sábado, 6 de marzo de 2010

(111) GUILLAUME DE MACHAUT: BALLADES, Ensemble Musica Nova

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De Fortune me doi pleindre et loer,
Por causa de la Fortuna sufro y gozo,
Ce m'est avis, plus qu'autre creature;
Más que ninguna otra criatura;
Car quant premiers encommencay l'amer,
Pues apenas comencé a amar,
Mon cuer, m'amour, ma pensée, ma cure
Mi corazón, mi amor, mi pensamiento, mi deseo
Mist si bien à mon plaisir
Se vieron tan gratificados
Qu'à souhaidier peüsse je faillir,
Que ya nada más podía desear,
N'en ce monde ne fust mie trouvée
En todo el mundo nadie pudo encontrar
Dame qui fust si tres bien assenée.
Dama con tan indulgente destino.



Tan fascinante como adentrarse en los confines del universo conocido (ver entrada anterior) puede resultar el viaje por los inicios de la historia de la música. Cuando hace años descubrí todas las maravillas de la polifonía del renacimiento llegué a la equivocada conclusión de que mi interés por la música nunca llegaría a traspasar los límites que Palestrina o Victoria me marcaban en ese momento. Podríamos decir que me sentía como aquellos marineros del siglo XV que, aún intuyendo grandes maravillas y riquezas más allá del océano, jamás se atrevieron a adentrarse en sus aguas.
Y es que el lenguaje musical del medievo, sus formas y su terminología (esa amalgama de "organum", "hoquetus", "triplum", "faux-bordon", etc) no me invitaban mucho, la verdad, a iniciar el camino.


Por fin, hace unos pocos años, llegó a mis manos una selección de los motetes de Guilaume de Machaut interpretados de forma magistral en el año 2003 por el Ensemble Musica Nova de Lyon. Y, como por arte de encantamiento, de repente, ante mí apareció todo un mundo nuevo: la música medieval y, sobre todo, la música de Machaut.

Ensemble Musica Nova

Tras este estupendo trabajo el conjunto francés nos vuelve a deleitar con una selección, de las cuarenta y dos musicadas por Machaut, de las ballades del músico-poeta de Reims. Todas las características de la obra del músico francés -su riqueza rítmica y melódica, el sabio tratamiento de la polifonía así como la perfecta sintonía entre música y texto- aparecen en esta grabación representadas a la perfección sin dar, en ningún momento, sensación alguna de la monotonía y frialdad a las que otras grabaciones de música medieval nos tenían acostumbrados.


Para ello, al igual que ocurriera en la grabación de sus motetes, el ensemble de Lyon recurre a la variación constante, tanto en lo vocal como en lo instrumental, en cada una de las baladas. De esta forma la voz principal (cantus) puede iniciar una balada "a capella" siendo acompañada en una segunda repetición por el tenor (voz más grave) interpretado por algún instrumento (arpa gótica) como ocurre en la pista 10, "Amour me fait desirer" (B 19). Una segunda lectura de la balada presentará las tres voces completas -triplum, cantus y tenor- pero, ahora, sólo en versión instrumental: viola de arco, flauta de pico y arpa gótica. Así encontramos, como resultado, las variadas y coloridas texturas que resultan de la suma de la estructura propia de la balada con la característica estructura del canon. Para finalizar, de nuevo escuchamos las tres voces pero, en esta ocasión, en su versión vocal.
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En la bellísima "Se quanque amous puet donner a amy" (B 21), un esquema similar es utilizado a lo largo de toda la balada.
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Para finalizar, aquí os dejo el vídeo con la balada que ha estado sonando de fondo, eso espero, y que abre esta grabación, "De fortune me doi plaindre" (B 23). Escrita a cuatro voces tan sólo las dos violas (cantus y tenor) inician la balada en la primera de las cuatro repeticiones que tienen lugar. La segunda es cantada ahora por las voces femeninas en el cantus mientras las violas realizan las partes de tenor y la parte, aún no escuchada hasta el momento, del triplum. Al inicio de la tercera repetición se incorporan los tenores cantando su propia parte mientras se añade una nueva voz, la de contratenor, interpretada por el arpa gótica. La textura sonora alcanza toda su densidad y colorido en la cuarta y última repetición con la incorporación de las voces en todas las partes -cantus, tenor y contratenor- mientras la viola permanece en solitario en la voz del triplum. La flauta también se une al conjunto (doblando al cantus) completando el juego polifónico y creando un efecto de gran belleza e intensidad.
Maravillosa música, llena de frescura y de melancolía, que estoy seguro que animará a muchos a adentrarse en el apasionante mundo de la música medieval.

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1 comentario:

fbendia dijo...

maravilloso. llevo años byscando este disco que tenia en casete sin datos.

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