis. Tiempo al tiempo, mon frère, tiempo al tiempo…</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3J-8RyXavO8ipRet-U3W40a82g8ZtzZXyslKx3LVyT2K5LKyn811dGv4biTisIBHwlBNG_9slDR3mfLCvvPbLPmlNrPnimTG4PrMHZFr9NiaoIP2_aZQDMUzjNRKhC4CZOzzXTdAmbB7/s1600/772px-William_Blake_Newton_drawing.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 310px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG3J-8RyXavO8ipRet-U3W40a82g8ZtzZXyslKx3LVyT2K5LKyn811dGv4biTisIBHwlBNG_9slDR3mfLCvvPbLPmlNrPnimTG4PrMHZFr9NiaoIP2_aZQDMUzjNRKhC4CZOzzXTdAmbB7/s400/772px-William_Blake_Newton_drawing.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5562856397909922402" border="0" /></a><br /><span style=";font-family:ArialMT;font-size:10pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0px; text-align: justify;"><span style=";font-family:Verdana;font-size:13pt;"> </span></p></span>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-49552135614041136672010-12-25T23:10:00.006+01:002011-06-08T11:51:29.082+02:00(126) ILUSIONES POR UN NUEVO AÑO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDGzqXFc9kZNQ_GxG87Eh8f8oNA86p07jvnIMxIio2V0W4XoEkH4CjY3TOC7uzTmpQImonmOYC5fpRH1YvqeDocF9av5JSnbzIYknu-HOvM31havdb_UMsA-PFF7B6OFHD9p8zdmHwI0sK/s1600/Imagen+2.png"><br /></a><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);">*</span><br /></div><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6lVIHR6V4tXa3fnYdI1NcdCZQJIGJdJmefSASyEQ5LnTNqwjNSlq45Pl8dcV6LqJTV7T918syRHzbp-n13yM8nELINaE72xyN1YffowrYFiWOca6wrOUeO5kFrgJx5H40uF3YXx1v5SWf/s1600/MANET-CHEZ+LE+PERE+LATHUILLE.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 327px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6lVIHR6V4tXa3fnYdI1NcdCZQJIGJdJmefSASyEQ5LnTNqwjNSlq45Pl8dcV6LqJTV7T918syRHzbp-n13yM8nELINaE72xyN1YffowrYFiWOca6wrOUeO5kFrgJx5H40uF3YXx1v5SWf/s400/MANET-CHEZ+LE+PERE+LATHUILLE.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5554749002734921890" border="0" /></a><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;">Èdouard Manet: chez le Père Lathuille (1879)</span></span><br /><br /><span style="color: rgb(255, 102, 0);">*</span><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);"><object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/VmWNtr7gG0g?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/VmWNtr7gG0g?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);">*</span></span></div><p style=" text-align: center; font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:130%;">PUCCINI. LA RONDINE, ACT II</span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:130%;"><br /></span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b>RUGGERO</b><i> </i><i>(Alzando la copa y mirando a Magda)</i> </span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"> Bevo al tuo fresco sorriso, bevo al tuo sguardo profondo, alla tua bocca che disse il mio nome!<b><span><br /></span></b></span></p><p style="text-align: center; font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b><span> <span style="font-weight: normal;"><span style="font-style: italic; color: rgb(255, 153, 102);">¡Brindo por tu sonrisa fresca, brindo por tu mirada profunda y por tu boca, que pronuncia mi nombre!</span><b><span> </span></b></span></span></b></span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b>MAGDA</b> </span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;">Il mio cuore è conquiso!<b><span> </span><span style="font-weight: normal;"><br /></span></b></span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana; font-style: italic; color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b><span style="font-weight: normal;">¡Mi corazón está conquistado!</span></b></span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b>RUGGERO</b> </span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;">T'ho donato il mio cuore, o mio tenero, dolce mio amore! Custodisci gelosa il mio dono perchè viva sempre in te!<b><span> </span></b></span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b><span style="font-weight: normal;"><span style="color: rgb(255, 153, 102); font-style: italic;">Te he dado mi corazón, ¡oh tierno, dulce amor mío! ¡Cuida celosamente mi regalo para que viva siempre en ti!</span><b><span> </span></b></span></b></span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b>MAGDA</b></span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"> È il mio sogno che si avvera!...<span> </span>Ah! se potessi sperare che questo istante non muore, che il mio rifugio saran le tue braccia, la salvezza il tuo amore, sarei troppo felice nè più altro vorrei dalla vita!...<span> </span>Oh! godere la gioia infinita che soltanto il tuo bacio può dar!...</span></p><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b><span><span style="font-weight: normal;"><span style="font-style: italic; color: rgb(255, 153, 102);">¡Es mi sueño que se hace realidad!... ¡Ah, si se cumpliera que</span><span style="font-style: italic; color: rgb(255, 153, 102);"> </span><span style="font-style: italic; color: rgb(255, 153, 102);">este instante no muriese, que mi refugio fueran tus brazos y tu amor mi salvación, seria tan feliz que nada más querría de la vida!... ¡Oh, gozar la alegría infinita que sólo tus besos pueden darme!...</span><b><span> </span></b></span> </span></b></span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b>RUGGERO</b> </span></p><div style="text-align: center; font-family: verdana;"> </div><p style="text-align: center; font-family: verdana;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;">Piccola ignota t'arresta! No, questo istante non muore! A me ti porta il clamor d'una festa ch'è una festa di baci! Nè più altro domando alla vita che godere l'ebbrezza infinita che soltanto il tuo bacio può dar!<b><span> </span></b></span></p><p style=" text-align: center; color: rgb(255, 153, 102); font-style: italic;font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"><b><span><span style="font-weight: normal;">¡Calla, pequeña desconocida! ¡No, este instante no muere! ¡Te ha traído hacia mí<span> </span>el clamor de una fiesta de besos! ¡Y nada más pido a la vida que gozar de la alegría infinita que sólo tus besos pueden darme!</span></span></b></span></p><p style="font-family: verdana; text-align: center;" class="MsoNormal"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3VNSq6flc9vIMMKQsJX6mFfzkjtjk3eFEpoVC1XHHVGhec87z-bnOmFMcii6dqeG_uxpu4OUJgx1rG25uve5yvTcT0sW59WkXngR42GFhbham-p9Py9ayTYYDBDs_lCV8UnFVxVHc2YBV/s1600/Hip_hip_hurra%2521_Kunstnerfest_p%25C3%25A5_Skagen_Peder+Severin+Kr%25C3%25B8yer+%25281851%25E2%2580%25931909%25291888.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 327px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3VNSq6flc9vIMMKQsJX6mFfzkjtjk3eFEpoVC1XHHVGhec87z-bnOmFMcii6dqeG_uxpu4OUJgx1rG25uve5yvTcT0sW59WkXngR42GFhbham-p9Py9ayTYYDBDs_lCV8UnFVxVHc2YBV/s400/Hip_hip_hurra%2521_Kunstnerfest_p%25C3%25A5_Skagen_Peder+Severin+Kr%25C3%25B8yer+%25281851%25E2%2580%25931909%25291888.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5554748992765513730" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102); font-family:georgia;">Peder Severin Kroyer: Hip, hip, Hurra! (1888)</span></p><p style="font-family: verdana; text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);" class="MsoNormal"><b>*</b></p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"> </p> <p style="font-family: verdana;" class="MsoNormal"> </p><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Un garito parisino. Un encuentro casual entre amigos. Dos seres que en el clamor de la noche se declaran su amor. Una botella de champagne, un brindis. </p><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal"> En este chispeante ambiente, bullicioso e íntimo a un mismo tiempo, sitúa Puccini este maravilloso concertante, auténtico himno a la vida y al amor; magnífica evocación de tantos otros brindis como durante estos días se repetirán por todo el mundo. El brindis como canto a la esperanza y a todas aquellas ilusiones que forjamos con este sencillo ritual, con este simple gesto de levantar una copa de vino. </p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal"><i>Ilusión</i>, qué curiosa palabra. Y es que en español, a diferencia de gran parte de los idiomas que conocemos, la misma palabra nos sirve para definir tanto la esperanza y el anhelo por algún acontecimiento querido como la falta de fundamento que esa misma esperanza encierra: la esperanza y el espejismo unidos por un mismo término. </p><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="font-family: verdana; text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);"><b>*</b></p><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">La ilusión y la desilusión van tan unidas que, a veces, resulta imposible diferenciarlas y, en la mayoría de las ocasiones, una es consecuencia natural de la otra. Del mismo modo que las burbujas del cava que ahora tenemos en la mano fluyen ligeras hacia la superficie las ilusiones nos empujan hacia lo más alto; como ellas nos sentimos arrastrados, ebrios de felicidad, hasta el borde mismo de la copa, aunque, una vez allí, se esfumen en la nada. </p><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Es tan importante la fuerza de las ilusiones en nuestras vidas que, incluso mientras dormimos, viajan con nosotros, eso sí, bajo una nueva apariencia. Es entonces, en mitad de la noche, cuando, tomando la forma de los sueños, y en un prodigioso, a la vez que cruel, alarde de ilusionismo las ilusiones se dejan sentir bajo un vívido manto de realidad que sólo, tras despertar, llegarán a mostrar toda la crudeza del terrible espejismo. </p><p style="text-align: center; font-family:verdana;" class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF6600;"><b>*</b></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Este ilusionismo también está presente en la música de Puccini. Nadie como el maestro de Lucca es capaz de embaucar y seducir hasta el punto de hacernos sentir emociones que ya creíamos más que olvidadas; un sensual prestidigitador que tan pronto nos abre las puertas del pasado, obligándonos a revivir las ilusiones dejadas por el camino, como nos abre las del futuro por donde otras se empeñan en aparecer una y otra vez; un habilidoso druida capaz de elaborar el más emocionante de los filtros mezclando en su marmita, con infinita sabiduría, los ingredientes eternos con los que los mortales elaboramos nuestros sueños: esperanzas e ilusiones.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal"> </p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Sin embargo, quizá la profunda melancolía que esta música encierra, la misma que nos embarga a todos en estas últimas horas del año, guarde una estrecha relación con el secreto, no por escondido menos conocido, de que al final todas estas ilusiones nunca llegarán a materializarse; que, tras hacer nuestra apuesta en este tentador juego, todos acabaremos del mismo modo: burlados y con los bolsillos vacíos. </p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Pero, ¿acaso esto importa? ¿No son estos millones de ilusiones el verdadero motor del mundo? ¿No nos produce una sencilla ilusión mayor sensación de plenitud que cuando es solo, y nada más que eso, una promesa de felicidad? </p><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal">Pues, entonces, ¿a qué estamos esperando? Regresemos, sin más tardar, al Bullier's y, uniendo nuestras voces a las de Magda y Ruggero, volvamos a ser los más ilusos del mundo. Arrojemos, una vez más, los dados y, alzando nuestras copas, brindemos por el nuevo año que comienza.</p><p style="font-family: verdana; text-align: justify;" class="MsoNormal"><br /></p> <p style="margin: 0px; font: 12px Helvetica; color: rgb(35, 31, 32);"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDGzqXFc9kZNQ_GxG87Eh8f8oNA86p07jvnIMxIio2V0W4XoEkH4CjY3TOC7uzTmpQImonmOYC5fpRH1YvqeDocF9av5JSnbzIYknu-HOvM31havdb_UMsA-PFF7B6OFHD9p8zdmHwI0sK/s1600/Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 229px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDGzqXFc9kZNQ_GxG87Eh8f8oNA86p07jvnIMxIio2V0W4XoEkH4CjY3TOC7uzTmpQImonmOYC5fpRH1YvqeDocF9av5JSnbzIYknu-HOvM31havdb_UMsA-PFF7B6OFHD9p8zdmHwI0sK/s400/Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5554749008973831426" border="0" /></a></p> <p style="text-align: center; margin: 0px; color: rgb(35, 31, 32);"><b><br /></b></p>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-61607971107483144482010-12-12T01:41:00.011+01:002011-06-08T11:51:29.084+02:00(125) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: LA BOHÈME (2º reparto).<div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);">*</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir9vS7o4DWLmlwcy4hmY5-XN_rtSkijSnB_Fqlon4KtsScMGL1VnOjN394r-iII_nDx8eSoj6KoDvcRhlcq_8UhaIoR6tGc16xjk2UJKwZJOLLbMeEm7aLW0IPoUWLP2NowPZTEfYM8d7B/s1600/Imagen+4.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 349px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir9vS7o4DWLmlwcy4hmY5-XN_rtSkijSnB_Fqlon4KtsScMGL1VnOjN394r-iII_nDx8eSoj6KoDvcRhlcq_8UhaIoR6tGc16xjk2UJKwZJOLLbMeEm7aLW0IPoUWLP2NowPZTEfYM8d7B/s400/Imagen+4.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549591732505896434" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Confieso que, nada más salir a la venta las entradas para La Bohème, mi primera intención fue la de pasar. Así, a primera vista, la cosa no resultaba demasiado interesante: la Arteta, un montaje del año del catapúm.<br />Sin embargo, al instante recordé que, si bien no era imprescindible que yo asistiera, sí había alguien a quién no podía olvidar y que, por mi propio bien, más valdría que, en esta ocasión, no se quedara sin entrada; alguien a quién se me olvidó conseguir entradas para la Traviata, tremenda negligencia por la cual aún sigo pagando las consecuencias, y que ante la posibilidad de asistir al ensayo general como compensación ante tan imperdonable error simplemente me espetó:<br /></span> <span style="font-family:verdana;">- "los ensayos generales pal gato".</span> <span style="font-family:verdana;"><br />En fin, que ya habréis podido adivinar que a mi madre tenía que llevarla a La Bohème, sí o sí.</span> </div><br /><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKchtWsvnxoH728fqt4mmIgoxlV2eNYKVFIXhnFGSUwEQqP9wZaRiAiDm4qehx5nittvTkQ04XQlbpQWjVF8u5AIiOd_aSbR92n5jdZlN29DHaNTi0Sns9fvytFF2YpnDvSMSxEYbStUxu/s1600/Imagen+7.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKchtWsvnxoH728fqt4mmIgoxlV2eNYKVFIXhnFGSUwEQqP9wZaRiAiDm4qehx5nittvTkQ04XQlbpQWjVF8u5AIiOd_aSbR92n5jdZlN29DHaNTi0Sns9fvytFF2YpnDvSMSxEYbStUxu/s400/Imagen+7.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549590504421645490" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">De esta forma, sin mucho entusiasmo por mi parte, la verdad, comencé a escuchar los primeros compases de la ópera. "Parám-pam-paaam", atacó con brío el tutti orquestal, y al instante, como por arte de magia, recordé por qué este título de Puccini no solamente es la ópera popular por excelencia sino, además, por qué es considerada una de las creaciones más geniales jamás compuestas.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />Conviven en la maravillosa partitura pucciniana dos mundos bien diferenciados entre sí, opuestos y complementarios al mismo tiempo, a modo de las dos caras de una misma moneda. El primero, heredero de la rica tradición bufa italiana -y, más concretamente, del Falstaff verdiano y que tendrá su último y más genial desarrollo en el magistral Gianni Schichi-, ocupa la primera mitad del primer acto, casi todo el segundo y el inicio del acto cuarto. La otra cara viene formada por los aspectos más dramáticos, y tradicionalmente considerados más auténticamente puccinianos, como son aquellos que guardan relación con su marcado gusto por lo sentimental o su peculiar sentido de la melodía, siempre concebidos con enorme intensidad y lirismo pero, al mismo tiempo, desde la más asombrosa sencillez y facilidad.</span> <span style="font-family:verdana;">Y lo cierto es que, tanto desde el punto de vista musical como puramente teatral, ayer, la moneda de La Bohème brilló más por su lado cómico y coral que por el lado más puramente lírico. </span> </div><br /><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxLwpq8rannVWrfcY7dlPy5wHfuhD171rgLXkMolex-pIeKvWZcxysN835l9JcDiXXr87BJyQz2dW9iwgt-ucdtb3npzAJdErWRxN9gT52QDTPRvAEIaToPJwc6kXpHBb2GWJsPUJA2d9b/s1600/Imagen+6.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 189px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxLwpq8rannVWrfcY7dlPy5wHfuhD171rgLXkMolex-pIeKvWZcxysN835l9JcDiXXr87BJyQz2dW9iwgt-ucdtb3npzAJdErWRxN9gT52QDTPRvAEIaToPJwc6kXpHBb2GWJsPUJA2d9b/s400/Imagen+6.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549590499889376834" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Como ejemplo de todo esto bastaría con centrarse en el primer acto donde toda la primera mitad funcionó a la perfección con una dirección musical realmente precisa, llena de nervio y brío, con una sinfónica sonando especialmente bien y donde el estupendo conjunto de bohemios -magníficos Marco Vinco (Colline), Manel esteve (Schaunard) y Claudio Soura (Marcello)- supo desenvolverse con gran soltura sobre el escenario estupendamente dirigidos por el pizpireto Richard Gerald Jones. Especialmente divertida resultó toda la escena entre los artistas y el casero Benoit, sin duda alguna uno de los momentos más logrados de toda la representación, y donde se demuestra, una vez más, por qué la calidad de Puccini como compositor es algo que va mucho más allá de su faceta como simple creador de hermosas melodías.</span> </div><br /><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQgJ7rftKyjmh5ZasCoZMHZjd-7PyGUrE7llPU6eH5ENzsUZELAW2b1bUsjotbR1lNLqOyCQuCgEMfU9-sOLInPk7V7VTLwvtqC7bVIsIRM61859ctPvlLck9Zy3GXeu-tkEWOALaWU0Qo/s1600/Imagen+3.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQgJ7rftKyjmh5ZasCoZMHZjd-7PyGUrE7llPU6eH5ENzsUZELAW2b1bUsjotbR1lNLqOyCQuCgEMfU9-sOLInPk7V7VTLwvtqC7bVIsIRM61859ctPvlLck9Zy3GXeu-tkEWOALaWU0Qo/s400/Imagen+3.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549590261283068258" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, tras la primera parte coral, el final del acto, así como casi todo el tercero, es de dominio exclusivo de la pareja de amantes protagonista: Mimí y Rodolfo. Y aquí es donde el asunto ya no funcionó tan bien. Aunque Carmela Remigio defendió su parte como Mimí más que satisfactoriamente, con momentos de gran musicalidad y belleza, no se puede decir lo mismo del peculiar estilo de canto de su compañero Rodolfo, el tenor Fernando Portari, que demostró un empeño más que irritante por cantar casi siempre fuera del tempo que marcaba la orquesta que, por cierto, tuvo una de sus mejores noches y donde pudimos comprobar toda la riqueza de matices de la sabia orquestación de Puccini. Para algunos sonó, a veces, demasiado fuerte. A mí, sin embargo, me hizo disfrutar enormemente de principio a fin. </span> </div><br /><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1BSP-mGsf_DFMFWR4IAZUcd0u4FdTHAR4CWfF3X0RvIUNUS6J725jseuUMlJphH7B8_Zdu7j1HvvPxXVKRyFh9H3rm7V5RBpd2DkuUCM9DNzydBICd7SAiacRy_9OCGhrUt_WdjmNKCFh/s1600/Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1BSP-mGsf_DFMFWR4IAZUcd0u4FdTHAR4CWfF3X0RvIUNUS6J725jseuUMlJphH7B8_Zdu7j1HvvPxXVKRyFh9H3rm7V5RBpd2DkuUCM9DNzydBICd7SAiacRy_9OCGhrUt_WdjmNKCFh/s400/Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549590257972506066" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">De la escenografía dicen que tiene casi cuarenta años y que ha envejecido bastante mal. Bueno, sobre este asunto podríamos estar hablando días enteros aunque a mí, como primera conclusión, se me ocurre pensar que si ha conseguido aguantar el tipo durante tanto tiempo por algo será. Cuántas escenografías conocemos, cargadas de nuevas y profundas intenciones, y que, antes de que finalice la última representación, ya se muestran completamente demodé. En fin, está claro que todos hubiéramos preferido algo más novedoso y fresco pero, ay, me temo que esto es lo que tiene la crisis.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />En resumen, un montaje para tiempos difíciles con un reparto que brilló más por lo equilibrado del conjunto que en sus intervenciones solistas; una representación en la que, sobre todos los aspectos, destacó la genial partitura del músico de Lucca y donde, una vez más, sucumbimos a las emociones que creíamos más escondidas y que las inmortales melodías puccinianas -¡condenado italiano!- saben cómo despertar en nuestro endurecido corazón.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Y es que como sentenció mi acompañante una vez bajado el telón y tan acertada, como siempre, en sus comentarios:</span><br /><span style="font-family:verdana;">-"Puccini es Puccini"</span>.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixxQ6yRJo5pLsuYv54KXCOYbfNsGVwZfoRRJRvV3zz2fIPecEhCsK93iGQZ6yS444JBQennLuTyL50ZGbqRAAf0iDlARMUkNNfan7dN5XFmFJjpAKc2jTQJ7-hFZWTXxpstMbo185s93yM/s1600/Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 321px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixxQ6yRJo5pLsuYv54KXCOYbfNsGVwZfoRRJRvV3zz2fIPecEhCsK93iGQZ6yS444JBQennLuTyL50ZGbqRAAf0iDlARMUkNNfan7dN5XFmFJjpAKc2jTQJ7-hFZWTXxpstMbo185s93yM/s400/Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549769233841615250" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">*</span><br /><br /></div>Nota: las fotografías aparecen por "cortesía" de Julio Rodríguez y su blog <a href="http://julio-rodriguez.blogspot.com/2010/12/la-boheme.html">A TRAVÉS DEL CRISTAL</a><br /></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-57296506704982685912010-11-05T21:21:00.011+01:002011-06-08T11:51:29.085+02:00(124) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: EL ORO DEL RIN (2). LA CRÍTICA<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXdJB_2NOkbR07VqDeNYEOmWxVoYVps_mxQ1UA5ZIDnYEcfaQKX6bx7ntK-13Z1zeh_vKmQAnxQV2WUAncN-ieNNTmUxF9iELGwYaheHd4OhKmHKpiACqzyL3KVItyN3IajnUPmTYLwVxe/s1600/Imagen+6.png"><br /></a><div style="text-align: center;">*<br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikeOrsbEsemvxfP5XOIAIDKe0tMo9SGRb0aySi3SXTizmkpHNTnMHrBvWUZTejMCY7rSQAMuuH6kAAVOv8QoxGrbMENt1mIZPyEc9RiCPgPvadHbOt_-fZ5g4TBjcEKJm34PpVArd-6XXw/s1600/Imagen+5.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikeOrsbEsemvxfP5XOIAIDKe0tMo9SGRb0aySi3SXTizmkpHNTnMHrBvWUZTejMCY7rSQAMuuH6kAAVOv8QoxGrbMENt1mIZPyEc9RiCPgPvadHbOt_-fZ5g4TBjcEKJm34PpVArd-6XXw/s400/Imagen+5.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536171710755494514" border="0" /></a><br /><br /><div style="font-family: verdana; text-align: justify;">Que gran parte de la música escrita para cine nos recuerde a los grandes clásicos del posromanticismo, incluida la obra de Wagner, no implica, necesariamente, que las óperas de don Ricardo posean un mayor carácter cinematográfico que las demás. Y, no es menos cierto, que por mucho que el Oro del Rin esté lleno de aparatosos efectos especiales no deje de tener esta obra, por mucho que el propio Wagner intentara camuflar sus óperas como dramas musicales, más afinidad con el Trovador de Verdi que con el mundo de la cinematografía. Sin embargo, hay que reconocer que el socorrido recurso de utilizar proyecciones, como telón de fondo, a lo largo de toda la representación de este Oro estrenado ayer en el Maestranza funciona bastante bien. Es más, creo que es lo que mejor funciona de todo el espectáculo. Como ejemplo baste citar la bajada al Nibelheim -¡qué difícil lo pone, a veces, Wagner!- donde las poderosas imágenes nos arrastran, junto a ambos dioses, a las profundidades de la Tierra en un viaje realmente trepidante.<br />Sin embargo, la inventiva y la imaginación, algo de lo que los miembros de La Fura dels Baus andan más que sobrados, demostrada en la concepción visual de la obra se queda bastante corta cuando de asuntos puramente dramáticos se trata; y es que, como ya vimos antes, no se puede olvidar que, por muy original y distinta que el Oro del Rin se nos antoje, el teatro sigue siendo la base de todas sus escenas.<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEQhTSSYXbT03yN3rUlelipi7HAqzS4uYPx4vMJQ2vt26KFpaPn0rvm2_opBA2iofgq7UaxhDHAhOcn7M7bG0nhiCBQuPrE8lq58zB048nIea_ircUbi8RVEqwueDYW8m8PrA0vlroX74g/s1600/1288798703987ELANILLODELRIN041gd.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 273px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEQhTSSYXbT03yN3rUlelipi7HAqzS4uYPx4vMJQ2vt26KFpaPn0rvm2_opBA2iofgq7UaxhDHAhOcn7M7bG0nhiCBQuPrE8lq58zB048nIea_ircUbi8RVEqwueDYW8m8PrA0vlroX74g/s400/1288798703987ELANILLODELRIN041gd.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536163992049547346" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;"><br />Ya desde el inicio comprobamos como la puesta en escena frena todo dinamismo e interacción entre los personajes evitando que el movimiento incesante que se desprende de la música llegue hasta el escenario. Se podría decir que La Fura es víctima de su propio exceso creativo atenazando a los actores y enfriando la acción hasta hacerla, en algunos casos, casi inexistente. Y, si tenemos en cuenta que Wagner es muy propicio, a veces con demasiada frecuencia, a congelar toda la acción durante largos episodios narrativos, podremos comprender lo peligroso de este procedimiento escénico. De esta forma escenas como la que protagonizan Alberich y las tres hijas del Rin, o todas aquellas que tienen a los dioses, siempre aprisionados en esas aparatosas grúas, sobre el escenario llegan a resultar de un estatismo verdaderamente excesivo. No es por tanto de extrañar que sea toda la escena tercera, la escena del Nibelheim, la que, con diferencia, mejor funcione de todas. </span><br /><br /></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjQZBEYXnaDl4Z4ld8R-xrmtYIh4CRTOEoaok7OkbR9y_K2ZJA8RY0dtRdmjJmzU5EbWM-btqJyebB4_42jJhYpzqDgB57MuywJWNyb5mDFs1zYU3sTnc4Z8huGJ3Tuch62rOiQeHVnP6l/s1600/1288798603479ELANILLODELRIN027gd.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 263px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjQZBEYXnaDl4Z4ld8R-xrmtYIh4CRTOEoaok7OkbR9y_K2ZJA8RY0dtRdmjJmzU5EbWM-btqJyebB4_42jJhYpzqDgB57MuywJWNyb5mDFs1zYU3sTnc4Z8huGJ3Tuch62rOiQeHVnP6l/s400/1288798603479ELANILLODELRIN027gd.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536163987251077298" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">En el aspecto musical las cosas también tuvieron sus más y sus menos. Afortunadamente, en el aspecto vocal, los dos personajes claves de la obra, Alberich y Loge, fueron los que más fortuna tuvieron con los dos intérpretes que les dieron vida. Tanto Gordon Hawkins y Robert Brubaker, si bien al primero se le echó en falta algo más de arrojo y mala uva en la concepción del personaje, protagonizaron los mejores momentos de la noche, siendo Elena Zhidkova y Keri Alkema, las cantantes encargadas de dar voz a Fricka y a Freia, las voces femeninas más destacables de la velada. Magníficas, también, las tres hijas del Rin, especialmente en la escena final, en la que, contraviniendo un tanto las indicaciones originales de Wagner, dejaron sentir sus voces desde lo más elevado del teatro creando un efecto realmente espectacular. El resto de dioses, en especial el Wotan de Jukka Rasilainen y el Donner de Hans-Joachim Ketelsen, parece que, sencillamente, ese día no se tomaron la manzana de rigor.</span> </div><br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXdJB_2NOkbR07VqDeNYEOmWxVoYVps_mxQ1UA5ZIDnYEcfaQKX6bx7ntK-13Z1zeh_vKmQAnxQV2WUAncN-ieNNTmUxF9iELGwYaheHd4OhKmHKpiACqzyL3KVItyN3IajnUPmTYLwVxe/s1600/Imagen+6.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 346px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXdJB_2NOkbR07VqDeNYEOmWxVoYVps_mxQ1UA5ZIDnYEcfaQKX6bx7ntK-13Z1zeh_vKmQAnxQV2WUAncN-ieNNTmUxF9iELGwYaheHd4OhKmHKpiACqzyL3KVItyN3IajnUPmTYLwVxe/s400/Imagen+6.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536171720879256898" border="0" /></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAlj_l8OLy_Ihl9N9EEgVcsx_OQGSy_9PBYVb4wyHtcTLub4aoEqVG0TFkBr7vSpxqE9nNlTvs_3-ERJONh3P7h9iEfd6vYrJxViJiPYJAxlyGaIzOKu06IBDyO7d5ReYnkfMy0Kdm4aFE/s1600/1288798474982ELANILLODELRIN004gd.jpg"><br /></a><span style="font-family:verdana;">Mención aparte merece la interpretación del personaje de Erda realizada por la legendaria Hanna Schwarz ya que, y sin miedo a exagerar, puede que sea en esta pequeña escena donde se puedan resumir todas las carencias que encierra este Oro; todas las expectativas que este Oro prometía y que, tan sólo a medias, llega a cumplir. Y es que esta escena, donde se concentra gran parte del simbolismo y el misterio tan presentes en toda la tetralogía, no se puede haber planteado de forma más chapucera. Aunque tampoco, para ser sinceros, la ramplona interpretación de la Schwarz, a pesar de lo imponente de su instrumento, ayude mucho al resultado final. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Por su parte Wolfgang Schmidt, en el papel de Mime, volvió a dar muestras de su peculiar, y farragoso, estilo de canto y trajo a nuestra memoria el misterio de cómo una voz semejante pudo interpretar el papel de Siegfried, durante tantos años, en ese templo del culto wagneriano que es Bayreuth.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;"></span><br /></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisPlNWk71h4lrtse2Datokrv5XByDt0vk2hQBIQfejB3U9rWLPRmqanaBsrX1V-XwcRQBoTsv2n2sViNYuhL-HOSsoNAcIrO6vLAlJlBltimd6AgH1TFT31DAaX1NKGdjs7PPhYQH-70ub/s1600/540-making-ring-cycle-Rheingold_medium.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 222px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisPlNWk71h4lrtse2Datokrv5XByDt0vk2hQBIQfejB3U9rWLPRmqanaBsrX1V-XwcRQBoTsv2n2sViNYuhL-HOSsoNAcIrO6vLAlJlBltimd6AgH1TFT31DAaX1NKGdjs7PPhYQH-70ub/s400/540-making-ring-cycle-Rheingold_medium.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536163978567194690" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Mucho se podría hablar de lo ocurrido en ese otro Nibelheim que es el foso de la orquesta. Obtener los resultados, tanto musicales como puramente técnicos, escuchados ayer, en lo que bien podríamos definir como uno de los desafíos mayores a los que una orquesta pueda enfrentarse, sólo puede calificarse de gran éxito. Ya sé que la visión que Pedro Halffter tiene de la obra puede no convencer a muchos, puede que algunos les pueda parecer discutible su empleo de las dinámicas (unos contrastes, a veces, ciertamente excesivos), pero creo que, en una obra tan densa y de tal duración, fueron numerosos los momentos realmente logrados y donde se supo transmitir, a pesar de lo que sucedía en la superficie, toda la fuerza, color y dinamismo que esta genial composición wagneriana exige.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />Por último, me gustaría agradecer al colectivo de "Tuberculosos en Acción" que se limitaran a sabotear tan sólo el preludio de la obra.<br /></span> <span style="font-family:verdana;">-¿Y qué pasó luego con las toses? </span> <span style="font-family:verdana;"><br />Pues creo que, gran parte de ellos, decidieron echarse una siestecita. </span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGGnoFsKj4BwxdKjjVK9EQNpESaurgHxMAu-SucKQQ2JDdWxHwkCMIkbyJUTMG-GNH0vAQv6cNFeZEbII3O1w0FLiolwS7-Uy-Gkt4Bhj8nbnEl1g-pSHWrqATUSGAOBn1qxrXFM-6ChU5/s1600/Imagen+3.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGGnoFsKj4BwxdKjjVK9EQNpESaurgHxMAu-SucKQQ2JDdWxHwkCMIkbyJUTMG-GNH0vAQv6cNFeZEbII3O1w0FLiolwS7-Uy-Gkt4Bhj8nbnEl1g-pSHWrqATUSGAOBn1qxrXFM-6ChU5/s400/Imagen+3.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536165996279755378" border="0" /></a><br /></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-30974056589689263802010-10-22T00:07:00.037+02:002011-06-08T11:36:57.128+02:00(123) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: EL ORO DEL RIN (1). Una guía para la audición..<br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizs_w_NVbardTdxOvN0dnvedCq7lVuPzF3QUJxDt7PLW4uZpzHthP0WWJm_7l2eglIssLazegqbv20clc4Tc2SRum_O2g0BUagr_rgqIqgVQFxs1N4UwI9t-hJFSn9UtY378Z2ZN0ECept/s1600/DieRheint%C3%B6chter.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 291px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizs_w_NVbardTdxOvN0dnvedCq7lVuPzF3QUJxDt7PLW4uZpzHthP0WWJm_7l2eglIssLazegqbv20clc4Tc2SRum_O2g0BUagr_rgqIqgVQFxs1N4UwI9t-hJFSn9UtY378Z2ZN0ECept/s400/DieRheint%C3%B6chter.