jueves, 15 de enero de 2009

(72) TEATRO MAESTRANZA: CASCANUECES (2) Lo que dice la crítica

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Como Boccanegra no asistirá al ballet hasta la última representación, el domingo 18, vais a tener que esperar unos días para leer sus comentarios. Paciencia. Mientras tanto, aquí os dejo algunas de las críticas (y algunas imágenes) de lo poco, parece que el ballet no interesa mucho, que va apareciendo por la prensa digital.

Amayismo y Boccanegra van al ballet


Diario de Sevilla:

"Un alarde de fantasía y optimismo"

(por Rosalía Gómez)


Vàmos, famoso por sus versiones actualizadoras, ha unido el libreto original de Marius Petipa, elaborado a partir de un cuento de E.T.A. Hoffmann, con la narración de Charles Dickens Cuento de Navidad. La historia, como es obvio, ha cambiado a pesar de que sigue existiendo un cascanueces y una niña que lo convierte en su príncipe. Ya no hay ratones ni príncipes roedores, pero no falta ni uno sólo de los elementos que hacen bello -e irreal- cualquier mundo, por muy oscuro que sea: malos, como el avaro Scrooge, que se vuelven buenos y generosos, un simpático diablo con más plumas que cualquier ángel, niños deliciosos que nos contagian con sus travesuras -magnífica de verdad la colaboración de los del Conservatorio sevillano- bonitos vestidos, casitas como de chocolate, una estupenda cama voladora y, sobre todo, una música mil veces oída y añoche disfrutada sobremanera gracias a la briosa interpretación de la ROSS. Una música y unos cánones clásicos a los que el coreógrafo no renuncia en ningún momento a pesar de decantarse por una concepción muy teatral en la que sobresale, por encima de las piruetas o el virtuosismo, el carácter expresivo de la danza.



El cuerpo de baile de Düsseldorf es bastante desigual y las escenas de conjunto brillaron más por su carácter espectacular que por la brillantez de su conjunción o su ejecución, aunque es justo resaltar el trabajo de los bailarines en algunas de las danzas populares, esperadas y aplaudidas a pesar del cambio argumental, y claro está algunas intervenciones del Espíritu de la Navidad, amén de los pasos a dos de Clara y su Cascanueces, buen bailarín y magnífico porteador, muy aplaudidos en las variaciones de su última intervención.


Un mundo ideal donde reina la bondad, la belleza, la música y el optimismo. Casi lo opuesto de lo que nos rodea; tal vez por ello, y a juzgar por su sonrisa, el público disfrutó tanto entregándose un par de horas a la fantasía.


ABC
:

En el ABC del día 14 encuentro esta entrevista a Youri Vàmos, director de la compañia.

«Si una compañía no puede bailar una pieza clásica, no es buena»

( Por MARTA CARRASCO)

Este apasionado del flamenco, húngaro de nacimiento, ocupa desde 1997 la dirección del Ballet de la Ópera de Düsseldorf, una de las compañías clásicas más importantes y longevas de Europa. Esta noche, en el teatro de la Maestranza, con algo de retraso, estrenan este cuento de Navidad que es el «Cascanueces» con música de Piotr Ilich Tchaikovski.

-Sí, es una lástima no haber podido venir antes hemos tenido funciones del «Cascanueces» como todos los años.

-¿Qué aportación hace su creación a este título clásico?

- Cada coreógrafo debe hacer una vez en su vida un «Cascanueces». Es una música genial, los bailarines lo aman y lo que es más importante, el público lo ama. El reto de cada función y del coreógrafo, es que el público debe recibir la fuerza de la música y de lo visual, eso es lo más importante en ballet. He tenido la sensación de estar a la altura de esta música y por eso he enriquecido el contenido acudiendo al Cuento de Navidad de Dickens.

Youri Vàmos

-¿Su propuesta conserva los valores tradicionales?

-Sí, por supuesto, en ella hay niños y transcurre en Navidad y se cuenta una historia en la que hay buenos y malos pero acaba bien. Este transfondo moral de la historia de Dickens lo eché de menos en la historia del Cascanueces por eso lo he aportado.

-¿Hay que ser un buen narrador de historias para hacer un ballet clásico?

-Hay algo muy importante y es que en un ballet no puede haber ni un segundo de aburrimiento y esa es la obligación de un coreógrafo o de un director de ópera. No puede haber bajones. El público tiene además que saber porqué están pasando las cosas. Sólo un minuto de aburrimiento, y la concentración del público se pierde. Ni se pueden hacer demasiadas cosas ni pocas.

La entrevista completa AQUÍ

11 comentarios:

Amayismo dijo...

Dios mío qué emoción!! Mi primer ballet y por todo lo alto, con soldaditos, tutús y todos los sacramentos. Boccanegra, no te olvides los prismáticos que la ocasión lo merece. Bueno, me voy a ir haciendo la cena que empieza un programa cultural que no me quiero perder... Besos

Rous dijo...