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530626983193934738" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Es bien sabido que cuando Wagner finalizó la redacción del texto que, en un principio, daría lugar al libreto de su ópera La muerte de Sigfrido el compositor observó con disgusto como gran parte de los acontecimientos narrados -el origen de la relación de Siegfried con Brunilda o la traición de Hagen, entre otros- se veían, con una frecuencia mayor de la aconsejable, necesitados de constantes explicaciones que ayudaran al espectador a comprender mejor el desarrollo de la acción. De esta forma, lo que en un principio iba a ser tan solo una obra individual daría paso, retrocediendo poco a poco en el tiempo, a tres diferentes dramas, o jornadas, donde se podrían narrar, con todo lujo de detalles, no solo el momento en el que Siegfried despierta a Brunilda de su sueño eterno sino, además, el motivo por el que la Walkiria es condenada a este sueño, por citar algunos. Sin embargo, el afán explicativo de Wagner aún no se daría por satisfecho: todavía sería necesaria la creación de una cuarta obra donde quedara bien claro los orígenes de aquella maldición que, de alguna u otra manera, perseguía a todos los personajes del Anillo. Nacía de esta forma lo que, en su versión definitiva, sería conocido como el preludio de toda la tetralogía: el Oro del Rin (Das Rheingold).</span><br /><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, la importancia del Oro del Rin va mucho más allá de la simple narración, o explicación, de unos sucesos. A lo largo de este prólogo, y de sus cuatro escenas, se van a ir generando algunos de los leitmotivs más importantes y que más repercusión van a alcanzar a lo largo de las tres jornadas restantes: la Walkyria, Siegfried y el ocaso de los dioses. Motivos como los de la naturaleza, la espada, el fuego o la maldición, por señalar sólo alguno de ellos, se podrán escuchar en infinidad de variaciones junto a otros motivos derivados directamente de ellos y que tan sólo podrán cobrar todo su sentido si los comparamos con el motivo correspondiente en su estado original. Sólo si tenemos en cuenta la trascendencia que este complejo entramado de motivos conductores representa para el desarrollo de toda la Tetralogía podremos comprender el sentido exacto de este prólogo. </span><br /><br /><div style="text-align: center; color: rgb(255, 102, 0);"><span style="font-weight: bold;font-family:verdana;">DAS RHEINGOLD</span><br /></div><br /><div style="text-align: center;">*<br /></div><div style="text-align: center;"><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/ZgY7HPn-95Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/ZgY7HPn-95Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br /></div><div style="text-align: center;">*<br /></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><div style="text-align: center; font-weight: bold;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);">ESCENA PRIMERA</span><br /></div><br /><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">El preludio de la Tetralogía se inicia a su vez con un preludio digno de la monumental obra a la que sirve de pórtico. Como naciendo de la nada y sobre el pedal de los contrabajos y los fagotes las ocho trompas inician una tras otra, en majestuosa y solemne procesión, el motivo de la naturaleza en un luminoso y constante crescendo en Mib durante más de 130 compases. La naturaleza como principio de todo y como símbolo de la estabilidad y del equilibrio del mundo se nos muestra aquí también como símbolo de la justicia y de la pureza: un simple acorde mayor como germen de todo y del que toda la música procede.</span><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLfeCyx5NREYLnbn-0V7fExNCM_YKV3YnsuttfBPACghUiXCNG22xpr2fYIz5E3-pSPDRKfZXl5HYqQEX5DoaC8GWAMxH9QEYW8GYK4XnkAEhUtpAPme-qraRa_F19V7kKYhEbd_D0dtzx/s1600/1-MOTIVO+NATURALEZA.png"><br /></a>1-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (a):<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLfeCyx5NREYLnbn-0V7fExNCM_YKV3YnsuttfBPACghUiXCNG22xpr2fYIz5E3-pSPDRKfZXl5HYqQEX5DoaC8GWAMxH9QEYW8GYK4XnkAEhUtpAPme-qraRa_F19V7kKYhEbd_D0dtzx/s1600/1-MOTIVO+NATURALEZA.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 356px; height: 77px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLfeCyx5NREYLnbn-0V7fExNCM_YKV3YnsuttfBPACghUiXCNG22xpr2fYIz5E3-pSPDRKfZXl5HYqQEX5DoaC8GWAMxH9QEYW8GYK4XnkAEhUtpAPme-qraRa_F19V7kKYhEbd_D0dtzx/s400/1-MOTIVO+NATURALEZA.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530632538515367538" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh00lR0oJJsIndQHybup4xj6eKWjoyY6z3RNjZeHnUr5aOxbqo-mOwoYB2LxfcBfZPDZO-UOHt3ZfypWWeeEYaxWCs8vwrFi7k13p_fwzyvWcz9uzo6CmlZy_WUpRzPRf5_GepnsesvreSp/s1600/Imagen+16.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 234px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh00lR0oJJsIndQHybup4xj6eKWjoyY6z3RNjZeHnUr5aOxbqo-mOwoYB2LxfcBfZPDZO-UOHt3ZfypWWeeEYaxWCs8vwrFi7k13p_fwzyvWcz9uzo6CmlZy_WUpRzPRf5_GepnsesvreSp/s400/Imagen+16.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531355828411985666" border="0" /></a><br /></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 153, 102);"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Sobre esta clara armonía la cuerda inicia el motivo acortando </span></span><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">progresivamente </span><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">sus valores, primero en corcheas (b) y, más tarde, en semicorcheas (c), hasta dar la impresión de hallarnos inmersos en una poderosa corriente fluvial.</span></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><br />2-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (b):<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnJsB7RlDCknKcXrEIrE5OJcxnevbs6XdiaWTYcKjRw4n8KSgPOq_jXYlUqh5c3y2_4yl7p4P6B3_x1Za_zOD0g_XYILXcNgVFLqUs4iHL74DWuFy6k6IqxT-yQDNwGiizWtOethEs4nMm/s1600/1-NATURALEZA+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 111px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnJsB7RlDCknKcXrEIrE5OJcxnevbs6XdiaWTYcKjRw4n8KSgPOq_jXYlUqh5c3y2_4yl7p4P6B3_x1Za_zOD0g_XYILXcNgVFLqUs4iHL74DWuFy6k6IqxT-yQDNwGiizWtOethEs4nMm/s400/1-NATURALEZA+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530632536973974626" border="0" /></a>3-MOTIVO DE LA NATURALEZA O DEL RIN (c):<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwRvfgtgmxrpetRHBHM71CWSSSVbExdlAZJbV-hiV_9_hGK6-DZwHII_hb-Sq5OYYiVQYPoPqucjLtNX67BpIkjcSep70nphjloHdbjKNFZgDFEViN_9274pkJVl8_Jg8nfzgMpF-B65nw/s1600/1-rhein.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 130px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwRvfgtgmxrpetRHBHM71CWSSSVbExdlAZJbV-hiV_9_hGK6-DZwHII_hb-Sq5OYYiVQYPoPqucjLtNX67BpIkjcSep70nphjloHdbjKNFZgDFEViN_9274pkJVl8_Jg8nfzgMpF-B65nw/s400/1-rhein.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530632540024305250" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">El portentoso crescendo nos conduce a las profundidades del Rin donde las hijas del río, las ninfas responsables de custodiar el oro, cantan y juegan a su alrededor. La aparición del siniestro nibelungo Alberich intentando obtener los favores de las náyades parece amenazar la paz y la seguridad del lugar. Atraído por la belleza de las ondinas comienza una alocada persecución mientras la luz de la mañana hace resplandecer el tesoro celosamente guardado por las hijas del Rin.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /></div><div style="text-align: center;"><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/xeqiElwcVgE?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/xeqiElwcVgE?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br /></div><div style="text-align: center;">*<br /></div><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">Tras el motivo de la naturaleza los motivos del oro y el de la adoración del oro se encuentran entre los más destacados. Aquí podemos escuchar en primer lugar, y de forma más bien tímida, el motivo del oro repetido varias veces por las trompas para ser escuchado a continuación, y de manera mucho más rutilante, por la primera trompeta. Las exultantes voces de las ondinas responden con su canto peculiar y saludan al oro con el ya mencionado motivo de la adoración.</span><br /><br />4-MOTIVO DEL ORO:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjknQR9exAKX7VPaYT3S-Rm4PQvHKQ4NJm5o4Y0enPPi1iIQCNbqZvyOFvV2Vdu8yAMgtcZsy4xCyQHCtYYVfG0371e1qDla-NOn7rI5ju0l7FIPiSg8IlRJn_DxliWzTH6Lew45EVezxp_/s1600/2-rheingold.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 347px; height: 66px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjknQR9exAKX7VPaYT3S-Rm4PQvHKQ4NJm5o4Y0enPPi1iIQCNbqZvyOFvV2Vdu8yAMgtcZsy4xCyQHCtYYVfG0371e1qDla-NOn7rI5ju0l7FIPiSg8IlRJn_DxliWzTH6Lew45EVezxp_/s400/2-rheingold.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530634148688895410" border="0" /></a>5a-ADORACIÓN DEL ORO:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWcY_XYQ4brai3GZS8mDpGAnkpFBLpnfgwt_7k3VKc1yl2V-qW7dWm238EU8Ivmk_KVW4uSkUgrWQ3ho_zkr837XyQmGNNGeyCeMqkhCud4yjsuf40QHfkt7C1acRoo-rJ7aAHw0X64jZZ/s1600/2-ORO-heia.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 381px; height: 79px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWcY_XYQ4brai3GZS8mDpGAnkpFBLpnfgwt_7k3VKc1yl2V-qW7dWm238EU8Ivmk_KVW4uSkUgrWQ3ho_zkr837XyQmGNNGeyCeMqkhCud4yjsuf40QHfkt7C1acRoo-rJ7aAHw0X64jZZ/s400/2-ORO-heia.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530634137873886082" border="0" /></a>5b-ADORACIÓN DEL ORO:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieYntBDkwyizaU63dWNGzlgvCnPgOSQwBy8Cambo0-v4nQNS161RLXev3TIAOknwUcxLu2rOuHWw2w74xgoX6jvhL4k6MFvUMyxzOHI865m6FwuetGnIEbruWYTC1ypsfdN2sfI9rCFbVR/s1600/2-ORO+DEL+RIN.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 184px; height: 69px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieYntBDkwyizaU63dWNGzlgvCnPgOSQwBy8Cambo0-v4nQNS161RLXev3TIAOknwUcxLu2rOuHWw2w74xgoX6jvhL4k6MFvUMyxzOHI865m6FwuetGnIEbruWYTC1ypsfdN2sfI9rCFbVR/s400/2-ORO+DEL+RIN.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530634139459569058" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">El lascivo enano no sólo parece divertir a las ninfas sino que, en una de las más inexplicables muestras de imprudencia de toda la historia de la ópera, obtiene de boca de una de las hijas una información tan valiosa como fatal: solo aquel que esté dispuesto a renunciar al amor podrá hacerse con el oro sagrado y, gracias al anillo forjado con el precioso metal, apoderarse de la herencia del mundo. El horrible enano, consciente de lo poco agraciado de su persona, considera al instante, con toda lógica, que con el oro podrá conseguir al menos, si no el amor, sí todos los placeres que la naturaleza le negó y, sin pensárselo un segundo más, se apodera del oro entre los gritos desesperados de las ninfas.</span><br /><div style="text-align: center;"><br />*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/HLtmxznj-ks?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/HLtmxznj-ks?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">Sobre los ecos de las infortunadas ninfas un dramático intermedio, donde se pueden escuchar los motivos del oro y de la renuncia al amor (corno inglés y trompas), nos traslada de las profundidades del Rin hasta una hermosa pradera desde la que se divisa el Walhalla, la nueva morada de los dioses.</span><br /><br />6-MOTIVO DE LA RENUNCIA AL AMOR:<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdmf1ghqcoCJuFZVuGD6AzuYc4xAsWzSBCetthGxIa7iqePF90q6zO0dh6ckf7tOYZYOgyeIGXTAsa4UF2C-9paMoGuwYOLxKgz4fVh8Yyd4dWTJgU_LwswuV5hlemPebawFKZDHzbiYVu/s1600/3-RENUNCIA+.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 151px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdmf1ghqcoCJuFZVuGD6AzuYc4xAsWzSBCetthGxIa7iqePF90q6zO0dh6ckf7tOYZYOgyeIGXTAsa4UF2C-9paMoGuwYOLxKgz4fVh8Yyd4dWTJgU_LwswuV5hlemPebawFKZDHzbiYVu/s400/3-RENUNCIA+.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530635727715953874" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">ESCENA SEGUNDA</span> </div><br /><span style="font-family:verdana;">Ante las puertas del imponente castillo el dios Wotan se somete a los reproches de Fricka, su esposa, por haber ofrecido a su hermana Freia -diosa encargada de mantener, gracias a sus manzanas, etérnamente jóvenes a los dioses- como pago por la construcción del palacio a los dos gigantes: Fasolt y Fafner. Y es que, como se verá a lo largo de toda la tetralogía, el poder de los dioses es bastante relativo. </span> <span style="font-family:verdana;">Entra en escena Freia perseguida por los gigantes deseosos de cobrar su recompensa cuando, en el momento más oportuno, aparece Loge, dios del fuego, que con la astucia que le caracteriza desvía la atención de los gigantes hacia el poderoso oro recién robado relatando los hechos a todos los presentes. Resulta especialmente interesante detenerse un instante en este relato para comprobar lo injusto de las acusaciones tan a menudo vertidas contra Wagner criticando su empeño por contarnos cosas que ya hemos escuchado previamente. El relato de Loge, bien es cierto, puede parecernos, a simple vista, un tanto reiterativo pero la inventiva y riqueza con la que Wagner maneja la orquesta y los temas que ya han aparecido en la escena anterior resultan realmente espléndidos.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/UOtBu4h45F4?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/UOtBu4h45F4?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">Loge narra a los presentes las delicias que sólo gracias a las mujeres son posibles de obtener y de cómo, aunque pueda parecer increíble, existe un nibelungo que ha sido capaz de renunciar al amor para lograr hacerse con el oro del Rin. Escuchemos como el tema de la renuncia (6) da paso al de Freia, magníficamente variado por Wagner y donde los violines dibujan la frase elevándose con maravillosa luminosidad, para pasar más tarde al tema del oro (5b), armonizado ahora de manera mucho más oscura, al tema del anillo y, por último, al tema de la adoración del oro (6) que en esta variación, y al pasar al modo menor, será conocido como el motivo del lamento de las hijas del Rin (25) y que encontrará mayor protagonismo en la escena final de la obra.</span><br /></div><br />7-MOTIVO DE FREIA:<br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAjLmkZtHuKltA3FZziTTQwRfX_OHNCfVc3AjGllJg9vNEmS0S54cozfBtiyeNcGrwToBWZMibb-z1EU6au3IkI7_abzw_1iPih8jntN-uiPmXZj4nsCCJGcesK699Ia0kDE6tQNhEqbQ_/s1600/4-freia.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 69px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAjLmkZtHuKltA3FZziTTQwRfX_OHNCfVc3AjGllJg9vNEmS0S54cozfBtiyeNcGrwToBWZMibb-z1EU6au3IkI7_abzw_1iPih8jntN-uiPmXZj4nsCCJGcesK699Ia0kDE6tQNhEqbQ_/s400/4-freia.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530637547723060402" border="0" /></a>8-MOTIVO DEL ANILLO:<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtkiWuGvuWfoRAIFKApvHqA4_8Nj2vQDuKSkMGt56ZDrLREVZnP899PJzrMh0cNoQ4ImFJk25eMMkvDabeqXpWDpJhAGNilmPyLsbolI6Cc1P1SXSU9XIWHkgyaWh6DPpvHMnEaxsIFNrE/s1600/ring.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 339px; height: 145px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtkiWuGvuWfoRAIFKApvHqA4_8Nj2vQDuKSkMGt56ZDrLREVZnP899PJzrMh0cNoQ4ImFJk25eMMkvDabeqXpWDpJhAGNilmPyLsbolI6Cc1P1SXSU9XIWHkgyaWh6DPpvHMnEaxsIFNrE/s400/ring.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531362770663965410" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Los gigantes, cegados por el poder que promete la posesión del oro y prefiriéndolo por pago en lugar de la diosa, exigen a Wotan que les consiga el tesoro antes del anochecer; mientras tanto, Freia permanecerá en su poder como rehén. Apenas comienza a alejarse la hermosa figura de Freia por el horizonte cuando los dioses comienzan a sentir los efectos de su ausencia. </span><br /></div><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/6z84KpdvsUA?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/6z84KpdvsUA?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br /></div><div style="text-align: center;">*<br /><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">El bellísimo pasaje nos muestra la desazón y el abatimiento en el que quedan los dioses. Las maderas van entonando de forma melancólica el tema de Freia (7) mientras las trompas hacen lo propio con el motivo de la Juventud divina. Resulta curioso observar, al final del fragmento, un cierto sabor beethoveniano en la orquestación de este motivo.</span><br /></div><br />9-MOTIVO DE LA JUVENTUD DIVINA:<br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqJLQmdqPRzOIclpGPdssNBkOqTR_kSHHbS-VpQphZYZ36wEYWfzwomfAEe1d95Q-DzixJI9Bp-fagzGEUWADeaUqobWmt-uOlldhgy1yv1GOHUEM4SCRwLj87PCiaLwSPVH3cDQ-AP13M/s1600/4-MANZANAS.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 396px; height: 90px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqJLQmdqPRzOIclpGPdssNBkOqTR_kSHHbS-VpQphZYZ36wEYWfzwomfAEe1d95Q-DzixJI9Bp-fagzGEUWADeaUqobWmt-uOlldhgy1yv1GOHUEM4SCRwLj87PCiaLwSPVH3cDQ-AP13M/s400/4-MANZANAS.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530637552534035634" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Decidido a arrebatarle el oro a Alberich Wotan parte, acompañado de Loge, hacia las entrañas de la tierra en busca del Nibelheim donde los nibelungos, esclavizados por el enano, trabajan sin descanso.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/8ZLzSFGvA1g?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/8ZLzSFGvA1g?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">El descenso al Nibelheim constituye uno de los momentos más impactantes de toda la obra; un pequeño poema sinfónico en el que el espíritu de Alberich sobrevuela amenazante. Sobre el agitado motivo de Loge/Fuego destaca el tema de la renuncia en su 2ª versión (1:00) y el motivo de la esclavitud (1:28). Es entonces cuando da comienzo un trepidante pasaje que refleja la frustación del nibelungo, su incapacidad para el amor y sus ansias de poder (1:34). La tensión va en aumento hasta que el tema del oro (4), interpretado por la trompeta baja, suena de forma siniestra y en modo menor (1:53) mientras el motivo del anillo (1:56) se deja oir con su peculiar ritmo sincopado aumentando, más si cabe, la general sensación de ansiedad. Por segunda vez se deja sentir el motivo del oro, ahora de forma más amenazante en la primera trompeta, hasta que ésta, en el climax de la frase, resuelve con el final del motivo de Freia (7), ahora en el modo menor, que nos recuerda el resentimiento de Alberich hacia todo lo relacionado con el amor (2:04). El rencor del gnomo parece hundirse en las entrañas de la tierra mientras de ésta comienza a brotar el obstinado y diabólico ritmo de los nibelungos, primero en la orquesta y, posteriormente, como surgiendo de las profundidades del infierno, en los yunques de los esclavos </span><span style="color: rgb(255, 153, 102);">(<span style="font-family:verdana;">18 indica la partitura</span>)</span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;"> dando lugar a uno de los efectos más sobrecogedores de toda la historia de la ópera.</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><br />10-MOTIVO DE LOGE (a):<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdy619zPpRGmygYV8mIBvpkXpL6y2_a-uYkwtamfc9gUAlE_SSjeaOeONqkA5lqAhqc0dNjxqfFO4bXMOFefL1SoS52tkuv6HPCiekovUsZ8sEU3eLHeShZuOL8UTG39w54wNahJADroy/s1600/5-loge2.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 48px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdy619zPpRGmygYV8mIBvpkXpL6y2_a-uYkwtamfc9gUAlE_SSjeaOeONqkA5lqAhqc0dNjxqfFO4bXMOFefL1SoS52tkuv6HPCiekovUsZ8sEU3eLHeShZuOL8UTG39w54wNahJADroy/s400/5-loge2.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530643324505546402" border="0" /></a>11-MOTIVO DE LOGE (b):<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQCjv7j6PFBDgDE5YT8u652VhnmA35U2OF3DJVTMaWhUcAjd7dVc3AQmQSgcubs7lJxoZr9jb8nBNINDWF7iKQOddB48THdsMSEe1PsR71UNM6Wlyrn-lXOpFaSxHMWz18AbuL4_swORVF/s1600/5-loge1.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 168px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQCjv7j6PFBDgDE5YT8u652VhnmA35U2OF3DJVTMaWhUcAjd7dVc3AQmQSgcubs7lJxoZr9jb8nBNINDWF7iKQOddB48THdsMSEe1PsR71UNM6Wlyrn-lXOpFaSxHMWz18AbuL4_swORVF/s400/5-loge1.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530643326276710626" border="0" /></a>12-MOTIVO DE LOGE (c):<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY9Udpt_aWDMqTdq_jEDp5_QyeBIeWSVxn7-13OxwW9xXRa-l8UpbmBCzPpAXZy7wmKikn8lpDdQm7ZIhbJKOtvqA3mvmOId2RtV887Go5VQ6LP3IoWDMQG-zkNydvVpSkOWYF6coRunnW/s1600/5-loge4.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 90px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiY9Udpt_aWDMqTdq_jEDp5_QyeBIeWSVxn7-13OxwW9xXRa-l8UpbmBCzPpAXZy7wmKikn8lpDdQm7ZIhbJKOtvqA3mvmOId2RtV887Go5VQ6LP3IoWDMQG-zkNydvVpSkOWYF6coRunnW/s400/5-loge4.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530643329374521538" border="0" /></a>13-MOTIVO DE LA RENUNCIA AL AMOR (2ª versión):<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYzF7LZYSCbWHjSRtBXHLFEFMhlJm0jEiO0SbMGM18pTjgh-JMrrqCVhz7aYQex86KbRw_gxhtumAIqF8yUEjOPGEtJohKfG1P0QtLDbs5onUydBFsDlaoKEzIyl0KHymRws-uu-jmuf0c/s1600/Imagen+12.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 242px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYzF7LZYSCbWHjSRtBXHLFEFMhlJm0jEiO0SbMGM18pTjgh-JMrrqCVhz7aYQex86KbRw_gxhtumAIqF8yUEjOPGEtJohKfG1P0QtLDbs5onUydBFsDlaoKEzIyl0KHymRws-uu-jmuf0c/s400/Imagen+12.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530652265189975634" border="0" /></a>14-MOTIVO DE LA ESCLAVITUD (a):<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWmOgDFMeOeLIVsSwL7qV0ZnQv35Sf12EEkXyo7jkM6uctisg69L9PN2RCo3q944OxDkE1JIDVzcsD6AQwfA7mxig42X_iVil-4X6Nd3ARpPfulP1J_YwQdZzBFJKR5Va7ObnovhweULIj/s1600/Imagen+11.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 74px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWmOgDFMeOeLIVsSwL7qV0ZnQv35Sf12EEkXyo7jkM6uctisg69L9PN2RCo3q944OxDkE1JIDVzcsD6AQwfA7mxig42X_iVil-4X6Nd3ARpPfulP1J_YwQdZzBFJKR5Va7ObnovhweULIj/s400/Imagen+11.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530789647442724706" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9aM9cv2uEUp7i8tVmGG6lg4_xHlNDOI5UaL47ZOjgmnU7fGUDS3zj7JA7ep2gLit6nmnKx1lphyphenhyphenPjaGJ1eVLVqpcFDXiaBodyRKPAL6ioWW7qMK7h9kGwcbbyZ1xaA0wraHYhk0zwe8-j/s1600/Imagen+10.png"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs0WCO_klXmlAp2BgihEWeDEGNecgFvWzK79wnMzp8cYLFmTTXsWo8iNS-HiHoXJ9BXPrPGLMIWLxMRnxvcf3FknQSL6onsUF_aENnebEM3L6cYiofacymjcmMi0oaGEwY-Ohw92ppRYeX/s1600/Imagen+11.png"><br /></a>15-MOTIVO DE LOS NIBELUNGOS:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheBT8HeGfL2qB0F6AiZ_83L5B9FOmh31NQxdo1BXw2kpiW8s0HGZGIpts4OZOdQRE3iBfKLXmCOn0-2iQqWJuZ-cc2OJLRj8_y61oGYgYj5wQ3ou92yt8EtNm-nukIsvx-5VLzH-4kuC8S/s1600/5-NIBELUNGOS.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 270px; height: 67px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheBT8HeGfL2qB0F6AiZ_83L5B9FOmh31NQxdo1BXw2kpiW8s0HGZGIpts4OZOdQRE3iBfKLXmCOn0-2iQqWJuZ-cc2OJLRj8_y61oGYgYj5wQ3ou92yt8EtNm-nukIsvx-5VLzH-4kuC8S/s400/5-NIBELUNGOS.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530643339968732946" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxSHKMpdKXgcqfyhTAaPavz3nvcLNtq6uYlnxo14MwAFQYzqgw92ca6FAnUTUI12aSpJmWTIvUdqb-VvTSOoKkONmivizuSHTZ7v-BxV09i_-ga1UXHEMfzPDwZskjs66EwrmBc4NPcZds/s1600/Imagen+15.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 310px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxSHKMpdKXgcqfyhTAaPavz3nvcLNtq6uYlnxo14MwAFQYzqgw92ca6FAnUTUI12aSpJmWTIvUdqb-VvTSOoKkONmivizuSHTZ7v-BxV09i_-ga1UXHEMfzPDwZskjs66EwrmBc4NPcZds/s400/Imagen+15.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530652268252270530" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);">ESCENA TERCERA</span><br /></div><br /><span style="font-family:verdana;">La escena tercera se situa en el centro del Oro del Rin como un diavólico scherzo donde se van a ir dando cita los temas más negros y oscuros de todo el prólogo. Los acontecimientos narrados, sin embargo, aunque siempre siniestros y llenos de misterio, presentan un carácter ciertamente ingenuo y muy próximo a los cuentos infantiles de los hermanos Grimm o de Perrault.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />Al llegar al Nibeheim Wotan y Loge encuentran a Alberich completamente poseído por la ambición y dando muestras de una descarada fanfarronería. Ante los dioses se muestra desafiante y, como ejemplo de su desmedido poder, no duda en impresionar a sus ilustres visitantes transformándose en una gigantesca serpiente. El astuto Loge, intuyendo que el nibelungo anda sobrado de poder pero más bien escaso de ingenio, logra convencer al enano para que realice un último prodigio: convertirse en algo tan diminuto como un sapo. El vanidoso gnomo no tarda en sucumbir al engaño y, nada más tomar la inofensiva apariencia del anfibio, es capturado por ambos dioses.</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitIp8Hmtah7mVFN2R93RLux70MzreZevAw1RbFndM8a09Bx22PPWFAzvf-KKI928NUYvk2lqf5kMEOxGDYhyhODVrjaXQkNirB2wttE4czKPRITN3d4qpiOB50E1TVtcov87bgwh3XYrXb/s1600/Imagen+13.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 328px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitIp8Hmtah7mVFN2R93RLux70MzreZevAw1RbFndM8a09Bx22PPWFAzvf-KKI928NUYvk2lqf5kMEOxGDYhyhODVrjaXQkNirB2wttE4czKPRITN3d4qpiOB50E1TVtcov87bgwh3XYrXb/s400/Imagen+13.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530803173419781762" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">ESCENA CUARTA</span><br /></div><br /><span style="font-family:verdana;">De regreso a la superficie Wotan obliga a Alberich a entregar las riquezas obtenidas desde que robó el oro. Desesperado y humillado, pero con la esperanza de que los dioses no reparen en el anillo que aún conserva, el nibelungo invoca a todos sus esclavos para que transporten el tesoro desde las profundidades del Nibelheim. El momento es realmente estremecedor; ejemplo de la sabia escritura wagneriana en la que la superposición de diferentes motivos crea un efecto lleno de fuerza y tensión.</span> <div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/VJG-2o-2cwM?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/VJG-2o-2cwM?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: justify; color: rgb(255, 153, 102); font-family: verdana;">Sobre la base obsesiva del tema de los nibelungos va creciendo el motivo de la acumulación del tesoro, en siniestra progresión, mientras se deja sentir el doliente tema de la esclavitud, como un débil gemido, en la voz del corno inglés. En el momento de máxima tensión el motivo de la dominación de Alberich estalla en forma de desesperado grito. Obsérvese como este motivo procede directamente del motivo de la adoración del oro (5b), aunque ahora se nos muestra bajo una nueva armonización mucho más oscura: el oro puro en manos de las ondinas frente al oro corrompido por la mano del nibelungo. Otro ejemplo de cómo Wagner utiliza sus leitmotives en busca del efecto poético, y no únicamente dramático, y que tantas veces pasa desapercibido en sus óperas.<br /><br /></div></div></div></div></div></div></div></div></div></div></div><div style="text-align: justify;">16-MOTIVO DE LA ACUMULACIÓN DEL TESORO<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6Fdp0vHuO768OgtDlyYHhRD_ediLtMIkStU1eSQ3ig0o2q1LFQvDPKF5zXoiJ95ShGGtUyDH10nk22q28x_FfVZVk2mm6jkRLrA6wxtLkuKiViTT-MfUQ_gYoZGeGUSUNc49m299ub8Yx/s1600/6-ACUMULACION+DEL+ORO.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 253px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6Fdp0vHuO768OgtDlyYHhRD_ediLtMIkStU1eSQ3ig0o2q1LFQvDPKF5zXoiJ95ShGGtUyDH10nk22q28x_FfVZVk2mm6jkRLrA6wxtLkuKiViTT-MfUQ_gYoZGeGUSUNc49m299ub8Yx/s400/6-ACUMULACION+DEL+ORO.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530794606150825762" border="0" /></a>17-MOTIVO DE LA ESCLAVITUD (b)<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisCi6xwC4SSjMSHUEouNr-8W-mP-pHr4bzA7JGrnwaaFxBKGvZsjs4oL0yXBnJMTnT8hyphenhyphenrl8YDjDHXVopHqN_9EqDHuWAxp1T9iVk8LPianukBqZN_leRnOd1DpJtOiVXH7GbmvWzBgK7j/s1600/Imagen+10.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 96px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisCi6xwC4SSjMSHUEouNr-8W-mP-pHr4bzA7JGrnwaaFxBKGvZsjs4oL0yXBnJMTnT8hyphenhyphenrl8YDjDHXVopHqN_9EqDHuWAxp1T9iVk8LPianukBqZN_leRnOd1DpJtOiVXH7GbmvWzBgK7j/s400/Imagen+10.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530795733458922306" border="0" /></a><br />18-MOTIVO DE LA DOMINACIÓN DE ALBERICH:<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSS64QyAJYUKQ54uEcrSxv_UElrWbDo3bl3gCzqTvcQ05Do_Ko17CAVTQ23jMmK0E8z8ft4WTC-ZMA_aXi_GKhz8C9lIThf8DOrJwk7ik0WjHMW3UI8bSCjhZqia4I9NQTXaOHqYDhB4H_/s1600/6-PODER+DE+ALBERICH.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 257px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSS64QyAJYUKQ54uEcrSxv_UElrWbDo3bl3gCzqTvcQ05Do_Ko17CAVTQ23jMmK0E8z8ft4WTC-ZMA_aXi_GKhz8C9lIThf8DOrJwk7ik0WjHMW3UI8bSCjhZqia4I9NQTXaOHqYDhB4H_/s400/6-PODER+DE+ALBERICH.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530794610912588018" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifOhLnGEwmVlhMekIhzHszSZkY-nwrelhCi-Xiv56bhtBNrrgVV1XgSAZ43zvLQB0CBqRhDE5oFyLutbIMYrT4FhBE_1JeuMjN7sfkXRApCxyjx6bE9qgJ8bCHTDcd90iA1tJCl7rVAFlw/s1600/Imagen+17.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 296px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifOhLnGEwmVlhMekIhzHszSZkY-nwrelhCi-Xiv56bhtBNrrgVV1XgSAZ43zvLQB0CBqRhDE5oFyLutbIMYrT4FhBE_1JeuMjN7sfkXRApCxyjx6bE9qgJ8bCHTDcd90iA1tJCl7rVAFlw/s400/Imagen+17.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531372254943588530" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Una vez entregado el tesoro Alberich se dispone a reclamar su libertad. Cuando todo parece indicar que la pesadilla ha concluído para el nibelungo Wotan descubre el anillo que aún permanece en la mano del gnomo. A pesar de su resistencia el dios consigue arrebatarle la sortija que al instante se coloca lleno de satisfacción es su mano. Abatido y presa de la más profunda angustia al desgraciado Alberich tan sólo le queda el consuelo del anatema:</span><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);">"¡Así como mediante la maldición conquisté el anillo,<br />maldito éste sea!<br />¡Su oro me dio poder ilimitado;<br />que su magia engendre ahora la muerte a quien lo posea!</span><br />*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/syzmDLg48Lw?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/syzmDLg48Lw?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;">El momento, uno de los más siniestros de toda la tetralogía, comienza con el misterioso motivo sincopado de la venganza de Alberich, entonado por las maderas y con el característico color, tan wagneriano, de las trompas con sordina. Es entonces cuando, en la voz del despechado y ultrajado gnomo, se escucha por primera vez el momento más transcendental de toda la obra: el demoníaco motivo de la maldición. Finalmente el motivo de la dominación (18) se transforma, otro claro ejemplo de la habilidad y de la fuerza expresiva con las que Wagner sabe manejar sus leitmotiv, desde su forma original hasta convertirse en el de la adoración del oro (6) como símbolo del triunfo de Wotan sobre el nibelungo.</span><br /></div></div></div></div></div><br />19-MOTIVO DE LA VENGANZA DE ALBERICH:<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAZns0mpKmog2sbPmEPqeJhJjLUXYTo0zxaucGgA4jPkoZhMGFc0BzQCyr7lfaqbNx9KkGaCkhU0fdvcpqNlozPtpBBaU_oUGiMlUtzyQHsiwwlUrwYStZaHVveYUYBWrkhYOkrHjXRAYn/s1600/7-VENGANZA+ALBERICH.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 360px; height: 86px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAZns0mpKmog2sbPmEPqeJhJjLUXYTo0zxaucGgA4jPkoZhMGFc0BzQCyr7lfaqbNx9KkGaCkhU0fdvcpqNlozPtpBBaU_oUGiMlUtzyQHsiwwlUrwYStZaHVveYUYBWrkhYOkrHjXRAYn/s400/7-VENGANZA+ALBERICH.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530803180115961938" border="0" /></a>20-MOTIVO DE LA MALDICIÓN:<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHn6-hRgHy5kC4D9Dd8-XGUKOeBP8Y0ERadGuegcKKmYRw3EZdlUVxh2rlF29qkOA7ZdFulXnVB9jexsLX7TH4SH5XHheygzrJn8oMZxFcBK9IIE5NvtC39hfflf6DTxyWPOM46DZagIT6/s1600/7-MALDICION.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 82px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHn6-hRgHy5kC4D9Dd8-XGUKOeBP8Y0ERadGuegcKKmYRw3EZdlUVxh2rlF29qkOA7ZdFulXnVB9jexsLX7TH4SH5XHheygzrJn8oMZxFcBK9IIE5NvtC39hfflf6DTxyWPOM46DZagIT6/s400/7-MALDICION.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5530803183703218658" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Desaparecido el nibelungo son ahora los gigantes los que regresan a la planicie para canjear a su cautiva por el prometido tesoro. Se inicia el cobro del rescate pero con la condición de que las riquezas que alcancen a cubrir a la diosa Freia por completo sean las que los dos gigantes obtengan por recompensa. Los dioses, entre la indignación y la impaciencia, aceptan el trato mientras la diosa comienza lentamente a desaparecer tras el tesoro. Una vez oculta tras la montaña de oro y sin nada más por entregar, Fasolt observa cómo aún es posible contemplar por una rendija el brillo de la mirada de Freia. </span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4D1OhhQO4No04qSIgruM5AI_Cwab55LyskT2Wod363ACaQnpj3J86pg_T3oR__cMUIN0nZa-0zbwd-fAUnlkNIBf6KzdZEvOWpsb4LqA59kAhx7MDvVrhpfl5GYe7P5QqrIEx9OQOThJV/s1600/Imagen+15.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 333px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4D1OhhQO4No04qSIgruM5AI_Cwab55LyskT2Wod363ACaQnpj3J86pg_T3oR__cMUIN0nZa-0zbwd-fAUnlkNIBf6KzdZEvOWpsb4LqA59kAhx7MDvVrhpfl5GYe7P5QqrIEx9OQOThJV/s400/Imagen+15.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531327627563113138" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Es entonces cuando, descubriendo el anillo que reluce en la mano de Wotan, el gigante exige al dios que tape el hueco con la preciada sortija. El encolerizado dios, que ya había comenzado a soñar con el fabuloso futuro que le prometía la joya, se niega rotundamente a separarse del anillo. Al momento un gran tumulto estalla entre los presentes: los gigantes pretenden volver a llevarse a Freia y los dioses insisten a Wotan para que entregue el anillo.</span> <span style="font-family:verdana;">Repentinamente el clamor cesa; de lo más profundo de la tierra surge la imponente figura de Erda, la diosa madre de la Tierra. Su voz suena poderosa y solemne, pero sombría y misteriosa al mismo tiempo. Tras advertir al dios del peligro que encierra la posesión del anillo, y después de aconsejarle que se deshaga de él entregándoselo a los gigantes, vuelve a adentrarse en las profundidades.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/ioSCcFiH-mY?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/ioSCcFiH-mY?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div face="verdana" style="text-align: justify; color: rgb(255, 153, 102); font-family: verdana;">Si en los pasajes anteriores pudimos comprobar la capacidad conceptual de Wagner para dotar a un fragmento musical de distintos contenidos de forma simultánea, con la aparición de Erda descubrimos al músico Wagner más poeta. La diosa madre, encarnación de toda la naturaleza y representante de todo lo puro que reina en ella, se nos aparece con el mismo motivo, en valores mucho más amplios, que ya escucharamos al inicio del relato como tema de la naturaleza aunque, como consecuencia del carácter admonitorio del personaje, en esta ocasión se siente en modo menor y de forma más misteriosa y oscura. La inversión de este motivo, así como la de los valores morales que representa, nos dará un nuevo motivo: el de la decadencia de los dioses.<br /><br /></div></div> <span style="font-family:verdana;"></span>21-MOTIVO DE ERDA:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTVh0frQyt5lbcTSBti9xSsDnnMYtmSVr2CuV-QkFVKR1h_flLrLTe32AuzYcnUVzsN17VoZ9Q9aDzU7OUuSnXwcs7EXr9s8Sw_ANZxpiq6tDz1ruNyHCONnassnbOIqIezen9ewhnAygY/s1600/erda.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 350px; height: 66px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTVh0frQyt5lbcTSBti9xSsDnnMYtmSVr2CuV-QkFVKR1h_flLrLTe32AuzYcnUVzsN17VoZ9Q9aDzU7OUuSnXwcs7EXr9s8Sw_ANZxpiq6tDz1ruNyHCONnassnbOIqIezen9ewhnAygY/s400/erda.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531329700421312962" border="0" /></a>22-MOTIVO DEL OCASO DE LOS DIOSES:<br /><br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUBNjGFzhK_psKB_i9uE0ggZMMmF427mNb9Nz-J5ryNgTuLI2CoID4G6E2bwL29_eUUToBnvRmJmMrPkQyEcGHRcpxzpGONi77v8ypqSdlBrNZNVC4-UydYn8hIFZJUZDxm0QQoRCXWbk4/s1600/gotterdammerung.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 66px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUBNjGFzhK_psKB_i9uE0ggZMMmF427mNb9Nz-J5ryNgTuLI2CoID4G6E2bwL29_eUUToBnvRmJmMrPkQyEcGHRcpxzpGONi77v8ypqSdlBrNZNVC4-UydYn8hIFZJUZDxm0QQoRCXWbk4/s400/gotterdammerung.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531329704960758594" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Entregado el anillo se pone en marcha su implacable máquina destructora sembrando la discordia, de inmediato, entre los dos gigantes; tanto uno como el otro reclaman el anillo para sí. Cansado de discutir Fafner acaba con la vida de Fasolt de un mazazo para, tras apoderarse de todo el tesoro, desaparecer con él.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />Aunque, por un momento, los dioses quedan impactados por lo acontecido, al instante la imponente presencia de la nueva fortaleza, ya libre de toda hipoteca, vuelve a acaparar toda su atención. Por fin todos podrán disfrutar de su fabuloso castillo sin más contratiempos.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/N-dEMe9sT3Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/N-dEMe9sT3Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /></div></div>23-MOTIVO DE DONNER:<br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiom1xAXx3DXDDvTVfUaPQuG5bd9M4zZcCxynN6N-421Z-JLeuV87jvivZbQmGzeJlp0dG9QmlEMuUdKJ-64uPG8BdWkZaEjlrfkyp1tMLoiKQUqyGPsr0Y0KisAzdZpp-XhLP7xsO7Kr7c/s1600/9-donner.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 69px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiom1xAXx3DXDDvTVfUaPQuG5bd9M4zZcCxynN6N-421Z-JLeuV87jvivZbQmGzeJlp0dG9QmlEMuUdKJ-64uPG8BdWkZaEjlrfkyp1tMLoiKQUqyGPsr0Y0KisAzdZpp-XhLP7xsO7Kr7c/s400/9-donner.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531331799171407138" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">A un golpe de su martillo, Donner, el dios del trueno, convoca a las nubes estallando la tormenta a continuación. </span> <span style="font-family:verdana;">De inmediato, un fabuloso arco iris comienza a elevarse desde la planicie, donde se hayan los dioses, hasta las mismas puertas del Walhalla.</span><br /><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/c6WOlR9Gk8Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/c6WOlR9Gk8Y?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />* </div></div>24-MOTIVO DEL ARCO IRIS:<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTFfxOZsZC84EGany2ehXCkC5rVbKjP_4PUEQY2GbykrSrA7Tn716iWbjaygWM3pDYHVJvvUH-g-rC7koB-KUkZGuyo-Zpy8ZvcFug9Kh-7tCebPP8trtoxpm1xPg4C21kPF8NYClQiUpM/s1600/10-ARCO+IRIS.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 77px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTFfxOZsZC84EGany2ehXCkC5rVbKjP_4PUEQY2GbykrSrA7Tn716iWbjaygWM3pDYHVJvvUH-g-rC7koB-KUkZGuyo-Zpy8ZvcFug9Kh-7tCebPP8trtoxpm1xPg4C21kPF8NYClQiUpM/s400/10-ARCO+IRIS.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531333068837800514" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNtCmHjD1GIPldCOX-KIO5wqQrM-NlxjRF2bbRzNJ2e9JSBavKvLEb42ALGBDXu16BMzPeWEXATRltDRfLtB_EeX2CeKqGh7yQ1duE-FjHYmurywgZFDAT5AExKuaogNyDk2qB8hEDhKJB/s1600/9.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 304px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNtCmHjD1GIPldCOX-KIO5wqQrM-NlxjRF2bbRzNJ2e9JSBavKvLEb42ALGBDXu16BMzPeWEXATRltDRfLtB_EeX2CeKqGh7yQ1duE-FjHYmurywgZFDAT5AExKuaogNyDk2qB8hEDhKJB/s400/9.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531333063389855778" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">En solemne procesión los dioses comienzan a ascender por él llenos de satisfacción mientras, desde lo más profundo del valle, llega el eco del melancólico lamento de las hijas del Rin:</span><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);">¡Oro del Rin!¡Oro puro!</span><br /><span style="color: rgb(255, 153, 102);">Lo fiel y verdadero sólo se haya en el abismo.</span> <span style="color: rgb(255, 153, 102);"><br />Falso y ruin es lo que triunfa en la cumbre. </span><br /><br /></div><div style="text-align: center;">*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/hOLOB-OPm5o?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/hOLOB-OPm5o?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><div style="text-align: justify; color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;"><span style="font-family:verdana;">Aunque parece claro que en todo este impresionante final Wagner ironiza un tanto con la grandeza de unos dioses que tienen sus días contados, tres para ser exactos, el conjunto resulta de una majestuosidad impresionante. Sobre el fondo del arpa , desde el interno, se eleva el lastimoso lamento de las ondinas. El motivo deriva de forma sencilla, como tantos otros en la tetralogía, del motivo de la adoración del oro aunque, al sonar ahora en el modo menor, su efecto sea más melancólico que triunfal.</span><br /><br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">25-MOTIVO DEL LAMENTO DE LAS HIJAS DEL RIN:</span><span style="color: rgb(0, 0, 0);"><br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUEQ9giQSXvnZdWiUqaO3aE2VTlgmIMv60FAnmk7ntJiHDQy1jtet7S3tucPLc344sqluENUu25q5Pj6D-3Py9wBh6U3tsNLK1u39iM6bhb_7-XCfGaYnzzF13-85bg2l7Z4CoeWFL9DNP/s1600/Imagen+13.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 210px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUEQ9giQSXvnZdWiUqaO3aE2VTlgmIMv60FAnmk7ntJiHDQy1jtet7S3tucPLc344sqluENUu25q5Pj6D-3Py9wBh6U3tsNLK1u39iM6bhb_7-XCfGaYnzzF13-85bg2l7Z4CoeWFL9DNP/s400/Imagen+13.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531347827844485186" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">El lamento es bruscamente interrumpido por un tema citado poco antes por Wotan, aunque ahora es cuando las trompetas y los trombones nos lo muestran en todo su esplendor (2:20), y que podemos considerar uno de los más importantes de todo el Anillo: el motivo de la espada. La espada, motivo muy similar al ya escuchado del oro, simboliza los planes para el futuro de Wotan y que sustituyen al frustrado plan original de dominio a través del anillo. Entre estos planes figura la creación de todo un ejército de walkyrias y de héroes, de entre los que destacarán Brunilda y Sigmund como principales representantes, y que serán los encargados de neutralizar las amenazas que se ciernen sobre los dioses.</span><br /><br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">27-MOTIVO DEL WALHALLA:</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuJmS-k72j9XjD01I2FmE8z7JEYM5lVKq54OGjrdr8BKP8gsup4-SkHs9qrRIHi8m9AeeHDWJhA6nZvCV7g62fNEo9zTsbYJOaiR2sja-xr1xfW4TOKfBec0TLFCw1whibGSwydLK1GFv5/s1600/11-walhall1.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 145px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuJmS-k72j9XjD01I2FmE8z7JEYM5lVKq54OGjrdr8BKP8gsup4-SkHs9qrRIHi8m9AeeHDWJhA6nZvCV7g62fNEo9zTsbYJOaiR2sja-xr1xfW4TOKfBec0TLFCw1whibGSwydLK1GFv5/s400/11-walhall1.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531348365240582786" border="0" /></a><br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">26-MOTIVO DE LA ESPADA:</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ_mdlQ58VM8qamE8TpgInZiIRGfDUshN3YzgGl7Qb-pR-I2io5sq_DGxQfscJ_Z-zKkgUIB2tQ8h7Ut8u19FBptCMvVanU8N7Cgu2AoWjxETum6pjuK4s5HXpnBDVVmyPAY2Bh4Orjblm/s1600/11-ESPADA.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 369px; height: 66px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ_mdlQ58VM8qamE8TpgInZiIRGfDUshN3YzgGl7Qb-pR-I2io5sq_DGxQfscJ_Z-zKkgUIB2tQ8h7Ut8u19FBptCMvVanU8N7Cgu2AoWjxETum6pjuK4s5HXpnBDVVmyPAY2Bh4Orjblm/s400/11-ESPADA.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531348366874917138" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2iqr98AW9g33X7M8CbOa7qzJqJwZBriZjMh5eULunqDgNkyr0_1-leyp981v10z421z5wawVBtvLlJN_-hhII80UdyOe1PHSps8Tipd1EJTuzi3rz5Yq0XRF23ALrY8Bs0PF9xD1BEjO8/s1600/Imagen+15.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 198px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2iqr98AW9g33X7M8CbOa7qzJqJwZBriZjMh5eULunqDgNkyr0_1-leyp981v10z421z5wawVBtvLlJN_-hhII80UdyOe1PHSps8Tipd1EJTuzi3rz5Yq0XRF23ALrY8Bs0PF9xD1BEjO8/s400/Imagen+15.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531347839218100690" border="0" /></a>(el tema de la espada sobre el obstinato del motivo del Walhalla)<br /></div><br /><span style="font-family:verdana;">La heróica melodía desemboca en un fortísimo donde, sobre el continuado y majestuoso ritmo (segundo compás del tema del Walhalla), las trompas comienzan a dibujar el ondeante motivo del arco iris (24) mientras el trémolo de la cuerda y los arpegios de las seis arpas (recordemos que Wagner escribe una parte diferente para cada una de ellas) nos describen con toda solemnidad el ascenso de los dioses y el fulgurante esplendor del Walhalla mientras cae el telón.<br /><br /></span><div style="text-align: center;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 255, 255);">FIN</span></span></span><br /><span style="font-family:verdana;"></span></div></div><br /><div style="text-align: left;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2OBm4E7zkc5mIwtSG_dMMnyRMoZ5zGcJ0FSZQ3e_gGsaLnwjkHlM3CFezAt3ByjED3zRkGetR4m0uZZhyZhvy2emzKKQaU0Fuw0kstiGjNjyOKJ5z8Uk3c-ihriI3Vs6uW15LB3UQQlPM/s1600/Imagen+16.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 385px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2OBm4E7zkc5mIwtSG_dMMnyRMoZ5zGcJ0FSZQ3e_gGsaLnwjkHlM3CFezAt3ByjED3zRkGetR4m0uZZhyZhvy2emzKKQaU0Fuw0kstiGjNjyOKJ5z8Uk3c-ihriI3Vs6uW15LB3UQQlPM/s400/Imagen+16.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531353242157086034" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBwRgu9Y5D44gsxFKKFll4Whj7oifeY9JgBe5fuQARm3FMfsGffdQgsPpYbAd9MIi3rZgRa3iqvo1Bz0bNaBjAXNenzyNZN8t3L-9u_BAig7Z5LJHLr1JSxlbEqszvvLndxFaI6IqMrqnS/s1600/Imagen+14.png"><br /></a><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-51998399504788899392010-10-22T00:05:00.012+02:002011-06-08T11:51:29.087+02:00(122) SEVILLA, TEATRO MAESTRANZA: JONAS KAUFMANN. SCHUBERT: La bella molinera<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eLKWaFl2n0d1n9Ss2mI0-Ao_Ki1Fv7Cfs0PmMkEdfOUtZz_MpgdgOd7n6sEjtnTPc8KaHo3266GThkPlkoPBCDVlcjeR0G8fW0kfbIOyKFl2GyhQXn0L1nEQc9ZB9YrXwEFRR9R2zA-2/s1600/kaufmann-mullerin.jpg"><br /></a>.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5V_3hDYF_MSZCP8HvY9nxw6dWFpB3bYKCHj3ybUzUGjoP4lOqiwM8bQbnX1irWGoN8ajwrrRogiZrXUGxHCM4CuOntPFQ5vUTEm9T9OjcuqLNviuMF51Q0VTnaxKoMv7hY-_cGXt348DA/s1600/15971347.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5V_3hDYF_MSZCP8HvY9nxw6dWFpB3bYKCHj3ybUzUGjoP4lOqiwM8bQbnX1irWGoN8ajwrrRogiZrXUGxHCM4CuOntPFQ5vUTEm9T9OjcuqLNviuMF51Q0VTnaxKoMv7hY-_cGXt348DA/s400/15971347.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531240602311817666" border="0" /></a><span style="font-size:large;"><span style="font-weight: bold;"><br />*<br /><object height="344" width="425"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/Cs6EPriC4c0?fs=1&hl=es_ES&color1=0x234900&color2=0x4e9e00"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/Cs6EPriC4c0?fs=1&hl=es_ES&color1=0x234900&color2=0x4e9e00" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="344" width="425"></embed></object><br />*<br /><br /></span></span><span style="font-size:large;"><span style="font-size:130%;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Der</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">Jüngling</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">an</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">der</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">Quelle</span> D.300</span></span></span><br /><span style="font-size:large;"><br /><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"></span></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">Leise</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">rieselnder</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">Quell</span>!</span><br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">¡Fuente de suave murmullo!</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">Ihr</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">wallenden</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">flispernden</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">Pappeln</span>!<br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">¡Álamos que entre susurros ondeáis!</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">Euer</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">Schlummergeräusch</span><br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">Vuestro adormecido rumor</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14">Wecket</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15">die</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">Liebe</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_17">nur</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_18">auf</span>.<br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">En mí el amor despierta.</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_19">Linderung</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_20">sucht</span>' <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_21">ich</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_22">bei</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_23">euch</span><br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">Entre vosotros alivio buscaba</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_24">Und</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_25">sie</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_26">zu</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_27">vergessen</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_28">die</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_29">Spröde</span>.<br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:verdana;font-size:130%;">Para a la esquiva poder olvidar</span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><br /></span><span style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_30">Ach</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_31">und</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_32">Blätter</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_33">und</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_34">Bach</span><br /></span></div> <div style="text-align: center;font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-size:130%;">¡Ay! ¡Pero hasta las hojas y el arroyo</span><span style="font-size:130%;"><br /></span><span style="font-size:130%;"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_35">Seufzen</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_36">Luise</span>, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_37">Dir</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_38">nach</span>!<br /></span><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-size:130%;">Suspiran, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_39">Luise</span>, por ti!</span></div> <div><span style="font-size:large;"><br /></span></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2Q2spMHGarnEN4C31N1bpExKkaj2ZILL6r6zem52n4BpQjuP6-FNTpiEmSvngG1y5ymofQaJ1NShKS-rM5OAE3lXlfFMofsy9-EAcGw1SvxNs2UXVfDMxXAgaRBgh0jdCcWJJ6MdjBtUN/s1600/Jonas+Kaufmann.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2Q2spMHGarnEN4C31N1bpExKkaj2ZILL6r6zem52n4BpQjuP6-FNTpiEmSvngG1y5ymofQaJ1NShKS-rM5OAE3lXlfFMofsy9-EAcGw1SvxNs2UXVfDMxXAgaRBgh0jdCcWJJ6MdjBtUN/s400/Jonas+Kaufmann.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531240606665714530" border="0" /></a><br /><div><div style="text-align: justify;"><span style=";font-family:verdana;font-size:100%;">Confieso que compré las entradas para el recital de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_40">Kaufmann</span> sin saber cuál sería el contenido del programa. Cuando me enteré que cantaría el ciclo de la bella molinera lo primero que me vino a la memoria fueron algunos de los recitales de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_41">lied</span> padecidos anteriormente. Y es que , cuando uno piensa en el lugar ideal para la interpretación de este tipo de canciones, el Maestranza no creo que figure entre uno de ellos, la verdad. Por otra parte, las contadas ocasiones en las que he podido escuchar al tenor alemán, las características de su voz, habiéndolo visto en papeles como Don José o <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_42">Lohengrin</span>, tampoco me hacían presagiar nada bueno en un campo tan delicado como el del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_43">lied</span>. Pero, qué le vamos a hacer, una vez más se ha vuelto a demostrar que la ignorancia es la peor consejera que pueda existir.<br />Que <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_44">Kaufmann</span> posee una voz <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_45">privilegiada</span> ya lo sabía, pero que era capaz de desplegar tal variedad de colores y de matices, como los que ayer fue desgranando a lo largo de las veinte canciones del ciclo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_46">schubertiano</span>, tengo que reconocer que no me lo esperaba. A pesar de algún problemilla en la emisión, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_47">principalmente</span> en el registro agudo al cantar a media voz, la versión escuchada ayer sólo puede calificarse de magnífica con algunos momentos antológicos de esos que cortan la respiración. Puede que a algunos la versión les pueda parecer en exceso romántica, extremada en los contrastes y con un cierto abuso del falsete en los pianos. <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_48">Personalmente</span> creo que el mundo del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_49">lied</span> permite muchas lecturas, casi todas válidas, pero que lo único inaceptable debe ser el aburrimiento.<br />Y <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_50">Jonas</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_51">Kaufmann</span> ayer no sólo no aburrió sino que, a mi modesto entender, dio toda una lección magistral de expresividad y, lo que es más importante, de musicalidad: acariciando con la voz, a veces casi de un cálido color <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_52">baritonal</span>, en los momentos de mayor intimidad o rasgando el aire del Maestranza con el portentoso metal de su voz, no olvidemos que <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_53">Kaufmann</span> es el prototipo de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_54">heldentenor</span> alemán, en algunos de los momentos más brillantes, por ejemplo el "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_55">dein</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_56">ist</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_57">mein</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_58">Hertz</span>" de "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_59">Ungeduld</span>" (nº 7).</span><br /></div><span style="font-size:large;"><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eLKWaFl2n0d1n9Ss2mI0-Ao_Ki1Fv7Cfs0PmMkEdfOUtZz_MpgdgOd7n6sEjtnTPc8KaHo3266GThkPlkoPBCDVlcjeR0G8fW0kfbIOyKFl2GyhQXn0L1nEQc9ZB9YrXwEFRR9R2zA-2/s1600/kaufmann-mullerin.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eLKWaFl2n0d1n9Ss2mI0-Ao_Ki1Fv7Cfs0PmMkEdfOUtZz_MpgdgOd7n6sEjtnTPc8KaHo3266GThkPlkoPBCDVlcjeR0G8fW0kfbIOyKFl2GyhQXn0L1nEQc9ZB9YrXwEFRR9R2zA-2/s400/kaufmann-mullerin.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5531240615388992050" border="0" /></a><br /></div> <div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y al piano, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_60">Helmut</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_61">Deutsch</span>. Maestro de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_62">Kaufmann</span>, su interpretación de la bella molinera es <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_63">sencillamente</span> magistral. Atento a cada matiz, a cada detalle, realizó un <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_64">acompañamiento</span> simplemente perfecto. En definitiva, una estupenda velada que me hizo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_65">reconciliarme</span> con el teatro, con su público (nivel de toses medio, tirando a bajo) y en el que el silencio, tan difícil de encontrar en esta "otra" Maestranza, reinó de una forma especial en la última propina, como por encanto, en uno de los momentos más mágicos de la noche: el muchacho en la fuente. </span></span></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: center;font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">*</span></span></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span style="font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Postdata: que todo el público, reconozco que yo también piqué, rompiera a aplaudir cuando apareció en la pantalla de los subtítulos la palabra <i>Pause, </i>en referencia a la canción del mismo nombre (número 12 del ciclo), creo que merece la pena comentarse. Y no sólo por lo ridículo de la situación sino, más bien, por imaginar qué le rondará por la cabeza al bueno de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_66">Jonas</span> cada vez que vea acercarse la dichosa canción y comprobar la reacción del respetable. ¿O esas cosas sólo pasan aquí?</span></span></div> <div><span style="font-size:large;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eLKWaFl2n0d1n9Ss2mI0-Ao_Ki1Fv7Cfs0PmMkEdfOUtZz_MpgdgOd7n6sEjtnTPc8KaHo3266GThkPlkoPBCDVlcjeR0G8fW0kfbIOyKFl2GyhQXn0L1nEQc9ZB9YrXwEFRR9R2zA-2/s1600/kaufmann-mullerin.jpg"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></a><br /><span style="font-size:large;"><br /></span>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-60447240408681608442010-10-15T23:47:00.020+02:002010-10-24T15:13:26.753+02:00(121) POLÍGONO DE SAN PABLO (SEVILLA): ARTE PARA TODOS<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkFb_gZsfaT4pYievoNFtSr_HEJ2uATRAi0VKiUMUAvt9nlR_yOe27lLiX2EPqML-2TIBoMDbXDltuFw0NOk_bK7UxYIox9xB9eBBSWqPWOkiYPAaJCtZ7KuyTHo3DqPJZ7V3396fjNhHc/s1600/Mural+del+equipo+ucranio+AEC+%28Aleksei+Bordusov%29+%26+Waone+%28Wladimir+Manzhos%29+y+Victor+Ash+.png"><br /></a><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHPmhfTmtAfC4PCxK8gW7kE1iw0eas0yool42FNKRfXnlY9jOF9CBILK8tTsGhQcRWyIAapZ1uKB_-6KXeMT0udSlkV8fbEy9z-0y95aC_srEjlYusoEmM73eZln-g4Kye77yG5IT3Kerr/s1600/Stefano+and+Andrey+from+art+group+310+.JPG"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHPmhfTmtAfC4PCxK8gW7kE1iw0eas0yool42FNKRfXnlY9jOF9CBILK8tTsGhQcRWyIAapZ1uKB_-6KXeMT0udSlkV8fbEy9z-0y95aC_srEjlYusoEmM73eZln-g4Kye77yG5IT3Kerr/s400/Stefano+and+Andrey+from+art+group+310+.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528410245249501074" border="0" /></a><span style="font-family:arial;">Si algo de bueno tuvo la fiebre constructora vivida en Sevilla en los años sesenta y setenta fue el fuerte sentimiento democrático que la inspiraba. De esta forma, cuando la democracia parecía aún algo a penas intuido en el horizonte, barrios tan alejados en el espacio y en lo social, como son el Polígono de San Pablo y el barrio de Los Remedios, lograban verse singularmente hermanados gracias al furor especulativo que los vio nacer. Una hermandad que, si bien no pudo superar las diferencias sociales que los separaba, los unió para siempre como ejemplo del peor urbanismo imaginable y como muestra de la peor arquitectura que uno pueda concebir.</span><br /><span style="font-family:arial;">Pasados los años las cosas parecen haber cambiado bastante. Por un lado, los Remedios ha visto la llegada del metro, la construcción de aparcamientos subterráneos, la peatonalización (por cierto, ¡qué trabajito les ha costado!) de alguna de sus principales calles. Y por el otro, el Polígono de San Pablo... </span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw0UpHSEh9C7XbYVaP9Us19aC2f4aJaPVgbQuAzcSHSGcnj6DNfxy_gj6hrBNXaGokC2LR3jF2GNPieep8DYdHe6ghbm7f5IoKJjiVqG_JYUaZDxxlJDXEt7UFxwroulKz7LMSUr-dDsaP/s1600/Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 229px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw0UpHSEh9C7XbYVaP9Us19aC2f4aJaPVgbQuAzcSHSGcnj6DNfxy_gj6hrBNXaGokC2LR3jF2GNPieep8DYdHe6ghbm7f5IoKJjiVqG_JYUaZDxxlJDXEt7UFxwroulKz7LMSUr-dDsaP/s400/Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528409096361087778" border="0" /></a><br /><span style="font-family:arial;">Desde hace unos pocos días, el Polígono de San Pablo ha sido protagonista de una de las intervenciones más originales vividas en nuestra ciudad en los últimos años. Si ya saludamos desde este blog la propuesta por parte del ayuntamiento de contar con algunos de los grafiteros más famosos del país para plasmar sus diseños sobre algunos de los contenedores de vidrio repartidos por toda la ciudad <a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/11/58-reciclar-con-arte.html">(RECICLAR CON ARTE)</a>, la idea de reunir en San Pablo a más de veinte de los mejores muralistas del mundo para iluminar algunas de las blancas fachadas de sus bloques de viviendas solo puede ser calificado como de rotundo éxito. Ideado por Peter Claeson y auspiciado por la ONU, el proyecto "Arte para todos" ha conseguido algo que parecía casi impensable hace unos meses: hacer del barrio obrero un museo al aire libre logrando sumarse, de esta forma, al total de la numerosa oferta cultural y turística con la que ya contaba la ciudad.</span><br /><br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfCBVhha26ip93RZxdFXVgYsYGtlM9pJkORkTKLKs5NLh-thFy0tzYoOoHhyphenhyphenccHasijq0dX9sLoB_jAyNeoyWMNv408Me237QoT2aiP-cEgjLP1YhLTwodAllxihKCdfyOhFq7C4tVMZLC/s1600/38973_136516843050177_136502129718315_155053_41710_n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 282px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfCBVhha26ip93RZxdFXVgYsYGtlM9pJkORkTKLKs5NLh-thFy0tzYoOoHhyphenhyphenccHasijq0dX9sLoB_jAyNeoyWMNv408Me237QoT2aiP-cEgjLP1YhLTwodAllxihKCdfyOhFq7C4tVMZLC/s400/38973_136516843050177_136502129718315_155053_41710_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528581951623964418" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">A continuación os dejo con algunas fotos sacadas de la red y otras realizadas por mí durante la visita al barrio durante el pasado puente. Creo que, para todos los que vivimos en Sevilla y pocas veces (o ninguna, como en mi caso) hemos tenido la oportunidad de visitar este barrio, el proyecto representa una magnífica excusa para conocerlo y pasearlo descubriendo, una a una, sus calles junto a todas estas interesantes creaciones. Hacedme caso. Merece la pena.</span><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPtKpsLQtZHEp2-ff4eN4YNwVHSFt0JMOKPHBfrASPosp-mMhQOn9OaoMU5RPPB2Diq0Gjed4I3vaJUUw8uqkl6bE2Z2VUPCN3_bKhPK3rONFxsbp7dV6u57bNNSFN8wrh0n6ruc667HCH/s1600/Stephan+Krasnov+y+Tseluyko+Andrey-grupo+310-2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 229px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPtKpsLQtZHEp2-ff4eN4YNwVHSFt0JMOKPHBfrASPosp-mMhQOn9OaoMU5RPPB2Diq0Gjed4I3vaJUUw8uqkl6bE2Z2VUPCN3_bKhPK3rONFxsbp7dV6u57bNNSFN8wrh0n6ruc667HCH/s400/Stephan+Krasnov+y+Tseluyko+Andrey-grupo+310-2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528399932608066818" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOHqix2Z7ZqcGoWbqWF9suEVRrcjSYpL9v82YJ_guP8_gzj5oVTWug2V050d42e783hpVLzF_cq3FoTanpHPSsDIu60ZWawHzteMSYag79mDxFtOt4pUmKybgS_2ICz4a7yxnCKL_umlPX/s1600/Stefano+and+Andrey+from+art+group+310-Imagen+14.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOHqix2Z7ZqcGoWbqWF9suEVRrcjSYpL9v82YJ_guP8_gzj5oVTWug2V050d42e783hpVLzF_cq3FoTanpHPSsDIu60ZWawHzteMSYag79mDxFtOt4pUmKybgS_2ICz4a7yxnCKL_umlPX/s400/Stefano+and+Andrey+from+art+group+310-Imagen+14.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528399947166308002" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCNeSahGS68MHm_-QqK8nH-WPy1N1n2o44RnaNpDotUIvat22p9-PkYHpJK_DupGal8rdpplHM2cOTdIf_M83cgeUwTNt6OIGkby_PJk3f8mms7TE99U_smZA-cIMrtuxJ19JnmSr5UgFc/s1600/Imagen+2..png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 230px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCNeSahGS68MHm_-QqK8nH-WPy1N1n2o44RnaNpDotUIvat22p9-PkYHpJK_DupGal8rdpplHM2cOTdIf_M83cgeUwTNt6OIGkby_PJk3f8mms7TE99U_smZA-cIMrtuxJ19JnmSr5UgFc/s400/Imagen+2..png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528397711890775458" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;">Tres muestras del grupo 310,<br />integrado por Stephan Krasnov y Tseluyko Andrey<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXn4_nPnjPEw2Yy-8JtbuqotDFVNrhyphenhyphen1fXwjqJEMlfcX9bKg2xm1a9uzpf2xLV5lT1EHR8JH5OZovFjGFXXp_khnOc4V3_8N13Be7k6YJjku8Mu_zm8PDKhG1aPjwFjyHNgssjbJOzBfbP/s1600/37140_151607051541156_136502129718315_214682_980970_n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXn4_nPnjPEw2Yy-8JtbuqotDFVNrhyphenhyphen1fXwjqJEMlfcX9bKg2xm1a9uzpf2xLV5lT1EHR8JH5OZovFjGFXXp_khnOc4V3_8N13Be7k6YJjku8Mu_zm8PDKhG1aPjwFjyHNgssjbJOzBfbP/s400/37140_151607051541156_136502129718315_214682_980970_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528582277029333474" border="0" /></a> Cacique banana, mural de Nelson Roman. <br /><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpoxpNaHTx7_OZOYV12xtDd2GvWHzKX7kFOU0fxr8ARfAMynPUz3oAF389EIU5LtHIIW58Zd06WYKYwmotFVQTvxiWRNlibezFSxPjlnKObAjsZ-e9V-wCep_LZBCyVoJGcGrN5otIXkO/s1600/Christina+Salas+y+Jaime+y+Javier+Suarez-n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpoxpNaHTx7_OZOYV12xtDd2GvWHzKX7kFOU0fxr8ARfAMynPUz3oAF389EIU5LtHIIW58Zd06WYKYwmotFVQTvxiWRNlibezFSxPjlnKObAjsZ-e9V-wCep_LZBCyVoJGcGrN5otIXkO/s400/Christina+Salas+y+Jaime+y+Javier+Suarez-n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528394869226286722" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwIRXrD_t8lcY7Ok8-TvOWGeAGcGHliIlXiiaU0zcleYvaXFT4GKc5nVBx9yeVGtKOGFkv8iZ0PwpmcLLAVritUk4zwQcuXqq72aTqsamLBeebx16pXvbtTwqvZSCgu2Cqkk-0yuR_vWkk/s1600/Christina+Salas,+Jaime+and+Javier+Suarez-Imagen+5.