Hola soy Rosa!Decir que estuve ayer en el ballet, fui con mi hijo de 5 años que le encanta el ballet y en concreto "El Cascanueces".
Me pareció mucho mas correcto y mejor la ROS y no es por ser localista,el ballet tuvo algunas innovaciones muy modernas para nuestro gusto y el de una obra tan clclásica como ésta, lo del demonio, la danza egipcia, cuando uno va al ballet, quiere ver ballet clásico y no moderna,por lo menos yo.
Mi hijo me preguntaba todo el rato que donde estaban los ratones, en fin,quitando alguna escena suelta,muy irregular...

XS dijo...

Dicen que los ñiños siempre dicen la verdad.
Esta noche lo comprobaré.

Anónimo dijo...

Yo soy una ignorante del arte de la danza pero espectadora ocasional. Valoro los espectáculos por los sentimientos que me producen y ayer tuve la oportunidad de emocionarme en la representación de El Cascanueces en el Maestranza, sobre todo por disfrutar de la cara de fascinación de mi hijo de siete años que ha dejado hace unos meses de practicar danza por los prejuicios sociales.
Envidio la capacidad de crítica y lo que espero es tener la oportunidad de asistir a más espectáculos como el de anoche en Sevilla para llegar a tener también esa capacidad.

Condesa Pituccini dijo...

Estimada Anónima,he sentido una punzada en mi corazón al leer la privación que sufre tu hijo.
Por Júpiter! Por Tutatis ! o por quién tú quieras...
Hay que estar por encima de los prejuicios ajenos y propios , pues es la única manera de vencerlos y un niño , un ser puro y pequeño, es demasiado inocente para crecer sometido a ellos.
Te recomiendo "Billy Elliot", una peli para ver en familia muy reveladora.

Rous dijo...

Por supuesto que estoy con Condesa, ami hijo le apasiona el ballet y hasta que el diga lo contrario,le apoyaré hasta el final, contra viento y marea, le intentaré hacer sentir libre y sin complejos,mientras él esté feliz y protegido por lo suyos,no han de importar el resto de la sociedad,para adelante y anímale a seguir y por supuesto super importante ver Billy Eliot!Y que conste que yo bailo flamenco,no fui yo la que le inculcó el ballet, pero lo tiene clarísimo...

XS dijo...

Nada que añadir a los sabios consejos de mi amiga la condesa. No os podéis imaginar lo que me emociona que un niño pueda sentir ese interés por la danza y que mi blog sirva de foro para tratar este asunto. Pero, qué impotencia no poder hacer algo más para cambiar esta cutre-sociedad.
Ah, por cierto, mi crónica de la representación de ayer está casi a punto. Me encantaría ver vuestros comentarios. Gracias

Anónimo dijo...

Gracias por vuestros sabios consejos aunque ya los conozco todos. La película Billy Eliot la lleva viendo desde que tenía 3 ó 4años. Tanto su padre como yo lo apoyamos y animanos diariamente pero en esta sociedad, lamentablemente tradicional, lo que une a los niñOs es el FUTBOL, cualquier otra afición distinta y "rara" entre ellos proporciona rechazo. Lo más importante ahora mismo para mi hijo es tener amigos y su pasión, bailar lo que sea, la sigue disfrutando en casa en solitario. Lo estamos animando a hacer las pruebas para el Conservatorio de Danza pero sin presionarlo en exceso. A ver qué pasa.

Condesa Pituccini dijo...

Estimada anónima, espero no haber sido en exceso dura. Os apoyo absolutamente en vuestra "lucha" contracorriente en esta gregaria sociedad.Porque, y me incluyo, todos en algún momento nos hemos sentido presionados por ella. Así que está bien que sigamos alerta para no caer en sus garras.

En cuanto a lo de sentir a veces cierto rechazo y la "rareza" como rasgo de carácter, creo que todos los que andamos por aquí lo hemos experimentado en más de una ocasión.
Pero puedo afirmar , sin temor a equivocarme, que todos y cada uno de nosotros hemos salido reforzados de esta lucha y estamos más que orgullosos de ser lo que somos por encima de los prejuicios.
Condesa dixit.

XS dijo...

No dudes ni un segundo lo del conservatorio. Allí, sin contar con que se volverán locos por tener a un niño entre sus alumnos, seguro que encuentra un entorno más acogedor.
Ánimo y suerte!

Anónimo dijo...

Anónima, esto se está convirtiendo en en una relación de consejos que no se si te interesarán más o menos, pero seguro que te hacen ver que somos muchos/as, por uno u otro motivo, los que nos chocamos con todo tipo de prejuicios sociales a la hora de educar a nuestras criaturas. Y si no, que nos lo digan, a los que hemos optado por una educación laica, en esta Sevilla nuestra, por muy público que sea el cole, cuando llega la hora de la "comunión".

Suerte

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