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwIRXrD_t8lcY7Ok8-TvOWGeAGcGHliIlXiiaU0zcleYvaXFT4GKc5nVBx9yeVGtKOGFkv8iZ0PwpmcLLAVritUk4zwQcuXqq72aTqsamLBeebx16pXvbtTwqvZSCgu2Cqkk-0yuR_vWkk/s400/Christina+Salas,+Jaime+and+Javier+Suarez-Imagen+5.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528395913456298834" border="0" /></a><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWcRtKYUuTqC-2oC8Pngbll-6l4o4GiY2adrjCF_696YSJM_bgcKusyLLN6LN0we1R1Hv7gKgefEL81JHZl_ALVfs40j-IQ9SsB0w3QDZG-aWlfJ31AK1goOBwqxP_ZS-9FWDoSYSRPltQ/s1600/Christina+Salas,+Jaime+and+Javier+Suarez-Imagen+4.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 227px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWcRtKYUuTqC-2oC8Pngbll-6l4o4GiY2adrjCF_696YSJM_bgcKusyLLN6LN0we1R1Hv7gKgefEL81JHZl_ALVfs40j-IQ9SsB0w3QDZG-aWlfJ31AK1goOBwqxP_ZS-9FWDoSYSRPltQ/s400/Christina+Salas,+Jaime+and+Javier+Suarez-Imagen+4.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528394876897589922" border="0" /></a>Fragmentos del mural pintado porChristina Salas, Jaime y Javier Suárez.<br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXusRkJND1EhH_-rWD9X6_16vbHAqHSTRSaYe0etKP4HXtf8bfaSIsYZLe2OgTuhCfD06LdgpFT6KH8fQpzTcUBsPAaJqb1PL_NBeobLJH3XzM_EB98eGJbB4t3piAEXUjjCzjb9NA583R/s1600/67339_153618574673337_136502129718315_222469_7698554_n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 266px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXusRkJND1EhH_-rWD9X6_16vbHAqHSTRSaYe0etKP4HXtf8bfaSIsYZLe2OgTuhCfD06LdgpFT6KH8fQpzTcUBsPAaJqb1PL_NBeobLJH3XzM_EB98eGJbB4t3piAEXUjjCzjb9NA583R/s400/67339_153618574673337_136502129718315_222469_7698554_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528408523432809026" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHTlx35xKd6bUt2RMU6w-6gX_MZ9FOKuZ6BtyDQVm-yL-52UvhrR52mWfh0qFbty-RMgAX_x4Gt1pjmbFtROheUZWz4o608cEef0rgvC-Wk69J2dndiv6kAaMS3IcTQe5JF0UjQjipT3P9/s1600/Eric+Okdeh-Imagen+3.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 227px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHTlx35xKd6bUt2RMU6w-6gX_MZ9FOKuZ6BtyDQVm-yL-52UvhrR52mWfh0qFbty-RMgAX_x4Gt1pjmbFtROheUZWz4o608cEef0rgvC-Wk69J2dndiv6kAaMS3IcTQe5JF0UjQjipT3P9/s400/Eric+Okdeh-Imagen+3.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528395956109475346" border="0" /></a></div>Eric Okdeh (EEUU)<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAMxldwWVp-cnLBLjddvTru1DTUWAJSxyFjttSfz57sxcFpWJk4AoRIasPf5_gm3jIlUBnx-Jx0EJUpndXb3K-jFQWTrXPYHsppMHnKL0RXCtJeLgumrfttD6zcpx30dc65jtPZSsrkiyO/s1600/72452_153619468006581_136502129718315_222478_7754366_n.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAMxldwWVp-cnLBLjddvTru1DTUWAJSxyFjttSfz57sxcFpWJk4AoRIasPf5_gm3jIlUBnx-Jx0EJUpndXb3K-jFQWTrXPYHsppMHnKL0RXCtJeLgumrfttD6zcpx30dc65jtPZSsrkiyO/s400/72452_153619468006581_136502129718315_222478_7754366_n.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528408524086575426" border="0" /></a>Mural del grupo FINOK (Brasil)<br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2X0hm8dBOoyF5ovhyYOq5IIAtPDxqIVZDCi5e3dHIaaVB_ylVcO6LCBDxQsITHAjbSMVmmN3qWF2fAd05lWOl4LP1yymzLk5W6iAE9h76_rN8kM6LjQOz3jZE9R1WssHueIBXv6ngdqTi/s1600/Imagen+11.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2X0hm8dBOoyF5ovhyYOq5IIAtPDxqIVZDCi5e3dHIaaVB_ylVcO6LCBDxQsITHAjbSMVmmN3qWF2fAd05lWOl4LP1yymzLk5W6iAE9h76_rN8kM6LjQOz3jZE9R1WssHueIBXv6ngdqTi/s400/Imagen+11.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528397742370304738" border="0" /></a>Un mercadillo en la avenida de La soleá con el mural de Veronica Werckmeister al fondo<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuzbzRZWu2fToil8AK9ATt7OaX4bAwMwvr4rd1EWs8sRJG7tYsQl0uixTzOS7yjXzIpuRmdXC8p1IJvDYModdmoREJNCIuSm3Kz_vOqAO_YU4k5_z9BddpC8ds4t15l1ir_-Ak3OGdHBe8/s1600/Imagen+12.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 224px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuzbzRZWu2fToil8AK9ATt7OaX4bAwMwvr4rd1EWs8sRJG7tYsQl0uixTzOS7yjXzIpuRmdXC8p1IJvDYModdmoREJNCIuSm3Kz_vOqAO_YU4k5_z9BddpC8ds4t15l1ir_-Ak3OGdHBe8/s400/Imagen+12.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528397756349859154" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBxs429PMyXsQLBCZBdwvu4pAe7xE6ITystv2sUqnqx5ucDSpaFJa4TRHUfqscRBEz1Q-MGWf8GKr0WJ681dkeOApUXnFV5drjw9-vvPES6D2qkKfFwPra_cFOx3-JlbHReCCK-OF_xjbb/s1600/Christian+Wahle-Imagen+13.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBxs429PMyXsQLBCZBdwvu4pAe7xE6ITystv2sUqnqx5ucDSpaFJa4TRHUfqscRBEz1Q-MGWf8GKr0WJ681dkeOApUXnFV5drjw9-vvPES6D2qkKfFwPra_cFOx3-JlbHReCCK-OF_xjbb/s400/Christian+Wahle-Imagen+13.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528394851792276322" border="0" /></a>Dos fragmentos del mural creado por el alemán Christian Wahle<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrRcn8oyQ5KnmwBIHVQtphZsKx2yvWia4_RNYBXFCDO6BER8sbrASn71I1t4jyZ83NjZn2iYmmQRLelcoAiY0OFTFeTYwIxWfK7wudpbNMIlTyXmvYUtf5yVu__o3WIn3WTGxnXdW-M_jy/s1600/Imagen+8.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrRcn8oyQ5KnmwBIHVQtphZsKx2yvWia4_RNYBXFCDO6BER8sbrASn71I1t4jyZ83NjZn2iYmmQRLelcoAiY0OFTFeTYwIxWfK7wudpbNMIlTyXmvYUtf5yVu__o3WIn3WTGxnXdW-M_jy/s400/Imagen+8.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528397725377991106" border="0" /></a>Federico Bacher (Argentina)<br /></div><br /><span style="font-family:verdana;">Para el final os dejo la obra de dos de los muralistas más prestigiosos:</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs_PZ5MaauwnCzIn5Qn9PKVS95hXFt1EqNR7HXwM-KX5dV3UzAH_GFh31FbEF5DOymiPUo_9J5ZD1mdwSp2y0dxkhwgTUvZEJjsPWl98ffxPETjJ8HDo9Xqkted6Gnd_XQ0IY8TrHRTgmn/s1600/el+ni%C3%B1o-Imagen+9.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 225px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs_PZ5MaauwnCzIn5Qn9PKVS95hXFt1EqNR7HXwM-KX5dV3UzAH_GFh31FbEF5DOymiPUo_9J5ZD1mdwSp2y0dxkhwgTUvZEJjsPWl98ffxPETjJ8HDo9Xqkted6Gnd_XQ0IY8TrHRTgmn/s400/el+ni%C3%B1o-Imagen+9.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528395926951844898" border="0" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilhRxUhyphenhyphen6KIZVKAINNnT7ENnDhBIN90ZI9f0pn0h-EUMMswi3dLFvQfGMremXQnV1qXWQLxTyaWeEeEijEtaxFVQ-COVmyDGFFMtVEQBp42zVO9_k9109vh2FygPR0QdFtrWO1qDpB06hh/s1600/elnino-Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 232px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilhRxUhyphenhyphen6KIZVKAINNnT7ENnDhBIN90ZI9f0pn0h-EUMMswi3dLFvQfGMremXQnV1qXWQLxTyaWeEeEijEtaxFVQ-COVmyDGFFMtVEQBp42zVO9_k9109vh2FygPR0QdFtrWO1qDpB06hh/s400/elnino-Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528395942255101010" border="0" /></a>El primero es el granadino El niño, o el niño de las pinturas como es también conocido, y del que podéis apreciar la calidad de algunos de sus trabajos si pincháis <a href="http://flickriver.com/photos/tags/elni%C3%B1odelaspinturas/interesting/">AQUÍ</a><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkFb_gZsfaT4pYievoNFtSr_HEJ2uATRAi0VKiUMUAvt9nlR_yOe27lLiX2EPqML-2TIBoMDbXDltuFw0NOk_bK7UxYIox9xB9eBBSWqPWOkiYPAaJCtZ7KuyTHo3DqPJZ7V3396fjNhHc/s1600/Mural+del+equipo+ucranio+AEC+%28Aleksei+Bordusov%29+%26+Waone+%28Wladimir+Manzhos%29+y+Victor+Ash+.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 226px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkFb_gZsfaT4pYievoNFtSr_HEJ2uATRAi0VKiUMUAvt9nlR_yOe27lLiX2EPqML-2TIBoMDbXDltuFw0NOk_bK7UxYIox9xB9eBBSWqPWOkiYPAaJCtZ7KuyTHo3DqPJZ7V3396fjNhHc/s400/Mural+del+equipo+ucranio+AEC+%28Aleksei+Bordusov%29+%26+Waone+%28Wladimir+Manzhos%29+y+Victor+Ash+.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528410257966940370" border="0" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdUKcjInW7-c_70nv14Yy_O-_RngzeIGjuC6rG7Yf9Nvcz-uLXKqUt5-xNzYfxhVMsqt7C85vNMz5VJGwkj7s07IFIJpBxAXz3kPjqgL7uUV0r6KkWV8rTikHGCuCFEI6Oy9GOWeX7MrMv/s1600/Mural_equipo_ucranio_AEC_&_Waone.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 268px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdUKcjInW7-c_70nv14Yy_O-_RngzeIGjuC6rG7Yf9Nvcz-uLXKqUt5-xNzYfxhVMsqt7C85vNMz5VJGwkj7s07IFIJpBxAXz3kPjqgL7uUV0r6KkWV8rTikHGCuCFEI6Oy9GOWeX7MrMv/s400/Mural_equipo_ucranio_AEC_&_Waone.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528583762604756402" border="0" /></a>El siguiente grupo está integrado por los muralistas ucranianos AEC (Aleksei Bordusov) & Waone (Wladimir Manzhos). En su blog <a href="http://interesnikazki.blogspot.com/">INTERISNI KAZKI</a> podéis contemplar algo más de su interesante trabajo.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO_hbBHwXQYCBf6C-4VKD4wTX53ZsBMsGg-vbtswVmjS3VVzOAPIRVxJ1oe-C8mkisBX27ytjUc_dT74EuY1Q80LZ5t4wCZh84AhKlzeU1JN9OVQOOfaWSrpnMMZSw70qsFJy1WikF9Auo/s1600/interesni-kazki.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 222px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO_hbBHwXQYCBf6C-4VKD4wTX53ZsBMsGg-vbtswVmjS3VVzOAPIRVxJ1oe-C8mkisBX27ytjUc_dT74EuY1Q80LZ5t4wCZh84AhKlzeU1JN9OVQOOfaWSrpnMMZSw70qsFJy1WikF9Auo/s400/interesni-kazki.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5528410250236557890" border="0" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHTlx35xKd6bUt2RMU6w-6gX_MZ9FOKuZ6BtyDQVm-yL-52UvhrR52mWfh0qFbty-RMgAX_x4Gt1pjmbFtROheUZWz4o608cEef0rgvC-Wk69J2dndiv6kAaMS3IcTQe5JF0UjQjipT3P9/s1600/Eric+Okdeh-Imagen+3.png">.<br /></a>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-43121579279187680902010-10-09T21:35:00.016+02:002012-08-15T20:46:10.189+02:00(120) BOCCALIEDER I (Disco rojo): una selección de canciones para el otoño<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSmf7tAPJ-FgbkAZ8WVz_KclVSvqtz-QIwjIiFKT9khQVvDtVki04kaaH6rK1YnE_L4dF-Sqzt2h3fJkjpQksXxLrRmfocBrU4Xtz4BVNExT5DxdxeAGDeUNjt6WcASynVbP95N4Z3w8X/s1600/BOCCALIEDER+ROJO.jpeg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSmf7tAPJ-FgbkAZ8WVz_KclVSvqtz-QIwjIiFKT9khQVvDtVki04kaaH6rK1YnE_L4dF-Sqzt2h3fJkjpQksXxLrRmfocBrU4Xtz4BVNExT5DxdxeAGDeUNjt6WcASynVbP95N4Z3w8X/s400/BOCCALIEDER+ROJO.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526134299195309650" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Los primeros chaparrones que te pillan en plena calle sin paraguas; algo de abrigo que uno se niega a vestir intentando negar lo inevitable; atardeceres que día a día aceleran su paso; la mantita que nos busca, casi sin que nos demos cuenta, en las tardes televisivas de domingo; ventanas que ya no quieren abrirse. En definitiva: la hora del bajón otoñal ya está aquí.</span> <span style="font-family:verdana;">Y con las defensas por los suelos también llega la hora de las múltiples enfermedades que, tanto para el cuerpo como para el alma, comienzan a apoderarse de cada uno; males que, en mi caso, se apoderan de mi espíritu en forma de una mustia melancolía que, a pesar de lo repentino del cambio estacional, la experiencia sabe tranquilizar alertándome de lo inútil de toda resistencia y aconsejándome el total abandono. Ya sabéis: si no puedes vencerlos, únete a ellos.</span><br /><span style="font-family:verdana;">No resulta por tanto difícil de entender que este otoño me haya sorprendido recordando viejas canciones y, con todos los nuevos medios ahora disponibles (Spotify, YouTube, blogs), rebuscando por la red diferentes versiones de mis lieder favoritos.</span> <span style="font-family:verdana;">Ahora, después de haber hecho una pequeña selección, las traigo al blog para compartirlas con todos vosotros. La mayoría de ellas me han acompañado desde hace mucho tiempo y muchas ya han sido protagonistas de alguna que otra entrada en Boccanegra. Todas comparten ese carácter íntimo propio del Lied pero, en este caso, acentuando su lado más melancólico. Advertencia muy importante: escuchadas todas estas canciones de un tirón los efectos secundarios pueden llegar a ser peligrosos y no respondo de las consecuencias si algún incauto, en avanzado estado depresivo-otoñal, abusa de ellas ingiriendo más dosis de las debidas.</span><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1matB6x5PCtc3Ngp4JdRi7CziV6lZYajJZi7qiEAzY8eNcO1SSQrRRUDK8uIiz-IaV-Et56G5Zzr47VwdVa1WzW7Ol6YOV3HauOrkLVLLvhZ8hu-xrbCAn2ygVHVCKTeowhDfih3-y9Cl/s1600/BOCCALIEDER+COMPOSITORES..jpeg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1matB6x5PCtc3Ngp4JdRi7CziV6lZYajJZi7qiEAzY8eNcO1SSQrRRUDK8uIiz-IaV-Et56G5Zzr47VwdVa1WzW7Ol6YOV3HauOrkLVLLvhZ8hu-xrbCAn2ygVHVCKTeowhDfih3-y9Cl/s400/BOCCALIEDER+COMPOSITORES..jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526134304197404978" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;font-family:verdana;"><br />BOCCALIEDER, DISCO ROJO</span><br /></div><span style="font-family:verdana;"><br />Si esa dulce tristeza que llamamos melancolía baña por igual todas las canciones incluidas en este blog la variedad en la procedencia de todas ellas está bastante más acentuada. Evidentemente, como no podía ser de otra forma, la mayor parte pertenecen al entorno alemán aunque, incluso entre estas quince canciones, podemos encontrar muy diferentes intenciones.<br />Para ello bastaría con comparar la exquisita contención y sencillez de un Hugo Wolf (12-<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/11/60-pequeas-cosas.html">WOLF: Italianische Liederbuch - "Auch Kleine Dinge"</a>) con la trascendental profundidad de Mahler (23-MAHLER: Ich bin der Welt abhanden gekommen); o el ensimismamiento schubertiano (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2010/09/117-schubert-abendster-d-806-anthony.html">5-SCHUBERT: Abendstern D806 (Mayrhofer)</a>) y la contemplación schumanniana (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/08/mondnacht.html">1-SCHUMANN: Mondnacht OP 39/5</a>) con la apasionada teatralidad de Strauss (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/10/56-allerseelen-da-de-difuntos.html">10-STRAUSS: Allerseelen, Op. 10/8</a>).</span><br /><span style="font-family:verdana;">Tampoco podía faltar en esta selección una buena muestra de canciones de autores rusos. En este sector, como era de esperar, es donde viviremos las músicas más arrebatadas y donde la pasión se desborda a cada compás. Desde la nostálgica música de Rajmaninov, llene de un marcado sabor popular (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/09/ne-poi-krasavitsha.html">3-RAJMANINOV : Song Op.4 No.4: Ne Poy, Krasavitsa</a>), hasta el delirio casi enfermizo del último Chaikovski (9-CHAIKOVSKI: Nochy bezumniye, Op. 60/6). Tan sólo la dulce melodía de Rimski-Korsakov (6-RIMSKI-KORSAKOV: Ne veter, veya s visoti, Op.43/2) nos devuelve al apacible mundo del Lied alemán.</span> <span style="font-family:verdana;"><br />El aspecto más amable del mundo de la canción, la mélodie francesa, llega de la mano de dos de sus representantes más conocidos: Reynaldo Hahn (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/08/lheure-exquise.html">14-HAHN : L'Heure exquise</a>) y Francis Poulenc (17-POULENC: Métamorphoses -C'est ainsi que tu es).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Uno de los</span> <span style="font-family:verdana;">aspectos decisivos para la completa apreciación de una canción es el texto. Muchas de estas canciones ya han aparecido en el blog y si pincháis sobre cada título encontraréis, entre otras cosas, el texto y su correspondiente traducción. </span><span style="font-family:verdana;"><br />No menor número de diferencias encontramos en el tratamiento que cada uno de los compositores hace del piano, el tercer gran protagonista del Lied, junto a la voz y a la letra. Aquí los extremos se magnifican desde la contención casi religiosa (4-GRIEG: 12 Melodies After Poems By Vinje, Op. 33 - 2. Våren (Primavera)) del himno a la primavera de Grieg, en el que el acompañamiento se ve reducido a una serie de simples acordes, hasta, una vez más, el desmelene virtuosístico de carácter casi concertístico de Chaikovski (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/08/den-li-tsarit.html">20-CHAIKOVSKI: Den li Tzarit, Op. 47/6</a>) sin olvidar el encantador y bachiano piano de Reynaldo Hahn (<a href="http://xavisuescun.blogspot.com/2008/08/chloris.html">2-HAHN: A Chloris</a>). A destacar los maravillosos acompañamientos de aquellos compositores que más vinculación han tenido con el piano: Schumann (22-SCHUMANN: Ihre Stimme Op 96/3), por elegir una; Brahms (11-BRAHMS: Meine Lieder, Op. 106 Nr. 4: "Wenn Mein Herz Beginnt"); o Rajmaninov (15-RAJMANINOV: Zdes' Khorosho, Op.21 No.7).</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAtYtrcTrySSjfKicWaHnqjKAkNH-U_kEfAMpL9QwN75LWZ-n-0EiGgTFF4SBagNf3fgn7jeC6GgrLxsjd7uDYgmi0aiWq1Eb2Plz65Unzy8C_-MLxJnE-yVt1xQ06ofqf-LEK03OrBKnx/s1600/BOCCALIEDER+REVERSO.jpeg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 315px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAtYtrcTrySSjfKicWaHnqjKAkNH-U_kEfAMpL9QwN75LWZ-n-0EiGgTFF4SBagNf3fgn7jeC6GgrLxsjd7uDYgmi0aiWq1Eb2Plz65Unzy8C_-MLxJnE-yVt1xQ06ofqf-LEK03OrBKnx/s400/BOCCALIEDER+REVERSO.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526140249301122050" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Puede que alguno quiera reprocharme que en las canciones se abuse de ese marcado carácter melancólico y que el resultado, en su conjunto, aparezca demasiado homogéneo y falto de contraste. No seré yo el que lo niegue aunque, como defensa, vuelvo a repetir que ha sido el otoño el que me ha puesto en este estado y que, tan solo a él, habría que pedir explicaciones por todo esto. Pero que nadie se preocupe que en breve una nueva entrada hará aparición en este blog donde se podrá descargar el antídoto: BOCCALIEDER, DISCO NEGRO.</span> <span style="font-family:verdana;">Pero eso será dentro de unas semanas. Ahora dejemos que todo nuestro ser se abandone a la nostalgia, a la melancolía, al otoño.<br /><br /></span><div style="text-align: center;"><a href="http://www.megaupload.com/?d=UP9OYORR"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold;">DESCARGA Mp3<br />BOCCALIEDER DISCO ROJO</span></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold;">(megaupload, 92,77 MB)</span></span></a><br /></div> </div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-5636035492922577762010-09-19T23:14:00.010+02:002012-08-15T20:46:10.202+02:00(119) ORNITÓPERA: el canto de los pájaros en la ópera barroca<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB7d9LBij0lc7hX8bWjAgK0xyJ7628Z70rUYfhXmX8UZTg3EUe3zWuFy1vhxDFCNzBRTQo0GwF9902yp27fNVOj8nxPBUYc5nwjBxGwCdSktGn1t0jDsSQi5Ty9hVGD0ZIE1I3TCx9sz69/s1600/ORNIT%C3%93PERA+1.jpeg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB7d9LBij0lc7hX8bWjAgK0xyJ7628Z70rUYfhXmX8UZTg3EUe3zWuFy1vhxDFCNzBRTQo0GwF9902yp27fNVOj8nxPBUYc5nwjBxGwCdSktGn1t0jDsSQi5Ty9hVGD0ZIE1I3TCx9sz69/s400/ORNIT%C3%93PERA+1.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518737706821619474" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify; font-family: verdana;">Si hiciéramos un viaje, remontándonos en el tiempo, y pudiéramos presenciar las primeras manifestaciones musicales del ser humano con toda seguridad que gran parte de éstas tendrían como principal objetivo la imitación de algunos de los sonidos que, día a día, el hombre primitivo descubría dentro de su propio entorno natural. Imaginemos por un momento la fuerte impresión que el canto de ciertas aves, con las que éstas acompañaban sus ritos de apareamiento, debía provocar en nuestros remotos antepasados. No es, por tanto, extraño que este intento de llevar estos cantos de cortejo del terreno animal al suyo propio tuviera como consecuencia inmediata la creación de las primeras experiencias musicales.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLwe1AocH46_Z-uNCvjmFbA1QsSydK5l2DAAN7qWFxrRPW5dT6doBDG4G6z6H9FK3Xm8M7nE0XdCMHTUHqgjBvCVFSwwOSHXeguDYbABvtqpOMrtErQT-Nbe2rSoUVoS13ATjTwbM6Js7h/s1600/Frans+Snyders+1579+-+1657+mochuelo++multitud++p%C3%A1jaros.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 190px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLwe1AocH46_Z-uNCvjmFbA1QsSydK5l2DAAN7qWFxrRPW5dT6doBDG4G6z6H9FK3Xm8M7nE0XdCMHTUHqgjBvCVFSwwOSHXeguDYbABvtqpOMrtErQT-Nbe2rSoUVoS13ATjTwbM6Js7h/s400/Frans+Snyders+1579+-+1657+mochuelo++multitud++p%C3%A1jaros.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518737701641359666" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:georgia;">Frans Snyders (1579-1657): mochuelo y una multitud de pájaros</span><br /><br /></div>Esta doble influencia de la naturaleza en la creación musical, como origen y como principal fuente de inspiración, ha sido una constante desde esos remotos tiempos hasta nuestros días, si bien en occidente, la vertiginosa evolución musical así como el gran perfeccionamiento técnico, consolidarían durante estos últimos siete siglos el establecimiento de la que, con posterioridad, sería denominada "música absoluta"; música libre de toda connotación extramusical, pura y ajena a toda imitación de la naturaleza. Sin embargo, y aunque su influencia varíe sensiblemente entre unos periodos y otros, en ningún momento la "música descriptiva" llegará a desaparecer por completo conviviendo en las épocas más diversas, dentro de los estilos y géneros más dispares, en perfecta armonía.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji__REw3ug3qBE0v6OMj4SGv1_aaARxJSTLeeOoKMlz5_MWeXoAK7LLYsuMCCxB2woUGPF8xQgFFWA1-XAd_9UWfyMGaN9ZDogekg5GVciTNgi7JS4NFgz2lHhyfLnynKbzIpZzf2wuewj/s1600/P01761.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 204px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji__REw3ug3qBE0v6OMj4SGv1_aaARxJSTLeeOoKMlz5_MWeXoAK7LLYsuMCCxB2woUGPF8xQgFFWA1-XAd_9UWfyMGaN9ZDogekg5GVciTNgi7JS4NFgz2lHhyfLnynKbzIpZzf2wuewj/s400/P01761.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519305449116071362" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:georgia;">Frans Snyders (1579-1657): concierto de aves</span><br /><br /></div>La primera época de oro de la música descriptiva aparece en el siglo XVII teniendo a Claudio Monteverdi como uno de sus principales responsables. Sin embargo, esta revolución expresiva que Monteverdi encabezará no tendrá como objetivo, en un principio, la plasmación de los sonidos de la naturaleza sino la más profunda y amplia representación de la naturaleza de los sentimientos humanos. Nace de esta forma el "stile concitato" (estilo agitado), como lo definió el propio Monteverdi, que encontraría en la ópera, el nuevo género nacido con el siglo, el medio idóneo para su posterior desarrollo.<br />A inicios del siglo XVIII la ópera se encuentra en uno de sus momentos de máximo esplendor. Los cantantes, con los famosos "castrati" a la cabeza, forman un auténtico y poderoso star-system mediante el que se conseguirá impulsar al género hasta cimas de popularidad nunca antes imaginadas. Tanta fama llegarían a alcanzar, que nombres como los de Farinelli, Senesino o Cuzzoni llegarían a hacerse más conocidos que los de los autores cuyas óperas representaban.<br />Sin embargo, esta obsesión por las voces y por el virtuosismo dejará en un segundo plano la importancia y calidad de los libretos haciendo de las peripecias de los protagonistas lugares comunes donde la estandarización de las arias, y de los sentimientos que éstas trataban de evocar, las podrían hacer fácilmente intercambiables entre sí sin que la trama de las historias resultara afectada por ello. Difícilmente se podrá encontrar ahora la sutileza, la profundidad y la complejidad de personajes como los que protagonizaban las obras escritas en el pasado siglo (la "Coronación de Poppea" sería un buen ejemplo de ello), donde la importancia del texto brillaba a la misma altura que la música, donde la acción discurría de forma constante y fluida, y no viéndose interrumpida cada poco por la aparición de tal o cual "aria da capo" para lucimiento del solista de turno.<br />De esta manera, los responsables del gran éxito alcanzado por el teatro musical en estas primeras décadas del siglo XVIII resultaban también ser los principales culpables de la decadencia en la que rápidamente cayó el género y del callejón sin salida a la que la ópera era conducida.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-aYsnUZKIQ2_fuzye9UFRSM0jk-2cKK7dIEIZE6Cdd7Zv9YQipgUt15n4mXxMZekDItory_A29tCvrGt4x7SMrrajzLhjuMHz8WSNRazXPhRBp78R53kvROOiJ0STPHzexzLwv3ltpgMw/s1600/P01758.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 275px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-aYsnUZKIQ2_fuzye9UFRSM0jk-2cKK7dIEIZE6Cdd7Zv9YQipgUt15n4mXxMZekDItory_A29tCvrGt4x7SMrrajzLhjuMHz8WSNRazXPhRBp78R53kvROOiJ0STPHzexzLwv3ltpgMw/s400/P01758.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5519305444922634514" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);font-family:georgia;">Frans Snyders (1579-1657): concierto de aves</span><br /><br /></div>A pesar de esta especie de corrupción artística que asolaba los teatros europeos durante estos años la genialidad de algunos compositores, como tantas veces ha sucedido a lo largo de la historia del arte, logró sacar el máximo de partido a todas estas convenciones superando sus limitaciones y dejando para la posteridad algunos ejemplos de maravilloso equilibrio entre el más exigente virtuosismo vocal y la más exquisita expresividad musical.<br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">LA MÚSICA DESCRIPTIVA EN LA ÓPERA</span><br /></div><br />A principios del siglo XVIII todo el continente vive un renovado interés por todo aquello que pudiera tener relación con la naturaleza. Todas las ramas del pensamiento europeo, ya fuera científico o filosófico, se verán fuertemente influenciadas por esta nueva corriente no quedando ninguna de las artes ajenas a esta influencia. Como no podía ser de otra manera, también en el terreno musical, poco tardaron los compositores en dejarse llevar por esta nueva moda plasmando todo tipo de fenómenos naturales en sus obras utilizando para ello los más variados efectos y alardes compositivos. No se puede entender todo este proceso en su totalidad sin antes comprobar el alto alto grado de desarrollo técnico al que en estos años ha llegado la técnica instrumental y la variedad, tanto en número como en timbre, de instrumentos con los que ahora se dispone en las nuevas orquestas.<br />Esta nueva edad de oro de la música descriptiva invadirá todos los rincones del amplio mundo de la composición, desde el concierto hasta la sonata instrumental, si bien será en el terreno de la ópera donde, por razones obvias, encontrará su mayor aceptación: las más virulentas tormentas, las brisas más apacibles o, incluso, los más violentos terremotos llegarán a tener su lugar sobre los escenarios. Y, cómo no, también el canto de los pájaros.<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDi9MXCIPBqckBKAAIAUeo2fVf1eEnI1lTgsnRRhR9ucagfRVaMotjUjHTwsEBFHjybNHAG_bMkgoiU722PsIECU1iHRy-mAKHbZVUKJ70afe333vojC-JKha_m7tRHObupupzpkSr4Qds/s1600/HANVIRA.bmp"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 315px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDi9MXCIPBqckBKAAIAUeo2fVf1eEnI1lTgsnRRhR9ucagfRVaMotjUjHTwsEBFHjybNHAG_bMkgoiU722PsIECU1iHRy-mAKHbZVUKJ70afe333vojC-JKha_m7tRHObupupzpkSr4Qds/s400/HANVIRA.bmp" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518736894426194850" border="0" /></a><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);">HAENDEL-VIVALDI-RAMEAU</span> </div><br />La selección que hoy os traigo representa una muestra bien ilustrativa de cómo algunos compositores del barroco tardío integraron esta costumbre dentro de sus creaciones. Aunque estos tres compositores desarrollaron sus carreras en escenarios bien distintos -Londres, Venecia y París- la manera en la que todos se enfrentan al reto resulta bastante similar.<br />Lo primero que se necesita es un libreto en el que, por lo menos, una de las arias mencione algún tipo de pájaro. La aparición del animal, evidentemente, no debe ser gratuita y en todo momento debe estar justificada mediante una relación directa con el estado emocional que atraviese el personaje en ese instante. De esta forma podemos compadecernos de Dorinda cuando compara su dolor con el triste canto del ruiseñor (4-HAENDEL: Orlando - Act 2: Quando spieghi i tuoi tormenti); podemos extasiarnos junto a Almirena con el canto de los pájaros mientras espera a su enamorado Rinaldo (1-HAENDEL: Rinaldo - Act 1: Augelletti Che Cantate); o ,bien. podemos sentir la ansiedad de Giuditta al igual que sentimos el agitado y esforzado vuelo contra corriente de la golondrina (9-VIVALDI: Juditha Triumphans - Agitata infido flatu).<br />Lo segundo que necesitamos es un buen instrumentista que esté a la altura de la soprano o del castrato de turno y con el que se pueda competir en virtuosismo y en capacidad expresiva. La naturaleza de los instrumentos puede ser muy variada aunque, dada su afinidad con el timbre a imitar, tendrán prioridad el violín junto con la mayoría de los instrumentos de viento-madera, bien en su papel solista o bien en agrupaciones de más de un instrumento. De entre todos ellos podemos destacar el encantador empleo del flageolet, instrumento similar al flautín, junto a las flautas de pico en el aria de la ópera Rinaldo anteriormente citada o el virtuoso diálogo entre la flauta solista y la soprano en el aria "sweet birth" (8-HAENDEL: L'Allegro, Il Penseroso e il Moderato). Otro de los reyes de la imitación ornitológica es el violín. El aria que Julio César canta en el segundo acto de la ópera de Haendel (6-HAENDEL: Giulio Cesare - Act 2 - Se In Fiorito Ameno Prate) representa un claro ejemplo de cómo unir en una sola pieza la ópera y el concierto, con cadencia incluida, para instrumento solista. Tampoco se queda atrás en expresividad el delicado trío que forman Aricie, junto a la flauta y el violín, en el aria que canta la protagonista en la ópera de Rameau (3-RAMEAU: Hippolyte Et Aricie, "Rossignols amoureux, répondez à nos voix"). Otro de los momentos más hermoso, y sin duda el más original, lo podemos encontrar en empleo del chalumeau o salmoé, antecesor del clarinete, en la maravillosa aria en la que Giuditta se lamenta cual tórtola separada de su pareja. Fragmento realmente delicioso y que demuestra -algunos aún necesitan de esta demostración- hasta dónde podía llegar el talento compositivo de Vivaldi.<br />Para terminar toda esta pequeña selección nada mejor que el plácido coro de Haendel con el que finaliza la primera parte de su oratorio Salomón (12-HAENDEL: Solomon - Act 1: May No Rush Intruder). Una de las creaciones más hermosas de toda su producción y donde se muestra el dominio como orquestador alcanzado por Haendel en sus últimas creaciones.<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://www.mediafire.com/?dpt84jyq29se3dv"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">DESCARGA "ORNITÓPERA" Mp3</span></span><br /><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">mediafire (96.63 MB)</span></span></a><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDi9MXCIPBqckBKAAIAUeo2fVf1eEnI1lTgsnRRhR9ucagfRVaMotjUjHTwsEBFHjybNHAG_bMkgoiU722PsIECU1iHRy-mAKHbZVUKJ70afe333vojC-JKha_m7tRHObupupzpkSr4Qds/s1600/HANVIRA.bmp" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtOphiImIw4PMIe82kyPv5_K0kBI8U5EGq_mep_MMwC2JkO538wbbBIK57sikIWLb_iESq0_8gpPfR-5jUeCvy2tP_pYi4weSBQUDdYOdFIfC8Nexjig9WHKa2Pv8scMenCWstp8SDlOj/s1600/ORNIT%C3%93PERA+2.jpeg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 315px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtOphiImIw4PMIe82kyPv5_K0kBI8U5EGq_mep_MMwC2JkO538wbbBIK57sikIWLb_iESq0_8gpPfR-5jUeCvy2tP_pYi4weSBQUDdYOdFIfC8Nexjig9WHKa2Pv8scMenCWstp8SDlOj/s400/ORNIT%C3%93PERA+2.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518737716349995266" border="0" /></a>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-52967322583300516572010-09-14T02:15:00.019+02:002011-02-03T00:04:30.652+01:00(118) CHAIKOVSKI: EVGENI ONEGIN. Madrid, Teatro Real.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifmMbqWvYelT2j4fZ-wkevfXsw2Ge5MtjcOy2awXxJi3nvay_P9EFj1SLzt5-6iG-D18jnMqrUDo0-y350j9NQmYR1btJgbh2fZoLCGMJcIWuZo-q5LvOhZ3dofchgYRiY-IZWZNApU-Ae/s1600/6a00d834ff890853ef0120a7aea854970b-500wi.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 282px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifmMbqWvYelT2j4fZ-wkevfXsw2Ge5MtjcOy2awXxJi3nvay_P9EFj1SLzt5-6iG-D18jnMqrUDo0-y350j9NQmYR1btJgbh2fZoLCGMJcIWuZo-q5LvOhZ3dofchgYRiY-IZWZNApU-Ae/s400/6a00d834ff890853ef0120a7aea854970b-500wi.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516559470816138498" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Si algo puede definir el espíritu que impregna toda esta genial composición chaikovskiana es, sin ningún género de dudas, el carácter intimista que preside la gran mayoría de las escenas que la integran. Aunque si bien es verdad que los dos fragmentos que más han colaborado a la difusión de la ópera, el vals y la polonesa, contradicen este carácter, no es menos cierto que en el resto de la partitura las escenas de gran conjunto o, simplemente, aquellas en las que pudieran aparecer más de dos personajes compartiendo el escenario son realmente escasas. La mayor parte se resuelven en espacios donde la soledad se hace patente como un personaje más (un dormitorio, un jardín, un paraje nevado); donde sólo se habla de amor y del dolor que éste produce.</span> <span style="font-family:verdana;">Respecto a este asunto las intenciones del maestro ruso no pueden ser más claras cuando define a su obra con el sobrenombre de "escenas líricas" en tres actos y siete cuadros.</span> <span style="font-family:verdana;">Intimidad y lirismo, por lo tanto, son las cualidades que hacen de esta obra un caso poco común dentro de la producción operística del último tercio del siglo XIX. Aquí no veremos grandes masas corales; nada de sesudos conflictos políticos ni históricos; nada de exóticos parajes remotos. Y es que Onegin es sencillamente eso: una obra sobre el amor, sobre el deseo y sobre la incapacidad de este deseo para ser correspondido. </span> <span style="font-family:verdana;"><br />La clave de toda la obra la podemos encontrar dentro del imponente dúo en el que Tatiana y Onegin, al final de la ópera, asumen con total desolación la imposibilidad de recuperar el pasado:<br /><br /></span> <div style="text-align: center; font-weight: bold;"><span style="font-family:verdana;">Akh! Schastye bilo tak vozmozhno. Tak blizko! Tak blizko!</span><br /><span style="color: rgb(255, 102, 0);font-family:verdana;" >¡Ah! Tuvimos la felicidad a nuestro alcance. ¡Tan cerca! ¡Tan cerca!<br /><br /></span> </div> <span style="font-family:verdana;">Onegin también puede ser vista como una ópera sobre el miedo a amar: el miedo de Tatiana a declarar sus sentimientos y a ser rechazada; el miedo de Evgeni a perder su libertad; el miedo de Lenski a no ser digno de Olga; el miedo -una vez más, aunque en esta ocasión al final de la obra- de Onegin a perder su última posibilidad de redención y envejecer en la más absoluta soledad; y, por último, el miedo de Tatiana a entregarse en los brazos de su antiguo amor y perder su privilegiado estatus social.</span> <span style="font-family:verdana;">La magistral orquesta de Chaikovsky, modesta y funcional, también parece querer sumarse en todo momento a este programa sonando casi siempre -ya hemos visto alguna de las excepciones- en un exquisito tono camerístico, más cercano a Mozart que a Wagner, donde las maderas juegan un papel fundamental comentando en todo momento los sentimientos más íntimos de los protagonistas.<br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnZYeq-bUpMKTjkn2b-T88rSQMSIXyYQmgdxxF7zP6cAYgyzXYq7cIgpUe-b8Qj975yIbtC40Y3vuyaLKOkdOQcaGgQ82ZeshiYKLNhK_LN-g5OsVV4B5Ua_6LKxRMDDs7W9C3QB7B34dh/s1600/Escena_obra_Eugenio_Oneguin.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 268px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnZYeq-bUpMKTjkn2b-T88rSQMSIXyYQmgdxxF7zP6cAYgyzXYq7cIgpUe-b8Qj975yIbtC40Y3vuyaLKOkdOQcaGgQ82ZeshiYKLNhK_LN-g5OsVV4B5Ua_6LKxRMDDs7W9C3QB7B34dh/s400/Escena_obra_Eugenio_Oneguin.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516559480786844930" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Una vez llegados a este punto, si estamos de acuerdo en que estos elementos forman la auténtica esencia de la obra, también estaremos de acuerdo en afirmar que lo presenciado estos días en el Teatro Real demuestra a las claras que el señor Dmitri Tcherniakov, responsable de la dirección escénica de estas representaciones, no se ha enterado de nada.</span> <span style="font-family:verdana;">Frente a la intimidad de las escenas líricas Tcherniakov nos regala una constante y tortuosa saturación de añadidos, de comentarios a pie de página que en nada benefician al mejor diseño de los distintos ambientes y dramas personales. Si el lema "menos es más", tan eficaz en la mayor parte de los montajes operísticos, le viene que ni pintado a una obra como Onegin es evidente que el señor Tcherniakov demuestra estar en total desacuerdo con esta máxima. Sería conveniente recordar a nuestro director escénico que tal avalancha de información paralela, gratuita en la mayoría de los casos, ahoga la atención del espectador de tal manera que, imposibilitado éste para centrarse en la verdadera esencia del drama, le obliga a una constante divagación por todo el escenario para terminar reparando en lo más anecdótico e insustancial.<br />En definitiva: se trivializa el drama y se corrompen las originales intenciones del artista.</span> <span style="font-family:verdana;"><br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixZn4-7ovADpij1no6m0Tqkiulc05PxqAtljHwMu7qeTKfVTKrnZ9pO6VRgijmbsxiIJuLySgiGFT1f1OrLF8wCnUn7uXIk7dvHN7Ggqmj1Mr8dxEvoidM2YHnHAcLmtTh74YzUVkW6Hjt/s1600/-1.bmp"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 135px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixZn4-7ovADpij1no6m0Tqkiulc05PxqAtljHwMu7qeTKfVTKrnZ9pO6VRgijmbsxiIJuLySgiGFT1f1OrLF8wCnUn7uXIk7dvHN7Ggqmj1Mr8dxEvoidM2YHnHAcLmtTh74YzUVkW6Hjt/s400/-1.bmp" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516559756297242690" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">De entre todos estos elementos que contribuyen constantemente a la confusión, cuando no al más absoluto feísmo, podríamos destacar esencialmente dos. En primer lugar la utilización de una omnipresente e hipertrofiada mesa que, presente a lo largo de los tres actos, condiciona absolutamente la escena a la par que condena irremediablemente el carácter intimista al que antes hacíamos referencia. (Y ahora es cuando el bueno de Dmitri nos vendrá con el cuento de que si la mesa representa los miedos de los protagonistas que impiden su contacto físico y bla, bla, bla...)<br /></span> <span style="font-family:verdana;">En segundo lugar nos encontramos con una escena del duelo completamente arruinada. Y aquí es donde las preguntas se desbordan: ¿por qué el duelo no puede ser un duelo? ¿por qué se evita la escenificación del paraje nevado? ¿por qué tiene que haber una especie de plañidera haciendo muecas (uno de los momentos más bochornosos que recuerdo) mientras Lenski entona su adiós? ¿era necesario montar semejante mascarada con tantas risas forzadas y tanto gimoteo barato? Y lo que es más grave aún: ¿por qué la muerte de Lensky tiene que ser consecuencia de un accidente? ¿qué aporta este hecho al personaje de Onegin? ¿hay que rebajar la condena a Evgeni culpándole de un acto menos cruel?</span> <span style="font-family:verdana;"><br /><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK-x_Upx1KXs_qf1_dLA7n7Mfs6-qb5kgtr_8YN0r8OWw5biD7uLZy7nhp1XnCuB37OyjFNttCztTfznk2fi0nZgAOE4Mw3bxURTPnt7j42Z_zmdzv1ras2rD339p5NWLXdW1nT1ylCvnk/s1600/oneguinrisas.bmp"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 294px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK-x_Upx1KXs_qf1_dLA7n7Mfs6-qb5kgtr_8YN0r8OWw5biD7uLZy7nhp1XnCuB37OyjFNttCztTfznk2fi0nZgAOE4Mw3bxURTPnt7j42Z_zmdzv1ras2rD339p5NWLXdW1nT1ylCvnk/s400/oneguinrisas.bmp" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516560720195649010" border="0" /></a><br /><span style="font-family:verdana;">Como no podía ser de otra manera la escena más sublime, aquella en la que los protagonistas vuelven a verse cara a cara, auténtica cima del género, vuelve a ser dinamitada por las constantes intervenciones y tergiversaciones en las intenciones del libreto. Aquí el cúmulo de despropósitos parece no tener fin: un Onegin ridículo, torpe, por todos ignorado y que cómicamente intenta suicidarse mientras es rechazado por una dignísima Tatiana que pasa de largo del brazo de su, no menos, digno marido. ¿A dónde fue a parar esa patética sensación de soledad que en la más absoluta intimidad sufren estos imposibles amantes? Kuda, Kuda?</span> <span style="font-family:verdana;"><br />Y ya que estamos entre interrogantes me gustaría preguntar al señor Vela del Campo: ¿dónde esta lo inteligente de todo este asunto? Espero que en sus próximas críticas me desvele si su condescendencia hacia con este espectáculo es más un gesto de buena voluntad hacia el recién llegado señor Mortier que un acto de vasallaje hacia su ilustre persona. El tiempo lo dirá.</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlnZlsTiRxzXXOpYBwPeD0PvLP4pmKwvYlVRXwd_Dg4d6BAtdu60IOShyphenhyphenyoTAeX8LVnxfYZ28ZwY-KFHRfk90K9XF_2C9VavkUpkcy44wkgezrKGdJ9arFRQQ6wwWoIzY104a8eJ2gn5CR/s1600/ALeqM5hRztos_qP7LZTcmcFbd5a9-P_qmg.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 245px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlnZlsTiRxzXXOpYBwPeD0PvLP4pmKwvYlVRXwd_Dg4d6BAtdu60IOShyphenhyphenyoTAeX8LVnxfYZ28ZwY-KFHRfk90K9XF_2C9VavkUpkcy44wkgezrKGdJ9arFRQQ6wwWoIzY104a8eJ2gn5CR/s400/ALeqM5hRztos_qP7LZTcmcFbd5a9-P_qmg.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5516730731017646434" border="0" /></a><a href="http://1.bp.blogspot.com/_YHHfXzcgUP0/TI7D2zIRITI/AAAAAAAAD9I/caFS5vUM1gg/s1600/6a00d83451c83e69e2010535df91b1970c-800wi.jpg"><br /></a><span style="font-family:verdana;">Pero ya que mencionamos al flamante director artístico del Teatro Real: ¿qué pensará el señor Mortier de todo esto? Pues, creo que, al igual que ocurriera con nuestro director escénico, el director artístico tampoco parece enterarse de nada. Y como prueba de todo este desatino al que hemos llegado leo en el Babelia de este fin de semana la intención de Gerard Mortier de proponer a nuestro oscarizado gurú del cine, Pedro Almodóvar, para llevar a cabo la dirección -agárrense a sus asientos- del Falstaff verdiano. Como era de esperar Almodóvar ha respondido con prudencia alegando necesitar algún tiempo para meditar el proyecto (suponemos que para ir corriendo a consultar la Wikipedia y ver qué diablos es eso de Falstaff).<br />Por cierto, algunas malas lenguas me comentan que ya se ha puesto en contacto con Alberto Iglesias para que componga la música del espectáculo. No quiero ni pensar en la cara que pondrá cuando Mortier le aclare que no es necesario, que la música ya está compuesta... por un tal Verdi, creo.<br /><br /></span><div style="text-align: center;"><span style="color: rgb(255, 102, 0);font-family:verdana;" ><span style="font-weight: bold;">*****</span></span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Como me reprochan no incluir nada sobre los aspectos musicales -yo mismo peco de lo que siempre critiqué- aquí os dejo la hecha por Fernando López Vargas-Machuca en su blog y que suscribo, prácticamente, en su totalidad:<br /><br /><div style="text-align: center;"><a href="http://flvargasmachuca.blogspot.com/2010/09/comenzar-la-temporada-del-real-con-una.html">YA NOS QUEDA UN DÍA MENOS</a><br /></div></div></div> </div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-55223559971197892842010-09-06T20:16:00.023+02:002010-10-02T11:07:34.525+02:00(117) SCHUBERT: ABENDSTERN D. 806. Anthony Rolfe Johnson<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifnn2ulY4XNNDPLndVmFV9ILQt3lon03r1r-DJ2pUqgTD-j0Rl6wRO4SKtyFZWNo9EPLdAcLa1M3C3nbSsjinnUvoV6cnvRyi669C0VbWAYsB0wRcbmnKllNFAq_N3eeYENqO73WGLHDSx/s1600/Imagen+4.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 334px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifnn2ulY4XNNDPLndVmFV9ILQt3lon03r1r-DJ2pUqgTD-j0Rl6wRO4SKtyFZWNo9EPLdAcLa1M3C3nbSsjinnUvoV6cnvRyi669C0VbWAYsB0wRcbmnKllNFAq_N3eeYENqO73WGLHDSx/s400/Imagen+4.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513869557000046242" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 102);">Anthony Rolfe Johnson</span>
<br /><span style="color: rgb(255, 153, 102);">(5 Noviembre 1940 – 21 Julio 2010)</span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9966;">
<br /></span></div><div style="text-align: center;"><span></span><span class="Apple-style-span" style="color:#FF9966;"><object width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/cKW_ejZigGk?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/cKW_ejZigGk?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="425" height="344"></embed></object>
<br /></span>
<br /></div> <meta name="ProgId" content="Word.Document"> <meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"> <meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"> <link style="font-family: verdana;" rel="File-List" href="file://localhost/Users/xavisuescun/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip1/01/clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:documentproperties> <o:template>Normal</o:Template> <o:revision>0</o:Revision> <o:totaltime>0</o:TotalTime> <o:pages>1</o:Pages> <o:words>120</o:Words> <o:characters>684</o:Characters> <o:company>m</o:Company> <o:lines>5</o:Lines> <o:paragraphs>1</o:Paragraphs> <o:characterswithspaces>840</o:CharactersWithSpaces> <o:version>11.1287</o:Version> </o:DocumentProperties> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:donotshowrevisions/> <w:donotprintrevisions/> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Times New Roman"; panose-1:0 2 2 6 3 5 4 5 2 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} @font-face {font-family:Verdana; panose-1:0 2 11 6 4 3 5 4 4 2; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman";} pre {margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:Courier;} table.MsoNormalTable {mso-style-parent:""; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:72.0pt 90.0pt 72.0pt 90.0pt; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <!--StartFragment--><div style="text-align: center;"><pre style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);font-size:130%;">EL LUCERO DE LA TARDE</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Was weilst du einsam an dem Himmel,<o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">¿Qué haces tan solitaria en el cielo,</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">O schöner Stern? und bist so mild;</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">Siendo tan dulce, Oh, hermosa estrella?</span>;<o:p></o:p></pre><pre face="verdana" style="font-family: verdana;">Warum entfernt das funkelnde Gewimmel<o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);">¿Por qué el centelleante hormigueo</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;">Der Brüder sich von deinem Bild?<o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">De tus hermanas se aparta de ti?</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;">"Ich bin der Liebe treuer Stern,<o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">“Yo soy del Amor la estrella fiel, </span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;font-family:verdana;">Sie halten sich von Liebe fern."<o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="font-weight: bold; color: rgb(255, 102, 0);"><span style="font-family: verdana;font-family:verdana;">Pero del Amor nada quieren saber.”</span>
<br /></span>
<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ7ZYJyvkuSocHsk3XOHV1mRmzIWFJ4Ru6aGCfuRbTps0S2xEw9XZXObqEbn5avJtQe7IUzlxipTErgyNVEPsSz-ESBuTVFlrykvMr81gXZwUQGpYpyexIzHin7Cq5tD4cbym3iKWwSXxJ/s1600/53158060.moon_venus_3_pbase.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ7ZYJyvkuSocHsk3XOHV1mRmzIWFJ4Ru6aGCfuRbTps0S2xEw9XZXObqEbn5avJtQe7IUzlxipTErgyNVEPsSz-ESBuTVFlrykvMr81gXZwUQGpYpyexIzHin7Cq5tD4cbym3iKWwSXxJ/s400/53158060.moon_venus_3_pbase.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513868123998495602" border="0" /></a><!--[endif]--><o:p></o:p></pre><pre style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">So solltest du zu ihnen gehen,<o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Entonces deberías ir con ellas,</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> <o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Bist du der Liebe, zaud're nicht!<o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">¡Tú eres el Amor, no tardes!</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Wer möchte denn dir widerstehen?<o:p></o:p></span></pre><pre style="font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">¿Quién se podría resistir </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></pre><pre face="verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Du süßes eigensinnig Licht.</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;font-family:verdana;" ><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">A ti, dulce y</span><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;"> </span><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">obstinada luz?</span><o:p></o:p></pre><pre face="verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">"Ich säe, schaue keinen Keim,</span><o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;">“Nada brota de lo que siembro,</span> <o:p></o:p></pre><pre style="font-family: verdana;">Und bleibe trauernd still daheim."<o:p></o:p></pre><pre><span style="font-family:Verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;font-family:verdana;">Y sola, en callado dolor, quedo.”</span><span style="font-family:verdana;"><span style="color: rgb(255, 102, 0); font-weight: bold;font-family:verdana;"> </span>
<br />
<br /></span></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3aq2QuotWxBliofayPgAXApWfcmaYhV8vB2TOxCKBRvmni1l3Nc9MagIirOVAKAJh-i_jyvPmm4GFHrlMXi6jfHffpCVli0nueVUngSPsVU1foeWeBh6thi9pROFJAPr-l0Eh8ywlZQ4M/s1600/gyebnar_top.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 219px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3aq2QuotWxBliofayPgAXApWfcmaYhV8vB2TOxCKBRvmni1l3Nc9MagIirOVAKAJh-i_jyvPmm4GFHrlMXi6jfHffpCVli0nueVUngSPsVU1foeWeBh6thi9pROFJAPr-l0Eh8ywlZQ4M/s400/gyebnar_top.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513868135531077506" border="0" /></a>
<br />
<br /></pre></div><!--EndFragment--><div><span class="Apple-style-span" style="border-collapse: collapse;font-family:arial,sans-serif;font-size:13px;"><pre style="text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family:Verdana;"></span></pre></span></div><span style="font-family:verdana;"><div style="text-align: justify;">Quizá no fuera uno de los tenores más conocidos del panorama actual. Tampoco su repertorio, integrado en su mayor parte por obras del periodo barroco, algo de Mozart y de lied y, por supuesto, Britten, facilitaba mucho su proyección mediática e internacional. Evidentemente, que yo conozca, tampoco ninguna recopilación con las obras archiconocidas del repertorio italiano, presidida por una espectacular portada donde su imagen reluciera bajo la supervisión de los mejores asesores estéticos, era posible encontrar en las grandes superficies precedida de la promoción habitual en estos casos. Nada de eso. Anthony Rolfe Johnson tan sólo era, nada más y nada menos, un buen cantante. Un músico como tan sólo los británicos saben vivir la música: con pasión pero sin levantar mucho ruido. Música que se canta al oído y en voz baja. </div></span><div style="text-align: justify; font-family: verdana;"><span><span>Junto a su voz descubrí algunas de las obras menos conocidas por mí entonces y que ahora siempre quedarán unidas a su recuerdo: el Orfeo de Monteverdi, el Idomeneo de Mozart, el oratorio Solomon de Haendel. Pero de entre todas sus grabaciones siempre guardaré un cariño especial por la recopilación de canciones de Schubert llevadas al disco por el sello Hyperion (volumen 6) en 1990 dentro del titánico proyecto del pianista Graham Johnson.</span></span></div><div><div style="text-align: justify; font-family: verdana;">De este maravilloso registro os traigo hoy uno de mis lieder preferidos de Schubert (en gran medida por la versión que de él hace Rolfe Johnson) y que, con texto de Johan Mayhofer, fue compuesto en marzo de 1824: Abendstern, D. 806.</div><div style="text-align: justify;"><span><span>
<br /></span></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL4K-6R_2Xn3eri6wBiHEvczm2uCxrqiUgGPcIqaCUsY1U0Bq-QYlZG_XftzCro4kqvki1Qalfuj15OLUA4X5ytvyf9RckdVTaOZSM3_cG5umekvyOdeynNV-bu0VMAyC8ZPDApq7bRn6H/s1600/Anthony-homepage.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 370px; height: 365px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL4K-6R_2Xn3eri6wBiHEvczm2uCxrqiUgGPcIqaCUsY1U0Bq-QYlZG_XftzCro4kqvki1Qalfuj15OLUA4X5ytvyf9RckdVTaOZSM3_cG5umekvyOdeynNV-bu0VMAyC8ZPDApq7bRn6H/s400/Anthony-homepage.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5513868134732244370" border="0" /></a>
<br /><span style="font-family:verdana;"><span>Sirva esta preciosa y sencilla canción como modesto homenaje al gran músico que nos acaba de abandonar.</span></span></div><div><div style="text-align: justify;">
<br /></div><div style="text-align: justify;">*</div><div style="text-align: center;"><object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/t86IkN_mDLM?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/t86IkN_mDLM?fs=1&hl=es_ES&color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="385" width="480"></embed></object></div><div style="text-align: justify;">*</div> <link rel="File-List" href="file://localhost/Users/xavisuescun/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip1/01/clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:documentproperties> <o:template>Normal</o:Template> <o:revision>0</o:Revision> <o:totaltime>0</o:TotalTime> <o:pages>1</o:Pages> <o:words>232</o:Words> <o:characters>1326</o:Characters> <o:company>m</o:Company> <o:lines>11</o:Lines> <o:paragraphs>2</o:Paragraphs> <o:characterswithspaces>1628</o:CharactersWithSpaces> <o:version>11.1287</o:Version> </o:DocumentProperties> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:donotshowrevisions/> <w:donotprintrevisions/> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Times New Roman"; panose-1:0 2 2 6 3 5 4 5 2 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} @font-face {font-family:Verdana; panose-1:0 2 11 6 4 3 5 4 4 2; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman";} pre {margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:Courier;} table.MsoNormalTable {mso-style-parent:""; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:72.0pt 90.0pt 72.0pt 90.0pt; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <!--StartFragment--><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL4K-6R_2Xn3eri6wBiHEvczm2uCxrqiUgGPcIqaCUsY1U0Bq-QYlZG_XftzCro4kqvki1Qalfuj15OLUA4X5ytvyf9RckdVTaOZSM3_cG5umekvyOdeynNV-bu0VMAyC8ZPDApq7bRn6H/s1600/Anthony-homepage.jpg">
<br /></a><o:p></o:p></div><!--EndFragment-->
<br /></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-22269016274174336292010-07-20T19:01:00.083+02:002013-03-15T12:55:34.158+01:00(116) TOLSTÓI-ANNA KARÉNINA: diario de una lectura<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijECxp4s6pfSZi3CwOOi9m0M9-7kaBuZnaKzEK6BP2rzrSG9zi6ebfuesTvqAnWMB_-wANdUSIuL97ZMN0zjQZN4m2DYDGVvcmH20dotnovKEAlVmFB_Ypfc7sXE60BLmjBdxMTSqsS5yJ/s1600/anakarenina.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496040471180450594" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijECxp4s6pfSZi3CwOOi9m0M9-7kaBuZnaKzEK6BP2rzrSG9zi6ebfuesTvqAnWMB_-wANdUSIuL97ZMN0zjQZN4m2DYDGVvcmH20dotnovKEAlVmFB_Ypfc7sXE60BLmjBdxMTSqsS5yJ/s400/anakarenina.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 288px;" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: arial;">Nada como las vacaciones para poder disfrutar de un buen libro. Y, ahora que el calor de julio aprieta con fuerza, nada mejor que un clásico del XIX para las noches de verano: Anna Karénina.</span> <span style="font-family: arial;">Y es que no comprendo cómo, tras la gran impresión que me produjo Guerra y Paz, he podido dejar pasar tanto tiempo hasta volver de nuevo a Tolstói. Lo leído hasta ahora no me ha defraudado en absoluto, es más, estoy disfrutando tanto de la novela que a cada momento escribo a mi hermana, a quién tanto debo en cuestiones literarias y que tanto me ha insistido para que leyera esta obra, comentándole los diferentes detalles de la acción.</span> <span style="font-family: arial;">Ahora me gustaría dejar estos comentarios en el blog para compartirlos con todos.</span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9FNXC1wxunlOssLOwGd4hAQ0-rrK7PB1eEAEwXF4i4GkFqQXk9_l9QykmMv4MnayELUVBj2t9sPVrJ0uIVWjHxhahjEK1pSl_VfTFpnmg_hFlCevHz33Syeb5WbD6diuPo4sOwOWHQLlk/s1600/20070418klplylliu_214.Ies.SCO.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496042479264404946" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9FNXC1wxunlOssLOwGd4hAQ0-rrK7PB1eEAEwXF4i4GkFqQXk9_l9QykmMv4MnayELUVBj2t9sPVrJ0uIVWjHxhahjEK1pSl_VfTFpnmg_hFlCevHz33Syeb5WbD6diuPo4sOwOWHQLlk/s400/20070418klplylliu_214.Ies.SCO.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 352px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><br />
<div style="color: #ff6600; text-align: center;">
<span style="font-weight: bold;">PRIMERA PARTE</span><br />
<br /></div>
</div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span>
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Apenas treinta páginas leídas y ya un primer momentazo: el retrato de Stepán Oblonski. Genial su descripción como personaje frívolo, liberal y, ante todo, pragmático -para qué ir en contra de la moda- y tan seguro siempre de sí mismo. Me encanta sus conclusiones llenas de un divertido cinismo sobre la religión y los sermones del servicio:<br />"...y de hecho Stepán Arkádevich no podía aguantar el oficio más corto sin sentir dolor en las piernas ni podía comprender a qué venían esas palabras patéticas y enfáticas sobre el otro mundo, cuando se estaba tan bien en éste".<br />Una observación: ¿no resulta curioso que la obra nada más empezar lo haga con un adulterio? Y, además, creo que Stepán es hermano de Anna ¿no? Puede que sean los genes.<br />Con respecto a la traducción tenías razón, es tan buena que no se nota. Y me parece un gran acierto que Victor Gallego adapte el ruso a la grafía y con la acentuación propia del español. Ya era hora de que pudiéramos leer los nombres rusos sin tener que utilizar malabarismos para pronunciar las transcripciones del alemán o del inglés cuando, como por ejemplo ocurre con la J y la Ch, algunas de nuestras letras suenan igual que en el alfabeto cirílico.<br />Por cierto, Anna aún no ha aparecido. Creo que lo hará pronto.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">*</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></span></div>
</div>
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Frente al cinismo de Oblonski la integridad e inocencia de su amigo Levin. Dos formas de entender la vida: la vanidad de la ciudad frente a la pureza del campo, todo muy tolstoiano, ¿no? Me ha encantado la tierna escena de la pista de patinaje y la conversación sobre las mujeres entre los dos "amigos" en el Ermitage (¡qué ricas las ostras!). La mujer que exige sus derechos como cónyuge y la amante que se entrega sin pedir nada a cambio me da una pista de lo que está por venir. Por cierto, que Oblonski decida ir al restaurante donde más deudas tiene para que todos crean que no trata de escaquearse es todo un detalle que define muy bien al personaje y que me descubre a un Tolstói con más sentido del humor del que pensaba. Por último, la mención de un tal Vronski como rival del enamorado Levin me hace suponer que todo esto se empieza a liar. Y Anna que sigue sin aparecer.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLkBneZ8RhyphenhyphenVWQ6D4EEHI92GsAmm8QsrO-Z2ZHE9bFldyF0KsVlt2s71zPI_gBcO7baWtUDj0EHLBpN84WgSp6yyWwvRy_xTWPYYJkcKpUBSSKH4gYfo5WRJo8vhPcifQ75wZylnIHGzQI/s1600/Imagttten+2.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499051331037318482" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLkBneZ8RhyphenhyphenVWQ6D4EEHI92GsAmm8QsrO-Z2ZHE9bFldyF0KsVlt2s71zPI_gBcO7baWtUDj0EHLBpN84WgSp6yyWwvRy_xTWPYYJkcKpUBSSKH4gYfo5WRJo8vhPcifQ75wZylnIHGzQI/s400/Imagttten+2.png" style="cursor: pointer; display: block; height: 253px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"> </span><br />
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Aquí llega Vronski. Me sorprende la fría y escueta descripción del personaje que hace Tolstói: muy atractivo pero algo simple y superficial, ¿una reencarnación de Anatoly Kuragin? Supongo que a lo largo de la novela iremos descubriendo más sobre su personalidad. Sin embargo, el pobre de Levin cada vez gana más puntos. ¿Y Kitty? Imagino que la decisión que ha tomado le va a salir cara. Como era de esperar toda la escena "coral" en casa de los príncipes Scherbatski realmente magnífica con diálogos precisos y muy intencionados.<br />Pero atención, que llega un tren de San Petersburgo...y alguien se va a encontrar con alguien.<br /></span></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAwK2T2gArNZHRnyqHCU9k7WR0j2ALNrgZq98t7v5TzGNLkYgVJmaRQO2NltDwvi03HEXy-F2jaapGs_SIgKnQiOfrxTuH3AMmyq5KvkPAxetZsmOYj9N6miQKZsk8-ok1a3bves00Hd8e/s1600/N7401940203.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5503218541656931378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAwK2T2gArNZHRnyqHCU9k7WR0j2ALNrgZq98t7v5TzGNLkYgVJmaRQO2NltDwvi03HEXy-F2jaapGs_SIgKnQiOfrxTuH3AMmyq5KvkPAxetZsmOYj9N6miQKZsk8-ok1a3bves00Hd8e/s400/N7401940203.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 285px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"> </span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Como no podía ser de otra manera el encuentro entre Anna y Vronski no defrauda en absoluto. Estupendo cómo Tolstói describe el momento con cuatro frases sin dejar duda alguna acerca de la fuerte impresión que Anna causa en el conde (ojos grises, labios grana); algo similar a la pincelada suelta de un cuadro impresionista. Y es que, por ahora, es lo que más me sorprende de la novela: el ritmo trepidante que no aburre en ningún momento. Magnífica la llegada del tren -tan cinematográfica- a la estación. Del accidente y del mal presagio que éste provoca en Anna creo que no es necesario hablar.<br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF0t0J1oya3YDgrWfVEUn7a1m4mq662wQAQ5xE2JJvQf7hPgYw3XtvGv7wZUOpDJqIXq3QmuiBIAxZ6FDqCn_Xad7Dq58qVpPZwzM-V_1bd4DCXWuWSbnUCDcAxyvLpQGA70TaawyWk_dZ/s1600/Imagen+4.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496042498805144402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF0t0J1oya3YDgrWfVEUn7a1m4mq662wQAQ5xE2JJvQf7hPgYw3XtvGv7wZUOpDJqIXq3QmuiBIAxZ6FDqCn_Xad7Dq58qVpPZwzM-V_1bd4DCXWuWSbnUCDcAxyvLpQGA70TaawyWk_dZ/s400/Imagen+4.png" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 315px;" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br />Tensión y ritmo. Ritmo y tensión. Creo que son las dos palabras que mejor definen lo que he leído hasta el momento. El segundo, y fugaz, encuentro entre Anna y Vronski, simplemente electrizante y la escena del baile... Que Tolstói nos muestre el inicio de la relación amorosa, los primeros flirteos y el nacimiento de la pasión entre ambos, a través de los ojos, y de los celos, de la ingenua y despreciada Kitty, en lugar de hacerlo él directamente como narrador, me parece un detalle genial. ¡Bravo, Lev Nicoláyevich!<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIp3hbjFqWyM93XH2qIVeXarvAOjrlHTN5OXqLb3OZLqCGgTEWsBmo-cH18Cv8An0xBJfD-29nf7XZCO3HAx_mwKBQmeFNjb0q4LcUHJ26re75o8MiAupEat5e1umDAq2b_-a6utX_k_cj/s1600/Stevens,+After+Ball+1874.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504887241114951202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIp3hbjFqWyM93XH2qIVeXarvAOjrlHTN5OXqLb3OZLqCGgTEWsBmo-cH18Cv8An0xBJfD-29nf7XZCO3HAx_mwKBQmeFNjb0q4LcUHJ26re75o8MiAupEat5e1umDAq2b_-a6utX_k_cj/s400/Stevens,+After+Ball+1874.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 288px;" /></a><span style="color: #ff9966;">Alfred Stevens (1874): después del baile</span><br />
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"> </span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">La entidad que está alcanzando el personaje de Levin, a veces, me hace dudar de si no me encuentro ante el verdadero protagonista de la obra. Aunque ya sé que no es así, de lo que sí estoy completamente seguro es de la total simpatía del autor por el personaje. ¡Buen muchacho este Konstantín, si señor! De quien no se puede decir lo mismo es de su hermano Nikolai, que con su aparición me ha hecho recordar algunos de los momentos más sórdidos de Dostoievski. Esto no pinta nada bien. Pero, ¡ojo! no olvidemos a la auténtica titular de la novela. Y es que no se puede describir de una forma más trepidante el precipitado regreso de Anna a Petersburgo: todos sus desvaríos en el vagón; la tormenta de nieve; los vapores del tren... y su encuentro con Vronski. Realmente brillante. Pero, ¡qué miedo me da tanto tren! ¿Y el marido? Aquí me parece un poco cruel cómo Tolstói se ceba con él. ¿De verdad era necesario lo de las orejas?<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">FIN DE LA PRIMERA PARTE<br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"> </span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZ83_TR-LjYw9wCX-W7sGF5E_PRPFVdZb3tlUGqRZjTJidY983H07ldd8XEurW908t3EdgGlgdOlzNsM-L5IdwzWOHeOQiDSW-xl7-pYaFg_J3gGFn54pq3TTJC_rP54oVYKwPYShAzp0/s1600/Imagen+7.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496042505305528082" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZ83_TR-LjYw9wCX-W7sGF5E_PRPFVdZb3tlUGqRZjTJidY983H07ldd8XEurW908t3EdgGlgdOlzNsM-L5IdwzWOHeOQiDSW-xl7-pYaFg_J3gGFn54pq3TTJC_rP54oVYKwPYShAzp0/s400/Imagen+7.png" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 351px;" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">SEGUNDA PARTE</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span><br />
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">El inicio de esta segunda parte me confirma lo que ya había quedado bien patente en la primera: la dignidad con la que Tolstói trata a las mujeres en la obra. Y de entre todas ellas resulta especialmente conmovedora la entereza y dignidad con las que se nos describe el personaje de Dolly. El encuentro de las dos hermanas tras la "escapada" de Vronski refleja a la perfección la terrible situación de las mujeres en el siglo XIX -¡y eso que éstas son de la clase alta!-. Y una apreciación: ¿no es curiosa la forma en que la sombra de Anna aparece revoloteando entre las desventuras de ambas hermanas? En el caso de Kitty es evidente -le acaba de robar el novio-, pero ¿y en el caso de Dolly?¿ No resultan un tanto hipócritas los consejos -que, por cierto, de tan poco han servido- dados a su cuñada?<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhonjOOcYzhGAaSd7OXMT3lC9MYelGAGgH5_6QLWyNjslQbjWhom2M0ilPw3fISqBmkbvMsRXY2_DAql6q_3xDq-jK80i7UpYNguJiIjaF9oxRlLN3iC78X6uAkqu2K7bcnNfNB6Ptkvsio/s1600/mia-kirshner-anna-karenina-1.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496045294369250226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhonjOOcYzhGAaSd7OXMT3lC9MYelGAGgH5_6QLWyNjslQbjWhom2M0ilPw3fISqBmkbvMsRXY2_DAql6q_3xDq-jK80i7UpYNguJiIjaF9oxRlLN3iC78X6uAkqu2K7bcnNfNB6Ptkvsio/s400/mia-kirshner-anna-karenina-1.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 260px;" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br />Despiadado el retrato de la alta sociedad que hace Tosltói. Aunque, para ser sinceros, ya veo que el recurso al cotilleo y a hablar mal de los ausentes es algo intemporal y que une a todos los mortales, sea cual sea su origen. Por otra parte, capítulo a capítulo voy comprobando como el genio del escritor ruso ennoblece a cualquier personaje que sea tocado por su pluma, y en el caso del marido de Anna no podía hacerse una excepción. La descripción de sus temores, sus dudas y sus incipientes celos ante la infidelidad que Karenin ya presiente próxima me hacen ver al personaje con otros ojos, más humano. La posterior conversación con Anna -¡pobre hombre!- intentando evitar lo inevitable me parece otro de los grandes momentos de la novela</span>.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">*</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></div>
<span style="text-decoration: underline;"><br /></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Se veía venir. La caída de Anna ya es un hecho. Tan solo dos páginas -las que forman el capítulo XI- necesita Tolstói para describir la vergüenza, la culpa y la pasión que Anna siente al consumar su relación con Vronski. Sencillamente, magnífico.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrrmJugmFtUVShdobTNhF9cEcLQ1t0m0NkuaqhjgzReID8VaQATOHK8mjSuBpAMvW0UNvCKq__gZLUuAlDramI67y1UnUeyyciAx1GYtz_LXoPq3aoGiVySU14xqRlh2vMdvjtq1lxpsW_/s1600/Jean_B%C3%A9raud_After_the_Misdeed.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502358953667134466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrrmJugmFtUVShdobTNhF9cEcLQ1t0m0NkuaqhjgzReID8VaQATOHK8mjSuBpAMvW0UNvCKq__gZLUuAlDramI67y1UnUeyyciAx1GYtz_LXoPq3aoGiVySU14xqRlh2vMdvjtq1lxpsW_/s400/Jean_B%C3%A9raud_After_the_Misdeed.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 332px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><span style="color: #ff9966;">Jean Béraud (1885): tras la caída</span></span><br />
<br /></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Para no perder la costumbre, y en apenas treinta páginas, dos grandes momentos. En el primero me he quedado de piedra ante la confesión de Anna a Vronski acerca de su embarazo. Lo que podía ser -bueno, y creo que en parte lo es- un momentazo culebrón, en manos de Tolstói se convierte en un instante maravilloso lleno de fuerza y ternura, y que, por cierto, me hace intuir la tormenta que se avecina.<br />Pero, sin duda alguna, el fragmento que más me ha impresionado es el que describe la trepidante carrera de obstáculos en la que Vronski toma parte. Creo que para ser una obra escrita en el último tercio del siglo XIX todo resulta de una modernidad asombrosa.<br />Por último tengo que admitir que el personaje de Vronski, cada día que pasa, gana más puntos. El detalle de "la incipiente calvita" con el que Tolstói parece querer humanizar a nuestro héroe me ha hecho mucha gracia, aunque su obsesión por los caballos y las consecuencias que para el devenir de la novela pueda tener el accidente del hipódromo me tienen más que intrigado.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">*</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span><span style="font-style: italic;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">"Lo amo y soy su amante"</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">. A estas alturas del libro a duras penas puedo leer más de dos capítulos seguidos sin poder reprimir un comentario. Al igual que ocurriera en la escena del baile de la Primera Parte el inquisitivo estudio de las reacciones de Anna durante la carrera llevado a cabo por el, cada vez más, torturado esposo es realmente impresionante. ¡Qué tensión, mon Dieu! </span></div>
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">La entereza y dignidad con la que Karenin parece llevar todo este asunto creo que va más allá de un simple "guardar las apariencias"; sin embargo, el odio y el resentimiento que Anna siente hacia él me resultan un tanto desmedidos. Aunque puede que esos sentimientos no sean más que un reflejo del odio que la protagonista siente hacia ella misma causados por la culpa, el remordimiento y por la desesperación a la que poco a poco se va viendo arrastrada. Y es que la novela, a medida que avanza, se va tornando más oscura, más amarga y, en definitiva, más desoladora, con unos personajes destinados a la más absoluta infelicidad. A ver si Levin vuelve pronto y pone un poco de luz en todo esto.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">FIN DE LA SEGUNDA PARTE</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><br /></span>
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEP3ePFNn23xaAG6V9muCnpCxMVpnhV54qm8arkAgJzWbDd4YknxoyPu1URlxA1PehiP58hr-hqOnyaNECsHDY-n-h-Mz0ggSHiTCBTrPCVYOhTnxyhiaMjMjzHBOzPxl0UBehRoBcxfKQ/s1600/Imagen+2.png" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496046722573724514" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEP3ePFNn23xaAG6V9muCnpCxMVpnhV54qm8arkAgJzWbDd4YknxoyPu1URlxA1PehiP58hr-hqOnyaNECsHDY-n-h-Mz0ggSHiTCBTrPCVYOhTnxyhiaMjMjzHBOzPxl0UBehRoBcxfKQ/s400/Imagen+2.png" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 312px;" /></a><br />
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">TERCERA PARTE</span><br />
<br /></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Como me imaginaba la reaparición de Levin en escena no sólo ha disipado todas las tormentas que la novela presagiaba -tormentas que, tarde o temprano, volverán con toda seguridad- sino que, además, regala al lector uno de los momentos más hermosos de todo lo que he leído hasta ahora: la descripción del campo en verano; el olor del heno recién cortado; la pasión de Levin compartiendo las tareas reservadas a los campesinos. Toda una auténtica "sinfonía pastoral".<br />No menos interesante me pareció la conversación entre ambos hermanos acerca de la asistencia a los campesinos y la necesidad de la educación en el mundo rural. Aquí me ha llamado la atención la postura de Kostantín, aparentemente más reaccionaria que la de su hermano Sergéi; postura que, con toda probabilidad, entenderíamos mejor si nos situáramos dentro del contexto de la Rusia de finales del XIX y, sobre todo, si pudiéramos discutirla personalmente con el propio Lev Nikoláyevich. Y es que, a estas alturas del relato, ya no tengo la menor duda de que en el interior de Levin y Tolstói late el mismo corazón.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUCyxv43xLHor_Umd_HFqL9mz29QqpZysPkslwivk0zxjS2X6hgUlgFPJOST7XcHfriRv-gGAQid4ZuNVGJJSilLtKrerdNn7-ESoQj0P9yOHAQW3grcrLwCCqMxM2L-SmYEGxElDYiHFq/s1600/Grigory-Myasoedov-xx-Harvest-Time-Mowers-1873-xx-The-State-Russian-Museum.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496440514834003842" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUCyxv43xLHor_Umd_HFqL9mz29QqpZysPkslwivk0zxjS2X6hgUlgFPJOST7XcHfriRv-gGAQid4ZuNVGJJSilLtKrerdNn7-ESoQj0P9yOHAQW3grcrLwCCqMxM2L-SmYEGxElDYiHFq/s400/Grigory-Myasoedov-xx-Harvest-Time-Mowers-1873-xx-The-State-Russian-Museum.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 232px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span class="Apple-style-span" style="color: #ff9966; font-family: verdana;"><span style="font-family: georgia;">Grigory Myasoyedov (1887): los segadores</span></span><br />
<br /></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Sí, definitivamente: el alma de Tolstói habla por boca de Levin. Y, al igual que ocurría en Guerra y Paz con el personaje de Andrei Bolkonsky, no es menos cierto que ambos personajes protagonizan los momentos más hermosos leídos hasta ahora. Las reflexiones de Levin ante la sencilla felicidad de los campesinos -campesinos que, por cierto, tan sólo unas horas antes intentaban estafarle- junto a los sentimientos que despierta en el personaje la belleza del amanecer estival lo elevan, una vez más, a la categoría de principal protagonista de la obra.<br />Y para redondear el carácter de ensoñación de toda la escena nada mejor que la fugaz aparición del amor no correspondido: Kitty. Puede que el encuentro se produzca de forma excesivamente casual, pero, el resultado, es tan emocionante...<br />Ah, por cierto, y como siga parando a cada capítulo puede que acabe el libro en Navidad.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-3yEOho98WB3XSrtX_rWbJoHzkYG1ARQrigjzbXS_N0OdeK7TgsUSmFxNaJ64VOmIOIP3RTGwjWN7jRtR3OtwmMuZNbqk1Zi0xXl6o0xQxTIVy2CQxbk97uOtZX7Y1sGkvyWNgA2RlfNB/s1600/isaaklevitan7.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5498304094852560850" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-3yEOho98WB3XSrtX_rWbJoHzkYG1ARQrigjzbXS_N0OdeK7TgsUSmFxNaJ64VOmIOIP3RTGwjWN7jRtR3OtwmMuZNbqk1Zi0xXl6o0xQxTIVy2CQxbk97uOtZX7Y1sGkvyWNgA2RlfNB/s400/isaaklevitan7.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 323px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966;">Isaac Levitán (1899): almiares en el crepúsculo</span><br />
<br /></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;">Tengo que reconocer que con Karenin me equivoqué de parte a parte. Su reacción ante la confesión de Anna no puede haber sido ni más fría ni más mezquina. Y como muestra nada mejor que el concienzudo estudio de las posibles soluciones al conflicto: divorcio, separación o... ¡duelo!; y cuál de éstas podría dejarle en mejor situación ante la opinión pública. La rapidez con la que su cabeza vuelve a ocuparse de sus asuntos profesionales dice mucho de los sentimientos que realmente alberga por Anna y justifica plenamente el desprecio que ésta siente por Alexéi. Por otra parte, la prolija descripción del absurdo asunto de la "irrigación de los campos de la provincia de Zaraisk" demuestra una vez más el peculiar sentido del humor de Tolstói y coloca, definitivamente, al personaje de Alexéi Aleksándrovich a mitad de camino entre el patetismo y el ridículo.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: verdana;"><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">*</span></span><br />
<br />
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana;">Muy buenos los últimos capítulos (XIX-XXI) en los que se termina de definir a Vronski; su sentido de la ambición, sus problemas económicos, así como el peculiar, y casi donjuanesco, código de comportamiento, terminan de dibujar al personaje que, sin llegar a alcanzar la categoría de villano, ahora se me asemeja más a un simple petimetre que a un auténtico héroe. Y, mientras tanto, la pobre de Anna atravesando su enésimo ataque de ansiedad.</span><br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-qFLkvtmOiAqwBUQU7ceZ3KT1bcxqBbzx_Q_IuvNYMe6KjCV-2yY8bibBtTLuAfapE86RB8_GOGBOmvxEuRoyT8UcuVJhitVeo1QKrUV0cmj08_h2_PLQWo2hW1JtvNy3Wls6_6BeFpxD/s1600/James_Tissot_-_Captain_Frederick_Gustavus_Burnaby.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5498905811488684370" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-qFLkvtmOiAqwBUQU7ceZ3KT1bcxqBbzx_Q_IuvNYMe6KjCV-2yY8bibBtTLuAfapE86RB8_GOGBOmvxEuRoyT8UcuVJhitVeo1QKrUV0cmj08_h2_PLQWo2hW1JtvNy3Wls6_6BeFpxD/s400/James_Tissot_-_Captain_Frederick_Gustavus_Burnaby.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 328px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966;">James Tissot (1875): Captain Frederick Gustavus Burnaby</span><br />
<br /></div>
<span style="font-family: verdana;">Regreso al campo y a Levin. Puede que para el lector de principios del siglo XXI todos estos asuntos sobre la situación del campesinado ruso antes de la revolución le pueda dejar un tanto indiferente (a mí, sinceramente, no me resulta tan interesante como otras partes de la novela), aunque, para poder comprender la obra y la persona de Tolstói, creo que todas estas cuestiones -abolición de la servidumbre, educación, cooperativismo y, como no, el incipiente comunismo- resulten de vital importancia. Sin embargo, entre tanta discusión político-filosófica, aparece algún que otro personaje que muy bien podríamos situar hoy en nuestro entorno actual. Es el caso del "bueno de Sviazhski", personaje secundario con el que Tolstói pretende denunciar una actitud, por desgracia, bastante usual, y que, tras casi ciento cincuenta años, continúa vigente:</span><br />
<br />
<div style="font-family: arial; text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-style: italic;">"el bueno de Sviazhski, con sus pensamientos para exponer en público y sus convicciones secretas, una de esas personas, cuyo número es legión, que guían la opinión pública por medio de razonamientos ajenos..."</span><br />
<br /></div>
<span style="font-family: verdana;">Para terminar esta tercera parte uno de los momentos más tristes y sombríos de toda la obra: el encuentro de los dos hermanos; Nikolái y Kostantín. Y es que nada resulta más ruso en literatura, ni más siniestro, que esa rivalidad fraternal mezclada con asuntos de dinero y tisis. La enfermedad de Nikolái así como los presagios de muerte que ésta deja en Levin hacen que cierre el libro con una profunda tristeza.</span><br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="color: #ff6600; font-weight: bold; text-align: center;">
<span style="font-family: verdana;">FIN DE LA TERCERA PARTE</span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJfThubbAmwoHvgTL8SZj4twwzCYESB6o1RiTHjvTCZq_lJEVxuf2J9kg8wJuWD0uJVhjk0OU8W5oJplyKNAPctr_jp8iamcBqwI65uL3jbLCmdhbbh8BQeE5GwsUKkJoje2oUybGCXmn9/s1600/Tolstoy_ploughing.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499702425257877522" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJfThubbAmwoHvgTL8SZj4twwzCYESB6o1RiTHjvTCZq_lJEVxuf2J9kg8wJuWD0uJVhjk0OU8W5oJplyKNAPctr_jp8iamcBqwI65uL3jbLCmdhbbh8BQeE5GwsUKkJoje2oUybGCXmn9/s400/Tolstoy_ploughing.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 269px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966;">Tolstói arando el campo. Iliá Repin (1887)<br /></span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-family: verdana; font-weight: bold;">CUARTA PARTE</span></div>
<br />
<span style="font-family: verdana;">¡Pero qué manía les ha entrado a todos con morirse! Si antes fue Levin, al inicio de esta cuarta parte es Anna la que de forma obsesiva confiesa la visión de su cercano final al cada vez más atónito Vronski. Y es que la situación de Anna no puede ser más desesperada: un divorcio en marcha; la pérdida del hijo; otro ilegítimo en camino... y el amor de Vronski que cada día parece más distante. Боже мой!</span><br />
<span style="font-family: verdana;">La dramática escena entre el, por otra parte, cada vez más tenso matrimonio me ha parecido de una intensidad casi operística digna de ser llevada a la escena por el mismísimo Verdi, aunque en esta ocasión, la furia de Karenin ante la presencia del amante en su propia casa, me ha parecido más que justificada.</span><br />
<span style="font-family: verdana;">Para combatir tanta tensión nada mejor que el dramma-giocoso que tiene lugar en el despacho del abogado, con el siguiente reparto: el marido cornudo en busca del más discreto de los divorcios posibles y el ambicioso picapleitos que celebra los beneficios de tan prestigioso caso... ¡cazando polillas con la mano!</span><br />
<br />
<div style="font-family: verdana; text-align: center;">
<span style="color: #ff6600;">*</span><br />
<br />
<div face="verdana" style="text-align: justify;">
Después de tantas sombras: la luz. No deja de sorprenderme la habilidad de Tolstói para resolver, como en este caso, varias situaciones de un solo plumazo. La cena en casa de los Oblonsky es un buen ejemplo de cómo hacer avanzar las dos principales lineas argumentales de la novela en un mismo tiempo y lugar, y siempre con ese vigor al que ya estoy tan acostumbrado. Y para aumentar la tensión nada mejor que los contrastes.<br />
De un lado, la amargura de Karenin intentando convencer de los "vicios" de su mujer a la incrédula de su cuñada (por cierto, en la conversación entre ambos personajes -la insistencia de Dolly para que Karenin perdone la infidelidad de Anna del mismo modo como ella ha perdonado las numerosas infidelidades de su marido- creo que se puede encontrar una de las claves de la obra: el terrible abismo existente entre el estatus del hombre y de la mujer en el siglo XIX).<br />
Y por otra parte, la confirmación del amor entre Kitty y Levin. ¡Qué diferente se nos describe este amor, tan distinto del que protagonizan Anna y Vronski! Mientras éste se nos muestra prohibido, culpable y oscuro, aquel aparece límpio, puro y lleno de luz. ¿Intenta Tolstói moralizar con esta comparación? Sinceramente, espero que no; aunque puede que aún sea demasiado pronto para sacar conclusiones al respecto.<br />
Sea cual sea la respuesta lo cierto es que, una vez más (¿y van...?), Levin vuelve a protagonizar uno de los momentos más bellos del libro: la larga espera para reencontrarse con Kitty. La noche en vela en el hotel, su visión del firmamento; así como sus enfebrecidas sensaciones al amanecer: los niños, el olor a bollos recién hechos; nos devuelven al personaje lleno de vitalidad y optimismo, dejándonos un dulce sabor en una lectura que se había vuelto demasiado amarga y sombría.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHjH9FLHC0S-mkipqSfaXRt3J8IjMp4rfT3UbACNCPv9sBwhpxpl0Ln5H5dP86-Sar1aS3FSTi7Jpzqt9QhlHPJpWIIIg8ANBrzQkDGW3TBSp4FkVm0USpcHxE-MpMTiSv0dcD_5vGf59R/s1600/Annex+-+Garbo,+Greta+%28Anna+Karenina%29_07.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504889205730384978" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHjH9FLHC0S-mkipqSfaXRt3J8IjMp4rfT3UbACNCPv9sBwhpxpl0Ln5H5dP86-Sar1aS3FSTi7Jpzqt9QhlHPJpWIIIg8ANBrzQkDGW3TBSp4FkVm0USpcHxE-MpMTiSv0dcD_5vGf59R/s400/Annex+-+Garbo,+Greta+%28Anna+Karenina%29_07.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 310px;" /></a></div>
<br />
En verdad que a nuestros atormentados amantes, Anna y Vronski, les está costando lo suyo iniciar su vida como pareja. Y es lo que yo me pregunto: ¿merece la pena romper con los convencionalismos sociales para luego no dar el paso definitivo hacia la libertad? Parece ser que tan solo la cercana visión de la muerte en ambos amantes les anima a viajar, por fin, al extranjero abandonándolo todo. Entre tanto, el pobre Karenin, da muestras de una generosidad y una templanza dignos de todo encomio y que me hacen renegar de todo lo negativo que haya podido decir del personaje con anterioridad. El que me sigue pareciendo cada día más sin sustancia es el mindundi de Vronski; si su escena del chapucero suicidio es, literariamente hablando, un prodigio de escritura, en lo que atañe al personaje, lo cierto es que nos deja al conde "tocado" más en su carácter y personalidad que en lo puramente físico. Y mientras tanto, Oblonski, el hermano de Anna, que con su optimismo y, por qué no decirlo, cinismo y poca vergüenza parece ser el único con un poco de sentido común en todo este embrollo, y que va ganando puntos a medida que avanza la novela.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">FIN DE LA CUARTA PARTE</span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2o5m5Oz2b-BwTDFJdHSDr_61qZCj0RkrYxbURl6nE5-dXWi66SC5TfWaQGUiwEgMiiz4ErAYLs69fZfLw6KkNVXJ6Pk93bVmH4ej1qUAMO21rk1-JJFwdBaoCUvz5ASbMnWAxMfWvBtbR/s1600/edouard-manet-the-suicide-1877-e1279296941909.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502085336659456466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2o5m5Oz2b-BwTDFJdHSDr_61qZCj0RkrYxbURl6nE5-dXWi66SC5TfWaQGUiwEgMiiz4ErAYLs69fZfLw6KkNVXJ6Pk93bVmH4ej1qUAMO21rk1-JJFwdBaoCUvz5ASbMnWAxMfWvBtbR/s400/edouard-manet-the-suicide-1877-e1279296941909.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 346px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966; font-family: georgia;">Manet (1877): el suicida</span><br />
<br />
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">QUINTA PARTE</span><br />
<br />
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
¡Pero, Dios Santo, qué poco hemos cambiado! Y es que si trasladamos todo el inicio de la quinta parte hasta nuestros días veremos que todo sigue igual: el certificado de confesión, la espera de la novia, los comentarios sobre los modelitos de los invitados, etc. O será que aquí seguimos apegados a las más rancias costumbres... Lo cierto es que la escena en la que Levin tiene que confesarse para poder casarse resulta bastante cómica. Por una parte el viejo sacerdote, tan "ortodoxo" él; y por otra el pobre e ingenuo Levin, haciendo de tripas corazón y teniéndose que morder la lengua para no enfrascarse en disputas filosóficas con el anciano cura. La boda, como todas, muy bonita, aunque denoto cierto recelo de Tolstói y, por que no decirlo, cierta guasa para con los ritos de la iglesia ortodoxa.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEG7KwWsYO9SSvTcBrHBrA5Y61DIk907xSm0jYg6ZtS8YIwn2ewaKK6EL0P7uoiFodiWeTrgaAWzDCi7FzkfHlyfWkvaTrifannpRg0I6uBHYL_Y4ruoks3EHgJGtLfFectreBNXCB-rOD/s1600/1878-Dagnan_Bouveret_Une_Noce_chez_le_photographe.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502348978595541154" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEG7KwWsYO9SSvTcBrHBrA5Y61DIk907xSm0jYg6ZtS8YIwn2ewaKK6EL0P7uoiFodiWeTrgaAWzDCi7FzkfHlyfWkvaTrifannpRg0I6uBHYL_Y4ruoks3EHgJGtLfFectreBNXCB-rOD/s400/1878-Dagnan_Bouveret_Une_Noce_chez_le_photographe.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 285px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966; font-family: georgia;">Pascal Dagnan-Bouveret (1878): los novios en el estudio del fotógrafo</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Nada mejor para que los atormentados amantes -y también los lectores, la verdad- puedan tener unos días de sosiego y calma que un viaje por la romántica Italia. Aunque para evitar comparaciones con el tan manido recurso, utilizado sobre todo por los escritores ingleses, el propio Tolstói, y por boca de Vronski, nos avisa:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-style: italic;">"Y las curiosidades del país, además de que ya las conocía, no podían tener para él, en su condición de ruso y hombre inteligente, la importancia inexplicable que le atribuían los ingleses."</span><br />
<br /></div>
A pesar de este comentario Tolstói nos describe en Italia a una Anna por primera vez pletórica, radiante y entregada por completo, sin ninguna sombra de ansiedad, al amor de Vronski. No se puede decir lo mismo del conde que, ante tanta ociosidad y desengañado de su pasión por la pintura (¿un aspecto más de la mediocridad del personaje?), comienza a mostrar signos evidentes de su hastío por Anna y por la vida en pareja. ¡Qué poco dura lo bueno!<br />
Si todos estos capítulos me parecen magníficos no menos interesante me resulta la aparición del pintor Mijáilov y la sutil crítica que Tolstói hace del mundo de los artistas, de los críticos, de los coleccionistas y, en definitiva, de toda la fauna que ya por entonces pululaba en el difícil mundo de los salones de pintura:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-style: italic;">"Vronski y Anna conversaban en susurros, como suele hacerse en las exposiciones de pintura, en parte para no ofender al artista, en parte para no decir una tontería en voz alta, algo que puede suceder con tanta facilidad cuando se habla de arte."</span></div>
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<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhp5FVmjI-WAoH29VpoIEqSrNr1ONaQrMwCJvp0-89SQlaXXjevsG052JgeFofnsSPLm0wef8oFYfMql8sUFipXANp1nGg8DxQ38vOu2NGJPHYEJWXR0OhjVUckBCqLA_wGcyhiMZN0X_yr/s1600/Carolus-Duran-1887-Portrait_of_Anna_Obolenskaya.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5502396613994747730" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhp5FVmjI-WAoH29VpoIEqSrNr1ONaQrMwCJvp0-89SQlaXXjevsG052JgeFofnsSPLm0wef8oFYfMql8sUFipXANp1nGg8DxQ38vOu2NGJPHYEJWXR0OhjVUckBCqLA_wGcyhiMZN0X_yr/s400/Carolus-Duran-1887-Portrait_of_Anna_Obolenskaya.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 254px;" /></a><span style="color: #ff9966; font-family: georgia;">Carolus Duran (1887):Portrait of Anna Obolenskaya</span></div>
<br />
La crueldad con la que Levin se niega a que su mujer le acompañe a visitar a su moribundo hermano, reprochándole su incapacidad para quedarse sola unos días en el campo, queda en evidencia, más si cabe, al comprobar la reacción de Kitty ante el lamentable estado en el que encuentran al desgraciado Nikolái. La disposición y la entrega con las que de forma natural Kitty se lanza a confortar al enfermo (¿recuerdas cuando hablábamos de Verdi y la compasión?) contrasta enormemente con la total confusión que reina dentro de Levin; y todo contado de forma sencilla pero, al mismo tiempo, magistral. Me encanta el contraste que establece Tolstói entre la feliz vida de la nueva pareja en el campo, a pesar de sus pequeñas disputas, y la terrible sordidez que reina en casa de Nikolái; y es que nunca había escuchado al autor describir lugares de esta manera: "escupitajos", "olor a excrementos". También el estado en el que Levin encuentra a su hermano no se puede describir con mayor precisión ni con mayor crudeza:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-style: italic;">"A pesar del horrible cambio que se había operado en aquel rostro, le bastó echar un vistazo a esos ojos vivos, que se levantaron hasta él en cuanto entró, y reparar en el ligero movimiento de la boca, bajo el bigote pegado, para comprender la espantosa verdad: ese cuerpo muerto era su hermano vivo". </span><br />
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<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">*</span><br />
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-weight: bold;">Dos mentiras</span>. Si el estado en que Karenin se encuentra tras el abandono de su esposa, sumido en la más absoluta soledad, puede calificarse de patético, más terrible aún resulta que la única persona capaz de consolarlo sea la tan puritana como loca -quizá más lo segundo- condesa Lidia Ivánovna. Nada que ver con la sencillez y, al mismo tiempo, la profundidad con las que Kitty ha sabido confortar las últimas horas del pobre Nikolái Levin. ¡Qué cosa más curiosa es eso que llamamos religión! Y es que podemos encontrar más verdadero sentimiento religioso -amor y compasión- en la "conversión" que Nikolái finge, en pago por los solícitos cuidados recibidos de Kitty, que en la cruel, por llamarla de alguna manera, mentira que Lidia Ivánovna perpetra al anunciar a Seriozha la falsa muerte de su madre. ¿Se puede ser más canalla?<br />
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<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKiPa5It1-U-HxVx5CnPFU7iMYHSBHEJtam8FCTmxmzCKN_GQyQu-0QEHX7W6KwGonm0MponB1CouTWAliQTylDD7xQ26pYuQs02Pj-Uw1McdVfpN1p4V06HbwX2rBd21CqrEidP26vtQb/s1600/Anna_Karenina_Wrubel.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504985070921253394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKiPa5It1-U-HxVx5CnPFU7iMYHSBHEJtam8FCTmxmzCKN_GQyQu-0QEHX7W6KwGonm0MponB1CouTWAliQTylDD7xQ26pYuQs02Pj-Uw1McdVfpN1p4V06HbwX2rBd21CqrEidP26vtQb/s400/Anna_Karenina_Wrubel.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 301px;" /></a></div>
<br />
Con dos grandes escenas, y como si del final de un acto operístico se tratara, cierra Tolstói la quinta parte de su novela. Novela que, por cierto, a cada capítulo leído avanza con mayor fluidez y emoción. Como ejemplo nada mejor que el encuentro entre madre e hijo: lo que, una vez más, podría haberse convertido en otro posible momentazo folletinesco Tolstói lo resuelve con una trepidante escena llena de tensión y de emoción, y que, lo confieso, me ha dejado con los ojos más que vidriosos.<br />
Llegados a este punto de la obra creo que el personaje de Anna, por fin, encuentra toda la profundidad y el patetismo que en un principio se le negaban y que, no me importa reconocerlo, me hacían ver a la protagonista bastante antipática y poco digna de que la novela llevara su nombre en el título. Ahora, tras el encuentro con Seriozha y tras su provocadora asistencia a la ópera, sus dudas, sus celos, su aislamiento, unido a las numerosas contradicciones en las que, llegados a este punto, incurre el personaje, consiguen que éste se nos muestra en toda su verdadera dimensión elevándolo a la categoría de una Medea o de una Norma. Y es que no sé qué me resulta más desgarrador y patético: si el afán de la protagonista por recuperar el amor, ya desaparecido para siempre, de Vronski o el deseo de volver a ser aceptada por la sociedad petersburguesa. Y ya que hablamos de ópera: ¿no resulta demoledora la imagen que ofrece Tolstói tanto del espectáculo como del público asistente?:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-style: italic;">En los palcos estaban las mismas señoras de siempre, con los mismos oficiales detrás; en butacas, las mismas mujeres con vestidos multicolores (sólo Dios sabía quiénes eran), los mismos uniformes, las mismas levitas; la misma muchedumbre sucia en el gallinero; entre toda esa gente que copaba los palcos y las primeras filas sólo había cuarenta hombres y mujeres "de verdad". </span></div>
<br />
¿A qué se refiere Tolstói con ese ambiguo "de verdad"? Se aceptan sugerencias...<br />
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<div style="color: #ff6600; font-weight: bold; text-align: center;">
FIN DE LA QUINTA PARTE<br />
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</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
<br /></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana;"><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">SEXTA PARTE</span></span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Tengo que reconocer que, después de los intensos momentos protagonizados por Anna al final de la parte anterior, el regreso a la placidez del campo y a las bucólicas descripciones con las que Tolstói pinta la alegre vida de casados de Kitty y Levin me han dejado bastante contrariado. Esta sensación se hace más patente aún si compruebo como, en lugar de saber qué suerte le depara el autor a la pobre Anna, observo con asombro como el personaje de Levin comienza a comportarse de forma tan mezquina e infantil que a punto está de dar al traste con el título de héroe con el que lo coroné hace algunos capítulos: sus ridículos ataques de celos (de nuevo cuánto sentido común en su cuñado Oblonski), su ansiedad y frustración en lo que debería ser un apacible día de caza... En fin, ya se verá a dónde conduce todo esto. Sin embargo, al poco de iniciar esta sexta parte, la belleza de la escritura de Tolstói me vuelve a reconciliar con el relato y ya no quiero más que campo, perros, becadas, agachadizas y chochas. Pero... ¡necesito saber de Anna ya!<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbWM4O8xeNzsRimJEv15ZIR2vUR-gbgbNqymsgiuGNG-M_1LmBrtt51D8WzTGgeqcpC-_QauWwNE0NqVzsH6NopoV7Yt99vxmXmtIQFSg-FGhQtpkzJt6dr0-ozDqLd2Ti3_KH0C6fPrCM/s1600/1871-Vasili+Perov.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504320289860444898" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbWM4O8xeNzsRimJEv15ZIR2vUR-gbgbNqymsgiuGNG-M_1LmBrtt51D8WzTGgeqcpC-_QauWwNE0NqVzsH6NopoV7Yt99vxmXmtIQFSg-FGhQtpkzJt6dr0-ozDqLd2Ti3_KH0C6fPrCM/s400/1871-Vasili+Perov.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 260px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><span style="color: #ff9966;">Vasili Perov (1871): el descanso de los cazadores</span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Si la nobleza de Daria Alexándrovna se dejaba entrever ya desde el primer capítulo de la novela en su digna reacción frente a las constantes infidelidades de su marido, es en este tramo final donde creo que el personaje alcanza toda su plenitud y profundidad. Primero, camino de la lujosa hacienda de "los Vronski", nos muestra con total sinceridad sus resentimientos y frustraciones en uno de los mejores momentos de la obra. Y, un poco más tarde, y siempre a través de su mirada, nos colamos en la nueva vida que Anna y Vroski "disfrutan" en el campo para comprobar cómo no es oro todo lo que reluce, cómo su existencia le es más querida de lo que imaginaba y cómo el personaje de Anna se encuentra en un auténtico callejón sin salida:<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-style: italic;">"Debes entender que hay dos personas a las que quiero más que a mi misma, Seriozha y Alexéi (...) Sólo quiero a esas dos personas, y una excluye a la otra."</span><br />
<br />
<span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">FIN DE LA SEXTA PARTE</span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOaR_6X2s3G64ldXGa5i1GQRgnKPKBwt1pPlWBHELuhx3zOc_WJwxGTrQQMzd3EluI94BiAkjU_JJlrq78ZZL4V8_9_9JCycEzfQKs9vDLmPOWqBVjG18rxonugy5sniwKPZipXdtO0mBP/s1600/N1481880528T.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504489169556322802" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOaR_6X2s3G64ldXGa5i1GQRgnKPKBwt1pPlWBHELuhx3zOc_WJwxGTrQQMzd3EluI94BiAkjU_JJlrq78ZZL4V8_9_9JCycEzfQKs9vDLmPOWqBVjG18rxonugy5sniwKPZipXdtO0mBP/s400/N1481880528T.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 294px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana;"><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">PARTE SÉPTIMA</span></span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Parece que, antes de que todo esto termine, el bueno de Lev Nokoláievich no quiere dar por finalizada su obra sin antes despacharse a gusto sobre algunas cuestiones relativas al ambiente político y cultural de su entorno. Para ello nada mejor que servirse, una vez más, de su álter ego, Levin. Nuestro amigo, a modo de nuevo Ulises, o mejor dicho, y perdón por la pedantería, anticipándose al personaje de Joyce, inicia una peregrinación que, a lo largo de un día, le hará deambular por algunos de los lugares más frecuentados por la alta sociedad moscovita. Aunque ya al final de la parte sexta pude comprobar las pocas simpatías que el singular proceso electoral provocaba en Levin es ahora, al inicio de esta nueva entrega, donde el autor ironiza con más gracia sobre algunos aspectos de la sociedad rusa que él tan bien conocía.<br />De entre todos estos momentos, y ya entenderás el por qué, me quedo con el concierto al que Levin asiste y durante el cual se estrena el poema sinfónico "el rey Lear de las estepas" basada, por lo visto, en una obra homónima de Turguéniev. Si la composición (la verdad es que no he podido constatar si llegó a existir en realidad tal poema sinfónico) no resulta muy del agrado de Levin, los pedantes y desmedidos elogios que la obra despierta en algunos de los presentes me han hecho recordar de inmediato la cantidad de tonterías que, aún hoy en día, los aficionados a la música tenemos que seguir escuchando de boca de ya sabemos quienes. De las aparentes críticas a Wagner no diré nada, aunque, la sola mención del autor de Tristán en este fragmento del la novela, dice mucho del interés de Tolstói por la música de su época. Todo esto unido a las discusiones sobre la educación, al eterno conflicto acerca de que si cada generación es más protectora con los hijos que la generación anterior, me confirman mis sospechas de que, en esencia, todo sigue igual.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-weight: bold;"><span style="color: #ff6600;">*</span></span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />La folle journée de Levin prosigue, tras su brillante visita al casino, con uno de los momentos más sugerentes de toda la novela: su encuentro con Anna Karenina. O, lo que es lo mismo, las dos columnas sobre las que se basa la novela frente a frente. La fascinación que, al instante, ejerce nuestra protagonista sobre Kostantín, así como la manera en la que Levin sucumbe a sus encantos, da lugar a una escena que se me antoja llena de cierto simbolismo. En primer lugar llama la atención la forma en la que Tolstói describe a Anna. Nunca en toda la obra el autor nos había dibujado al personaje tan lleno de encanto, belleza y atracción. Resulta, por lo tanto, de lo más significativo que el personaje sobre el que se cimienta gran parte del peso moral de la obra se rinda de forma tan incondicional: ¿el amor puro y sagrado rendido a los pies del amor culpable y prohibido? ¿O es quizá la forma de la que se vale Tolstói, a través de su Levin, para absolver definitivamente a Anna antes de abandonarla a su suerte?<br />Todos estos pecadillos los pagará Levin antes de que acabe el día sufriendo como un condenado a muerte en la prodigiosa, por definirla de algún modo, escena del parto. ¡Ay, Dios! Que esto se acaba y no quiero.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilR27d9e9v7hTT3VfyLMFbMZrjhzSygh_wNWivFcWAufixIc8SgRxrzB-FTYdR3ItoYPadO9TcUgIF7qhKOt3h82_Cwu9TrtM49xyZcodYDkNkhA1Xnw_nStUqGaXvspWWt9aOzzyi31Gi/s1600/Julius_LeBlanc_Stewart_-_Young_Beauty_In_A_White_Dress.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504840918613148834" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilR27d9e9v7hTT3VfyLMFbMZrjhzSygh_wNWivFcWAufixIc8SgRxrzB-FTYdR3ItoYPadO9TcUgIF7qhKOt3h82_Cwu9TrtM49xyZcodYDkNkhA1Xnw_nStUqGaXvspWWt9aOzzyi31Gi/s400/Julius_LeBlanc_Stewart_-_Young_Beauty_In_A_White_Dress.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 203px;" /></a><span style="color: #ff9966;">Julius LeBlanc Stewart (1880): joven con vestido blanco</span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Que la suerte de Anna, es decir, su divorcio, dependa del capricho de un vidente termina por desacreditar del todo al manipulado Karenin (menuda bruja la Lidia Ivánovna). ¿Dónde han ido a parar las elevadas convicciones de las que, hace a penas unos capítulos, hacía gala el íntegro funcionario? Supongo que el bueno de Tolstói no quiere que el castigo que sufre Anna tenga su origen en la transgresión de elevados y sagrados principios y que, por el contrario, sea la superstición y la charlatanería más vulgar la que se interpongan entre ella y su felicidad. Sin embargo, todo este vodevil, en medio del drama que protagoniza Anna, resulta bastante cómico. Responsable de ello es, una vez más, el personaje de Oblonski que, acorralado entre la fidelidad a su hermana y sus propios intereses, asiste a toda esta comedia entre comentarios bastante jocosos pero desagradablemente sorprendido ante el bochornoso espectáculo en el que se ve envuelto.<br /></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYaTadB1gl5BXxHbq0PO7g-rXhUIcKJFoC5JOv1EimPQwcMMkQStsbnGr7N6i6GHC0qit5QHu1GRHVrYEKmenzJvyHI79BKR-UqeW_w4LdX_MaRrWMme-DHbPPrbyw4bkuz_6pT9pIwoVX/s1600/0122_1_lg.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504985061219326962" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYaTadB1gl5BXxHbq0PO7g-rXhUIcKJFoC5JOv1EimPQwcMMkQStsbnGr7N6i6GHC0qit5QHu1GRHVrYEKmenzJvyHI79BKR-UqeW_w4LdX_MaRrWMme-DHbPPrbyw4bkuz_6pT9pIwoVX/s400/0122_1_lg.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 317px;" /></a><span style="font-family: verdana;"><br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-style: italic;">"Y la vela a cuya luz había leído ese libro lleno de angustias, decepciones, dolores y desdichas, resplandeció con más fuerza que nunca, iluminó lo que antes había estado sumido en tinieblas, chisporroteó, empezó a parpadear y se extinguió para siempre."</span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Que todos conozcamos el terrible fin que le espera a Anna en la estación, sin duda uno de los casos más flagrantes de <span style="font-style: italic;">spoiler </span>en toda la historia de la literatura, no impide que uno se siga estremeciendo hasta lo más hondo. Más aún si, en lugar de las limitadas versiones cinematográficas, vivimos el dramático desenlace bebiendo de las propias palabras escritas magistralmente -y aquí sí que no tengo calificativos- por Tolstói.<br />Y es que, difícilmente, puede llevarse a la pantalla, en tan pocos minutos de metraje, el angustioso proceso autodestructivo que lleva a nuestra desgraciada protagonista de las continuas e injustificadas disputas con el paciente Vronski a la más absoluta desesperación y al suicidio final. Apenas treinta páginas, pero de una intensidad casi imposible de superar: el encuentro con Kitty; la enfermiza ansiedad esperando a Vronski o la cruel idea de vengarse de él a través del suicidio (por cierto, ¿es ahora cuando cobran sentido las palabras con las que Tolstói inicia su relato: "a mí la venganza, yo haré justicia"?). Pero, sin duda alguna, nada comparable al pasaje final durante el cual Anna, mientras se dirige a la estación como si de una condenada camino del cadalso se tratara, contempla de la forma más negativa y pesimista posible todo lo que encuentra a su paso: hombres, mujeres, niños, amantes, comercios. Pasaje escrito con una crudeza y una maestría tales que me hacen sospechar que pocas veces pueda volver a leer algo comparable en fuerza y emoción.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana; font-weight: bold;"><span style="color: #ff6600;">FIN DE LA SÉPTIMA PARTE</span></span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7J8h9r0Ks5ShvFjh010nz3E-hga1B5DjKOFBuJFe_XtG641Rjm7ld4FkA76TEezYaHsHKlSNzUO9LBaiu_eXm71_-5O3hTpSXtJsJpFZmdh4eXZYspTcLRXOt0IE1eW3L7YSxRHfCDe3i/s1600/Claude_Monet_-_Train_in_the_Snow.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505228944501619218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7J8h9r0Ks5ShvFjh010nz3E-hga1B5DjKOFBuJFe_XtG641Rjm7ld4FkA76TEezYaHsHKlSNzUO9LBaiu_eXm71_-5O3hTpSXtJsJpFZmdh4eXZYspTcLRXOt0IE1eW3L7YSxRHfCDe3i/s400/Claude_Monet_-_Train_in_the_Snow.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 302px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a> <span style="color: #ff9966;">Claude Monet (1875): tren en la nieve</span><br />
<br />
<span style="color: #ff6600; font-family: verdana; font-weight: bold;">OCTAVA PARTE<br /></span> <br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana;">¡Pobre Vronski! La verdad es que nunca pensé que podría decir esto, pero el estado en el que queda tras la muerte de Anna me hace sentir una profunda compasión por él. Más aún si tenemos en cuenta lo poco censurable que resulta su comportamiento durante la relación con Karenina y la paciencia, por no hablar de la impotencia, que demuestra durante todo el terrible proceso que conduce, de forma irremediable, al dramático final de nuestra heroína. Siempre estuve convencido, quizá presionado por las propias paranoias de Anna, de que Vronski terminaría por abandonar a su amante bien por cansancio o bien por la aparición de una nueva pasión. Y en esto, algo que nunca llega a suceder, creo que reside uno de los grandes aciertos de la novela: no buscar motivos convencionales para explicar la destrucción de la menos convencional de las mujeres.<br />Pero entonces: ¿qué es lo que provoca en Anna esa terrible ofuscación?¿son suficientes motivos los que aparecen en la novela para llevarla hasta el suicidio? ¿o bien, por el contrario, nos enfrentamos sencillamente ante un caso de desequilibrio mental? Sea cual sea la respuesta lo cierto es que aún sigo conmovido por su trágico final y, conforme pasa el tiempo, su encanto y fascinación siguen aumentando en mi recuerdo.<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: verdana;"><span style="color: #ff6600; font-weight: bold;">*</span></span></div>
<span style="font-family: verdana;"><br />Tengo que reconocer que tras la desaparición de Anna todo este asunto de la guerra contra los turcos y las reflexiones filosóficas de Levin sobre el sentido de la existencia me dejan un tanto indiferente. Bueno, para ser sinceros, en el caso de Levin no tan indiferente. Lo cierto es que todo este epílogo acerca de cómo tan sólo en la religión -y en especial, por no decir exclusivamente, en la cristiana- se pueden encontrar las respuesta a las eternas preguntas formuladas por el ser humano me resulta un tanto chirriante. ¿Pretende Tolstói insinuar que Anna sólo pudo encontrar en la muerte lo que no supo, o no quiso, encontrar en la vida?¿Que en el abandono a esa pasión tan mundana, en vez de buscar el verdadero Amor que ahora le era revelado a Levin, tan sólo podía encontrar la más absoluta insatisfacción y la propia destrucción? Quizá mis impresiones sean un tanto superficiales, pero me temo muy mucho que este nihilismo que, conforme pasan los años, más se apodera de mí no pueda participar del alborozo y de la paz espiritual a los que este final invita.<br />Y es que, por mucho que quiera disimularlo, yo pertenezco al club de Anna, y, aunque Tolstói quiera mirar para otro lado, creo que el bueno de Lev Nikoláievich, por lo menos en algún momento de su vida, seguro que también lo sintió así. De otra manera sería imposible imaginar la creación de un personaje tan fascinante como el de Anna Arkádevna; un personaje tan complejo y contradictorio; un personaje, en definitiva, tan apasionado y tan digno de admiración y, al mismo tiempo, de una compasión tan grande como creo que pocas veces es posible encontrar en las páginas de un libro. Por todo ello, y con la emoción aún viva por estos maravillosos días de lectura, sólo puedo añadir una cosa: bolshoie spasiva, Lev Nikolaievich!<br /></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="color: #ff6600; font-family: verdana; font-weight: bold;">FIN</span></div>
</div>
</div>
<span style="font-family: verdana;"><br /></span></div>
</div>
<br /></div>
</div>
<div style="font-family: verdana; text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
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XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-22730204813038564622010-07-07T19:22:00.028+02:002010-07-10T00:24:04.551+02:00(115) Nicolás de Largillière: retrato de la Infanta Mariana Victoria de Borbón<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE5yBGnuA2oOM6OAxEGw0zl9MeYlED0lH8wDkHvtSKQJoxpv0o_sIPI9vsL0cF4Zeiu8Q3-Jf0uWDoSDqC89xOGwjVSfzXM4wN7Xz2z4Pg147optlhEeI_lk1eoWkK524Cb-RETeGqG9xn/s1600/1721-Infanta_Mar%C3%ADana_V%C3%ADctor%C3%ADa_de_Espa%C3%B1a,_Queen_of_Portugal_and_the_Algarves.jpg"><span style="color: rgb(51, 51, 51);">+</span></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqOJmlTbko75bWIh7UueHIjTZw3zDw25BUVnRI-VWthNG2_mvrmyNtXqsk0HLGXBjYTPQzCNOcSikzJKtV_v_M3knJ4G2-O8qsbkPoQmPuQqiQAUpc4SeBuG3oT560Eef7WZEFFyDDbXxc/s1600/Imagen+17.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 288px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqOJmlTbko75bWIh7UueHIjTZw3zDw25BUVnRI-VWthNG2_mvrmyNtXqsk0HLGXBjYTPQzCNOcSikzJKtV_v_M3knJ4G2-O8qsbkPoQmPuQqiQAUpc4SeBuG3oT560Eef7WZEFFyDDbXxc/s400/Imagen+17.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492012500325871794" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify; font-family: verdana;">Podemos suponer que cuando Isabel de Farnesio vio partir hacia la corte francesa a su pequeña hija Mariana Victoria la tristeza por la separación -la infanta contaba con apenas tres años de edad- se vería grandemente compensada por la ilusión de ver a su hija coronada en pocos años como reina de Francia. Y es que cuesta trabajo entender, a los ojos de la sociedad de nuestros días, la facilidad con la que las familias reales europeas intercambiaban de esta forma tan cruel a sus diferentes vástagos; y a unas edades tan tempranas.<br /></div><div><br /><div style="text-align: center;"><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE5yBGnuA2oOM6OAxEGw0zl9MeYlED0lH8wDkHvtSKQJoxpv0o_sIPI9vsL0cF4Zeiu8Q3-Jf0uWDoSDqC89xOGwjVSfzXM4wN7Xz2z4Pg147optlhEeI_lk1eoWkK524Cb-RETeGqG9xn/s1600/1721-Infanta_Mar%C3%ADana_V%C3%ADctor%C3%ADa_de_Espa%C3%B1a,_Queen_of_Portugal_and_the_Algarves.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 310px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE5yBGnuA2oOM6OAxEGw0zl9MeYlED0lH8wDkHvtSKQJoxpv0o_sIPI9vsL0cF4Zeiu8Q3-Jf0uWDoSDqC89xOGwjVSfzXM4wN7Xz2z4Pg147optlhEeI_lk1eoWkK524Cb-RETeGqG9xn/s400/1721-Infanta_Mar%C3%ADana_V%C3%ADctor%C3%ADa_de_Espa%C3%B1a,_Queen_of_Portugal_and_the_Algarves.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5491919434114386642" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 0);font-family:verdana;" >Mariana Victoria en 1721, por Alexis Simon Belle</span><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">El 2 de marzo de 1721 la infanta era recibida con grandes festejos por todos los parisinos. No así por su prometido, el futuro Luis XV, que si tenemos en cuenta que por entonces era un tímido niño de tan solo once años de edad, fácilmente podremos intuir lo tremendamente fastidioso que le resultaría todo este asunto.</span><br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4YHgCTJPf-ifDLCgSiwjkjJ0GDKg5u4cnm5_HefvCocAnrmfq-T5jvQWtlXKBSXw2rBTTeGPBeZ_nw3koTY8NtaVOHcsZhR4QR6ad0t4EDiTXNUurp8V4Me_3J-gNOdhcR3yPovMFshLD/s1600/Louis-15-gobert.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 299px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4YHgCTJPf-ifDLCgSiwjkjJ0GDKg5u4cnm5_HefvCocAnrmfq-T5jvQWtlXKBSXw2rBTTeGPBeZ_nw3koTY8NtaVOHcsZhR4QR6ad0t4EDiTXNUurp8V4Me_3J-gNOdhcR3yPovMFshLD/s400/Louis-15-gobert.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5491919438610397618" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 0);font-family:georgia;" >Luis XV de niño, por Pierre Gobert</span><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">El encanto de la pequeña Mariana pronto conquistó a toda la corte hasta que la mayoría de edad del pequeño Luis -en 1726 cumpliría catorce años- sacó a la luz el asunto que obsesionaba desde hacía varios años al gobierno de la nación: la sucesión de la corona.<br />Aunque ahora pueda parecernos algo precipitado, con catorce años se consideraba edad suficiente para que un príncipe pudiera desposarse y garantizar, con la correspondiente descendencia, la permanencia de la dinastía.</span><br /><span style="font-family:verdana;">La obsesión de los franceses por este asunto resulta más que comprensible si reparamos en el hecho de que el trono de Luis XIV, el famoso rey Sol, solo encontrará heredero estable en la figura de su bisnieto, al haber perecido de forma prematura todos herederos legítimos de las anteriores generaciones.</span><br /></div><br /><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJwOCJ6EHlkSXf0tS379YGnfrg5FRw-1-WMXHmSwLoa1_iEgywoMc8lgV3oeNMK1URU8vxDOpKkhQ0qhYLPAOafirnGHD-CfSSLIhRvnJ2zeTBN2lTv-8Kp6JJxZ7bJ1-turt6MhteH_GZ/s1600/Imagen+13.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 173px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJwOCJ6EHlkSXf0tS379YGnfrg5FRw-1-WMXHmSwLoa1_iEgywoMc8lgV3oeNMK1URU8vxDOpKkhQ0qhYLPAOafirnGHD-CfSSLIhRvnJ2zeTBN2lTv-8Kp6JJxZ7bJ1-turt6MhteH_GZ/s400/Imagen+13.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492005275029567474" border="0" /></a><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8_mmlxoDSCku-jmdtnTXx7SiLXeVE-mDalK4JfdqfXKL_Fh1tyMrdpvwSRwGj8kskma88eB-agAr86yUXFsVbU6P3nZt757jNr7dsDuS8RuV4dvKfy0ZStl35Ffoi3nuCW3yHUi0L5oKW/s1600/Imagen+14.png"><br /></a><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">De inmediato todos las miradas -y en especial la del nuevo Primer Ministro, Luis Enrique de Borbón- se volvieron hacia la pobre Mariana que, aunque ya llevaba un lustro en Francia, sus escasos siete años la hacían poco propicia para el matrimonio y, lo que aún resultaba más grave, para la procreación.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Poco les costó convencer a la ingenua infanta-reina, como era conocida por todos, de la necesidad de partir urgentemente hacia España y así poder abrazar a su añorada madre que ardía en deseos de volver a ver a su hija. De esta forma tan diplomática la pequeña Mariana era despachada de Francia el primero de marzo de 1725, a los cuatro años exactamente de su llegada.</span><br /><span style="font-family:verdana;">La cara de la reina Isabel cuando supo que su querida hija, aquella que cinco años atrás había sido enviada a un país extranjero sin ningún tipo de remordimiento, le era devuelta a casa con semejante excusa, compuesta y sin novio, es algo que la Historia nunca nos podrá desvelar.</span><br /></div><br /><div style="color: rgb(255, 153, 0); font-weight: bold; font-family: verdana;">NICOLÁS DE LARGILLIÈRE (1656-1746)<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_flj71ON_bs_Z5qwvjOO9ZJFKHgD2DnLBIDg6xmh88Pd1VRABZg_b4VoWP8kYb0O5aIGOK6F_gzQVsJAPogtmO-hYsWQS9l5-IXF0nQGjfhNw19rYegQiC8aolPS1a0st7DV2dzkm8skd/s1600/LARGILLIERE.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 331px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_flj71ON_bs_Z5qwvjOO9ZJFKHgD2DnLBIDg6xmh88Pd1VRABZg_b4VoWP8kYb0O5aIGOK6F_gzQVsJAPogtmO-hYsWQS9l5-IXF0nQGjfhNw19rYegQiC8aolPS1a0st7DV2dzkm8skd/s400/LARGILLIERE.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492011274524148450" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 0);font-family:verdana;" >Autorretrato (1707)</span><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">De la estancia de la infanta Mariana Victoria en la corte francesa ha llegado hasta nosotros el retrato que en 1724 pintara uno de los artistas más grandes de todo el barroco francés: Nicolás de Largillière. Pintor de fama no tan reconocida como la de sus contemporáneos Rigaud, Nattier, Boucher o Watteau, en el campo del retrato las obras del pintor parisino destacan por su vitalidad y sensibilidad encontrándose algunas de sus obras entre lo más logrado del género.</span><br /><span style="font-family:verdana;">Alejado de los círculos de la casa real el retrato de la infanta es uno de los pocos ejemplos que sobre retratos reales se conservan del autor. Y es que, en realidad, la obra fue un encargo del Consejo Municipal de París, para el que habitualmente trabajaba el pintor, que deseaba hacerse con un retrato de la que debía haber sido futura reina de Francia.</span><br /></div><br /><div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGk1ZL5JkLNhDYhzLJURhLPn8snea8nPTUpQXXrIGAsFWlskvA3H5Zb2Lca6iZUuUC5HV2lf6iYUlKbtMeNQr-8VXGhnQ0YNU3RFiGaotvkSkED_CwmGMNSL9W4BOPoFhyphenhyphenxvFak0-O20Q/s1600/P02277.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 268px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDGk1ZL5JkLNhDYhzLJURhLPn8snea8nPTUpQXXrIGAsFWlskvA3H5Zb2Lca6iZUuUC5HV2lf6iYUlKbtMeNQr-8VXGhnQ0YNU3RFiGaotvkSkED_CwmGMNSL9W4BOPoFhyphenhyphenxvFak0-O20Q/s400/P02277.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492003358820941762" border="0" /></a><span style="color: rgb(255, 153, 0);font-family:verdana;" >Mariana Victoria de Borbón (1724)</span><br /></div><br /><div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">De esta forma podríamos aventurar, sin miedo a equivocarnos, que el virtuosismo desplegado en este majestuoso lienzo (184 x 125 cm), bien podría considerarse como un intento del pintor por hacerse un hueco dentro de los numerosos encargos reales.<br />Desde el brillo de la seda plateada del vestido hasta el elaborado detalle en mangas y pedrería todo colabora al espectacular resultado obtenido por el artista.</span><br /></div><br /><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRmIfjDBQWA_2uzqBeURPSdn04Y6IdBexap1q6qVJuiuXFbx6gqNQI30D3Vtt_sOrCyjzbO8lWSo-gSmkxMa5oUqfWa9vpVbRPGf7oeY2qHK8S0k_j6FXHqMYqbZaE7TqFsfP8FQDnjpHH/s1600/Imagen+5.png"><img style="text-align: left; display: block; margin: 0px auto 10px; cursor: pointer; width: 400px; height: 204px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRmIfjDBQWA_2uzqBeURPSdn04Y6IdBexap1q6qVJuiuXFbx6gqNQI30D3Vtt_sOrCyjzbO8lWSo-gSmkxMa5oUqfWa9vpVbRPGf7oeY2qHK8S0k_j6FXHqMYqbZaE7TqFsfP8FQDnjpHH/s400/Imagen+5.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5491216779003432690" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdB8UOHsGXD-0ylK3u9nfDfwi6ElxsT447ubpJ1g-pA5f6XMvRhDRuiD-Ggxklm84EksVwuxt3aKAvl_7XJAOFtnOz_1JIaFkTv8AnNSzQNIriWW9NG8yKIb0eGx4Y0qiD9rS7B-j9KCsC/s1600/Imagen+8.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 359px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdB8UOHsGXD-0ylK3u9nfDfwi6ElxsT447ubpJ1g-pA5f6XMvRhDRuiD-Ggxklm84EksVwuxt3aKAvl_7XJAOFtnOz_1JIaFkTv8AnNSzQNIriWW9NG8yKIb0eGx4Y0qiD9rS7B-j9KCsC/s400/Imagen+8.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492005266302031746" border="0" /></a><span style="font-family:verdana;">Sin embargo, todo este primoroso trabajo, común a muchas obras de la época, no debería desviarnos de las auténticas virtudes de la pintura. Para ello sería necesario recordar los primeros años de trabajo de nuestro artista en la capital inglesa. En Londres Langillière tuvo oportunidad de familiarizarse con la obra de uno de los artistas que más huella dejaría en su obra: Anton van Dyck. La elegancia en la composición y el exquisito gusto en el empleo del color son características propias del estilo del pintor flamenco que también podemos admirar, y de qué forma, en el retrato de la pequeña infanta.</span><br /></div><br /><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmtF-zlVx8DVig7Qhde2KkPMh6TnNAJdxjUu4ZzXOqvUSvsf4v5qyewP52WlLb9bMsyWYbBRfEOj2q4UIgZaCbaIdYdtT1WzFoVwelulMNFQIRScM6-l25PSZ8bhxGHEIjeSaYW8kBUy3c/s1600/Imagen+6.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 237px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmtF-zlVx8DVig7Qhde2KkPMh6TnNAJdxjUu4ZzXOqvUSvsf4v5qyewP52WlLb9bMsyWYbBRfEOj2q4UIgZaCbaIdYdtT1WzFoVwelulMNFQIRScM6-l25PSZ8bhxGHEIjeSaYW8kBUy3c/s400/Imagen+6.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492005253296536146" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Otro de los méritos de la obra reside en el acertado contraste conseguido entre la lujosa y colorida vestimenta de la infanta y el imponente y sobrio entorno sobre el que posa la modelo. Y es que si volvemos a contemplar el cuadro podremos comprobar como más de un tercio del lienzo lo ocupa el frío y desnudo mármol de la habitación.</span><br /></div><br /><a style="font-family: verdana;" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJFLRX6E8lTzi9F4mE9Abjl94tf4upDqKge2LI0HU0xwtX2Y5ahqS7nbRV2dfoqgJrdDaW4ExybALuPgVlasWeaes0nejUGhbLV_JyfIExYGfCjXCsNzlc2GHcXTmuxRbpVHR79GihEwg/s1600/Imagen+23.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 163px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgJFLRX6E8lTzi9F4mE9Abjl94tf4upDqKge2LI0HU0xwtX2Y5ahqS7nbRV2dfoqgJrdDaW4ExybALuPgVlasWeaes0nejUGhbLV_JyfIExYGfCjXCsNzlc2GHcXTmuxRbpVHR79GihEwg/s400/Imagen+23.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492013847996829650" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family:verdana;">Igualmente magistrales resultan el tratamiento de la luz que baña toda la escena sobre la que destaca la delicada piel de la pequeña infanta; figura de infinito encanto, a pesar de lo solemne del momento, tierna y majestuosa a un mismo tiempo y de una mirada limpia y radiante. La mirada inocente de quien, a buen seguro, poco comprende de su presente y nada sospecha del futuro que le aguarda.<br /><br /></span></div><object height="505" width="640"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/_8ZluhelCK4&hl=es_ES&fs=1?color1=0xe1600f&color2=0xfebd01"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/_8ZluhelCK4&hl=es_ES&fs=1?color1=0xe1600f&color2=0xfebd01" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="505" width="640"></embed></object><br /></div></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-24853151696760400692010-06-03T18:25:00.026+02:002011-06-08T11:51:29.090+02:00(114) "La Traviata". Teatro Maestranza, Sevilla: UNAS IMPRESIONES SOBRE VERDI.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color:black;">.</span><br /></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-c3arcavZxvUkFxhwxvkIaSBCcU3gbd50u1YDz-zvbhYIjcjC_FWo7sIU6etocVyfYU6DyF-IdNOQihmXCrK-EwvraEOeXSDdreXuSHt7rXY5rjLTeNWuSg3HJNBKEVM_Fh0dWdncsiqU/s1600/4304661290_1db09c1a59_o.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478620032987483074" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-c3arcavZxvUkFxhwxvkIaSBCcU3gbd50u1YDz-zvbhYIjcjC_FWo7sIU6etocVyfYU6DyF-IdNOQihmXCrK-EwvraEOeXSDdreXuSHt7rXY5rjLTeNWuSg3HJNBKEVM_Fh0dWdncsiqU/s400/4304661290_1db09c1a59_o.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 317px;" border="0" /></a><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><span class="Apple-style-span" style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 102, 0);"><b>E vo gridando: pace! </b></span></span><span class="Apple-style-span" style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 102, 0);"><b><o:p></o:p></b></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><span class="Apple-style-span" style=";font-family:verdana;font-size:130%;"><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 102, 0);"><b>E vo gridando: amor!</b></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><br /><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">No sé si será por deformación profesional o, simplemente, por la gran inclinación que siempre he sentido por la música lo cierto es que mi relación con los distintos compositores siempre ha sido mucho más íntima y cercana que con cualquier otro tipo de artista, ya pertenecieran éstos al mundo de las letras o de la plástica.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Guiado por esta afinidad mis sentimientos hacia los más importantes músicos y, en especial, por aquellos que más de cerca me tocan les han ido colocando a lo largo de estos últimos años en un lugar muy próximo pero, al mismo tiempo, bajo un signo bien diferente; todos han sido compañeros de viaje en estos años pero ahora cada uno ocupa su propio lugar.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Es por esta razón que, después de tantos años, puedo ver en Mozart a aquel amigo de la infancia que me descubrió las primeras emociones de mi vida musical, amigo al que nunca, aunque se pierda el contacto durante muchos años, se puede llegar a olvidar. O, por motivos bien distintos, sentir a Beethoven como a aquel severo profesor respetado por todos pero al que sólo el paso del tiempo y nuestra propia madurez nos ha permitido admirar en toda su magnitud.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Más tarde llegarían las grandes pasiones de juventud; aquellos amores nacidos de los grandes ideales y de nuestra sed de encontrar referentes sólidos y rotundos. Y no es que mi admiración por Wagner se haya visto menguada con el paso del tiempo pero lo que sí que es cierto es que yo ya no soy el jovencito ávido de sensualidad y cromatismo que acostumbraba a devorar las partituras del músico de Bayreuth entre arrebatos y suspiros.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Amigos de parranda conservo más de uno, amigotes francachones como Rossini u Offenbach que tan buenos momentos me han hecho pasar. Y como siempre, costumbre que espero no perder nunca, dando la bienvenida a todos aquellos que llegan por primera vez, ya sean tan exóticos como el indio A. R. Rahman o tan antiguos, pero tan modernos al mismo tiempo, como Machaut.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Pero, de entre todos ellos, y con el paso de los años, una figura ha ido creciendo, poco a poco, hasta llegar a alcanzar la figura imponente y, a un mismo tiempo, paternal tal y cómo hoy la puedo llegar a sentir: Giuseppe Verdi.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_-CBuuM36FEYERNn9MH-5MyBPeKCvhLCzws3hohyqYcEwDE895GHfDbbBZsbdCJkP3EAsC3onVAW6HVYk9bBq0smhh1buYem7vWtdApImpWlA1AQWzcGcjRW9KFrk2u9dgmDkjWynokE/s1600/2611681442_89cdcfd816_b.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478619860314549586" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_-CBuuM36FEYERNn9MH-5MyBPeKCvhLCzws3hohyqYcEwDE895GHfDbbBZsbdCJkP3EAsC3onVAW6HVYk9bBq0smhh1buYem7vWtdApImpWlA1AQWzcGcjRW9KFrk2u9dgmDkjWynokE/s400/2611681442_89cdcfd816_b.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 300px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p>En Verdi podemos sentir en sus dos facetas, como persona y como músico, una admiración poco común entre los artistas de cualquier época. Muchos me reprocharán, y no lo discuto, que al confundir la obra de un artista con los vicios o virtudes que haya podido tener en vida se pueda desdibujar su auténtica entidad como creador. Pero, sin duda alguna, en el caso del autor de El Trovador esta dualidad se muestra del todo fundamental para comprender su obra. Músico de humilde origen, tanto en lo social como en lo intelectual, su continua progresión estilística nunca abandonó el contacto con la realidad política de su pueblo así como el contacto con las raíces más populares de la música italiana.<br /><br /></span></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMchRI44PY6nN8A_3a2kwIG5SHOwKeRBnrEZ6fuSQcKYb7fXSaFXpoVzQ0r3pkJ6YGDF0pO2yvOArEzA4WjgpkIHwkgXD1mu17RewH6yoFJJRkg5-w3h84H9moUYvxJEToXn2X7hPp_1O2/s1600/2817548288_6456b855ea_b.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 181px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMchRI44PY6nN8A_3a2kwIG5SHOwKeRBnrEZ6fuSQcKYb7fXSaFXpoVzQ0r3pkJ6YGDF0pO2yvOArEzA4WjgpkIHwkgXD1mu17RewH6yoFJJRkg5-w3h84H9moUYvxJEToXn2X7hPp_1O2/s400/2817548288_6456b855ea_b.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478663572982688130" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y es sin duda alguna esta facilidad del músico de Busetto para llegar al corazón del público la que ha levantado, y sigue levantando, las más encendidas polémicas entre aficionados, profesionales e intelectuales de todo tipo sobre la auténtica valía de su obra. No es extraño, por lo tanto, encontrar frente a los incondicionales de toda su producción a aquellos otros que tan solo encuentran dignas de consideración sus tres últimas óperas viendo en Falstaff la gran obra maestra de Verdi. Verdaderos iluminados que no desaprovechan la ocasión para dejar bien claro su aprecio por la última obra del maestro así como el progresivo desprecio por el resto de su opus, más intenso según nos vamos acercando a sus primeras obras.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWpW41qZYlWS0irmVtrXSnpVc8lje6HllPPk2t4zKVQMOmTT981YeSy6hsZ6Tkczc2zMjxPdMX6RGrcm5rPf3y3qSouUvvQGiZj83HTsm6xDXLztXhVa5v6LuU3Sl-nsbiPsGkfGMzpmSk/s1600/3028171544_485fc31e62_b.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478619866234747954" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWpW41qZYlWS0irmVtrXSnpVc8lje6HllPPk2t4zKVQMOmTT981YeSy6hsZ6Tkczc2zMjxPdMX6RGrcm5rPf3y3qSouUvvQGiZj83HTsm6xDXLztXhVa5v6LuU3Sl-nsbiPsGkfGMzpmSk/s400/3028171544_485fc31e62_b.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 300px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Personalmente me parecen especialmente ilustrativas las reflexiones que sobre la obra de don Giuseppe, “Poética musical”, reuniera en 1940 un artista tan decisivo para el desarrollo de la música del siglo XX como Igor Stravinski. De entre todas ellas, y en relación a la polémica anteriormente señalada, destaca la afirmación según la cual es del todo erróneo intentar ver influencias wagnerianas en las últimas obras de Verdi –si se rebusca bien siempre es posible que puntualmente encontremos algún ejemplo- así como intentar considerar a estas creaciones como su único legado digno de mención. De esta forma llega a decir en sus lecciones no sin cierta ironía:</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">“Si Falstaff no es la mejor obra Wagner, tampoco es la mejor ópera de Verdi”.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style=" text-align: justify;font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">De la misma opinión se muestra el musicólogo Renè leibowitz al preguntarnos en su artículo “¿Conoce usted a Verdi?” sobre la apreciación que del compositor tenemos los amantes de la música, tanto profesionales como aficionados. En este interesante artículo el músico polaco reflexiona sobre el desconocimiento que, en general, existe sobre las primeras óperas verdianas y sobre la equivocada tendencia de subestimar a sus títulos más tempranos y populares –principalmente los estrenados hasta la aparición de “La traviata”- en beneficio de los ya mencionados anteriormente, Otello y Falstaff.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" face="arial" style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrVI_D6YHLsJx9PHtqyCCtMto_O1_ViD5u_O5tuGjax9C_195b1SQyk3XhUoL-KVZhHY6duuD5_mcunpGI4ByNpUhbAPsHaRSXzIZniASQDAe3_41Kz8WdCSS_ZGRgIkYAN1jRgq7qszRI/s1600/2610492502_7ae906ca75_b.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478619856062498466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrVI_D6YHLsJx9PHtqyCCtMto_O1_ViD5u_O5tuGjax9C_195b1SQyk3XhUoL-KVZhHY6duuD5_mcunpGI4ByNpUhbAPsHaRSXzIZniASQDAe3_41Kz8WdCSS_ZGRgIkYAN1jRgq7qszRI/s400/2610492502_7ae906ca75_b.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 266px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">En el campo contrario no menos interesantes resultan las declaraciones de alguién con tanta cercanía al mundo musical como Alejo Carpentier. El escritor cubano en su interesante colección de artículos musicales de significativo título, “Ese músico que llevo dentro”, no se muestra, por el contrario, nada de acuerdo con los postulados anteriores. Y es que para Carpentier toda la producción de los “años de galeras” deberían quedar tan en el olvido como la obra de otros músicos del barroco y primer romanticismo a cuya resurrección hoy asistimos.</span></span></div><div class="MsoNormal" face="arial" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNFlkbNLltTUN6uS02lCPBvxkmmww8IZKB3u4dztFNM2Jn_PBNJIpZ3PTJiIb6o_oQ8EmaH49_UAHv4hoj4CtbEQrJJ9BMBtVUmuM_gBS7ZsCmCi6W4Owe9eh8KRcCPJbMAqWwCHgS7qvx/s1600/3284615233_50fc57b943_b.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478619878501113250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNFlkbNLltTUN6uS02lCPBvxkmmww8IZKB3u4dztFNM2Jn_PBNJIpZ3PTJiIb6o_oQ8EmaH49_UAHv4hoj4CtbEQrJJ9BMBtVUmuM_gBS7ZsCmCi6W4Owe9eh8KRcCPJbMAqWwCHgS7qvx/s400/3284615233_50fc57b943_b.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 266px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">¿Pero, podemos incluir en el mismo saco las producciones de músicos sensiblemente inferiores con las primeras obras del maestro italiano?</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y es que al enfrentarnos a una obra de arte hay algo que va más allá de la pura admiración, de la simple constatación de que aquello que presenciamos responde a la categoría de auténtica obra maestra. De esta forma el verdadero amante de Verdi no diferencia entre etapas buenas, etapas geniales o, refiriéndonos a la prímera época, etapas tediosas. Si la emoción no responde a esta lógica el amor menos aún.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">De esta forma el verdadero verdiano ama y siente por igual la vitalidad y la perfección formal del apoteósico final de Falstaff que el, tan solo en apariencia, contradictorio y más liviano final del primero de los actos de su temprano Macbeth en el asistimos al asesinato del rey Duncan a ritmo de vals.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG639rk7Yuy7iyv-uDoy0H6_Zc02gVXMUK1Lp82w1MGZIv-wgiTEmiASOUp-E3saF9XRHPPs4Oz-CdAXeE95qvFaZW8C_loOBTDCbAQq3LZyKSYhQI0H7QJ8udlMmuppjcs7HXLN1VihHL/s1600/3167278183_4dd0f26759_b.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478619870849044882" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG639rk7Yuy7iyv-uDoy0H6_Zc02gVXMUK1Lp82w1MGZIv-wgiTEmiASOUp-E3saF9XRHPPs4Oz-CdAXeE95qvFaZW8C_loOBTDCbAQq3LZyKSYhQI0H7QJ8udlMmuppjcs7HXLN1VihHL/s400/3167278183_4dd0f26759_b.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 267px;" border="0" /></a><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Otra particularidad de la obra de Verdi y en la que, sin miedo a exagerar, se puede considerar como auténtica heredera de la de Mozart es su gran conocimiento del teatro. Por más que sus primeros libretos no alcancen la perfección que años más tarde alcanzarían los redactados por Arrigo Boito el arte de Verdi siempre supo dotar a todas sus obras de un innegable instinto dramático. De esta forma resulta del todo imposible resistirse al impactante efecto teatral que aparece en la transición entre las dos últimas escenas de Un Ballo in Maschera –no en vano considerada por Adorno como la más teatral de todas las óperas- cuando el tenor nos introduce con su arrebatador “si rivederti Amelia” en el fabuloso baile donde él mismo será asesinado. Y cuando al final de esa cima de su producción que es Rigoletto escuchamos tan horrorizados como el propio bufón la voz del Duque de Mantua entonando una vez más “La donna è mobile” ¿no es este sencillo, pero contundente, efecto dramático mucho más poderoso que el de la mayor hoguera que podamos imaginar consumiendo todo un Walhalla? Esta pregunta la hago, evidentemente, mientras pienso, una vez más, en Stravinski y en la famosa boutade sobre esta ópera, de nuevo en su Poética musical, en la que al afirmar que “hay más sustancia y verdadera invención en el aria “La donna è mobile”, en el que la élite no ve más que una deplorable facilidad, que en la retórica y el griterío del Anillo” quiero entender que el músico ruso hace referencia más al poder dramático de este fragmento que a su estricta calidad musical.<br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip_bWiDnL4AJDhsnLULcGFOfnjSZoOI2CDfQ8VzPXn30capUqKJmEGh_HAaSgeta2-ln0-RD7tvHjokyKg4n6lwNu-g6522lhEf3_-qSh51yMoA_T6ugXfSxXYPuPhZc1RvbbrCLF57QdI/s1600/2964962714_079d3dd13f_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip_bWiDnL4AJDhsnLULcGFOfnjSZoOI2CDfQ8VzPXn30capUqKJmEGh_HAaSgeta2-ln0-RD7tvHjokyKg4n6lwNu-g6522lhEf3_-qSh51yMoA_T6ugXfSxXYPuPhZc1RvbbrCLF57QdI/s400/2964962714_079d3dd13f_o.jpg" border="0" height="400" width="266" /></span></span></a></div><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Pero, aparte de estas consideraciones, quizá la característica principal que hace que sintamos a Verdi como esa gran figura paternal, y donde encontramos la auténtica fuerza y la esencia de su arte, resida en la capacidad del compositor para plasmar en sus obras un sentimiento sólo reservado a los más grandes creadores: la compasión. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Esta sentimiento aparece de maneras muy diferentes a lo largo de toda su producción. La podemos encontrar en la nostalgia de Elisabetta por su Francia natal, o bien en forma de clarinete acompañando el terrible sacrificio de Violeta, o en los angustiosos “Lará, lará” que Rigoletto tararea intentando disimular su desesperación mientras busca a su hija Gilda. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">También sentimos la más profunda compasión por el moro veneciano en las patéticas palabras de Otello al final de la obra sobre el cuerpo ya sin vida de Desdémona, o en la no menos desgarradora “pace, pace” que Amneris invoca al final de Aida. Para que un personaje tan amargo como Felipe II pueda llegar a transmitirnos toda sus contradicciones y sus debilidades una sencilla melodía del cello puede llegar a transformar al poderoso tirano en un simple mortal digno de la mayor compasión.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Pero el amor de Verdi no llega a sus personajes tan sólo de forma individual. Su capacidad para hacernos sentir una compasión por toda la humanidad hace que su nombre bien pueda figurar, sin ningún tipo de complejos, junto a los de Bach y Beethoven. Ejemplos como el famoso coro de Nabucco o el no menos hermoso “Patria opresa” de Macbeth así lo demuestran. Pero de entre todas ellas quizá dos obras, bien diferentes entre si, sean las que elevan a Verdi por encima de todos sus contemporáneos. </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style=" text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">En la segunda escena del primer acto de Simón Boccanegra, la famosa escena del Consejo, encontramos uno de los cantos por la paz más hermosos jamás creado por artista alguno:</span></span></div><div class="MsoNormal" style=" text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family:verdana;"> <span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span><b><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 102, 0);"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Piango su voi, sul placido Raggio del vostro clivo</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Lloro por vosotros, por el plácido sol de vuestras colinas, </span></span><span><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span><b><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 102, 0);"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Là dove invan germoglia Il ramo dell'ulivo.</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Allí donde en vano florecen las ramas de olivo. </span></span><span><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span><b><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 102, 0);"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Piango sulla mendace Festa dei vostri fior, </span></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Lloro por la falaz alegría de vuestras flores.</span></span><span><b><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span><b><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(255, 102, 0);"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">E vo gridando: pace! E vo gridando: amor!</span></span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y voy gritando: ¡paz! Y voy gritando: ¡amor!</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center; "><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM49I4W7yMk4UK2cGT3hHgX_LvHdjJl4raWwiPFCutwUhr7ZIJGVQ30LKI6uC8gh0C7SwYp8kw5m0tg_SAzjU0nHWDlzGghiJ3EHmzY2JeqC-Q_pfGDyzKS-1RaquBLFnI0MXllw6bNI86/s1600/4303913315_0cfcce5f7f_o.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478622695800444034" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM49I4W7yMk4UK2cGT3hHgX_LvHdjJl4raWwiPFCutwUhr7ZIJGVQ30LKI6uC8gh0C7SwYp8kw5m0tg_SAzjU0nHWDlzGghiJ3EHmzY2JeqC-Q_pfGDyzKS-1RaquBLFnI0MXllw6bNI86/s400/4303913315_0cfcce5f7f_o.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 309px;" border="0" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style=" text-align: center;font-family:verdana;"> <span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style=" text-align: justify;font-family:verdana;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y, como genial contrapunto, Falstaff. Ningún testamento musical comparable a este descarado canto a la vida lleno de complicidad y sarcasmo ante las miserias del hombre. Obra plena, una vez más, de ese abrazo fraternal, como diría Beethoven, por toda la humanidad pero tan lejos de los cantos de cisne más trágicos y llenos de siniestros presagios –recordemos el Requiem de Mozart, el “Viaje de invierno” de Schubert, “la Canción de la tierra” de Mahler o los “cuatro últimos lieder” de Strauss- con los que la tradición más romántica considera que se debe acabar una carrera musical.</span></span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">Y es que pocas verdades hay tan ciertas como la que pregonan a voz en grito Verdi/Boito en su fuga final: “Tutto nel mondo é burla”. El cínico grito de toda una humanidad como única respuesta posible ante el misterio de la existencia, ante lo grandioso y, al mismo tiempo, ante lo absurdo de la vida. La comprensión y la compasión que sólo de la mano de un padre pueden llegar. Un padre que a través de su música, como nueva y verdadera religión, nos redime a todos del dolor, de la angustia, del abismo.</span></span></div><div class="MsoNormal" face="verdana" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" face="verdana" style="text-align: justify;"><span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgm5Q_kVkfEcjb8hdk_qg043Lr9LuA49aso9ycgU__gzbHvL9zbFR7ZMpzYFwHU0eXZg5sBYMzFmdc5AYwmg9HNYQByEk_XUSxWN_YVRdKEpFXD4ifY0FqlS_9wX4HK7CDOehTnbdJ2Fsi/s1600/60giuseppe-verdi-boldini.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5478600240765588226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgm5Q_kVkfEcjb8hdk_qg043Lr9LuA49aso9ycgU__gzbHvL9zbFR7ZMpzYFwHU0eXZg5sBYMzFmdc5AYwmg9HNYQByEk_XUSxWN_YVRdKEpFXD4ifY0FqlS_9wX4HK7CDOehTnbdJ2Fsi/s400/60giuseppe-verdi-boldini.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 400px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 327px;" border="0" /></a></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;">"La Traviata" se representa en el teatro Maestranza de Sevilla del 11 al 20 de junio.</span></span></span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><br /></span></span></span><br /><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><b><span class="Apple-style-span" style="font-family:verdana;"> </span><o:p></o:p></b></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-580232120917372975.post-60189060763094098302010-03-25T12:14:00.013+01:002010-11-07T11:28:12.448+01:00(113) TURANDOT: Teatro de la Maestranza, Sevilla (2) ¿La crítica?<span style="color: rgb(0, 0, 0);">++++++</span>
<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxotSDxrSHUIfuufCoxT5bUuwl8CfiyAZyBRn6IKGk5ZKQF9hNfPzSVjd-ZxuOGbb_rRN7b9S5mhyphenhyphenHvLFEuP4oKSBadLPBVB6Cwz7DfU0zkrJOl6N_Zfu1roeCe8IxTdqlpiNQY1pqE5CL/s1600/Imagen+1.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 279px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxotSDxrSHUIfuufCoxT5bUuwl8CfiyAZyBRn6IKGk5ZKQF9hNfPzSVjd-ZxuOGbb_rRN7b9S5mhyphenhyphenHvLFEuP4oKSBadLPBVB6Cwz7DfU0zkrJOl6N_Zfu1roeCe8IxTdqlpiNQY1pqE5CL/s400/Imagen+1.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452529510142797810" border="0" /></a>
<br /><meta name="Title" content=""> <meta name="Keywords" content=""> <meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"> <meta name="ProgId" content="Word.Document"> <meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"> <meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"> <link rel="File-List" href="file://localhost/Users/xavisuescun/Library/Caches/TemporaryItems/msoclip1/01/clip_filelist.xml"> <!--[if gte mso 9]><xml> <o:documentproperties> <o:template>Normal</o:Template> <o:revision>0</o:Revision> <o:totaltime>0</o:TotalTime> <o:pages>1</o:Pages> <o:words>834</o:Words> <o:characters>4757</o:Characters> <o:company>m</o:Company> <o:lines>39</o:Lines> <o:paragraphs>9</o:Paragraphs> <o:characterswithspaces>5841</o:CharactersWithSpaces> <o:version>11.1287</o:Version> </o:DocumentProperties> <o:officedocumentsettings> <o:allowpng/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:donotshowrevisions/> <w:donotprintrevisions/> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Times New Roman"; panose-1:0 2 2 6 3 5 4 5 2 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman";} table.MsoNormalTable {mso-style-parent:""; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:595.0pt 842.0pt; margin:72.0pt 89.85pt 72.0pt 89.85pt; mso-header-margin:35.45pt; mso-footer-margin:35.45pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <!--StartFragment--> <p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:medium;"></span></span></span></p><span><div style="text-align: justify;">Al igual que ocurre con cualquier fanático religioso no hay mayor placer para el amante de la música, y de la ópera en particular, que el placer del proselitismo. Yo mismo tengo que reconocer, aunque en la actualidad esté bastante bajo de forma, que durante muchos años esa fue mi gran pasión. Y es que en cualquier situación, ya fuera con mi familia o con mis amigos más cercanos, toda excusa era buena a la hora de lograr adeptos para la causa del momento, ya fuera ésta una ópera de Mozart o alguna otra de Puccini o Wagner.</div></span><div><span><span>
<br /></span></span><p style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal">
<br /></p><p style="text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimXS0hmlaiajCrUviui6Fj7w7bxneIjGyUe434odaHt7X9xZW-9j2qrBVsVGugAsksQ5La1QzPAQTiizWjPGOdQ8hG9OzYI2nL2EG8RLbvi-h_GiMHLZZ_4d0Hql-2Z9VSmKmRBkI5G3Aq/s1600/Imagen+3.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimXS0hmlaiajCrUviui6Fj7w7bxneIjGyUe434odaHt7X9xZW-9j2qrBVsVGugAsksQ5La1QzPAQTiizWjPGOdQ8hG9OzYI2nL2EG8RLbvi-h_GiMHLZZ_4d0Hql-2Z9VSmKmRBkI5G3Aq/s400/Imagen+3.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452529776743667778" border="0" /></a></p><div style="text-align: justify; font-family: arial;"> </div><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"></p><span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size: small;">Ayer asistí al Maestranza para presenciar la cuarta función de Turandot con ganas de pasar un buen rato y, como anuncié unos días atrás, con la intención de hacer una reseña del espectáculo en el blog. Ya sabéis, jugando un poco a ser crítico musical. </span></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size: small;">Mientras se desarrollaba la representación y muy atento a todo lo que iba sucediendo fui comprobando, no sin cierto asombro, como donde quiera que mirase no existía un solo rincón del teatro. ya fuera el foso, el escenario o las propias butacas del público, donde mi insistente semilla evangelizadora no hubiese germinado. Ellos saben muy bien a qué me refiero.</span></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size: small;">Y como acompañante en esta noche de ópera, en la butaca de la izquierda, mi madre.</span></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial, serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: small;">
<br /></span></span></div></span><p face="arial" style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyRgwXRpyebCTOozEw3W8itmK1TTm5NoUimpuVvziqU6bRpo6RakXBFM9XK9QNEsSR_A41DVq6xP6zvUI7CPyXhEQrMiTDwi32vbPoxy1PNkU9kc1Mnaow8MuIpkkeLfXdE_5kboEVB_53/s1600/Imagen+4.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 250px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyRgwXRpyebCTOozEw3W8itmK1TTm5NoUimpuVvziqU6bRpo6RakXBFM9XK9QNEsSR_A41DVq6xP6zvUI7CPyXhEQrMiTDwi32vbPoxy1PNkU9kc1Mnaow8MuIpkkeLfXdE_5kboEVB_53/s400/Imagen+4.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452529988982836722" border="0" /></a></p><p face="arial" style="text-align: justify; font-family: arial;" class="MsoNormal">
<br /></p><div style="text-align: justify; font-family: arial;"> </div><p style="text-align: justify; font-family: arial;font-family:arial;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"></span></p><span style="font-family:arial;"></span></div><span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial, serif;">La Sra. Vergara ha sido siempre mi alumna más difícil. Gran amante de la zarzuela nunca he conseguido que compartiera mis gustos por el último Verdi o por los montajes menos convencionales de las óperas del repertorio tradicional (Ayer, sin ir más lejos, me confesó que había perdido la Traviata de Salzburgo –sí, esa de la Netrevko y Villazón- y que poco le importaba si no volvía a aparecer).</span></div></span><div style="text-align: justify;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;">Estas últimas semanas le he dejado mi grabación de Karajan para que conociera un poco más a fondo Turandot, y para que se fuera dando cuenta que la ópera de Puccini es algo más que el “Nessun dorma”, y tengo la impresión de que, a pesar de los años transcurridos, mis habilidades mormonas siguen gozando de muy buena salud. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;">Nada más empezar la función sus continuos cuchicheos cerca de mi oreja me confirmaban su aprobación sobre tal o cual momento y lo acertado de mi cursillo intensivo: que si qué impresionante la voz del tenor (Marco Berti); que si qué maravilla el pianísimo de Liú (Norah Amsellem) al final del “Signore ascolta”… </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;">Hay que recordar que la ópera de Puccini no es una obra fácil para el neófito pero, al igual que años atrás hiciera Mozart con sus conciertos para piano, Turandot sabe encerrar en su interior fragmentos de una calidad excepcional, impresionante fusión de todas las vanguardias de principios del siglo XX, junto a momentos de un melodismo tan popular que hacen que esta ópera sea apreciada por igual por los melómanos más expertos como por el público menos acostumbrado a frecuentar las salas de concierto. </span></span></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial, serif;">Al instante, tras mis reiteradas protestas ante tanta cháchara y antes de que fuera otro, y no yo, quién la mandara callar, mi madre cambió su sistema de intercambio de impresiones por otro más silencioso aunque no menos contundente: el codazo.</span></div><div><span style="font-family:arial;"></span><p style="text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"></span></p><p face="arial" style="text-align: justify;" class="MsoNormal">
<br /></p><p face="arial" style="text-align: justify;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9JS7UEnZTIK48l_QqECee_TG29ecIeD44fUHNM3YCyNYlPLFpzR8p7zqoLXor09Zxvx-BdP4Ql5lc4inUW-ktsjDY8CqOS5q6q_nDOjr5Tfy7gImQM044Nq1QNvDxKJa-iv964-rohIN7/s1600/Imagen+7.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 391px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9JS7UEnZTIK48l_QqECee_TG29ecIeD44fUHNM3YCyNYlPLFpzR8p7zqoLXor09Zxvx-BdP4Ql5lc4inUW-ktsjDY8CqOS5q6q_nDOjr5Tfy7gImQM044Nq1QNvDxKJa-iv964-rohIN7/s400/Imagen+7.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452531736634941538" border="0" /></a></p><div style="text-align: justify; font-family: arial;"> </div><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">La ópera avanzaba, las escenas se sucedían y la Sra. Vergara, ya asentada en su nuevo sistema telegráfico, continuaba comunicando sus impresiones hablando, claro está, con los codos.</span></span></span></p><div style="text-align: justify; "> </div><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">Que lo que sonaba era de su agrado, un pequeño roce con el brazo. Que la emoción le tocaba más adentro, un codazo bastante más contundente. Claro que si la intensidad del momento ya se salía de lo normal el codazo de turno entonces se veía acompañado por un, ahora sí, susurrado: ¡qué bonito, qué bonito!</span></span></span></p><div style="text-align: justify; "> </div><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">Entre tanto se producía uno de los momentos más mágicos de la noche cuando Calaf</span></span></span><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;"> </span></span></span><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">propone a la princesa Turandot adivinar su nombre antes del alba. En toda la cuerda, con el sonido más aterciopelado que se pueda imaginar, se comienzan a intuir las notas del “Nessun Dorma” que posteriormente desarrollará el tenor en su famosa aria del tercer acto. No hace falta decir de qué forma reaccionó mi madre ante la belleza del momento. </span></span></span></p><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">Al mismo tiempo, mientras sentía el brazo de mi madre junto al mío, pude comprobar como a mi alrededor la ceremonia era repetida en muchas butacas del teatro. Las parejas se miraban, se llamaban la atención, dando muestras de haber reconocido aquello que no esperaban escuchar hasta el siguiente acto. Momentos como este son los que hacen de Turandot una ópera tan singular.</span></span></span></p><div style="text-align: justify; "> </div><p style="text-align: justify; font-family:arial;" class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">La magia de la representación fue creciendo en el último acto y hasta el tan criticado final de Alfano llegó a conmoverme contagiado por el general entusiasmo y, como no, por los últimos codazos de mi madre acompañados, ahora en un tono más elevado, por los consabidos:</span></span></span></p><div style="text-align: justify; "> </div><p face="arial" style="text-align: justify; " class="MsoNormal"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">“¡Qué bonito, qué bonito!”</span></span></span></p><p style=" text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal">
<br /></p><p style=" text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3LDHqENgfLz9uc6xS2RM1uBweRYGbL8BPrzmhP83ixpduFfhWvGeO2JZ2hPxELk65xVpzt7RbK1a8zIrb6G6c2ckD0GGMQ1XcQrdhnIKNmq5QuKxLxLM0RPXIbS9P3nz_9CJfBiwg9CO2/s1600/Imagen+2.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3LDHqENgfLz9uc6xS2RM1uBweRYGbL8BPrzmhP83ixpduFfhWvGeO2JZ2hPxELk65xVpzt7RbK1a8zIrb6G6c2ckD0GGMQ1XcQrdhnIKNmq5QuKxLxLM0RPXIbS9P3nz_9CJfBiwg9CO2/s400/Imagen+2.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452529766774147666" border="0" /></a></p><div style="text-align: justify; font-family: arial;"> </div><p style=" text-align: justify;font-family:arial;" class="MsoNormal"><span style="font-size:100%;"></span></p><span><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:arial, serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">A la salida todos mis “prosélitos” me esperaban impacientes por conocer mi impresión e interesados por saber cuándo aparecerá la crítica en el blog.</span></span></div></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">¿Mi crítica? ¿Pero, qué esperan que diga? Que la labor de pedro Halffter concertando a casi doscientas personas, dentro y fuera del escenario, tras varias semanas de ensayos me parece lo suficientemente respetable como para distraerla con las manidas chorradas de siempre acerca del matiz o de los tempi. Que los miembros del coro del Maestranza más que semanas lo que llevan son meses trabajando la obra -¡y a qué horas!- para conseguir el magnífico resultado que todos pudimos disfrutar. Que a todos y a cada uno de los solistas vocales que han actuado en ambos repartos -de un nivel indiscutible, por cierto- si nos ponemos a rebuscar podemos encontrarle su talón de Aquiles. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;"> Para mí, la mejor crítica posible, es la que hizo el público que abarrotaba el Maestranza con su atronadora ovación y sus diez minutos de aplausos. </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">Para mí, la mejor crítica posible, la hizo ayer mi madre a ritmo de codazos y con muy pocas palabras, no por sencillas menos ciertas, a las que nada se puede añadir: </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span class="Apple-style-span" style="font-family:arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;">“¡Qué bonito, qué bonito!”</span></span></span></div><div><p face="arial" style=" text-align: justify;" class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-size:small;"><span></span></span></p><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal">
<br /></p><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3Ov4iyYopgraA9z899KM2lG7FBng-IPRduRg4IST3loWS3dpGuMDFiCI9_qn5ZPfOUgMi9LVLfIHcHGRlDfUp9gAZpLy25gIRbtEM5QYVr_aQAz2w5CxVt8zYH_-ARURiTpn4E6IVMskh/s1600/Imagen+8.png"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 199px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3Ov4iyYopgraA9z899KM2lG7FBng-IPRduRg4IST3loWS3dpGuMDFiCI9_qn5ZPfOUgMi9LVLfIHcHGRlDfUp9gAZpLy25gIRbtEM5QYVr_aQAz2w5CxVt8zYH_-ARURiTpn4E6IVMskh/s400/Imagen+8.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452532750665328706" border="0" /></a></p><div style="text-align: justify; font-family: arial;"> </div><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal"> <o:p></o:p></p><div style="text-align: justify;"> <!--EndFragment--><span style="color: rgb(255, 153, 102); font-weight: bold;">NOTA: </span>
<br />todas las imagenes son de Julio Rodriguez y las he "tomado prestadas" de su magnífico blog de fotografía<span style="font-size:130%;"><a href="http://julio-rodriguez.blogspot.com/"> A Través del Cristal</a></span>.
<br /></div></div></div>XShttp://www.blogger.com/profile/16822871769560536170noreply@blogger.com6